La alegría, el entusiasmo y la gran recepción que los jóvenes ansár brindaron al Profeta lo estimularon a construir para los musulmanes un lugar de reunión llamado mezquita para concentrar allí todo lo relativo a la enseñanza, la oración, la educación, la política y las cuestiones judiciales. El centro del mensaje del Islam es la Unidad divina y la adoración al Creador del universo, luego era imprescindible que los musulmanes contaran ya, por su número y su nueva libertad de expresión, con un lugar para cumplir en comunidad sus oraciones y el recuerdo de Dios.
La primera etapa de la emigración del Profeta se cumplió felizmente sobre la base del plan establecido. En el medio de la noche el Profeta se había refugiado en la cueva de Zaur desbaratando el plan de sus enemigos y desconcertando a sus perseguidores. No sentía mientras permanecía allí ni el más mínimo desconcierto por el contrario consolaba a su compañero de viaje en los momentos más críticos: “‘¡No te aflijas, porque Dios está con nosotros!’ Dios infundió en él (Abu Bakr) Su sosiego, le confortó con tropas celestes que no pudisteis ver, anuló la palabra de los incrédulos y exaltó la palabra de Dios, porque Dios es Poderoso, Prudente. ” (9:40)
El gobierno de la Meca poseía una casa llamada Daru-n-Nadua que se destinaba a discutir los asuntos políticos de la comunidad. En ella se reunían los jefes de las tribus e intercambiaban ideas respecto a asuntos complejos. En los años 12 y 13 de la misión profética los mequinenses idólatras se enfrentaron de pronto con un gran peligro proveniente de los musulmanes que amenazaba su existencia e independencia. El importante asentamiento que los musulmanes habían conseguido en la ciudad de Iazrib y la protección que las tribus locales brindaban a los musulmanes y al Profeta eran un antecedente grave...
Todos los años un grupo de los árabes de Iazrib participaba en la celebración de los rituales de la peregrinación viajando a la Meca y el Enviado de Dios (B.P.) establecía comunicación con ellos. Fueron estas entrevistas las que prepararon el terreno para le emigración (Hégira) a Iazrib y también el origen de la concentración de la fuerza desunida del Islam en ese punto. La mayoría de las entrevistas, aunque no daban mucho beneficio, conseguían sin embargo que, de regreso en sus tierras, los peregrinos divulgaran como la noticia más importante la aparición de un nuevo Profeta. Expondremos a continuación, por su importancia, algunas de esas entrevistas del Profeta (B.P.) realizadas en los años undécimos, décimo segundo y décimo tercero de la misión, y tras su análisis se esclarecerán los motivos que llevaron al Profeta a emigrar de la Meca a Iazrib para concentrar allí las fuerzas del Islam naciente.
En el décimo año de su misión el Profeta (B.P.) y sus seguidores experimentaron acontecimientos felices y desgraciados. Ese mismo año como ya vimos el Profeta (B.P.) perdió a dos de sus grandes y sacrificados auxiliares y protectores: primero a su tío Abu Talib, la cabeza de Banu Hashim, el único protector de Muhammad entre los grandes, un firme creyente; luego, y cuando aún perduraba la tristeza por esta pérdida, se produce la muerte de su esposa Jadiya.
La religión islámica está compuesta por doctrina y jurisprudencia (esto es, una visión sobre lo existencial, y otra sobre lo que debe o no debe ser), lo cual es denominado “Principios de la Religión” y “Ramas de la Religión”. En los temas anteriores nos familiarizamos con los Principios de la Doctrina Islámica según la concepción Shî‘ah de una manera argumental. Así también se esclareció la postura y opinión shiíta respecto a la consideración que poseen los hadices del Profeta (BP) y Ahl-ul Bait (P). Ahora debemos brevemente hacer referencia al método y conducta jurídica de la Shî‘ah, como así también a algunas cuestiones jurídicas en las cuales la Shî‘ah posee una opinión y posición particular.
La religión islámica está compuesta por doctrina y jurisprudencia (esto es, una visión sobre lo existencial, y otra sobre lo que debe o no debe ser), lo cual es denominado “Principios de la Religión” y “Ramas de la Religión”. En los temas anteriores nos familiarizamos con los Principios de la Doctrina Islámica según la concepción Shî‘ah de una manera argumental. Así también se esclareció la postura y opinión shiíta respecto a la consideración que poseen los hadices del Profeta (BP) y Ahl-ul Bait (P). Ahora debemos brevemente hacer referencia al método y conducta jurídica de la Shî‘ah, como así también a algunas cuestiones jurídicas en las cuales la Shî‘ah posee una opinión y posición particular.
¡Oh, creyentes! ¡Absteneos mucho de las dudas! En verdad, algunas dudas son pecado. Y no os espiéis ni os difaméis unos a otros. ¿Acaso alguno de vosotros quiere comer la carne de su hermano muerto? ¡Lo aborreceríais! Y sed temerosos de Dios. En verdad, Dios acepta el arrepentimiento, es misericordiosísimo con los creyentes. (Sagrado Corán 49:12)
La civilización islámica es producto de los esfuerzos continuos de la comunidad islámica desde que brotó el ben¬dito mensaje muhammadiano. Así, los musulmanes con sus dife¬rentes pueblos y bajo la sombra de la fe y la creencia fundieron sus personas en el crisol del Is¬lam, emplearon todas sus fuerzas y facultades, y concentraron to¬dos sus esfuerzos para servir al Islam y concretar sus objetivos y sublimes propósitos, y de esa ma¬nera establecieron las bases de una civili¬zación con la cual la humanidad sigue en deuda y aprovechándose de la misma.
La oscuridad de la noche ya había abarcado los horizontes e imperaba por doquier indicando el momento en que la naturaleza y los seres vivos se retiran a descansar; renovando sus fuerzas para seguir el ciclo incesante de la vida a la mañana siguiente. El Profeta (B.P.) no esta exento de esta ley natural y quiso irse a dormir esa noche luego de sus oraciones. De pronto llegó a sus oídos una voz conocida, la voz de Gabriel (P.), el ángel de la Revelación, fiel transmisor del Mensaje divino. Le dijo: “Esta noche realizarás un viaje extraordinario y soy el encargado de acompañarte. Recorrerás los cielos en una montura extraordinaria llamada Buraq.”