A través de mi investigación deduje que la desgracia que sobrevino a la comunidad islámica se debió al Iytihad de los Compañeros, el cual contradecía los claros textos. De este modo fueron violadas las ordenanzas de Allah y destruida la Tradición del Profeta. Los sabios y líderes religiosos llegan a hacer analogía del Iytihad que realizaron esos Compañeros y así contradicen a veces los textos proféticos cuando no están de acuerdo con lo que algunos de los Compañeros hicieron. Incluso contradicen los textos coránicos; y no estoy exagerando, pues ya mencioné anteriormente que, a pesar de la existencia del texto del “Taiammum” en el Libro de Allah, como así también en la Tradición confirmada del Mensajero, hicieron su propio Iytihad, y afirmaron que se debía dejar de hacer las oraciones si no había agua. ‘Abdullah ibn ‘Umar justificó esta interpretación de la manera en que ya indicamos en otra parte de esta investigación.
La historia de Jesucristo (AS) comienza, en el Corán, con un relato de la historia de la Familia de Imrán, los padres de la Virgen María (AS). Imrán es descendiente del profeta Salomón (AS) y, por ende, del profeta David (AS). Dios ha escogido la Familia de Imrán y la ha favorecido con la profecía, igual como lo había hecho antes con la Familia de Abraham (AS). De hecho, Imrán viene siendo descendiente de Abraham (AS): “Ciertamente Dios eligió a Adán, a Noé, a la familia de Abraham y a la familia de Imrán entre la gente * una generación descendiente de otra; Dios es Omnioyente y Sapientísimo” (3:33-34)...
JACOBO (AS) Y JOSÉ (AS) La historia del profeta José (AS) se presenta en el Corán en un sólo capítulo y con mucho detalle, a diferencia de las historias de otros profetas, las cuales se narran, con diversos pasajes, en diversos capítulos. Por esta razón, en este caso específico del profeta José (AS), no se incluirán las referencias a capítulos y versículos del Corán; se tendrá como referencia única el capítulo 12 del Corán titulado con el mismo nombre “Youssef” (José (AS)). Jacobo (AS) fue uno de los hijos de Isaaq (AS), y fue apodado -durante su vida- por “Israel”; en el Corán se refiere a él por ese nombre en algunos versículos. La palabra Israel –en hebreo- está compuesta de dos palabras: “Isra” y “El”, donde la primera significa siervo o “adorador”, y “El” significa Dios; es decir, se le apodó el siervo o adorador de Dios, ya que Jacobo (AS) se esmeraba mucho en sus actos de adoración de Dios. “Israel” es equivalente a la palabra árabe: “Abdullah”.
Gaza: “Combatid por Dios contra quienes combatan contra vosotros” "Lo que no comprenden Netanyahu, Biden y sus "cúpulas de hierro", es que los grupos que combaten en la defensa de Gaza, no sólo son soldados regulares como sus ejércitos, sino ellos tienen una raigambre espiritual tan profunda que en sus epifanías está entregar hasta la última gota de su sangre para defender su hogar (Gaza), su familia, su fe, frente al opresor."
… El mito de una Tierra sin Pueblo para un Pueblo sin Tierra No existe el pueblo palestino Esto no es como si nosotros hubiéramos venido a ponerles en la puerta de la calle y apoderarnos de su país. Ellos no existen. (Golda Meir. Declaración al Sunday Times el día 15 de junio de l969) La ideología sionista descansa en un postulado muy sencillo: está escrito en el Génesis (XV, 18): En aquel día hizo Jehová un pacto con Abraham diciendo: a tu descendencia daré esta tierra desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eúfrates…
La creencia en todos los profetas de Dios es uno de los pilares del Islam. También se comentó la diferencia existente entre un profeta y un mensajero, la cantidad de profetas y mensajeros, así como el rol que tiene un profeta o un mensajero. En este capítulo, se presentarán algunos pasajes de la vida de cada uno de los profetas o mensajeros mencionados en el Corán, teniendo en cuenta que hay muchos otros no nombrados por Dios en el mismo “Hay mensajeros de los que te hemos referido y mensajeros de los que no te hemos contado nada….” (4:164). En estas narraciones, se limitará, en lo posible, a lo presentado en el texto del Corán, recurriendo, en algunos casos, a completar o aclarar algunos aspectos, con base en dichos del Profeta Muhammad (SAAWAWS), cuando el caso lo amerite...
Son más de siete décadas que el pueblo de Palestina soporta el apartheid, la limpieza étnica, la expansión de asentamientos ilegales, el robo de tierras que Israel continúa llevando a cabo desde 1948, los crímenes de guerra y todo vejamen que comete a la luz de la comunidad internacional desoyendo toda ley y convención; ya que goza de una eterna impunidad avalada por la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea (UE) y toda entidad servil a la hipocresía del Gobierno de los Estados Unidos, que hasta ahora no ha cortado el suministro de armas y no ha congelado los miles de millones de dólares que se le entrega como “asistencia militar” al régimen sionista. Son más de 75 años ante los ojos de la comunidad internacional, quienes implícitamente se han convertido en cómplices de esta injusticia, al seguir socapando la impunidad a Israel, al que no sancionan, ni bloquean, ni censuran, ante la catástrofe del pueblo palestino, arrestos, ejecuciones sumarias, el genocidio, el infanticidio, la violación constante al Derecho Internacional, la matanza diaria a sangre fría de niños, mujeres, gente civil como la reciente masacre realizada en la Franja de Gaza, la cárcel al aire libre más grande del mundo que desde 2007 sigue bloqueada por todos lados, en donde ya fueron asesinados al momento de escribir estas líneas más de 5.850 personas –entre ellas 1.500 niños y 900 mujeres–, y más de 9 mil palestinos heridos, según el nuevo balance del Ministerio de Salud palestino...
Una noche mi amigo me dijo que el próximo día iríamos, si Allah así lo quería, a Nayaf. Le pregunté: “¿Qué es Nayaf?”. Dijo: “Es una ciudad de conocimiento; además, en ella se encuentra la tumba de Ali ibn Abi Talib”. Yo me sorprendí, puesto que, ¿cómo es que es conocida la tumba del Imam Ali?, pues todos nuestros Shaij dicen que no se sabe dónde se encuentra la tumba de nuestro maestro Ali. Tomamos un ómnibus hacia Kufa y allí nos detuvimos para visitar la Mezquita de Kufa, que es uno de los monumentos islámicos más famosos. Mi amigo me mostró todos los lugares históricos, me llevó al Santuario de Muslim ibn ‘Aqil y de Hani ibn Urwa, y me contó brevemente cómo fueron martirizados. Me llevó al mihrab (nicho en dirección a la qiblah), donde el Imam Ali fue martirizado; luego visitamos la casa donde el Imam vivía con sus dos hijos, nuestros maestros Al-Hasan y Al-Husain. En la casa todavía estaba el aljibe del cual ellos bebían y realizaban con su agua la ablución...
El pacto de Hudhaibiiah amainó el cúmulo de preocupaciones que debía enfrentar el Profeta, y asimismo, como consecuencia de la libre difusión del Islam que hizo posible, varios jefes y tribus árabes se islamizaron. En esos momentos fue que el gran líder de los musulmanes aprovechó para comunicarse con los grandes reyes de su época, con los jefes de diversas tribus y con los líderes religiosos cristianos de ese momento, para presentar a todos los pueblos su mensaje, que trascendía así los límites de una sencilla religión para proponer un sistema de vida completo, que reuniera a toda la humanidad bajo los principios de la Unidad divina y revolucionarias enseñanzas sociales y morales. Ese fue el primer gran paso que pudo dar el Profeta tras 19 años de disputas con la contumaz tribu de Quraish. Y de no haber sido por las sangrientas guerras y persecuciones a que los incrédulos lo obligaron, con toda seguridad que mucho antes habría expandido el marco de su convocatoria por todo el mundo conocido. Una parte importante del tiempo de la misión se había consumido en la defensa de la integridad del naciente Islam contra la iniquidad. Las cartas que el Profeta (B.P.) envió a las grandes personalidades de su época son una muestra acabada de su sabia táctica para la invitación al Islam. Los narradores de tradiciones y los historiadores se han encargado de recopilarlas. Todas ellas revelan que el método del Profeta era hacer llegar el Islam a través de la razón y no por la lucha.
Desde el día en que la luminosa estrella del Islam comenzó a brillar sobre Medina el pueblo judío se embanderó entre sus enemigos, con más encarnizamiento aún que los propios quraishitas. A partir de ese momento se empeñaron en destruir a los musulmanes pergeñando diversas maquinaciones. Estos judíos habitantes de Medina vieron sin embargo frustrados sus planes y sufrieron una humillante derrota. Algunos fueron ejecutados y el resto, como las tribus de Banu Qanuqa y Banu Nadir fueron expatriados, emigrando a Jaibar, Uadiul-Qura y Azra-At Sham. En cuanto a Jaibar, era un valle extenso y fértil, situado al norte de Medina, aproximadamente a 180 Km. Ya antes de la misión profética de Muharnmad (B.P.) el pueblo judío había construido allí siete fortalezas. El fértil terreno los hizo prosperar y adquirieron gran experiencia en agricultura, así como poder, riqueza y armas. Antiguos censos hablan de unos 20.000 habitantes en la zona, entre los cuales había un buen porcentaje de experimentados soldados.