La llegada del Imam Mahdi (p) y la victoria final de la Justicia

(Desde la perspectiva islámica)

Por: Ayatola Dr. Muhammad Husain Beheshtí y Ayatola Dr. Muhammad Yauád Bahonar

EL Islam interpreta la historia como una lucha constante entre lo correcto y lo erróneo. Esta lucha se desarrolla en distintos niveles de la sociedad entre las fuerzas de la verdad, la virtud, el amor a Dios, la fe, la justicia, la equidad, el sacrificio, el pensamiento recto y la pureza por un lado, y las fuerzas de la falsedad, el egoísmo, el materialismo, la tiranía, la injusticia, la infidelidad, la discriminación, la corrupción, la violación del derecho de otros y la miseria de los de­más, por el otro.

La fuente real de la lucha entre la justicia y la opresión está den­tro del propio hombre (ver 91:7). Algunas veces se manifiesta bajo la forma de exaltación del egoísmo, la venalidad, el libertinaje, y otras veces bajo la forma de los más elevados sentimientos, en la búsqueda de Dios, la justicia y el amor al género humano.

El impacto de estos sentimientos en la sociedad crea marejadas que causan disputas que algunas veces culminan en la corrupción y la perversidad, como otras veces trae cambios que se orientan en la dirección de la felicidad y prosperidad de la sociedad. No cabe duda que los cambios para bien son producidos por medio de la ayuda divi­na, pero el papel del esfuerzo y la lucha humano no puede ser negado.

Se hace surgir a un Profeta. Este despierta los corazones, poten­cialmente preparados para aceptar la verdad: la fe de un grupo de dis­cípulos maduros. Estos, junto al Profeta, luchan contra la corrupción y el mal. Continúan logrando progresos graduales y no vacilan en nin­gún momento hasta que, finalmente, la sociedad experimenta un cam­bio radical.

El politeísmo, los mitos, la injusticia y la corrupción, colapsan. La creencia en Dios, la verdad y la justicia echan raíces. No mucho después y desde el interior de la misma sociedad, el egoísmo, el liber­tinaje y las tendencias aristocráticas se proyectan al exterior. Ocasio­nalmente, la misma sociedad, aunque todavía bajo la forma tradicional, se desvía del camino presentado por los reformadores, lo que da co­mienzo a una putrefacción interior, volviéndose nuevamente a los cri­terios anteriores a la reforma, aunque por supuesto, con una nueva mez­cla de hipocresía y bajo nuevas formas de injusticia y corrupción.

Algunas veces los factores externos, con la ayuda de sus agentes internos, trabajan con efectividad para expandir la corrupción y el res­quebrajamiento moral. Estos agentes, debido al egoísmo, terminan cooperando prontamente con los enemigos externos.

Esta situación de injusticia, corrupción, ficción y fraude estimula la sagacidad y la capacidad para lanzar un nuevo movimiento. Así con­tinúa el proceso de lucha entre la justicia y la opresión.

El Islam cree que toda la pompa, exhibición y poder del mal han sido transitorios en la historia. El Islam considera todos los tipos de intrigas, fraudes, hipocresía y falsedad como la espuma del agua. No tienen raíces y están condenados a desaparecer finalmente (Ver 13: 17, 17:81,21:18,42:24).

La verdad siempre mantiene sus efectos positivos ya sea en la acción individual o en el movimiento social incluso cuando es amenaza­da por la falsedad y necesita defensores que la protejan.

El Islam reconoce la necesidad del esfuerzo humano, la perseveran­cia y la fe para producir un cambio social, y considera la debilidad, la falta de fe y el libertinaje como las causas del dominio de la falsedad.

De todos modos, es esta lucha la que hace la historia. En cuanto al futuro, es brillante. Finalmente la verdad será victoriosa y la justicia reinará. Serán aniquiladas todas las formas de error y opresión, y la ti­ranía desaparecerá para siempre.

EL ADVENIMIENTO DEL MAHDI (P.)

La supremacía definitiva y completa del derecho y la victoria universal de la justicia se materializará durante el período de la apa­rición de Muhammad AI-Mahdi, el decimosegundo Imam. En esa época será establecida una sociedad islámica bajo la égida de un gobierno justo.

En las siguientes páginas damos una perspectiva resumida de la so­ciedad y sistema de ese momento, extraído de cientos de tradiciones que describen las características de ese período. Se debe recordar que esta sociedad será una sociedad islámica verdadera y su sistema no di­ferirá en nada del prescripto por el Islam. Proponemos dividir este estudio bajo varios subtítulos.

EN EL UMBRAL DE LA APARICION O LLEGADA DEL MAHDI

Se informa que el santo Profeta ha dicho: “Surgirá en un momen­to cuando el caos esté reinando en el mundo. Distintos países estarán empeñados en ataques nocturnos de unos contra otros. Ni los mayores tendrán misericordia por los más jóvenes ni los fuertes se mostrarán amables con los débiles.”

El Imam Muhammad Al-Baqir (el quinto Imam, con él sea la paz), ha dicho: “El Mahdi aparecerá en una época de gran ansiedad, cuando los pueblos estén sumergidos en profundas crisis, disturbios, desastres y enfermedades, y cuando masacres salvajes, violentas disensiones y discordias religiosas estén a la orden del día. En esa época la gente se sentirá angustiada y desanimada, se matará entre sí y deseará morirse permanentemente. El Mahdi aparecerá en un momento de total falta de esperanza. Surgirá para establecer la justicia cuando el mundo esté plagado de injusticia y tiranías.”

No hay duda que aparecerá en un momento en que todo el mundo esté sumergido en la injusticia y la corrupción y que para combatir estos males tendrá que efectuarse una lucha tremenda. El Mahdi requerirá defensores creyentes y dispuestos al auto sacrificio, que posean todas las cualidades de un verdadero campeón.

EL LIDER REVOLUCIONARIO Y SUS DEFENSORES

Se informa que el Santo Profeta, con él sean la Bendición y la paz y con su Descendencia, ha descrito al Imam de la época final con estas palabras: “Es un Imam piadoso, puro y encantador. Es un líder admira­ble, guiado rectamente y que prescribe la justicia. Dios lo reconoce y él reconoce a Dios.”

Respecto a la fe y perseverancia de sus compañeros, dijo el Imam Yafar Al-Sadiq (P): “Cada uno de sus compañeros será tan fuerte como si tuviese la fuerza de cuarenta hombres. Sus corazones serán tan sólidos como una pieza de acero. Si pasan un cerro de hierro lo conmo­verán. No dejarán sus armas hasta que hayan agradado a Dios.”

De otro informe aprendemos que en esa época habrá personas que serán fieles, virtuosas, sinceras, religiosas, piadosas, concientes, toleran­tes, firmes, atemperadas y amantes de Dios. Serán agradecidas a Dios, quien las hizo herederas del poder y la riqueza de la tierra, y estable­ció su fe elegida en ellos. No adorarán a nadie sino a El, orando cuando corresponde y pagando el zakat (la caridad obligatoria) cuando se debe hacerlo. Exhortarán al bien y vedarán el mal.

Acerca de los verdaderos seguidores del Mahdi, se informa que el Imam Yafar Al-Sadiq (P) ha dicho: "El temor ha sido quitado de sus corazones y puesto en el de sus enemigos. Cada uno de ellos se abalanza más que un venablo y es más osado que un león."

EL SOPORTAR SACRIFICIOS PARA ALCANZAR EL ÉXITO

Se debe comprender que el éxito no será obtenido fácilmente. Solamente se lo logrará después de sufrir muchas tribulaciones y moles­tias. .

Mufaddal, uno de los compañeros del Imam Yafar Al-Sadiq narró: “En una oportunidad estábamos hablando acerca del Mahdi en presen­cia del Imam. Yo dije que estaba esperanzado en que triunfaría fácil­mente. Entonces el Imam dijo: ‘No será así. El éxito no se alcanzarán si no es por medio del sudor y la sangre’.”

En otras palabras, el éxito se obtendrá después de hacer grandes esfuerzos y sufrir fuertes pérdidas.

Un compañero del Imam Muhammad Al-Baqir (P.) narró: “Con­té al Imam que se decía que el Mahdi se movería con facilidad y no tendría que derramar ni una gota de sangre. Dijo el Imam: ‘No será así. Si las cosas pudieran hacerse tan fácil o suavemente, juro por Aquel en cuyas manos está mi vida, que el Profeta no hubiera sido herido y rotos sus dientes en una batalla.[1] No, eso no es posible. ¡Por Dios! No hay ninguna escapatoria más que sumergimos en nuestro propio sudor y sangre’.”

Esto significa que los líderes así como quienes los apoyan tienen que hacer sacrificios antes de alcanzar el éxito. Se informa también que el Imam Yafar Al-Sadiq ha dicho: “Veo al Mahdi y sus compañeros como amenazados por el peligro desde to­dos los ángulos: sus provisiones quedaron exhaustas, sus vestimentas raídas, sus frentes llevan la marca de la prosternación, durante el día son tan valientes como un león y durante la noche están ocupados en la adoración a Dios, y sus corazones son como sólidas piezas de hierro”.

Sin embargo todos estos sacrificios y penurias tendrán un feliz fin. Ha dicho el Imam Yafar Al-Sadiq (P.): “Es cierto que la rectitud siempre lleva a una vida dura. Pero el fin de las penurias no esta lejos.”

De todos modos el éxito del Mahdi se deberá, en grandísima me­dida a la invisible ayuda divina. Muchas tradiciones aseveran esto. Como resultado de estos sacrificios y la ayuda divina se estable­cerá el real gobierno islámico. Estos son algunos de los relatos que arrojan luz sobre el sistema doctrinal y social que regirá.

Ampliando el versículo coránico que dice que Dios envió a Su Mensajero con la guía y la religión verdadera que el haría victoriosa sobre todas las creencias a pesar de la oposición de los incrédulos, cual­quiera sea, dijo el Imam AI-Sadiq: “Este versículo se hará realidad so­lamente durante el tiempo del Mahdi, cuando los incrédulos ya no existirán.”

Actualmente el Islam está rodeado de alguna gente con tantos mitos y dudas que parecen como de una religión distinta. Esta posi­ción se mantendrá hasta que surja el Mahdi. Ha dicho el Imam Al-Sa­diq: “En cuanto aparezca el Mahdi presentará un nuevo sistema como ha hecho el Profeta al comienzo del Islam.”

También se informa que dijo el Imam Yafar Al-Sadiq: “El Mahdi hará lo que ha hecho el santo Profeta. Aplastará el sistema existente de la misma forma que el santo Profeta había aplastado el sistema pa­gano pre-islámico, reemplazándolo por el Islam.”

El nuevo sistema presentado por el Mahdi será tan comprome­tedor para algunos que aseguran ser los campeones de la religión y que afirman poseer un conocimiento total de la misma, que entablarán la lucha contra él pero no serán capaces de resistir el movimiento divino mundial y serán aniquilados.

Al finalizar una detallada exposición, dijo el Imam Al-Baqir: “En una ocasión cuando el Mahdi esté ocupado narrando las órdenes divinas y hablando acerca de la práctica del Santo Profeta y los Imames, se preparará un ataque en contra suya desde los propios lugares de adoración .El Imam ordenará a sus seguidores que arresten a los insurgentes, quienes serán ejecutados. Esta será la última acción hostil contra el Mahdi Cuando los hacedores del mal hayan sido aplastados y las correctas actitudes islámicas se hayan hecho populares, la atmósfera será pro­picia para la elevación intelectual y la expansión del conocimiento.”

Se informa que ha dicho el Imam ‘Alí (P.): “Veo un gran número de tiendas y que a la gente se le enseña el Corán en el mismo orden en el que fue revelado.”

En el curso de una charla acerca de ese período, dijo el Imam Muhammad AI-Baqir (P.): “El conocimiento será de tal manera lo co­mún y normal, que incluso las mujeres tomarán decisiones sobre la base del Corán y la Sunnah del Santo Profeta.”

El conocimiento se incrementará en todos los campos. El total de los descubrimientos del pasado, no aguantarán ninguna comparación con los hechos durante ese período. De acuerdo a un informe, el Imam Yafar Al-Sadiq (P.) explicó esto alegóricamente: “Si se supone que el total del posible conocimiento humano corresponde a 72 hojas escritas, dos corresponderán a lo conocido hasta ese momento y las 70 restantes serán descubrimientos hechos gradualmente durante ese período.”

Respecto al desarrollo moral e intelectual de la gente, dijo el Imam Muhammad AI-Baqir (P.): “Cuando nuestro Qa’im[2] vaya a surgir y el pueblo quede bajo su protección, sus facultades intelectuales florecerán y sus cualidades humanas serán perfeccionadas y fructifica­rán.”

Durante ese período las masas subestimadas serán las dueñas del poder y la riqueza mundial. Muchos relatos dicen que el siguiente ver­sículo se refiere a ese período: “Quisimos favorecer a los oprimidos en el país y hacer de ellos conductores, hacer de ellos herederos. (28:5)

De esta manera, el poder y la autoridad de los tiranos y egoístas llegará a su fin y la justicia será restaurada en todas partes bajo un nuevo sistema.

“El llenará la tierra de justicia después que ha sido llenada de injusticia y tiranía.”

“El Qa’im ordenará la justicia. Durante esta época la injusticia se disipará. Los caminos serán seguros. Los derechos serán restaurados.”

La total equidad será puesta en vigor. Dijo el Imam Al-Baqir: “In­mediatamente que aparezca, el Qa’im distribuirá la riqueza equitativa­mente y restaurará los derechos de las masas.

Cuando el justo trabajo sea confiado al hombre justo y por todos lados prevalezca la justicia, naturalmente todo el mundo prosperará en todo sentido.

Las bendiciones serán derramadas desde el cielo sobre la tierra. La tierra entregará sus mejores productos. Los árboles tendrán copiosas frutas. La atmósfera de la tierra será sencilla, fragante.”

También es evidente que en tal atmósfera, los recursos naturales y minerales podrán ser explotados al máximo. Dicen los comentarios: “Dios revelará (al hombre) los tesoros de la tierra”.

Finalmente todas las fuerzas naturales serán controladas por los seres humanos y estos dispondrán de todos los medios para usarlas en su propio provecho. Gradualmente, la riqueza crecerá de tal manera que no habrá pobres ni necesitados.

“Los trabajadores cobrarán salarios dobles. La equidad será obser­vada entre las personas. No habrá nadie a quien dar el zakat (pues no habrá pobres). Se ofrecerá dinero a la gente pero esta declinará aceptar­lo porque no lo necesitará. Todos los recursos naturales exteriores e interiores a la tierra estarán a disposición del Imam. Dirigiéndose al pueblo éste dirá: ‘Esta es la riqueza por la que ustedes estuvieron com­batiendo, cortando las relaciones con sus parientes y amigos y derra­mando sangre en el enfrentamiento de uno contra otro.’ Luego el Imam entregará riquezas en cantidades sin precedentes.”

En tales circunstancias prevalecerá el orden, la ley y la paz comple­ta.

“En ese momento la paz completa prevalecerá en todo el mundo. Nadie perjudicará a nadie. No existirán el temor y la ansiedad. Incluso los animales salvajes andarán entre la gente sin dañar a nadie. La gen­te se amará y simpatizará entre ella. Distribuirá la riqueza entre ella de forma equitativa. Ya no existirán la pobreza o la necesidad. Ningún grupo buscará dominar a otro grupo. Los mayores serán ama­bles con los más jóvenes y éstos respetarán a los primeros. Todos serán concientes de sus acciones y decisiones.”

“Prevalecerá el amor, la corrección, la afabilidad y la fraternidad. No habrá problemas de engaños o mal trato con nadie. Existirá la com­pleta sinceridad y cordialidad.”

“Cuando el Qa’im haya aparecido la hermosa sinceridad y cordia­lidad se expandirán por doquier, de tal manera que cualquiera sacará lo que quiera del bolsillo de otro y éste no se preocupará en absoluto.”

“Desaparecerá todo tipo de debilidad, enfermedad e incapacidad. En cuanto a los que vivirán durante la época del Qa’im, se reco­brarán de su enfermedad y su debilidad recuperará la fortaleza.”

“Todos los ciegos y tullidos serán curados y los que sufren logra­rán mitigar sus sufrimientos.”

“Un gobierno mundial, caracterizado por la justicia y la rectitud, será establecido. Se extenderá desde el este al oeste. Todos vivirán bajo él en una atmósfera de paz, justicia y prosperidad.”

“Existirán relaciones entre los creyentes de todo el mundo. Pare­cerá que desde un extremo a otro del mundo se buscan uno a otro, se hablan uno a otro y cooperan uno con otro.”

“Estas relaciones serán distintas a las de hoy día, y los acuerdos de paz actuales, que se hacen solamente para salvaguardar los intereses de los grandes poderes, perderán sentido. Tales acuerdos serán anula­dos con la aparición del Qa’im y serán reemplazados por un sistema justo totalmente difundido.”

“En esa época no habrá ningún tipo de hipocresía, intriga, exhibi­ción formal de cortesía o cualquier secreto. Todos tendrán que some­terse sinceramente al justo gobierno. Todos los rebeldes o infractores serán aniquilados.”

“Este gobierno caracterizado por la restauración final y completa de la justicia y el completo desarrollo, será el último estadio de la his­toria humana. El gobierno divino será establecido después del fracaso de todos los otros sistemas en el logro de los resultados deseados. Aunque será de duración limitada, será la última palabra en justicia y rectitud. Será el fin de la historia.”[3]

Fuente: libro INTRODUCCION A LA COSMOVISION DEL ISLAM; Editorial Elhame Shargh

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

Fundación Cultural Oriente; www.islamoriente.com


[1] Se trata de la batalla de Uhud, donde los musulmanes fueron derrotados. Fue la segunda batalla del Islam, y en ella la retaguardia creyente desobedeció las órdenes del Profeta y ello provocó la derrota. No obstante los creyentes se agru­paron y los impíos no pudieron sacar partido de su victoria. En este combate el Profeta fue herido como aquí se narra. (Nota del Editor)

[2] “Al-Qa'im”, es uno de los títulos del Imam Al-Mahdi. Significa “el que se levanta”, o “el que se yergue o alza”. A veces se completa este apelativo poniendo “Al-Qa'im bis-saif”, que significa “el que se levanta con la espada”, indicando que vendrá a combatir para restablecer la justicia. Otros títulos de Al-Mahdi (que sig­nifica “el que guía y es bien guiado”) son: Ualí Al-'Asr (“el ualí' -tanto, amigo de Dios, protector- de la época o era”), Sahiba-z-zamán (“el dueño del siglo o del tiempo”), Al-Muntazar (“el esperado”), Al-Huyyat min Ali Muhammad (“la prue­ba o evidencia de la familia de Muhammad”), etc. (Nota del Editor)

[3] Todas las narraciones de este capítulo están tomadas de la obra “Bihár Al-Anuár” (El océano de las luces), del 'Allamah Muhammad Baqir, Maylisi 11, volumen 52.

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