Notas del corazón para los viajeros del amor

Masuma Chambi Saavedra[1]

Existe una hermosa metáfora  persa que dice: “Él que tenga su techo más grande, más nieve tendrá”, al principio suena un poco raro y sin sentido; sin embargo esto quiere decir que cuando alguien tiene una casa grande y muy lujosa, lógicamente tiene un techo más grande, pero cuando alguien tiene una casa pequeña y sencilla, tiene un techo más pequeño, entonces cuando llega el invierno el techo de las casas se llenan de nieve, por lo tanto él que tiene la casa más grande tendrá que barrer más; en cambio él que tiene la casa pequeña, sólo barrerá poco agotándose menos.

En la vida no hay que tener mucho para ser feliz;  ya que este mundo es material, siendo que al momento de morir una persona no se llevará nada con él, por lo tanto nuestro viaje de esta vida  al más allá debe ser liviano y desapegado del mundo, sus vicios y corrupción, así como alguna vez dijo el Imam Jomeini (r.a), que “La curación definitiva de la mayoría de los vicios y corrupciones depende de la curación del apego al mundo y al propio ego, puesto que al curarlos el alma humana consigue tranquilidad y seguridad, y el corazón se sosiega y adquiere la fuerza de la certeza siendo negligente respecto a los asuntos mundanales y no dando importancia a ningún tipo de comida y bebida; y si alguien lo molesta por algún problema mundanal él lo asume y toma con tranquilidad, y desde que su amado no es carnada de la gente del mundo, no va tras de ello con fervor, y a pesar de que resulta difícil cortar la raíz del apego al mundo, especialmente al comienzo del viaje, cada asunto difícil se torna fácil con una decisión firme. La fuerza de la voluntad y la decisión domina cada asunto difícil y problemático, y facilita y acerca cada camino, aunque fuese largo y pedregoso”.

El desapego al mundo capitalista y consumista derruye el espíritu de los hombres y mujeres, lo cual no significa ser pobre, sino sobrio y liviano de equipaje para vivir con lo justo, para que las cosas no le roben la libertad a uno, tal como lo dijo mi amigo “Pepe” Mujica, -ex presidente del Uruguay- a quien respeto y admiro.

Si me preguntaran que es lo más importante en el mundo les diría el amor y la felicidad, pues cuando amas y eres amado eres feliz, y cuando eres feliz no te importa nada más que eso. Puedes ser feliz teniendo poco y eso es lo que más importa; no las cosas materiales, ya queAl principio todos los pensamientos pertenecen al amor. Después, todo el amor pertenece a los pensamientos” (Albert Einstein), en donde ese amor y esos pensamientos tienen su raigambre en esa fuerza suprema que siempre nos acompaña.

Pero ¿Alguna vez te has preguntado qué es el amor?; pues supongo que todos lo hemos hecho en algún momento de nuestra vida. El amor es una palabra que es inexplicable, aunque teóricamente se definiría como un sentimiento muy fuerte hacia alguien o algo. Yo prefiero decir: que el amor es algo que te hace feliz, algo que te transmite paz.

En algún momento escuche decir que no necesitas el amor para vivir y ser feliz, porque con tener dinero y un techo donde dormir basta. En mi opinión esa clase de pensamiento es dañino para el alma, los individuos que piensan así están aún sumidos en la ignorancia del mundo material, pues ¿Cómo una persona llegaría a ser feliz sin el amor? Es como alguien que tiene una mansión y un sinfín de bienes innecesarios, sin tener a nadie a quien amar, ayudar y compartir como cuando nuestros padres envejecen y están a nuestro lado, por ello prefiero mil veces ser “pobre” y no tener casi nada; pero sí tener una familia en la cual refugiarme, amar y ser amada.

No tener amor en la vida es como comer una deliciosa comida sin sal, o comer una magnífica sopa, pero sin condimentos. Científicamente también está comprobado que el amor es necesario en la vida. Un ser humano no es humano si no necesita amor; es un fenómeno. Filosóficamente el hombre y la mujer son seres sociales, lo que significa que necesitan compañía para vivir, en otras palabras, amar es buscar la trascendencia humana para conectar con aquello que es eterno (esa fuerza suprema que para mí es Dios) siendo que el amor es el impulso esencial de la vida, que no es algo teórico ni frío; sino que tiene que ver con las dimensiones de otro mundo, aquel que está lejos de la materialidad pírrica, por ello muchas veces sonreímos y nos sosegamos sin tener nada, así por ejemplo el solo hecho de recordar es un destello puro de felicidad lejos del dinero o la materialidad.

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www.islamoriente.com, Fundación Cultural Oriente


[1] Musulmana Boliviana y amante de la poesía.

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