La libertad y las prisiones del hombre desde la mirada del intelectual musulmán Ali Shariati

Roberto Chambi Calle[1]

Todas las ciencias, la filosofía  y la historia misma del hombre han tratado de buscar el sentido y la esencia del hombre; así como la búsqueda de su verdadera libertad, en este trajín existieron diversas posiciones filosóficas desde todas las ramas de la filosofía y las ciencias humanas. Un punto de vista importante al respecto lo da “el islam” quizás como una propuesta o un paradigma para aquellas sociedades que tienen otro tipo de filosofías; y es que el islam no sólo es una religión sino como lo hemos manifestado en varios trabajos incluye a todas las esferas que están relacionadas con la existencia del hombre dentro del grupo social, eso nos hace entender que cuando la sociedad islámica se estructura social, política y jurídicamente lo hace sobre los pilares espirituales, significando ello que la religión y la religiosidad no están separadas de las esferas que hemos mencionado; sino que todo orbita alrededor de Dios y sus preceptos espirituales. Esto en la práctica se puede contrastar cuando vemos que la sociedad internacional cuenta con sujetos internacionales tales como las organizaciones religiosas o  estados que tienen un cimiento religioso espiritual, ejemplo palmario de ello es el país Persa que es una teocracia religiosa cuyas bases tiene su fundamento en su libro sagrado; el Corán.

Muchos de los críticos de la religiosidad y la espiritualidad siempre han observado que la religión y sus axiomas no pueden corporeizarse en un estado, ni mucho menos ser un sistema que le dé vida por el simple hecho de que ésta es una cuestión privada y personal  de los individuos; por ello es que en muchos estados del orbe han deslaicizado sus estructuras políticas, jurídicas y económicas, pues no se puede concebir que en la administración del mismo intervenga la religión, cuando en el sistema islámico estos elementos van unidos en completa armonía con el hombre, quien es consciente de que el poder absoluto sólo es de Dios; así por ejemplo el art. 56 de la Constitución de la República Islámica de Irán[2] manifiesta: “La soberanía absoluta sobre el hombre y el universo pertenece a Dios, y es Él quien hace al hombre soberano sobre su destino social. Nadie puede privar al ser humano de este derecho divino, ni ejercerlo para beneficio de un individuo o de un grupo específico, pues el pueblo ejerce este derecho otorgado por Dios de acuerdo con los principios que a continuación siguen”, continúa el art 57.- “Los poderes soberanos en la República Islámica de Irán son los siguientes: El poder legislativo, el poder ejecutivo y el poder judicial. Todos ellos se ejercen bajo la gestión  y el imamato de la comunidad, de acuerdo con los principios que siguen en esta Constitución. Estos poderes son independientes unos de otros”.

Las sociedades son y están creadas en una primera instancia por Dios y luego por los hombres, estos últimos le dotan de una serie de herramientas para su funcionamiento, para que de esa forma pueda alcanzar la armonía social, ¿Pero qué hace que estos hombres puedan alcanzar ello? Sin duda que un elemento importante es el cimiento espiritual y su libertad para llegar y concretar sus deseos y es que un problema de muchas sociedades en la actualidad es el libre albedrío, no obstante de que muchas veces esta libertad de crear no tiene un fin, ni un objetivo sólo se suscita de manera desordenada y espontanea; pues no tiene axiomas definidos, lo cual desemboca en intereses materiales  que reposan en bienes, capitales y dinero como si ello fuera la característica principal de la felicidad y de la paz espiritual, este pensamiento errático es lo que las corporaciones capitalistas nos han vendido, aquel espejismo que sólo refleja una gloria efímera y pírrica.

Es importante que el hombre pueda definir y redefinir sus conceptos de vida y la única vía para que ello pueda pasar es que retome su espiritualidad, aquella que ha sido abandonada por la mayoría de las sociedades materialistas de consumo, estas sociedades que hoy en día son las prisiones del hombre y que como carceleros van doblegando su voluntad, libertad, creencia y creatividad.

Muchas sociedades esclavizan a los hombres en sus conceptos y paradigmas de vida, así por ejemplo si no se celebra un cumpleaños con una torta y regalos no puede ser considerado felicidad, o si no se tiene una vivienda, un automóvil y un trabajo (“sueño americano”) no puede ser llamada vida, sino no se tiene dinero no se es feliz; etc… podemos seguir enumerando ejemplos; pero el problema del hombre es que su voluntad y su espiritualidad están sepultados y la única forma de despertarlos es rompiendo esa cadena.

El hombre a lo largo de su historia ha sabido liberarse de cada una de sus cadenas justamente porque Dios (Desde el punto de vista islámico) le ha dotado de intelecto, racionalidad y libre albedrío, por lo cual él puede crear y delinear su sistema de vida; así por ejemplo cuando vagaba en la intemperie encontró la caverna, cuando hubo oscuridad encontró la luz, así como descubrió el fuego, quiso transportarse más rápido a un lugar e inventó la rueda, quiso volar y comenzó a construir naves, quiso conocer el universo y hoy viene descubriendo nuevas galaxias, tal es la libertad y la voluntad del hombre que éste aún no tiene límites. Pero así como tiene esa capacidad, éste aún no es libre del todo; pues aún está encadenado en aquel vacío que  lo tiene sumido en su miseria, aquella que sólo puede ser eliminada por aquella fuerza superior llamada Dios y que para comprender esa grandeza éste debe liberarse de sus prisiones, aquellas que él mismo las ha creado.

Desde la visión de Ali Shariati[3], estas cuatro prisiones son: El Historicismo el cual “sostiene que es la historia la que hace al hombre, determina que será y decide cómo se transformara”[4] por ello se debe entender la historia misma del hombre y de que todos los sucesos no han sido dados por el hombre ;sino por la historia como un ente autónomo y de que no se puede escapar al mismo, tal es el sine quanon del problema que las guerras, las invasiones y las injusticias que acaecen el mundo no son culpa de los hombres; sino del determinismo que ha sido establecido por la historia. Sin duda esta prisión ha hecho que  muchas sociedades puedan invadir, asesinar y violentar a muchas naciones y que para legitimar ello justifican su actuar con el determinismo histórico.

La segunda prisión es aquella marcada por el socioligismo, sociedad que según Comte[5] es un ente vivo y que como una entidad latente esta demarca y delimita el destino de los hombres, lo cual en cierta medida es acertado; pues los hombres reunidos y asociados construyen sus usos, sus costumbres, su idioma, su identidad; etc… pero desde el punto de vista  Shariartiano aún  el hombre puede romper esta prisión. Al respecto este filósofo musulmán dice: Que “el sociologismo mantiene que el hombre deriva todas sus características de su sociedad. Si se muestra generoso, valiente y caballeresco será porque fue educado en una sociedad de tipo feudal. Si, sin embargo es tacaño, práctico como un comerciante, será porque se crió en una sociedad, burguesa, Si es jinete valiente, rudo e ingobernable será porque vivió en una sociedad tribal[6]” tal cual el análisis las sociedades siempre han delimitado, construido y caracterizado a sus hombres, haciendo que estos en su mayoría tomen las decisiones por aquellas minorías que no piensan similar a los primeros, lo cual definitivamente lo anquilosa en su silencio y muchas veces en su inactividad siendo el producto de ello una sociedad esclavista y opresora.

La tercera prisión es el biologismo aquella “que intenta definir al hombre en términos de determinismo biológico” así por ejemplo “la gente delgada es a menudo impresionable y que la gente gorda es cariñosa, demuestra la influencia determinante de los factores biológicos sobre el carácter humano. El Carácter sentimental de estos dos tipos de personas no se atribuyen a sus personalidades sino a fu formación biológica” pero no siempre el factor biológico puede definir a la persona si ésta tiene una formación espiritual en conexión con Dios; pues el hombre desde el punto de vista de la filosofía islámica, no sólo es materia celular sino por sobre todo es un hombre espiritual que va más allá de la física, lo cual nos hace entender que no solo se es materia sino también espíritu, un ejemplo común  es que muchas veces nosotros no podemos ver lo que está alrededor nuestro como la energía eléctrica; pero sí lo podemos sentir y cuando ello ocurre nos damos cuenta que ésta no solo es física y que el hecho de no verla no significa que no está, así como las partículas, los átomos, la radiación; etc…  que por nuestros propios ojos no podemos verlas sino es por las herramientas que la ciencia nos otorga, siguiendo esa línea el hombre no sólo es un ser material biológico sino metafísico.

Estas tres prisiones que han evolucionado sobre la base de su experimento (el hombre) han moldeado a grupos sociales, organizaciones y estados y que la existencia de estas ha servido para que se puedan reproducir en otros espacios cristalizándose en esclavitud, servidumbre y colonialismo no sólo material; sino mental.

La última prisión y las más importante es el ego del hombre, aquel que es denominada en el Corán como el “Nafs” prisión que es la más artera, la más dura, la más inquebrantable a diferencia de las anteriores; sin embargo éstas pueden ser superadas por la misma voluntad del hombre y fundamentalmente con la ayuda de una fuerza superior. A esta prisión Shariati la describe como la peor de todas y dice al respecto: “salir de su calabozo interno ha sido su mayor desafío[7]” pues aunque que el hombre pueda superar todas sus dificultades biológicas, sociológicas o históricas para poder salir de ésta debe luchar consigo mismo. Al respecto la filosofía islámica habla de la “Yihad Mayor” aquella que es la lucha constante contra nuestros deseos desviados, nuestras pasiones mundanas, nuestras metamorfosis materiales.

Hoy en día las sociedades han logrado grandes avances científicos, tecnológicos, militares, así como grandes avances para la humanidad; pero a la par con ello ha ido olvidando sus rasgos innatos e inherentes a su esencia misma que va más allá de la cuestión física. Para poder encontrarnos a nosotros mismos y darle el verdaderos sentido espiritual a nuestra existencia en esta vida, debemos liberarnos de estas prisiones, sólo de esta manera podremos entender cuál es el verdadero concepto de libertad desde el punto de vista de la filosofía islámica; pues sólo nosotros mismos podemos construir y rediseñar las formas de vida que hoy están en decadencia aquellas en donde sólo importan la riqueza, el capital, el poder por el poder.

Estas tres prisiones junto al más poderoso que es el ego, hoy están destruyendo al hombre y justificar nuestros errores por temas historicistas, biológicos y sociológicos no demuestra cual es nuestro verdadero destino. Por ello retornar Al arte[8] como lo denominaba Shariati, es ir al recuentro con nosotros mismos, rompiendo todas las esferas que nos han hecho creer que definen nuestra existencia por aquellas que sí tienen sentido de ser (desde la cosmovisión islámica) pues en los hechos la regencia del hombre en esta vida está bajo la tuición de Dios, la misma que debe ser un paradigma, no sólo para una sociedad; sino para todas aquellas que quieren la libertad y no aquella falsa libertad de aquellos hombres que en nombre de ésta invaden naciones, esclavizan personas, asesinan mujeres, niños y niñas colonizándolos física y mentalmente, esa pseudo libertad es errática, materialista y por sobre todo egotista ésta que es la mayor y la peor prisión que tiene el hombre en su existencia.

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[1] Cientista Jurídico y Analista en Relaciones Internacionales, Miembro del Comité para el Estudio y la Difusión del  Derecho en América Latina.

[2] Hacemos referencia a la Constitución Iraní puesto que en su seno se ha gestado una revolución espiritual y política, aquella en la que también Ali Shariati ha sido un pilar fundamental para la consolidación de la República Islámica. Esta constitución es la prueba viviente de todo el proceso revolucionario que ha vivido Iran, por ello es importante verificar in situ la aplicabilidad de los designios de Dios sobre la norma jurídica Constitucional.

[3] Ali Shariati nació el 3 de diciembre de 1933, en Jorasan Irán. En 1959 se licenció en Letras y viajó a Francia, donde estudió Historia y Sociología. Se doctoró en 1963 en Letras, en la Universidad de la Sorbona. Después de años de estudios vuelve a Irán para apoyar la lucha revolucionaria contra la monarquía del Sha Pahlavi. En 1977,  viaja nuevamente  a Europa en donde sospechosamente muere en Southampton Inglaterra, no pudiéndose aclarar su muerte teniéndose sospecha que fue asesinado por agentes de la SAVAK. “Shariati es considerado un mártir de la Revolución Islámica de Irán y uno de los intelectuales más importantes de la revolución islámica. Shariati siempre se basó en las realidades y evitaba las ideas abstractas fue un sociólogo realista y comprometido quien fue capaz, específicamente por su modo de ver y pensar del islam, de ir más lejos que la sociologías positivistas y marxistas en la examinación de su propia sociedad, y a través de la aplicación de un método profundo histórico y religioso, doto a la sociología islámica contemporánea de nuevas dimensiones. Llevo a cabo un análisis realista y una crítica sociológica tanto de la dimensión “estática de la sociedad”, la estructura presente de la conducta, valores y creencias de diferentes grupos, religiosos y no religiosos, como de la dimensión “dinámica”, por ejemplo los cambios históricos y acontecimientos atravesados por la  Ummah Islámica y la sociedad iraní en diferentes eras. Sin embargo nunca aceptó la noción de “neutralidad” en una ciencia tal como la sociología, y no podía aceptar que el sociólogo permanecería solamente como una observador de la sociedad, particularmente en el presente donde el concepto de neutralidad científica ha perdido grandemente su significado y el compromiso y participación sociales han tomado el lugar de la observación y descripción”. SHARIATI, Ali, “Shiismo Rojo”, Ed. Sohof, Teherán 1991.

[4] SHARIATI, Ali, “Sociología del Islam”, Ed. Al Hoda,  Tehran, 1989. Pág. 106

[5] Augusto Comte Filósofo francés manifiesta que la sociedad es una órgano vivo en donde cada miembro ejerce su función y que para llegar a estudiar la misma debemos observarla, el manifiesta para ello las tres fases; Teológico, metafísico y finalmente el estadio positivo.

[6] Ibidem, Pág. 106

[7] Ibidem, Pag. 112

[8] Dice Shariati: “El arte es la expresión de la creatividad del ser humano y a través de la continuación de esta existencia se convierte en expresión de la creatividad de Dios, para asi, crear aquello que quiere y que no se encuentra” continua: “¿Dónde está el arte de hoy que toma la forma de una filosofía burguesa de entretenimiento como su misión para la vida? Está en el paraíso que él quiere construir sobre la tierra y consiste en festines, placeres y quedarse en el paraíso. Considerar el arte como placer, una actividad de pasatiempo un alivio de la rígida vida industrial, es dar la más baja de las tareas a las más sagrada de las actividades, es decir, arte como si fuera solamente para entretener, puesto que el arte debe ponerse en las manos de un creador, como la profecía que se ha sellado”. SHARIATI, Ali, “El arte a la espera del salvador”, Ed. Sahof, Tehran 1991. P. 23-33

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