LECCIONES SOBRE LAS CIENCIAS CORÁNICAS

La Historia del Corán (II)

El Descenso del Corán 

 Por: Husaîn Yavân Ârâsteh

Traducción: Dra. Zohre Rabbani

 

Los objetivos instructivos de esta parte son:

1. El planteo de un enigma en cuanto a la época del descenso del Corán y el momento de la Misión Profética; y su respuesta a través de la teoría del “descenso completo y gradual”.

2. Explicación de los secretos de la revelación gradual.

3. Familiarizarse con las divisiones del Corán en suras y aleyas, el número de suras, aleyas y vocablos.

4. Familiarizarse con la primer y última sura que fueron reveladas.

5. Un vistazo a los criterios que determinan las suras mecanas y medinesas. Los beneficios y características de cada una, y el conocimiento del orden de las suras.

Algunas fuentes importantes en esta parte son:

Bihâr Al-Anwâr fi ‘Ulûm Al-Qur’ân; At-Tamhîd fi ‘Ulûm Al-Qur’ân; Tâ’rîj Qur’ân, por el Dr. Mahmûd Râmîâr; Paÿûheshî dar Tâ’rîj Qûr’ân, Dr. Saîîed Muhammad Bâqir Huÿattî; Tâ’rîjul Qur’ân, por ‘Abdul·lah Zanÿânî; Al-Mîzân, t.2; Qur’ân dar Islâm; Farhang Âmârî Kalamât Qur’ân Karîm (Diccionario Estadístico del Censo de las Palabras del Generoso Corán); Manâhil Al-‘Irfân.

Capítulo Primero

El Descenso del Corán y la “Bi‘zah”[1]

﴿ شَهْرُ رَمَضَانَ الَّذِي اُنْزِلَ فِيهِ الْقُرْانُ ﴾

Shahru Ramadânal·ladhî unzila fîhil Qur’ân

«El mes de Ramadán en que fue revelado el Corán…»[2]

﴿ إِنَّآ أَنزَلْنَاهُ فِي لَيْلَةٍ مُبَارَكَةٍ ﴾

Innâ anzalnâhu fî laîlatin mubârakah

«Ciertamente que  lo revelemos en una noche bendita…»[3]

﴿ إِنَّآ انزَلْنَاهُ فِي لَيْلَةِ الْقَدْرِ ﴾

Innâ anzalnâhu fi laîlatil Qadr

«¡Por cierto que lo revelamos (el Corán) en la noche del Decreto!»[4]

Sabemos que Muhammad  (BP), a la edad de los cuarenta (610 o 611d.C.) fue elegido como Profeta en la Ciudad de La Meca.

También sabemos que el comienzo de la Misión Profética o “Bi‘zah” fue acompañado con el descenso de unas aleyas de la bendita Sura Al-‘Alaq, en la cueva de “Hirâ”, y en este asunto concuerdan todos los musulmanes. Sin embargo, referente a la fecha que sucedió el acontecimiento de la Misión Profética, existen diversas opiniones. Esta misma discrepancia provocó la diferencia en el momento en el que descendió el Corán.

Los Shiítas sostienen que la Misión Profética se llevó a cabo en un día 27 del mes de Raÿab, y se respaldan con diferentes dichos y narraciones llegadas de la Inmaculada Familia del Profeta (P). Ya que, quienes son la “gente de la casa profética”, en lo concerniente a ella, están mejor informados que cualquier otro, del tiempo en que el Profeta (BP) fue elegido como tal. Ellos son más aptos para determinar el momento y lugar de esta designación. A continuación mencionamos algunos de los dichos relacionados a este tema:

1. El Shaîj At-Tûsî, en su obra “Amâlî” relata un dicho de Imâm As-Sâdîq (P) que dice:

El día 27 de Raÿab, el Enviado de Dios fue elegido como Profeta; quien ayune en ese día recibirá la misma recompensa que recibe aquél que ayuna sesenta meses”.[5]

2. Imâm Al-Kâdzim  (P) dijo:

En un día 27 de Raÿab Dios eligió como profeta a Muhammad, que es una misericordia para el Universo. Aquél que ayune en ese día Dios lo recompensará con el ayuno de sesenta meses”.[6]

3. Está registrado de Imâm As-Sâdiq (P):

“No abandones el ayuno del 27 de Raÿab, ya que es el día en que la profecía ha sido descendida a Muhammad, y su recompensa es igual a la de sesenta meses de ayuno”.[7]

Existen otras narraciones con el mismo contenido.[8]

Los sabios de la escuela Sunnah que aseguran que la Misión Profética se llevó a cabo en el mes de Ramadân, fundan su teoría en las aleyas de las Suras Al-Baqarah, Ad-Dujân y Al-Qadr, y declaran: “En todo el Corán no existe referencia a que la Misión Profética haya sucedido en el mes de Raÿab. En cambio, el significado expreso y claro de las aleyas afirma que el Corán fue revelado en el mes de Ramadân (Shahru Ramadânal·ladhî unzila fîhil Qur’ân…), en la noche bendita (laîlatin mubârakah…) que es la misma noche del “Qadr” o del Decreto: «Lo revelamos en la noche del Decreto» (anzalnâhu fi laîlatil Qadr…). Ya que el comienzo de la Misión Profética tuvo lugar en el mismo momento que el descenso del Corán, por lo tanto tuvo lugar en el mes de Ramadân”.

En respuesta a este argumento debemos afirmar que:

Primero: Las tres aleyas únicamente se refieren al momento del descenso del Corán y omiten el lugar de su descenso, y no puede ser deducido de ninguna de las aleyas mencionadas el que este descenso haya sido el mismo que fue realizado en la cueva de Hirâ.

Segundo: Aparentemente la aleya 185 de la Sura Al-Baqarah (2) y la aleya 1 de la Sûra Al-Qadr (97), se refieren al descenso de todo el Corán en el mes de Ramadân y en la noche del Decreto. La aleya 3 de la Sûra Ad-Dujân (44) hace referencia a un descenso completo del Corán, por ello es aún más clara y evidente:

﴿ حم * وَالْكِتَابِ الْمُبِينِ * إِنَّآ أَنزَلْنَاهُ فِي لَيْلَةٍ مُبَارَكَةٍ ﴾

Ha Mîm, wal Kitâbil Mubîn. Innâ anzalnâhu fî laîlatin mubârakah

«Ha, Mîm, por el Libro lúcido. Ciertamente que lo revelamos en una noche bendita…»

El pronombre en el término “anzalnâhu” que significa: “lo revelamos”, se refiere al Libro, el mismo por el cual Dios jura; y se entiende claramente que se refiere al conjunto de las aleyas del Corán y al Libro Divino. Mientras que al comienzo de la Misión Profética únicamente fueron reveladas cinco aleyas de la Sûra Al-‘Alaq. Entonces no podemos decir que estas aleyas se refieren a la cuestión de la Misión Profética del Mensajero del Islam, además, éstas mismas explican otra verdad la cuál será tratada en el siguiente capítulo.

Conclusión:

  1. La Misión Profética tuvo lugar el día 27 de Raÿab junto al descenso de unas aleyas coránicas de la Sûra Al-‘Alaq. Esto ha sido expresado textualmente en numerosos dichos de los Imâmes (P).
  2. Las tres aleyas referentes al descenso del Corán en la noche de Qadr y en el mes de Ramadân, no explican que el lugar del descenso hubiese sido la cueva de “Hirâ”; por lo tanto, no pueden servir de argumento para determinar el tiempo en que tuvo lugar la “Bi‘zah” o Misión Profética.
  3. Aparentemente el texto de las aleyas en cuestión se refiere al descenso de todo el Corán; lo que las hace ajenas a la cuestión de la “Bi‘zah” y al tiempo en el que tuvo lugar.

Capítulo Segundo

El Descenso en Forma Completa y Gradual

A) El descenso completo, o de una sola vez.

Luego de esclarecer que las aleyas referentes al descenso del Corán en el mes de Ramadân no están relacionadas con la cuestión de la “Bi‘zah”, se nos plantea esta pregunta que: ¿a qué tipo de descenso se refiere?

Existe esta probabilidad de que el Corán tuviese varios tipos de descenso, argumento que ha sido enfatizado en muchas narraciones de ambas Escuelas.

Ÿalâl Ad-Dîn As-Suîûtî manifiesta:

“En el modo del descenso del Corán desde la Tabla Protegida (Al-Lauh Al-Mahfûdz), existen tres versiones:

La primera versión -que es la más famosa y correcta-: El Corán fue revelado en forma completa y de una sola vez al cielo (más cercano) del Mundo y luego revelado en forma gradual durante veinte, veintitrés o veinticinco años (según la diferencia de opiniones existente en el tiempo de la estadía del Profeta (BP) en La Meca luego de la Bi‘zah).

Según una narración de Ibn ‘Abbâs el Corán fue revelado en forma completa y de una sola vez, y situado en el cielo (más cercano) al Mundo en un lugar llamado Baîtul ‘Izzah (la Casa de la Grandeza). Posteriormente el Arcángel Gabriel lo ha descendido al Profeta en respuesta a los requerimientos de la gente y sus actos.

La segunda versión: El Corán fue descendido al cielo del Mundo en la noche vigésima o vigésimo tercera o vigésimo quinta de cada mes de Ramadân, de tal modo que en cada noche del Decreto o Qadr, Dios hacía descender una cantidad de aleyas que Él mismo había designado para ese año. Luego las mismas aleyas eran reveladas en forma gradual en el transcurso de ese año.

La tercera versión: Cuando el Corán habla del descenso en el mes de Ramadân, se refiere al comienzo del descenso, que luego en forma gradual fueron reveladas todas las aleyas del Corán”.[9]

En las narraciones que han sido transmitidas por las diferentes vías de la escuela Shiíta, ha sido mencionado el descenso del Corán a “Baîtul Ma‘mûr”. En algunas se ha dicho que este lugar se encuentra en el cuarto cielo. Respecto a dónde se encuentra el cuarto cielo y cuál es la realidad de “Baîtul Ma‘mûr”, no está claro para nosotros. Los dichos únicamente afirman que existe un lugar en el cuarto cielo llamado con ese nombre en el cuál el Corán ha sido revelado en la noche del Decreto.

El sabio ‘Al·lâmah Tabâtabâ’î sostiene otra opinión, una síntesis de la cual exponemos a continuación:

“Una meditación profunda en las aleyas referentes al descenso del Corán en la bendita noche de Qadr, en el mes de Ramadân, y el uso de la expresión inzâl (y no tanzîl) en las tres aleyas en cuestión expuestas con anterioridad, nos lleva a la conclusión de que se refiere a un descenso del Corán en forma completa. El término inzâl que significa un descenso completo y de una vez, es contrario a tanzîl que lingüísticamente se usa para un descenso reiterado y paulatino. Esto se debe a que el Corán posee una verdad superior a nuestra concepción ordinaria. Esta verdad se entiende a través de la primera aleya de la Sura Hûd:

﴿ كِتَابٌ اُحْكِمَتْ ءَايَاتُهُ ثُمَّ فُصِّلَتْ مِن لَدُنْ حَكِيمٍ خَبِيرٍ ﴾

Kitâbun uhkimat ‘aîâtuhu zumma fussilat mil·ladun hakîmin jabîr

 «He aquí el Libro cuyas aleyas fueron dispuestas (uhkimat) y luego dilucidadas (fussilat) por el Prudente, Omnisapiente»[10]

El término “ihkâm” (dispuesto y hecho consolidada y acabadamente) es contrario al término “tafsîl” (dilucidado o explicado) y significa la falta de explicación; es decir, que el Corán en una etapa no gozaba de partes y capítulos, y este desarrollo y particularidades de las aleyas que observamos actualmente en el Corán tienen lugar luego de la etapa de “ihkâm”. La aleya 53 de la Sûra Al-A‘râf (7) y la aleya 39 de la Sûra Îûnus (10), afirman nuestro dicho, y las aleyas aún más claras son las primeras aleyas de la Sûra Az-Zujruf:

﴿ حم * وَالْكِتَابِ الْمُبِينِ * إِنَّا جَعَلْنَاهُ قُرْءَاناً عَرَبِيّاً لَعَلَّكُمْ تَعْقِلُونَ * وَإِنَّهُ فِي أُمِّ الْكِتَابِ لَدَيْنَا لَعَلِيٌّ حَكِيمٌ ﴾

Hâ mîm * wal kitâbil mubîn * innâ ÿa‘alnâhu qur’ânan ‘arabîian la‘al·lakum ta‘qilûn * wa innahu fî ummil kitâbi ladaina la‘alîiun hakîm

«Ha Mîm, ¡Por el Libro lúcido, que ciertamente que lo hemos dispuesto como un Corán arábigo a fin de que lo comprendáis * Por cierto que el mismo se encuentra en la Matriz del Libro, y para nosotros, es dignísimo, prudente».[11]

Estas aleyas esclarecen que “kitâb al-mubîn” ‑el Libro Lúcido- en “Ummul Kitâb” (La Matriz del Libro), no estaba escrito en lengua árabe, ni tampoco estaba dividido en partes y capítulos, y únicamente tomó forma árabe con el fin de que el intelecto humano pudiese entenderlo. Estas aleyas y otras más nos hacen afirmar que el descenso del Corán en el mes de Ramadân es el descenso de la verdad de este Libro Celestial en forma completa al bendito corazón del Profeta; mientras que el Corán esclarecido y dividido en capítulos fue revelado en el corazón del Profeta en forma gradual a lo largo de la Profecía”.[12]

Este mismo sabio considera a estas dos aleyas:

﴿ وَلاَ تَعْجَلْ بِالْقُرْءَانِ مِن قَبْلِ أَن يُقْضَى إِلَيْكَ وَحْيُهُ ﴾

Wa lâ ta‘ÿal bil Qur’âni min qabli an îuqdâ ilaîka wahîuhu

«No te apresures (en recitar) el Corán antes de que su revelación te sea concluida»[13]

﴿ لاَ تُحَرِّكْ بِهِ لِسَانَكَ لِتَعْجَلَ بِهِ * إِنَّ عَلَيْنَا  جَمْعَهُ وَقُرْءَانَهُ ﴾

Lâ tuharrik bihî lisânaka li ta‘ÿala bihî * Inna ‘alaînâ ÿam‘ahu wa qur’ânahû

«(¡Oh, Profeta!) No muevas la lengua para apresurarte a recitarlo (al Corán) * Por cierto que a Nosotros nos incumbe reunirlo y recitarlo»[14]

como un argumento de que el Profeta del Islam (BP) conocía en forma general todo lo que le iba siendo revelado ya que la verdad del Corán anteriormente le había sido inspirada en su corazón. Fue por ello que se le ha impedido apresurarse en la recitación del Corán antes de la culminación de su revelación.[15]

B) El descenso gradual.

Lo explicado hasta aquí se refirió al descenso del Corán en forma completa, y unas respuestas a la cuestión del descenso del Corán en el mes de Ramadân. No obstante, en cuanto al descenso gradual del Generoso Corán, aparte de que históricamente es algo claro y definitivo que las aleyas de este Sagrado Libro fueron reveladas con relación a diferentes asuntos y ocasiones, existen aleyas coránicas que lo explican claramente:

﴿ وَقُرْءَاناً  فَرَقْنَاهُ لِتَقْرَأَهُ عَلَى النَّاسِ عَلَى مُكْثٍ وَنَزَّلْنَاهُ تَنْزِيلاً ﴾

Wa Qur’ânan faraqnâhu li taqra’ahû ‘alan nâsi ‘alâ mukzin wa nazzalnâhu tanzîlan

«En cuanto al Corán, te lo revelamos a intervalos, para que lo recites a la gente con parsimonia y te lo revelamos gradualmente».[16]

﴿ وَقَالَ الَّذِينَ كَفَرُوا لَوْلاَ نُزِّلَ عَلَيْهِ الْقُرْءَانُ جُمْلَةً وَاحِدَةً ﴾

Wa qâlal·ladhîna kafarû law lâ nuzzila ‘alaîh-il Qur’ânu ÿumlatan wâhidatan…

«Los incrédulos dicen: ¿Por qué no le fue revelado el Corán de una sola vez?…»[17]

Estas aleyas nos muestran que el Corán no fue revelado todo de una sola vez, asunto que atrajo las objeciones de los incrédulos.

Ahora, comparando estos dos grupos de aleyas, es decir, las aleyas referentes al descenso completo del Corán en el mes de Ramadân y las aleyas referentes al descenso gradual, es obvio que no existe contradicción alguna entre estos dos grupos de aleyas, y cada grupo de ellas se refiere a una forma especial del descenso del Corán.

El fallo de cada acontecimiento, según la exigencia de las cuestiones cotidianas económicas y sociales, o sucesos como la guerra y la paz, era comunicado y explicado en el descenso gradual del Corán, y en esta etapa no tenía sentido un descenso completo. En cambio, cuando fue planteada la verdad del Corán y el Libro Lúcido, fue utilizado el descenso completo.

C) La filosofía y los secretos de la revelación gradual.

¿Por qué el Corán fue revelado en forma gradual? Los incrédulos comenzaron a objetar esta forma de revelación, con el argumento de que el comienzo y fin de un Libro Celestial revelado para la guía y presentado como un conjunto codificado debe ser claro. Es decir, sus principios y ramificaciones, sus leyes, sus mandatos y consejos deben estar todos escritos en él.

A propósito ¿a qué se deben estos espacios entre el descenso de las aleyas? Debemos decir que el descenso gradual ha tenido numerosas razones. He aquí algunas de ellas:

1. El Corán expresa, en respuesta a la objeción de los incrédulos que dijeron: «¿Por qué no le fue revelado el Corán de una sola vez?»  lo siguiente: «(Obramos) así para confortar con él tu corazón».[18]

El descenso gradual de las aleyas especialmente en las ocasiones cruciales, en los acontecimientos, batallas y aflicciones, conformaba el mejor consuelo y respaldo para el Profeta (BP) y fortalecía su bendito corazón. Indudablemente que si las aleyas que recomendaban al Mensajero del Islam (BP) paciencia y tolerancia hubiesen descendido de una sola vez, no hubiesen tenido el mismo efecto que su descenso en forma gradual en los cruciales momentos de los hechos. Por ejemplo, cuando las palabras de los extraviados entristecían el corazón del Profeta (BP), le fue revelada una aleya diciéndole:

﴿ فَلاَ يَحْزُنكَ قَوْلُهُمْ إِنَّا نعْلَمُ مَا يُسِرُّونَ وَمَا يُعْلِنُونَ ﴾

Falâ iahzunka qauluhum innâ na‘lamu mâ iusirrûna wa mâ iu‘linûn

«Que sus discursos no te atribulen; porque conocemos tanto lo que enseñan como lo que manifiestan».[19]

O las aleyas que consolaban al Mensajero del Islam en el momento que era desmentido:

﴿ وَلَقَدْ كُذِّبَتْ رُسُلٌ مِن قَبْلِكَ فَصَبَرُوا عَلَى مَاكُذِّبُوا وَاُوذُوا حَتَّى أَتَاهُمْ نَصْرُنَا ﴾

Wa laqad kudhdhibat rusulun min qablika fasabarû ‘alâ mâ kudhdhibû wa udhû hattâ atâhum nasrunâ

«Ya otros Mensajeros anteriores a ti fueron desmentidos, pero soportaron abnegadamente las vejaciones y los ultrajes, hasta que Nuestro socorro les llegó…».[20]

El reiterado descenso de tales aleyas brindaban confianza al Profeta (BP). Naturalmente tal confianza y consolidación existía también para los musulmanes.

2. «En cuanto al Corán, te lo revelamos a intervalos, para que lo recites paulatinamente a los humanos».[21]

Los conocimientos islámicos, en especial aquellos que están relacionados con la práctica de los seres humanos y dilucidan las leyes individuales y sociales que brindan felicidad a los seres humanos en la vida, gozan de una mayor continuidad y solidez cuando son transmitidos en forma gradual. La mejor forma de enseñanza y el más completo método de educación es que los conocimientos religiosos, teniendo en cuenta su elevada jerarquía, desciendan paulatinamente para que los humanos ajusten su vida individual y social espaciada pero continuamente, y lleguen a obtener la perfección.

3. Puede que uno de los secretos del descenso gradual del Corán sea el “hacerlo inmune ante cualquier alteración”. El descenso gradual del Corán proporcionaba a los compañeros del Profeta (BP) la posibilidad de memorizar las aleyas coránicas. La elocuencia y expresividad del Corán por una parte, y la atención especial de los musulmanes por otro, cuando era acompañada con un descenso gradual de las aleyas hacía definitiva la inmunidad y protección de la revelación Divina.[22]

4. El descenso de muchas aleyas coránicas tenía una completa relación y vínculo con los sucesos y acontecimientos de la época del Profeta (BP), y ya que tales sucesos se concretaban gradualmente, las aleyas descendían en forma simultánea o posteriores a los hechos. Estos acontecimientos que motivaban el descenso de las aleyas eran llamados “sabab an-nuzûl” (la causa del descenso), o “sha’n an-nuzûl” (la ocasión del descenso).

Conclusión:

1. El Corán posee dos formas de descenso: completa y gradual. Las aleyas referentes al mes de Ramadân aluden su descenso completo.

2. Según los dichos de la escuela Sunnita el descenso completo tuvo lugar en “Baîtul ‘Izzah” en el cielo del Mundo, y según las narraciones de la Escuela Shî‘ah, este descenso tuvo lugar en “Baîtul Ma‘mûr” en el cuarto cielo.

3. El gran exegeta del Corán, ‘Al·lâmah Tabâtabâ’î opina que: “El descenso completo tuvo lugar en el corazón del Profeta (BP)”; basándose en las aleyas 114 de la Sûra Ta Ha y 19 de la Sûra Al-Qîâmah, que afirman que el Profeta (BP), en el momento del descenso gradual, tenía conocimiento anterior en cuanto a lo que le estaba siendo revelado, por lo que le era impedido recitar las aleyas coránicas antes de la culminación de su descenso.

4. Algunas filosofías del descenso gradual son: Consolidación y fortalecimiento del corazón del Profeta (BP) y los musulmanes; la revelación gradual de la legislación y leyes islámicas; la inmunidad del Corán ante cualquier cambio o alteración; el facilitar el aprendizaje del Corán y sus mandatos, y un vínculo fuerte entre el Corán y los acontecimientos de la época del Profeta (BP).

Fuente: “Lecciones sobre Las Ciencias Coránicas”; Ediciones: Elhame Shargh, 2004

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

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[1] Bi‘zah, época de la profecía; día del biz‘ah: día en que Muhammad (BP) fue nombrado profeta.

[2] Sûra Al-Baqarah, 2:185.

[3] Sûra Ad-Dujân, 44:3

[4] Sûra Al-Qadr, 97:1

[5] Wasâ’il Ash-Shî‘ah, t.7, p.330.

[6] Ídem.

[7] Ídem, p.357.

[8] Wasâ’il Ash-Shî‘ah, t.7, cap. 15 y 19, bajo el título de “El Ayuno preferible” y t.5, cap. “La recompensa de la oración preferible de la noche y día de Mab’az”.

[9] Al-Itqân fi ‘Ulûmil Qur’ân, t.1, p.129-131.

[10] Sûra Hûd, 11:1.

[11] Sûra Az-Zujruf, 43:1 a 4.

[12] Al-Mîzân, t.2, p.16-18; Tâ’rîj-ul Qur’ân, Zanyânî.

[13] Sûra Tâ Hâ, 20:114.

[14] Sûra Al-Qîâmah, 75:16 y 17.

[15] Al-Mîzân, t.2, p.18.

[16] Sura Al-Isrâ’, 17:106.

[17] Sura Al-Furqân, 25:32.

[18] Ídem.

[19] Sûra Îâ Sîn, 36:76.

[20] Sûra Al-An‘âm, 6:34.

[21] Sûra Al-Isrâ’, 17:106.

[22] Para más explicación, referirse al capítulo tercero de la parte VI: “Los Argumentos respecto a la Inalterabilidad del Corán” (quinto argumento).

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