La Vida del Imam al-Mahdi (a.s.)

El doceavo Imam inmaculado de Ahlul Bait (a.s.)

La Ocultación Menor y Mayor del lmam Mahdi (I) - Martirio de su padre Imam Hasan Al-Askari (la paz sea con ellos)

Al-lamah Baqir Sharif Qurashi

Estoy seguro que los lectores estarán ansiosos de obtener información acerca de la ocultación menor y mayor de Su Eminencia, Imam Mahdi (a.s.), pues esta creencia no es sostenida completamente por todos los grupos de musulmanes. Por tanto, presentamos la siguiente discusión para beneficio de nuestros respetados lectores.

EL IMAM DE LA ERA BAJO LA SOMBRA DE SU RESPETADO PADRE

Su Eminencia, el Imam Mahdi (a.s.), es ese reformador divino a quien Dios Todopoderoso ha mantenido vivo especialmente para la reforma del mundo y el establecimiento de un gobierno religioso en el Mundo, por tanto Su Eminencia Imam Hasan al Askari (a.s.) también demostraba el mayor de los respetos y honores a su hijo quien sería el remanente de Allah sobre Su tierra (Baqiatullah Fi Ardih). Mantuvo el asunto de su existencia muy meticulosamente oculto de los opresores abbásidas quienes estaban en su severa persecución. A pesar de esto el Imam Askari (a.s.) informó a muchas de las grandes y confiables personalidades Shias acerca del asunto, y les presentó a Su Eminencia, el Imam Mahdi (a.s.) en audiencias especiales. Estas personas vieron a Su Eminencia Imam Mahdi en algunas reuniones junto a su padre. Estas personalidades a su vez brindaron esta información a otros Shias quienes eran considerados confiables y sinceros con respecto a la Wilayat (amor y custodia) de Ahlul Bait (a.s.) hasta que la existencia de Su Eminencia, el Imam Mahdi (a.s.), se volviera un hecho cierto para todos ellos y no quedara ninguna duda al respecto.

El asunto del Imam Esperado es una de las creencias más claras y aceptadas por los Shias. Él es el último de los sucesores del Mensajero de Dios (a.s.) quien fue certificado por él como el líder de su comunidad. Por tanto, era natural para los Shias plantearle muchas preguntas detalladas sobre él al Profeta y a los otros Imames de modo de poder reconocerlo perfectamente y ganar la mayor información posible sobre este asunto. Hemos brindado elementos sobre esto en las notas previas.

EL IMAM HASAN ASKARI (a.s.) SE MARCHA A LA ETERNA MORADA

Los tiranos abbásidas solían emplear el peor tipo de torturas y presiones sobre Su Eminencia el Imam Askari (a.s.). Ellos lo pasaban de una prisión a otra de modo que la mayor parte de su limitada y breve vida transcurrió en cárceles oscuras y horribles. Al mismo tiempo, impedían que los Shias se encontraran con Su Eminencia y que sabios y narradores de tradiciones se beneficiaran de la compañía del Imam. Con un carácter estricto y despiadado impusieron un embargo económico sobre Su Eminencia, y todo ello como resultado de la malicia y el celo que estas gentes malvadas habían cultivado contra el Santo Imam debido a las siguientes razones:

Primero: Su Eminencia, el Imam Hasan al Askari (a.s.) fue la más eminente personalidad de su tiempo, y una gran parte de la comunidad de musulmanes lo veían como su Imam y líder y no apoyaban el gobierno tiránico de los abbásidas ni estaban a su favor. Por el contrario, estaban en oposición frontal al opresivo régimen abbásida y sus puntos de vista eran contrarios, al extremo de criticarlos y denunciarlos. Por lo tanto, los abbásidas se comportaron con máxima severidad y fuerza contra Su Eminencia.

Segundo: Los gobernantes abbásidas estaban absolutamente aterrados con el hijo de Su Eminencia, el Imam Esperado, sobre quien el Mensajero de Dios (a.s.) había profetizado sería su último vice-regente y el único reformador que establecería un sistema de absoluta justicia y equidad y barrería toda opresión e injusticia, porque ellos tenían la certeza que su gobierno opresivo sería destruído por sus manos. Es por ello que trataron de asesinar al Imam Hasan al Askari (a.s.) una y otra vez de modo que su progenie fuese cortada tal y como se describe en algunas cartas de Su Eminencia. En las cartas que él escribió a algunos de sus seguidores Shias se menciona:

“Creían que podrían planear el asesinato para que mi descendencia fuera cortada. Y Dios Todopoderoso hizo inefectivas sus palabras y planes, y el agradecimiento y la gratitud son para Dios, el Altísimo.”

La carta anterior fue escrita antes del nacimiento de Su Eminencia, el Imam Esperado (a.s.).

Tercero: Los saadat alawis (descendientes del Profeta Muhammad y del Imam Ali) elevaron sus estandartes de revuelta en varias áreas contra el gobierno tiránico y despótico de los abbásidas para establecer justicia y restaurar los derechos humanos que habían sido pisoteados por el régimen abbasí. Estas revueltas fueron apoyadas por sectores de la sociedad y la comunidad musulmana. Naturalmente esto fue un asunto de gran preocupación para los abbásidas, quienes se volvieron enemigos mortales de todo aquel que sospecharan fuera un alawi, infringiéndoles las peores torturas y atrocidades. En aquel momento el Imam Askari (a.s.) era pilar y gran personalidad obedecida por todos. De tal modo, fue el blanco de la furia y la enemistad de los tiranos abbásidas. Por tanto lo sometieron a las peores atrocidades, torturas y presiones. Todos estos ejemplos muestran las causas de la enemistad y la maldad de los abbásidas contra el Santo Imam (a.s.).

ACLARACION DEL IMAM HASAN AL ASKARI (a.s.) SOBRE EL IMAMATO DEL IMAM ESPERADO (a.s.)

Cuando el Imam Hasan al Askari supo que su martirio y muerte estaban cercanas, anunció claramente el Imamato de Su Eminencia, el Imam Mahdi (a.s.) y lo presentó a sus confidentes cercanos y seguidores confiables. Ahmad ibn Ishaq Ashari, hombre piadoso y temeroso de Dios fue una de estas personas. Se dice en las tradiciones que dijo: "Fui a ver al Imam al Askari (a.s.) para preguntarle acerca de su sucesor. Su Eminencia se me adelantó en el asunto y dijo lo siguiente:

¡Oh, Ahmad ibn Ishaq! Dios Todopoderoso no ha dejado al mundo sin Prueba Divina, hasta que la hora sea establecida (El Día del Juicio). A través de la Prueba Divina las calamidades se repelen de los habitantes de la tierra, cae la lluvia y los frutos de la tierra emergen.”

Después de escuchar estas palabras Ahmad le preguntó a Su Eminencia (a.s.): ¿Quién es el Imam y el Califa después de ti? El Imam Askari se levantó de su asiento, se dirigió al interior de su casa y regresó al poco tiempo llevando sobre sus hombros a un niño, cuyo rostro asemejaba a la luna llena y parecía tener unos tres años de edad. Después de ello Su Eminencia el Imam Askari (a.s.) dijo:

¡Oh, Ahmad! Si tú no tuvieras una posición especial y exaltada ante Dios y Su Prueba, yo no te hubiera mostrado este hijo mío. Su nombre y su patronímico es el mismo que el del Mensajero de Dios (a.s.). El llenará la tierra de justicia e igualdad, del mismo modo que ella ha sido aterrorizada por la injusticia y la opresión. ¡Oh, Ahmad! En esta comunidad su ejemplo es como aquel de Jizr y Dhulqarnain. ¡Por Dios! El se ocultará y nadie se salvará de la destrucción sino aquel a quien Dios haya mantenido firme en la creencia en este Imam y le haya dado el privilegio divino (Tawfiq) de orar por su reaparición.

Ahmad inmediatamente preguntó, “¿Hay alguna señal o signo que pueda satisfacer a mi corazón?”

Entonces el niño, cuyo rostro resplandecía como la luna llena, comenzó a hablar y dijo:

“Soy la Prueba de Dios en Su tierra y el ejecutor de la venganza a Sus enemigos, no demanden pues pruebas después de lo que está ante ustedes”.

Después de escuchar estas palabras de la Prueba de Dios, Ahmad salió de la casa del Imam (a.s.) en tal condición que todo su ser desbordaba alegría. Cuando volvió a la casa del Imam al Askari (a.s.) al día siguiente dijo: ¡Hijo del Mensajero de Dios! Me siento muy satisfecho y complacido con el favor que me hiciste aquel día. ¿Cuál es la continuación de la práctica de Jidr y Dhulqarnain?”

Su Eminencia, el Imam Hasan Askari (a.s.) respondió: “La ocultación prolongada”.

Ahmad dijo de inmediato: ¡Hijo del Mensajero de Dios! ¿Será tan prolongada la ocultación del Imam Prometido (a.s.)?”

Su Eminencia el Imam (a.s.) respondió: “Por mi Señor, sí, tanto que aún aquellos que la hayan aceptado, se alejarán de su creencia y no quedará en nadie excepto en aquellos de quien Dios haya aceptado el pacto de nuestra custodia y en cuyos corazones se haya enraizado nuestro amor y lo apoyen con sus corazones.”

¡Oh, Ahmad! Esta es la órden de Dios, uno de los secretos divinos y uno de los asuntos ocultos de Dios. De modo que recuerda lo que te estoy diciendo y mantenlo confidencial, y se uno de los agradecidos de manera que puedas residir en la posición de ‘Illyin[1] con nosotros.”[2]

Esta tradición contiene algunos puntos importantes:

Primero: Desde que Dios Todopoderoso creó al hombre en la tierra, consideró necesario establecer Su Prueba para satisfascer todas sus necesidades. Entonces envió a profetas y a sus sucesores para que les llevaran el mensaje de Su Señor y superar sus pruebas. Esto es debido a la generosidad del Señor. La gracia divina tiene una base lógica, sobre la cual los sabios y expertos en teología escolástica presentan sus argumentos. Y ellos plantean que incumbe a Dios de acuerdo a los argumentos racionales establecer y completar Su argumento sobre la gente de modo que quien intente despertarse, lo haga sobre la base de pruebas y argumentos lógicos. Y quien desea destruirse a sí mismo, lo debe hacer sobre la base de las pruebas y argumentos. Además de esto, la existencia de la Prueba de Dios es en sí misma la causa de Sus innumerables frutos y bendiciones. Algunos de ellos son el repeler las calamidades para las criaturas de la tierra, la caída de la lluvia, etc.

Segundo: Cuando Dios Todopoderoso favorezca a Sus criaturas con la reaparición y el advenimiento de Su gran reformador, Su Eminencia, El Imam Esperado (a.s.), el establecerá los más altos valores, el primero de los cuales es el establecimiento de la justicia política y social en el mundo y la destrucción de las variadas formas de opresión que estarán presentes allí.

Tercero: Dios Todopoderoso prolongará la edad del Imam Esperado (a.s.) tanto como la edad de Jidr (a.s.) y Dhulqarnain. Esto no es difícil para el Todopoderoso y el Omnisciente Señor. Es de la misma forma que el Todopoderoso ha hecho a las estrellas y a los planetas navegar en sus órbitas, y los cuales continúan existiendo a la vista de la tierra. Por tanto, no es para Dios, quien todo lo sabe, difícil prolongar la edad de Su Santo reformador, teniendo en cuenta todo el Conocimiento oculto del cual solo El es conocedor.

Cuarto: Dios Todopoderoso pone a prueba a sus siervos a través de la prolongada ocultación de Su Santo y ayudante, el Imam Esperado (a.s.). Solo quienes permanezcan firmes a su Imamato serán los que se mantengan firmes en su creencia.

Estos son algunos de los puntos importantes mencionados en esta bendita tradición.

Una de las tradiciones que el Imam Hasan al Askari (a.s.) ha establecido para explicar el Imamato de su gran hijo, Su Eminencia, el Imam Esperado (a.s.) es citada por una eminente fuente fidedigna, Muhammad ibn Uzman Amri, quien escuchó de su padre. El dijo: “Estaba presente al servicio de Abu Muhammad, el Imam Hasan al Askari (a.s.) cuando le preguntaron acerca de la tradición: “Por cierto la tierra nunca estará vacía de la prueba de Dios sobre sus criaturas hasta el Dia del Juicio, y si alguien muere sin reconocer al Imam de su tiempo, morirá en la ignorancia…`que había sido narrada por los ancestros de Su Eminencia. En respuesta a la pregunta Su Eminencia enfatizó en la autenticidad de la tradición y dijo: “Esta tradición es verdadera y correcta, tanto como el día y el sol son verdaderos y existen…”

En ese momento una persona en la reunión se levantó y preguntó: ¡Hijo del Mensajero de Dios! ¿Quién será la prueba divina e Imam después de ti?

Su Eminencia, al Askari (a.s.) lo condujo hasta su hijo y dijo: “Mi hijo, Muhammad, es el Imam y la Prueba de Dios después de mí. Quien muera sin reconocerlo habrá muerto en la ignorancia. El tiene una ocultación durante la cual las personas tontas y mal guiadas estarán perplejas y serán destruidas. Y aquellos que fijen un tiempo para su reaparición serán mentirosos. Entonces el reaparecerá.”

Esta tradición también contiene los aspectos que hemos presentado anteriormente.

ASESINATO DEL IMAM HASAN AL ASKARI (a.s.)

Debido a que Su Eminencia, el Imam Hasan al Askari (a.s.) era famoso entre todos y merecedor de respeto y honor por los musulmanes y todos los alawis, esto era una situación difícil para el tirano abbáasida Mutamid. No podían tolerar este honor y respeto al Imam (a.s.), por tanto decidieron envenenarlo.[3] Ellos prosiguieron con su plan, y cuando Su Eminencia fue envenenado, cayó al suelo debido al severo dolor y las molestias causadas por el veneno. A pesar de esto el Imam soportó el dolor pacientemente.

VIGILANCIA DEL REGIMEN ABBASIDA

El régimen abbásida comenzó una estricta vigilancia debido a que el pánico se había apoderado de ellos. El califa abbásida Mutamid ordenó a cinco de sus confidentes y a uno de sus siervos nombrado Nahrir a no abandonar la casa de Su Eminencia y observar cuidadosamente toda la información reférente al Imam (a.s.) y comunicarla a él de inmediato. Por otra parte, formó un comité médico y les ordenó visitar a Su Eminencia todas las mañanas y las tardes. Dos días después de haber suministrado el veneno a Su Eminencia, su condición empeoró y se debilitó. Mutamid ordenó a los médicos que no se alejaran del lado del Imam, que no lo dejaran solo un instante.[4] Del mismo modo instruyó a su jefe Qazi a quien nombró desde ese momento como ministro. Le envió diez hombres para mantener al Imam bajo vigilancia, con claras órdenes de no alejarse de su lado (a.s.).

HACIA EL PARAISO

Debido al efecto del terrible veneno, la condición de Su Eminencia se tornó más y más seria, y los médicos abandonaron toda esperanza de salvarlo. Entonces, el Imam se volvió hacia la Qiblah y quedó inmerso en la recordación de Dios y la recitación del Sagrado Corán. En completa entrega y llanto, buscando la proximidad de Dios, suplicando e implorando hasta que su alma purificada voló hacia los altos cielos y hacia el Señor, y fue recibido por los ángeles y las puras almas de los profetas y santos.

La muerte y martirio del Imam Hasan al Askari (a.s.) fue una gran pérdida en esos momentos y una severa calamidad para todo el mundo del Islam, porque la comunidad musulmana fue privada de su gran guía religioso y protector de los derechos humanos. Por tanto los llantos y gritos de queja y los tristes coros brotaron de la casa del Imam (a.s.)

LOS ULTIMOS RITOS DEL IMAM HASAN AL ASKARI (a.s.)

Al fin, el cuerpo purificado del Imam (a.s.) recibió su baño funerario, fue perfumado, amortajado y dejado listo para las oraciones funerarias. Abu ‘Isa ibn Mutawakkil fue designado por Mutamid, el califa abbásida, para recitar la oración (se comenta en algunas narraciones que Ya’far, el tío del Imam Mahdi (a.s.) se adelantó para recitar la oración, pero el Imam lo detuvo y dijo: “Yo soy más apto para rezar por mi padre que tú”). Después de ello recitó la oración del difunto sobre el santo cuerpo de su padre. En ese momento el rostro de Ya’far se enrojeció de la vergüenza. Los presentes allí le preguntaron respecto al Imam Esperado, quien había rezado por su padre. Él dijo que no lo conocía. Después de concluídos los ritos funerales el régimen ordenó mantener el rostro del Imam al descubierto de modo que Bani Hashim, los abbásidas, oficiales de defensa, servidores civiles, jefes de organizaciones y magistrados del gobierno pudieran ver al Imam por última vez. En ese momento dijeron: Este es Hasan ibn Ali ibn Muhammad ibn Rida, quien ha fallecido de muerte natural, mientras tales y tales empleados del califa y tales y tales oficiales del Juez principal estaban al lado de su lecho.[5] Después de ello cubrió el rostro del santo Imam (a.s.). Hicieron esto para que el régimen abbásida no fuera hecho responsable del envenenemiento del Imam, del mismo modo que habían envenenado a su abuelo el Imam Musa ibn Y’afar.

LOS PREPARATIVOS DE LA PROCESIÓN FUNERARIA DEL IMAM HASAN AL ASKARI (a.s.)

Personas de todos los asentamientos de Samarrah se dirigieron a la residencia del Imam (a.s.) en condición de luto para participar del funeral. Todas las organizaciones oficiales, los comercios y los mercados se cerraron y Samarrah parecía una escena del apocalipsis.[6]

Hasta ese día Samarrah no había tenido una manifestación de duelo tan grande en un funeral. Las personas llegaban en multitudes para participar del funeral del Santo Imam. Manifestaban unos a otros sus condolencias y se daban ánimos mutuamente ante la gigantesca pérdida sufrida por la comunidad. Recordaban las virtudes y los méritos del Santo Imam (a.s.).

LA TUMBA DEL IMAM HASAN AL ASKARI

El santo cuerpo del Imam Hasan al Askari (a.s.) fue enterrado en su propia casa, junto a la tumba de su respetado padre, Imam Ali al Hadi (a.s.). El bienamado del Santo Profeta de Dios, y la luminaria de la Santa Descendencia fue al fin enterrado.[7] Los saadat alawis y los abbásidas se pararon junto a la tumba. Las personas venían en grupos a ofrecer sus condolencias y el programa del funeral llegó a su fin. Los creyentes partieron hacia sus casas con un sentimiento de tristeza y un gran peso en sus corazones- [8]

REDADA EN LA CASA DE IMAM HASAN AL ASKARI (a.s.)

El régimen abbásida estaba tan aterrado y preocupado del Imam Esperado que inmediatamente después del funeral rodearon la casa del Imam Hasan Askari (a.s.) y las casas vecinas por si en alguna de ellas pudiese estar oculta alguna de las mujeres del Imam. La casa del Imam (a.s.) fue completamente registrada, luego sellada y fue ordenado a algunas mujeres mantener estricta vigilancia sobre las esposas del Imam. Si alguna de ellas se encontraba embarazada debía ser arrestada. En el momento en que fueran informados que una de ellas se encontraba en estado de gestación, debía ser puesta en custodia y colocada a cargo de Nahir y algunos oficiales. Los opresivos gobernantes abbásidas tomaron medidas muy severas para que el Imam Esperado no pudiera nacer y destruir su régimen. Sin embargo, la voluntad divina no quiso que aquello fuera impedido por tales búsquedas y redadas.

DELEGACION DE QOM

Un grupo de Iranies de Qom partió hacia Samarrah llevando dinero y pagos religiosos de los Shias de Qom para visitar a Su Eminencia, el Imam Hasan Askari y para entregarle el dinero. Cuando llegaron a Samarrah supieron que el Imam Hasan Askari (a.s.) había fallecido. Algunos sirvientes de Ya’far les dijeron que después de él, el Imam era Ya’far. En ese instante Ya’far se había ido con sus cantantes y músicos para divertirse a las orillas del Rio Tigris. Es por ello que la delegación de Qom no creyó que Ya’far pudiera ser el Imam pues ellos sabían que un Imam como Prueba Divina está alejado de actos pecaminosos y de desobediencia. Por tanto decidieron verlo y conocer la verdad sobre él. Llegaron en el momento en que Ya’far regresaba a su casa y le dijeron: “Somos un grupo de Shias de Qom y traemos algún dinero para nuestro maestro, Imam Hasan Askari (a.s.)”. Ya’far no les dejó completar la frase y preguntó apresuradamente: “¿Dónde está el dinero?” “Con nosotros”, respondieron pero le pidieron a Ya’far que les dijera acerca de la cantidad de dinero que habían traído y quienes se lo habían dado. Hicieron esto porque siempre que visitaban al Imam Hasan Askari (a.s.) él solía informarles acerca de estos asuntos. Ya’far quedó perplejo y no supo que hacer. Protestó diciendo que ellos estaban mintiendo y que el conocimiento de lo oculto era solo de Dios, y que su hermano no tenía semejante conocimiento. La delegación de Qom se sintió confundida y se miraron entre sí. Ya’far les dijo en un tono de voz airado y furioso que le entregaran el dinero. El grupo dijo que ellos eran representantes del pueblo de Qom y que solo le darían el dinero si les pudiera proveer de algunos signos como solía hacer el Imam Hasan Askari (a.s.). De ese modo si él era su Imam, debía probarlo con evidencias y que por el contrario ellos devolverían el dinero a sus respectivos propietarios. Al escuchar esta respuesta, Ya’far se dirigió al Califa Abbasida y le informó acerca del asunto reférente a la delegación de Qom. Ya’far buscaba su ayuda para apoderarse del dinero del grupo de Qom. El Califa también presionó a los Qomíes y les dijo: “entreguen el dinero a Ya’far”. La delegación de Qom dijo que ellos eran representantes y agentes del pueblo de Qom. “Ellos nos han pedido que no entreguemos el dinero a nadie sin obtener una prueba de su Imamato. Este mismo proceder era el que prevalecía durante el Imamato de Hasan Askari (a.s.).

Dijo el Califa: “¿Y cual eran los signos que presentaba el Imam Hasin al Askari (a.s.)?

El grupo dijo: “Sin que le dijéramos nada, Su Eminencia nos daba detalles de cualquier cosa que trajéramos. Y cuando estábamos seguros de que el Imam conocía perféctamente el asunto, se lo entregábamos a él. Ahora, si este hombre es el poseedor de la Custodia y la Guia (Wilayat) como su hermano, debe informarnos acerca de este asunto y explicar la cantidad y la condición, de manera que podamos entregarle el dinero. De lo contrario, nosotros devolveremos el dinero a sus dueños.”

Ya’far se enfureció, se volvió al Califa y dijo: “¡Oh principe de los creyentes! Estas personas atribuyen la falsedad a mi hermano, porque eso es conocimiento de lo oculto y mi hermano no poseía tal conocimiento.”

El Califa no prestó atención al planteamiento de Ya’far, sino que dijo: “Ellos son agentes y no son los propietarios del dinero, de modo que ellos no pueden ser responsables de tomar esa decisión.”

La delegación imploró al Califa que les ayudara a abandonar la ciudad de modo seguro. El Califa ordenó que fueran llevados fuera de la ciudad bajo protección policial y que nadie debiera obstruir su paso.

La delegación de Qom abandonó los límites de la ciudad y de pronto se toparon con un hombre joven y apuesto quien mencionó cada uno de sus nombres y dijo “¡Acepten a su Maestro!”. El grupo dijo: “¿Eres el Jefé de la Custodia?” El joven respondió: “¡No, me refugio en Dios!”. Simplemente soy un sirviente obediente a su Maestro, de modo que acompáñenme a la presencia de él.”

El grupo de Qom félizmente siguió al joven. Cuando llegaron a la casa del Imam (a.s.) vieron que el Imam se encontraba sentado en una plataforma, con un atuendo verde. Su rostro resplandecía como la luna llena. Saludaron al Santo Imam, y después de haberse acomodado, el Imam les informó acerca de la cantidad de dinero y otros detalles.

El Grupo de Qom se prosternó en agradecimiento a Dios Todopoderoso por haberles permitido reconocer a su Imam y Prueba Divina. Después de ello, hicieron varias preguntas sobre temas religiosos a Su Eminencia, quien les proveyó las respuestas que necesitaban. Entonces le entregaron el dinero y los presentes. Su Eminencia les instruyó que en el futuro, ellos no debían traer nada a Samarrah, que debían entregar el Jums a su representante en Baghdad. Las comunicaciones escritas debían ser también entregadas a dicho representante. En esa misma reunión, el Imam (a.s.) entregó una mortaja y alcanfor a Abu Abbas Muhammad ibn Ya’far Qommi Himyari y le dijo: “que Allah magnifique tus recompensas”.

Después de haber recibido estos favores el grupo se despidió de Su Eminencia y partieron hacia Qom en Iran, y durante el viaje cuando alcanzaron un punto entre Uqbah y el área de Hamadan, el anteriormente mencionado Abu Abbas falleció.[9]

YA’FAR Y EL CALIFA ABBASIDA

Después de la muerte de Imam Hasan Askari (a.s.) Ya’far envió 20 000 dinares al Califa Abasida y le reclamó que le diera el status y la posición que el onceno Imam había ostentado. Los Abasidas le respondieron que la posición y el elevado status del Imam no habían sido otorgados por ellos sino por Dios Todopoderoso. El más tarde confésó que ellos habían aplicado todos los recursos posibles para destruirlo pero que Dios Todopoderoso había continuó elevando la posición del Santo Imam. Es por ello que Su Eminencia tenía las perfécciones del conocimiento, el mérito y las virtudes. De modo que si Ya’far poseía el mismo elevado estatus a la vista de los Shias y seguidores del Santo Imam, no necesitaba ningún nombramiento oficial. Pero si los Shias del Imam Askari no reconocían sus méritos, era evidente que el no poseía las cualidades que tenía su difunto hermano. En tales circunstancias cualquier apoyo de los Abbasidas sería inútil para Ya’far.[10]

De hecho el planteamiento del Califa Abasida era cierto, pues la posición y el estatus del Imam (a.s.) no estaba bajo el control de los Abasidas, ni ellos podían conférirlo a nadie que quisieran. Por el contrario, la personalidad del imam y su honorable posición provenían de Dios Todopoderoso. Y es Él solamente quien escoge a los mejores de Sus siervos para el Imamato y la Custodia (Wilayat). El régimen Abasida había concentrado todos sus esfuerzos para hacer caer la elevada posición y el estatus del Imam Hasan Askari (a.s.) y los otros Imames. Consideraban permisibles todo tipo de atrocidades y tiranía sobre Ahlul Bait y sus seguidores. A pesar de ello, su posición y éxito crecieron día a día. La confianza y la satisfacción de las personas respecto a Su Eminencia continuaron creciendo. Sin embargo, Ya’far con su falso reclamo al Imamato y la Wilayat continuaba sufriendo perdidas, su solicitud al Califa Abbasida no tenía ningún valor y no tuvo éxito en alcanzar tal honor y posición.

Extracto del libro La Vida del Imam al-Mahdi (a.s.); Editorial Elhame Shargh

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

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[1] El lugar más alto en el Paraiso

[2] Kamal ud-Din del sheikh Saduq, pag. 216

[3] Vida del Imam Al Hasan al Askari

[4] Al Irshad, pag 283

[5] Al Irshad, pag 383

[6] Al Irshad, pag 383; Dairatul Ma’rif, Bustani 7/45

[7] Vida del Imam Hasan al Askari

[8] Ibid

[9] Kamal ud-Din

[10] Muntakhabul Athar, pag. 370

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