Necesaria conformidad en el desarrollo de los valores

Profesor Ayatola Murtada Mutahhari

La perfección varía de un ser a otro. Por ejemplo, un hombre perfecto es distinto a un ángel perfecto. Obtener la última perfección como un ángel es diferente de la obtención del más alto grado de perfección como hombre.

LA PERFECCIÓN DEL SER HUMANO ES DISTINTA A LA DE OTROS SERES Y LAS RAZONES DE ELLO

Quienes nos han hecho conscientes de la existencia de los ángeles nos han advertido también que éstos son criaturas formadas de razón e intelecto puro, es decir, no hay nada de tierra, material, ni pasión, cólera, etc. Por otra parte, los animales son puramente terrenales y materiales, desprovistos de lo que el Sagrado Corán define como espíritu divino. Solamente el hombre está hecho de un compuesto de ambos, materia e intelecto. El ser humano corporiza algo de los animales como así también elementos y atributos angelicales. El ser humano es entonces tanto celestial como terrenal, puede ser divino o diabólico, sublime o despreciable.

La interpretación dada aparece en un hadiz (tradición) registrado en Usul Al-Kafi y citado también por los eruditos; musulmanes sunnitas, aunque con alguna diferencia.  Moulavi ha citado este hadiz en forma de verso en su “Maznavi”. Relata la tradición que Dios creó tres categorías de seres. Una categoría está hecha de luz pura (los ángeles). Otra de ira, cólera y codicia, o sea, los animales. Y al hombre lo creó Dios como una forma combinada. Por lo tanto, así como un hombre perfecto es distinto de un animal perfecto (es decir, un caballo perfecto, bien alimentado e idealmente criado), asimismo es también distinto del ángel perfecto.

Esta diferencia del ser humano (con el ángel y la bestia) es debida a la esencia compuesta del mismo. Dado que el Sagrado Corán dice: “Hemos creado al hombre de esperma mezclado...“ (76:2) y es que claramente es explícito en la mixtura de distintos agentes o elementos en la constitución del hombre. Esto significa que, en lenguaje asequible que los genes de los hombres están cargados con diversos talentos y capacidades. El mismo versículo coránico continúa: “para ponerle a prueba le hemos dado el oído, la vista. Agradecido o desagradecido, le hemos conducido por el Camino”. Esto es extremadamente importante porque implica que el hombre ha alcanzado un grado de perfección de suficiente valor como para ser probado, para asumir responsabilidades, para asumir el premio o el castigo, la libertad de elección y de caminar por el “Sendero Recto”. Este argumento establece que el hombre perfecto es distinto del ángel perfecto debido a la naturaleza compuesta de la que está hecho.

NECESARIA CONFORMIDAD EN EL DESARROLLO DE LOS VALORES

La perfección del hombre yace en su equilibrio. Esto significa que el hombre perfecto no favorece a uno de sus principales talentos y capacidades sino que intenta mantener un equilibrio entre ellos y desarrollarlos a todos niveladamente. Los sabios aseguran que el equilibrio y balance forman la base de la armonía.

Por armonía queremos decir que el crecimiento y desarrollo de las distintas capacidades y talentos del hombre son simultáneos y armoniosos. Por ejemplo, los distintos miembros de un niño, sus manos, pies, cabeza, oído, nariz, lengua, dientes, intestinos, etc., crecen y se desarrollan uniforme y proporcionalmente. Esto es característico de un chico saludable. Sin embargo, supongamos solamente un órgano, digamos la nariz o la cabeza, que crece como vemos en algunas caricaturas, de forma no proporcional y sin relación con los otros miembros y órganos. Tal ser humano se ha desarrollado sin armonía. Un hombre perfecto es aquel en que todos los valores humanos progresan en armonía y proporción, ninguno se atrofia y todos se desarrollan en el mayor grado. Tal es el hombre perfecto que el Corán denomina Imam (líder, conductor y modelo espiritual).

Cuando Abraham (P) pasó las distintas pruebas presentadas por el Señor y recibió el grado más elevado, obtuvo la jerarquía de Imam (el hombre perfecto). Una de las pruebas de Abraham (P) fue que obedeciera la orden de Dios y se preparara a degollar a su propio hijo, con su propia mano, por la causa de Dios. Respecto a esto dice el Noble Corán: “Cuando ya se habían sometido los dos (Abraham e Ismael) y Abraham le había puesto contra el suelo, le llamamos: ‘Abraham! Has realizado el sueño...’” (37:103-105).

Después que Abraham (P) completó exitosamente todas las pruebas, incluyendo el entrar en una hoguera, el demostrar su disposición a sacrificar a su hijo y combatir solo a manos limpias a toda una tribu, entonces fue elegido Imam o líder para ser una persona modelo para otros. En otras palabras, fue declarado un hombre perfecto a ser emulado por otros, quienes deben adaptarse y ajustarse a su ejemplo.

Alî (P) fue modelo de hombre perfecto, porque todos los valores humanos se habían desarrollado en él armoniosa y completamente. Alî (P) gozaba de los tres aspectos mencionados al principio.

La cuestión de la armonía necesita precisar algunos detalles. Todos reconocemos el flujo y reflujo de las olas. El mar produce constantemente flujo y reflujo en el movimiento de sus olas. El alma humana y, por lo tanto, la sociedad humana, está en un estado de flujo como el mar, siendo llevada y traída para uno y otro lado. Sin embargo, las oscilaciones de las sociedades humanas se pueden deber a actos de los individuos u otros motivos pero de cualquier manera se produce como el movimiento de las olas.

La condición arriba mencionada es vista también en los valores tangibles humanos. (No nos ocupamos en este punto de las tendencias bestiales y terrenales). Se puede ver a seres humanos que exhiben una amplia gama de tendencias humanas y que, en un momento determinado, se dirigen con fuerza hacia un atributo de excelencia humana particular, en un grado tal que niega otros valores humanos. Tales individuos son semejantes a los seres humanos con narices y orejas extremadamente grandes, de lo cual ya hablamos.

Es una cuestión discutible si las sociedades humanas normalmente no se extravían por tender un cien por ciento hacia una falsa protección o la perfidia. Más bien, son arrastrados al mal por un exceso en una verdad manifiesta.

EJEMPLOS DE UN ACRECENTAMIENTO EXCESIVO DE UN VALOR PARTICULAR

1. Adoración o devoción. La adoración o devoción es un valor humano confirmado totalmente por el Islam. Aquí la adoración y devoción es considerada en su sentido tradicional y específico. Es decir, el retiro y la remembranza del Señor, los rezos diarios, las letanías nocturnas devocionales, etc., que son parte inseparable del Islam. El culto o adoración tiene un valor real. Sin embargo, una sociedad, así como un individuo, pueden ser llevados al culto en extremo. En tal caso el Islam no es otra cosa más que rezos, ir a las mezquitas, leer el Sagrado Corán, cumplir las abluciones supererogatorias, etc. Si una comunidad llega a tal extremo, pierde todos los otros valores[1]. En las comunidades islámicas hemos tenido ejemplos de tales marejadas, así como ha habido musulmanes “extremistas” en ese sentido. Hemos observado virtuosos individuos musulmanes, cien por ciento imparciales, totalmente íntegros, atraídos hacia esta línea de culto excesivo. Un fiel que tiende a esa práctica pierde su equilibrio y cae en un sendero del cual es difícil apartarse. Una persona así no se da cuenta que Dios lo ha creado como un ser humano y no como un ángel. El sendero indicado es para los ángeles, no para el hombre. El hombre debe desarrollar sus valores de manera proporcional y armoniosa.

Fue informado el Profeta (BPD) de que un grupo de sus discípulos se había vuelto excesivamente absorbido en sus rezos y devociones. Contrariado por esta noticia el Profeta (BPD) fue a la mezquita donde estaba el grupo y les dijo: “¿Qué pasa con vosotros? Yo soy vuestro Profeta pero nunca me pasé una noche entera rezando. Una parte de la noche siempre debe ser reservada para el descanso. Yo descanso, duermo y atiendo mi familia. Y no ayuno todos los días. Unos días ayuno y otros no. ¡Quienes asumen un comportamiento como el vuestro (de adoración excesiva) no son de mi práctica y tradición!”. Vemos con esto que el Profeta (BPD) del Islam, al observar que cierto valor tiende a disipar otros valores, y que una parte de la comunidad musulmana estaba siendo desviada por una oleada de entusiasmo por el culto o devoción, no vaciló en impugnarlo y desecharlo.

Amr Al-Aus tenía dos hijos. Uno de ellos, Muhammad, había salido como su padre: codicioso, materialista. El otro, llamado Abdullah, era relativamente más benigno. Cuando el padre consultaba a Abdullah por algo, éste siempre lo invitaba al camino de ‘Alî (P). El otro hijo en cambio lo impulsaba por el camino de Muawiyah ya que siguiendo a ‘Alî (P) no podía obtener beneficios puramente materiales. Un día el Profeta (BPD) se encontró con Abdullah y le dijo; “Me contaron que pasas las noches en rezos y adoración y que ayunas todos los días”. Abdullah admitió que así era. Y entonces agregó el Profeta (BPD): “Esa no es mi práctica. Yo no la apruebo. Renuncia a ello porque no está bien”. Algunas veces una comunidad es llevada o se encamina al pietismo o puritanismo. El ascetismo o puritanismo son realidades innegables. Son cualidades definidas con efectos y ventajas positivas. No se puede llamar a una comunidad feliz o musulmana sin que tenga esta cualidad o elemento activo en ella. No obstante, vemos que cuando una comunidad musulmana se vuelve excesivamente absorbida por este valor no se puede decir de ella sino que es solamente una comunidad ascética o pietista.

2. El servicio a la humanidad. Servir a nuestros semejantes es una cualidad humana positiva, confirmada y enfatizada reiteradamente por el Islam. El Santo Profeta (BPD) la ha ensalzado mucho. En el área de la ayuda y la cooperación y asistencia, dice el Sagrado Corán:

“El hombre recto es quien cree en Dios, en el Ultimo Día, en los ángeles, los Libros y los Profetas. Quien por amor a Dios da de sus bienes a sus semejantes, a los huérfanos, a los necesitados y a los menesterosos y para la redención de los cautivos”. (cfr. 2:177)

Sin embargo algunas veces el ser humano dice, como lo hace Saadi: “La adoración no es sino servir a los seres humanos”[2]. Mucha gente abusa de dicha expresión con el objeto de negar el culto o devoción, negar los valores del ascetismo y el conocimiento, o negar el valor de la yihad (esfuerzo, sacrificio). Hay quienes, citando las palabras de Saadi, intentan negar de repente todos los sublimes valores que el Islam ha atesorado para el ser humano. Dicen que el humanitarismo significa —exclusivamente— servir a los siervos de Dios.

Algunos intelectuales modernos piensan que han descubierto la lógica perfecta para el ser humano y el humanitarismo. ¿Qué es el humanitarismo? Dicen que significa “servir o ayudar a la gente, ir en ayuda de los hijos de Dios”. Bien, los siervos de Dios deben ser servidos y ayudados. Pero, ¿qué quieren los hijos de Dios? Asumamos que vestimos y damos de comer a los seres humanos. Lo que hacemos significa o se parece a alimentar a otras criaturas, como a los animales. Si creemos que los seres humanos tienen valores más elevados y si todos los valores se concentran y limitan en servir a los siervos de Dios, no habiendo otros valores en los seres humanos que atender, entonces los seres humanos representan un rebaño de ovejas de Dios o una manada de caballos de Dios.

Todo lo que hacemos en ese caso es llenar los vientres de un cierto número de animales y posiblemente proveerles donde guarecerse. Ciertamente, el alimentar a los animales es el cumplimiento de una tarea. Pero, ¿corresponde al ser humano en su expresión más elevada quedar al nivel de los animales? ¿Es el objetivo más elevado del ser humano realizar faenas para otros, ayudar a los animales y ser a la vez ayudado por ellos? No, no es así. Servir a la humanidad es un valor noble, en la medida que sea atendida la verdadera humanidad. Hemos preguntado a distintas personas si Patricio Lumumba y Moisés (P) eran ambos humanos y se nos dijo que sí. Ahora bien, si la cuestión es servir a la gente, ¿por qué se hacen discriminaciones entre ellos?[3] ¿Cuál es la diferencia entre Abu Dharr y Muawiyah? ¿Si la cuestión es la de servir a la gente, deberán ser servidos ambos o no?[4]

Por lo tanto, decir que el humanitarismo significa servir a los seres humanos y a ningún otro valor, es seguramente otro ejemplo de irse a los extremos, de lo cual ya hablamos.

3. La libertad. La libertad es uno de los valores humanos más sublimes y es intrínseco a la moral del ser humano (la moral del ser humano se aplica a las cosas que están por encima de su nivel animal). La libertad es un valor que está muy por encima de los otros valores humanos. El individuo dotado aunque más no sea con una pequeñísima disposición al verdadero humanismo, prefiere vivir con libertad, bajo las más duras condiciones, que estar constreñido por otro ser humano. Prefiere el hambre a la esclavitud.

La libertad es verdaderamente un gran valor; algunas veces se observa que la libertad es ignorada o incluso olvidada en algunas sociedades y, otras veces, el sentido y sentimiento de libertad se despierta en los seres humanos. Hay gente que asegura que humanidad significa libertad y que sin libertad o fuera de ella no existe ningún valor humano. Dicha gente intenta asimilar todos los valores en un solo valor conocido como libertad. La libertad no es el único valor. La justicia es otro valor. Y hay otros como la sabiduría, el conocimiento, etc.

4. El Amor. A veces al amor, como aparece en nuestro misticismo y poesía conexa, se vuelve el único valor del ser humano, como lo expresa Hafiz:

“¡No recites historia alguna porque los ángeles

no saben nada de amor, te lo ruego!

¡Y riega con agua de rosas la tumba

del hombre muerto mientras sigues tu camino!”

Vemos aquí que todos los otros valores, incluida la razón, son despreciados.

Los ‘urafá (místicos, gnósticos) que son proclives a amar, tienen una actitud anti intelectual o contraria a la razón. Desafían abiertamente a la razón. Dice Hafiz:

“Por medio de la luz del chispeante ‘vino’

los sufís aprendieron los secretos.

Por medio de este granate precioso

la esencia de todo es conocida

(y) consciente de las rosas apiñadas[5]

el pájaro tempranero solamente.

No todo quien puede leer una línea

comprende su sentido.”

Lo expresado indica que el ‘aref o sufí (místico) puede obtener la verdad última solamente por medio del amor. En el mismo ghazal (poema lírico), unas pocas estrofas más adelante, advierte Hafiz:

“Signos de amor crees que aprendes

en el libro de la razón de páginas descoloridas.

Un punto cuestionable (que) yo entiendo no satisfactorio.

Por medio de tal enfoque puedes tu discernir”.

En el dístico mencionado Hafiz se ha dirigido al fin en su reflexión celestial. Así, en la visión de tales sufís, el ser humano y el humanismo se reducen esencialmente a “amar”, y la razón es condenada porque está circunscripta por la actividad intelectual y el argumento lógico.

En otras oportunidades observamos, por el contrario, que la razón y el intelecto se vuelven los únicos valores. Desvalorizan los argumentos mencionados arriba y los denominan cosas de la imaginación. Ibn Sina (Avicena) llama a tales afirmaciones —sobre el amor— “las fantasías del sufismo” y declara que la razón o “intelecto debe usarse como un medio que sirva para el progreso o desarrollo”.

Estos son algunos de los valores que existen en el hombre, es decir, la razón, el amor, la justicia, el servicio, el culto o devoción, la libertad, etc.

Ahora bien, ¿cuál es el hombre perfecto? ¿El que se dedica solamente al culto o adoración? ¿El que solamente es absolutamente libre? ¿El que solamente es un amante? ¿O quien simplemente es intelectual? Ninguno de ellos es el hombre perfecto.

El hombre perfecto es aquél en quien todos esos valores han logrado el crecimiento y desarrollo más completo de un modo uniforme y armonioso. ‘Alî (P) fue un hombre así.

PERFECCIÓN DEL NAHY UL BALAGHA

El “Nahyul Balaga” es un libro multidimensional. A través de su estudio uno adquiere distintas impresiones. Cuando se lo está leyendo hay momentos en que se piensa que es Avicena (Ibn Sina) quien habla. En otra página parece que es  Moulavi o Muhyiddín Arabi quien habla. En otra parte recuerda la poesía épica de Ferdusi. Incluso, en otras páginas de este libro incomparable, se leen expresiones en las que la libertad significa todo. Y hay páginas en las que habla el asceta, el místico o el recogido en la adoración. Observamos en ‘Alî (P) —autor del Nahyul Balaga— la escala completa de los valores humanos, porque las palabras representan el alma de quien las pronuncia. Nuestra sociedad (en Irán) tuvo hasta hace unos cincuenta años una inclinación hacia la adoración y el ascetismo. En cualquier momento que un predicador subía al púlpito, comenzaba invariablemente con uno de los diez o veinte sermones del “Nahyul Balaga” que se ocupan exclusivamente de predicar el ascetismo y la devoción. Invariablemente oíamos al comienzo de uno de esos sermones: “Este mundo es transitorio, el más allá es la morada permanente. Por lo tanto, un pueblo...”.

No era citado ningún otro sermón del Nahyul Balaga al comienzo de los sermones porque la comunidad no podía absorberlo. La sociedad musulmana había adquirido un gusto particular respecto de sus valores y, como resultado de ello, solamente eran usados aquellos pasajes del Nahyul Balaga que estaban en armonía con los mismos. Debieron pasar cien o más años sin que nadie expusiera del Amir Al-Muminin —el Maestro de los Creyentes— las directivas a Malik Al-Ashtar (su gobernador en Egipto), un documento rico en esclarecidos pensamientos políticos y sociales. La sociedad no tenía la capacidad espiritual para abarcar tal fuente ilimitada de sabiduría y comprensión. En otra carta de ‘Alî (P) leemos: “...ninguna nación puede obtener la corrección, la virtud y purgarse de sus impurezas, a menos que el humilde haya desairado primero al déspota y demandado sus derechos... Nuestra sociedad de hace cincuenta años no podía entender el sentido y valor de estas palabras porque era una sociedad monotemática al respecto y se preocupaba y cuidaba de uno o dos valores solamente. Sin embargo, en las palabras de ‘Alî (P) están corporizados todos los valores humanos, los cuales pueden ser fácilmente observados en su personalidad y en su vida.

LOS ATRIBUTOS DE ‘ALÎ (P)

Si colocamos a Hazrat ‘Alî (P) como nuestro modelo y ejemplo, tendríamos ante nosotros un hombre perfecto, un hombre equilibrado y en el cual todos los valores humanos gozaron de un desarrollo sistemático y armonioso.

Cuando llegaba la noche, ‘Alî (P) entraba en retiro con el Señor. Ese espíritu de adoración, es decir la atracción y la huída hacia El, se encendía en el alma de ‘Alî (P). Se volvía tan absorbido y acaparado por su devoción y adoración, y tan obsesionado temporalmente con el amor divino, que se abstraía de este mundo y de todo lo que él contiene. ‘Alî (P) ha descripto esta condición y estado del alma de ciertos creyentes y fieles en las siguientes palabras: “El conocimiento los ha conducido a la real comprensión y así se han asociado con el espíritu de convicción. Consideran como fácil lo que el indolente aprecia difícil, sacrificado. Aprecia y cultiva lo que el ignorante considera extraño y desconocido. Viven en este mundo con sus cuerpos mientras sus espíritus descansan en los cielos (como asociados con la Divinidad)”. (Cfr. Nahyul Balaga, Sermón 147).

Durante las horas del día ‘Alî (P) era un hombre distinto. Se reunía con sus discípulos, andaba entre la gente, se sentaba, conversaba y reía con ella. ‘Alî (P) era tan afable y agradable en su trabajo diario y comportamiento, que Amr Al­Aus, mientras luchaba políticamente contra él, acostumbraba a decir: “Alî (P) se sonríe mucho, lo cual no conviene para ser califa. El califato requiere alguien con aspecto amenazador, como para asustar al pueblo”. ‘Alî (P) se expresó asombrado ante tal observación sobre su persona. Se dice de ‘Alî (P) que cuando se brindaba a la devoción “se entregaba a la adoración llorando”, y cuando iba al campo de batalla, “lucía una sonrisa”. Realmente diferente a nuestros ascetas y fieles cuyo aspecto displicente o malhumorado es evidente.

Alí (P) es el modelo de hombre que desea el Sagrado Corán. Dice el Libro: “La oración en el seno de la noche es más eficaz y de dicción más correcta. Durante el día estás demasiado ocupado. ¡Invoca el Nombre de tu Señor y conságrate totalmente a Él!” (73:6-8). Hafiz, siendo un exégeta consciente de lo intrincado del Corán, ha marcado este punto en un poema, de manera sutil:

“A sus quehaceres durante el día atiende

(Y) el reflejo del corazón hace oscurecer el vino

 Con el desplegado velo del ébano de la noche

Entonces para el vino (el rezo) que ilumina la mañana.”

La descripción de ‘Alî (P) como alguien en quién están en juego todas las noblezas —pese a sus paradojas—, es una cualidad atribuida a él desde hace mil años. Sayyid Razi (la autoridad que compiló el “Nahyul Balaga”) dice: “La cuestión que siempre nos ha asombrado a todos al leer las palabras de ‘Alî (P), es que uno lo encuentra, dependiendo de la materia de que se trate, en muchos mundos diferentes. En un momento está en el mundo de la devoción para los siervos del Señor; después lo encontramos en el mundo de los místicos y ascetas; a continuación se lo ve en el mundo de los sufís y gnósticos. Un poco más allá lo vemos a ‘Alî (P) ocupado con los soldados y oficiales. Después está en el campo de los gobernantes justos, de los muftis, etc. En realidad ‘Alî (P) se involucra en todas las esferas. No está ausente de ninguno de los asuntos de los seres humanos”.

Safiuddin Helli ha intentado describir a ‘Alî (P) en deliciosos versos en árabe. El autor vivió en el siglo VIII H. Y su poesía al respecto, traducida literalmente, dice:

“Todas las paradojas convergieron en ti:

Eremita y gobernante; paciente y bravo.

Pobre pero generoso; devoto y combatiente...

la delicadeza de tu conducta da el hálito amoroso a la vergüenza

Tu valor y espíritu de lucha Disuelve la piedra y el hierro”.

(Cfr. Diwan de Safiuddin Helli, págs. 88-89)

De esta manera, el hombre perfecto es aquel que es el real campeón en todos los valores humanos, en todas las áreas de la naturaleza humana.

¿Qué lección podemos aprender de los argumentos mencionados?: debemos aprender a no seleccionar nunca un solo valor y negar o descuidar el resto. No podemos ser un campeón en todos los valores pero debemos, en la medida de lo posible, adquirir cierto grado de todas las cualidades y valores humanos. Si no somos un hombre perfecto deberíamos al menos intentar ser seres humanos equilibrados de modo que podamos aparecer en todos los campos como verdaderos musulmanes.

 

GLOSARIO DE TÉRMINOS Y ABREVIATURAS

 (00:00): Abreviatura para las citas del Sagrado Corán. El primer número indica una de las 114 suras o capítulos, luego de los dos puntos se indican los versículos.

‘ARIF: (Plural ‘urafá) Literalmente quiere decir sabios o conocedores. Designa a los seguidores del sufismo o espiritualismo islámico, también conocido como ‘Irfán.

BPD: Abreviatura de: La Bendición y la Paz sean con él y su Descendencia. Se dice después de la mención del Profeta Muhammad (BPD).

HADlZ: Ver Tradición.

HAFIZ: Famoso poeta místico iraní.

HEGlRA: La emigración del Profeta Muhammad (BPD) de la Meca a Medina en el 622 d.C. Es el punto de partida del calendario y era islámica.

IMAMES: En esta obra el término designa específica mente a los Doce Imames (P), los impecables sucesores del Profeta Muhammad (BPD) hasta la época actual. Ver: El Islam Shiíta, de Allamah Tabatabai.

MOULANA: Ver  Moulavi.

 MOULAVI: Literalmente “mi maestro”, es un apelativo común en oriente para Yalaluddín Rumi, conocido en occidente como un destacado exponente del sufismo. Se lo llama también Moulana que significa “nuestro maestro”.

MUYAHIDIN: Quienes combaten en el Yihad o Guerra Sagrada.

NAFS: Esta palabra árabe significa, según su uso, tanto alma como ego. Puede tener un sentido positivo, negativo o neutro según el contexto.

NAHYUL BALAGA: Famosa compilación de los dichos, cartas y sermones del Imam ‘Alî lbn Abi Talib (P). Es una obra famosa en todo el Islam por su sabiduría, elocuencia y perfección de la lengua árabe. El título significa “Cimas de la Elocuencia”, y hay versión en castellano.

P: Esta abreviatura entre paréntesis significa: La Paz sea con él. Se coloca luego de los nombres de los Imames (P) y de los Profetas (P).

SAADI: Famoso poeta y místico iraní. Algunas de sus obras están traducidas al español.

TRADICIÓN: Traducción del término hadiz, designa a los dichos, hechos, enseñanzas, etc., que se han recibido directamente del Profeta (BPD) o de los Imames de su Descendencia (P.), y que se encuentran compiladas en numerosos libros antiguos y modernos por millares. Es una de las dos fuentes de la doctrina islámica, ocupa el segundo lugar en importancia luego del Corán.

‘URAFA: Plural de ‘arif (ver).

VINO: Este término, igual que el de taberna, bebedores, borrachos, etc., que aparece en los poemas místicos citados en el texto, es una alegoría o símbolo para el néctar de la realización espiritual y la embriaguez de los estados contemplativos. No debe interpretarse como lo hacen algunos ignorantes en sentido literal (como en la poesía de Omar Khayyan) pues el vino y todo embriagante está totalmente prohibido en el Islam y los místicos siempre respetaron esto.

YIHAD: Este término (traducido a veces como Guerra Santa) significa todo lo que sea esfuerzo, sacrificio, combate, lucha, pero por un fin superior, no la mera violencia injusta. Se aplica tanto a la guerra que se emprende defensivamente para restablecer la justicia o rechazar la opresión, como al combate espiritual interior para establecer la justicia y equidad en la propia alma. En este último sentido es usado en este texto.

Extraído del libro El Hombre Perfecto Desde la visión del Islam y otros pensamientos; Editorial Elhame Shargh

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

www.islamoriente.com , Fundación Cultural Oriente


[1] Cualquier acto cumplido por amor a Dios se considera como adoración en el Islam. Cuando una persona realiza una actividad para ganar su sustento y el de su familia, para servir a su comunidad y no tener que depender de otros, está adorando a Dios.

[2] Aunque seguramente Saadi no era así en la práctica sino que solamente lo aplicaba a su poesía.

[3] El primero fue asesinado mientras que el segundo fue defendido por ciertos poderes.

[4] Uno, víctima de la injusticia y la opresión, el otro, victimario y opresor.

[5] Ver “Nahyul Balaga”, versión de Abduh, sermón Nº 201.

Article_image
Article_rate
Average: 3 (1 vote)