La escritura arábiga es, por definición, la más árabe de las artes plásticas del Islam. Pertenece pese a ello a la totalidad del mundo islámico, e incluso se considera como la más noble de las artes, pues da forma visible a la palabra revelada del Sagrado Corán. La caligrafía es asimismo el arte de más amplia extensión entre los musulmanes, ya que todo el que sepa escribir sabe apreciar los méritos de un buen calígrafo. Se puede afirmar sin temor a la exageración que nada ha plasmado mejor el sentido estético de los pueblos musulmanes que la escritura arábiga. Es preciso estar familiarizado con sus formas y estilos para abarcar este arte en toda su amplitud y sobre todo en la ornamentación arquitectónica, frecuentemente dominada por la epigrafía.
En el mundo de las re­laciones interculturales puede encuadrarse el mundo de las relaciones inter­nacionales, en cuanto a esa re­lación entre pueblos le demos un carácter sociológico, el ca­rácter de sociedad internacio­nal.Aunque la palabra “internacio­nal” es muy moderna, hace re­ferencia a una comunidad po­lítica que regula sus relaciones por medio del “Derecho de Gentes”, ya que no es posible una convivencia política sin unas normas de conducta.
La geografía en el contexto islámico vino aparejada con los viajes de peregrinación a lugares sagrados , a rutas comerciales , a campañas bélicas fuera de fronteras o a viajeros como Ibn Batuta con deseos de conocer lugares remotos.De esto se vió privilegiada la literatura de viajes y la cartografía que sirviera luego a otros viajeros como Cristobal Colón para sus viajes ,y se auxilió en su desarrollo de otras ciencias como las matemáticas, la geología y la cosmografía  .Este artículo nos brinda una panorámica del desarrollo de esta ciencia en el mundo islámico.
Paralelo al aporte de la brújula, el astrolabio y el timón de codaste, los nautas musulmanes difundieron la «vela latina» (la denominación es equívoca, pues puede hacer suponer que sea de origen latino, cuando en realidad fue un invento de los musulmanes), también conocida como de cuchillo o triangular, más fácilmente orientable, que permitía navegar con viento de costado, mientras las velas más usuales de la época, trapezoidales, exigían para poder navegar el viento de popa, circunstancia ésta que enlentecía sobremanera las singladuras, encareciendo los fletes.
En el mundo hay tres perlas incomparables que son la expresión más acabada del pensamiento del Islam transformado en arquitectura. En su extremo occidental, hallamos más viva que nunca la Alhambra, palacio-fortaleza que fue la residencia de los sultanes de Granada durante 250 años. En su extremo oriente, está el mausoleo del Taÿ Mahal en la ciudad de Agra, India, que guarda las tumbas de Mumtaz Mahal y su esposo, el emperador Shahÿahán desde hace más de tres siglos.
La civilización andalusí ha sido considerada por estudiosos e historiadores como realmente extraordinaria. Al-Ándalus (los territorios que hoy comprenden España y Portugal) fue el más importante centro cultural del mundo entre los siglos IX y XII. Una economía pujante, una sociedad virtuosa y tolerante, políglota y cosmopolita, fundamentada en una cosmovisión revolucionaria y progresista, forjaron una civilización islámica inmensamente rica en todos los sentidos que se extendió durante ocho siglos en la Península, entre 711 y 1492, y otros tantos al heredar su legado los pueblos hispanoamericanos.
A unos cien años de la Hégira (622) el Islam abrazaba diez regiones. Eran éstas de oeste a este: España, África del Norte (Marruecos, Argelia y Túnez), Egipto, Siria, Palestina, Mesopotamia, Anatolia, Persia, Turquestán y la India.Durante los siglos VII-VIII, las concepciones artísticas del Islam se encontraron, en cada una de estas regiones, frente a un mundo diferente al cual se acomodaron y por el que fueron asimiladas. Estas diez regiones iban a entrar en un denominador común que sería «el arte islámico».
«En ningún momento, ni Roma ni París, las dos ciudades más pobladas del Occidente cristiano, se acercaron al esplendor de Córdoba, el mayor núcleo urbano de la Europa árabe-islámica» (“La vida cotidiana de los árabes en la Europa medieval”). Charles-Emmanuel Dufourcq, medievalista francés.
El Islam es un océano inabarcable que esconde extraordinarias y valiosísimas joyas, que debemos aprender a descubrir y disfrutar de ellas. Los movimientos teológicos, filosóficos, literarios, científicos y artísticos que ha legado a la historia son singulares, pero no menos singular es su vitalidad actual y su proyección al futuro.Nosotros creemos que el tercer milenio será profundamente creyente y los hombres y mujeres de este mundo buscarán cada día más la verdad, la justicia, el amor y la felicidad que sólo Dios Todopoderoso puede otorgar a los humildes y sinceros de corazón. Como dijo el pensador francés André Malraux (1901-1976): «El siglo XXI será religioso o no será».El Islam, desde un principio, fue el gran reaseguro del monoteísmo, tan caro a judíos y cristianos, y un decidido patrocinador de las ciencias y las artes, sin discriminación de raza, color o credo. Muchos intelectuales occidentales, desde el franciscano inglés Roger Bacon (1214-1294) al jesuita español Miguel Asín Palacios (1871-1944), pasando por el poeta alemán Johann Wolfgang Goethe (1749-1832) y finalizando con dos sabios como el filósofo francés Henry Corbin (1903-1978) y el historiador inglés Arnold Toynbee (1889-1975) han caído en la cuenta de ello.
Uno de los grandes temas que tanto en Oriente como en Occidente ha seducido a muchos buscadores de los misterios y la ciencia es el de la alquimia .Devenido hoy en día en una palabra de uso común por el movimiento New  Age y totalmente vanalizado por los medios, la alquimia representó  una búsqueda rigurosa de la verdad espiritual  y un acercamiento a métodos científicos que más tarde se separaría en lo que es la química.El artículo es un curioso recorrido por la génesis de este fascinante mundo .