La economía islámica se compatibiliza con la escuela económica y no con la ciencia económica. Por lo tanto cuando decimos que el Islam tiene una escuela económica no significa que tenga una ciencia económica propia. El Islam no ha venido para descubrir los fenómenos de la vida económica y sus causas. No es responsabilidad suya. Así como no se supone que enuncie las leyes astronómicas, tampoco es de suponer que enuncie las leyes económicas. El Islam ha venido a organizar la vida económica y a desplegar un sistema basado en la justicia social.
Proponemos ocuparnos primero del capitalismo democrático. Es el sistema responsable de la introducción de todas las formas actuales de injusticia en la vida económica social. Eliminó la forma feudal de gobierno y sustituyó a la Iglesia. Llevó a una nueva clase de hombres al poder para establecer nuevas condiciones sociales.
La religión tiene una gran misión que ninguna otra institución puede emprender porque todos sus elevados e implícitos objetivos pueden materializarse solamente sobre la base religiosa. Solamente la religión puede establecer una ligazón irrompible entre los valores morales y el egocentrismo que es parte de la naturaleza humana. En otras palabras, la religión combina el egoísmo, como conducta natural en la vida, con ese tipo de normas que deben ser observadas para asegurar la prosperidad y la justicia.
Un problema mundial que ha ocupado la mayor atención del hombre contemporáneo se refiere a averiguar cuál sistema es el más conveniente para desarrollar la vida social de la humanidad. Esta es la cuestión más sensible e intrincada enfrentada constantemente por el hombre desde que comenzó su vida social. Siendo la mutua cooperación la base de la vida social, se requiere un sistema legal que gobierne las relaciones humanas. Cuanto más este sistema esté en consonancia con la naturaleza e intereses humanos, mejor se asegurará la prosperidad y solidaridad de la sociedad humana.
Al-Mahdi no es solamente la encarnación de una doctrina islámica de carácter religioso, sino también el tratamiento de una aspiración, que la humanidad ha suscrito en sus diferentes religiones y doctrinas, y la formulación de una aspiración innata a través de la cual todos los seres humanos, a pesar de la diversidad de sus doctrinas y la divergencias de sus caminos conduciendo al misterio, reconocen que la humanidad conocerá el Día Prometido cuando los Mensajes Divinos realicen su objetivo final revelando su significación grandiosa, y cuando la difícil marcha a través de la historia, desemboque en la estabilidad y en la tranquilidad tras tantos esfuerzos.
Este estudio consiste de una pregunta y una respuesta. La pregunta es: ¿existe una escuela económica en el Islam? Nuestra respuesta es afirmativa. Pero proponemos explicar primero la pregunta, luego dar la respuesta valiéndonos de ejemplos y finalmente responder los interrogantes que puedan surgir.
""Este articulo tiene notable actualidad a pesar que fue escrito antes de la caída del bloque de países socialistas encabezados por la URSS"" En este conflictivo mundo de grupos dominantes ubicados en dos campos separados, el capitalista y el socialista, en el que ambas partes están armadas hasta los dientes con bombas atómicas y misiles balísticos, el hombre de hoy día está en apuros, gimiendo bajo el gran peso del materialismo y el ateísmo.
Una de las partes más interesantes de las enseñanzas económicas islámicas es la que se refiere a las responsabilidades económicas y financieras del gobierno musulmán. Existen instrucciones muy detalladas al respecto, pero en este libro solamente nos ocuparemos de una parte de ellas. En general, las responsabilidades económicas del gobierno se pueden dividir en dos partes: (1) Responsabilidad de cubrir los requerimientos de los necesitados. (2) Responsabilidad de dar los lineamientos en los distintos sectores de la producción y la distribución.
La observación y las experiencias sociales bajo distintos sistemas económicos y sociales muestran que desde el punto de vista de las capacidades mental y física los seres humanos difieren ampliamente uno del otro. De lo que hablamos es acerca de la disparidad innata y natural y no de la causada por las injusticias económicas y sociales y las priva­ciones que pueden ser rectificadas removiendo las causas que las produ­cen tales diferencias son causadas por factores tales como la falta o el exceso de alimentación, el conocimiento de los métodos correctos o las facilidades educativas y de experimentación, cosas que no constitu­yen una disparidad natural.
Del estudio precedente llegamos a la conclusión de que el To­dopoderoso ha puesto abundantes recursos naturales a disposición del hombre y lo ha provisto con todo aquello necesario para la vida. No existe duda de que dichos recursos le han sido provistos para que haga el mejor uso posible de ellos, y no simplemente para que los mi­re o los desprecie o descuide, recurriendo a una vida monástica, desa­tendiendo el mundo. El Islam denuncia la renunciación. Se relata que el Santo Profeta (B. P. y Desc.) ha dicho: “En el Islam no hay vida monástica.”