Israel y su política colonial en Palestina y su política agresiva contra países como El Líbano y Siria ha dado muestras más que suficientes, que representa el verdadero obstáculo para la paz en una de las regiones más conflictivas del planeta.El sionismo representa así un barril de pólvora que desencadena periódicamente su poder destructivo, a contrapelo de los derechos de millones de seres humanos. Tras el retiro forzado de las fuerzas ocupantes israelíes de El Líbano el año 2000, unido a la derrota militar sionista en la guerra en el mismo país el año 2006, a manos de las fuerzas de Hezbolá, a lo que se suma el triunfo del Movimiento de Resistencia islámica – Hamas – en la Franja de Gaza el año 2006, el régimen Israelí comenzó una serie de operaciones militares contra la población de la Franja de Gaza.
En la parte I de este trabajo sostenía que la otrora “isla de estabilidad” con que el ex mandatario estadounidense Jimmy Carter definía al Irán sujeto al dominio estadounidense se vio sacudida por una Revolución.Una revolución que comenzó a cambiar, no sólo estructuralmente la nación persa, sino también la correlación de fuerzas en la zona de Oriente Medio y Asia Central. En sus 38 años, desde el triunfo de las fuerzas revolucionarias, la República Islámica de Irán ha tenido que ampliar su estado de alerta en todos los planos, fortalecer su capacidad disuasiva, elevar la moral combativa de sus tropas, desarrollar su industria, investigar, crear, innovar a pesar de las restricciones y bloqueos que día a día tiene que sortear. Un combate que no ceja en virtud de la determinación de sus enemigos occidentales y regionales decididos a destruir a Irán “sumirla en la edad de la piedra” como es habitual escuchar en los apocalípticos discursos y en la cantinela repetitiva de los gobiernos sionistas sean estos Laboristas o del Likud.
La República Islámica de Irán vive un contencioso que ha marcado toda una generación, que ha visto transitar casi cuatro décadas desde el triunfo revolucionario, con una guerra de agresión que obligó a la denominada santa defensa contra Irak. Años de bloqueos y sanciones por el férreo convencimiento de asumir su soberanía y dignidad a toda prueba. Una época que en julio del año 2015 generaría un punto de inflexión, con la firma de los denominados Acuerdos Nucleares o Plan Integral de Acción Conjunta – JCPOA por sus siglas en inglés – que reconoce en Irán su derecho a desarrollar su programa nuclear pacífico y con ello poner fin a sanciones económicas, políticas, científicas y diplomáticas, que mostraron no sólo su carácter injusto, sino que estériles para doblegar la resistencia iraní.
Considerando sólo los últimos 16 años, mediante una conducta de depravación evidente, la entidad sionista, encabezada por el Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu, ha sido protagonista de una política masiva de asesinatos contra la población palestina, tanto en la Franja de Gaza como en la Ribera Occidental. La suma total de víctimas en la sociedad palestina entre el año 2000 – cuando se inicia la segunda Intifada, en la Franja de Gaza cuando se concretan las autodenominadas: Operación Militar israelí Plomo Fundido, el año 2012 con la Operación Pilar Defensivo y la Operación Margen Protector del año 2014 unido a las agresiones contra los habitantes del West Bank en las ciudades de Al Quds (Jerusalén) Al Jalil (Hebrón) Bayt Lahm  (Belén), Beit Jala,  Ramallah, Tulkarm, Nablus, Ariha – Jericó - entre otras suma, aproximadamente, 13 mil muertos y 40 mil heridos – de los cuales 2.100 muertos son niños - a lo que hay que añadir 25 mil palestinos que han pasado por las cárceles israelíes de los cuales quedan 6 mil tras las rejas, 500 de ellos niños menores de 16 años.
Setenta naciones, junto a las cinco potencias mundiales miembros del Consejo de seguridad de la ONU, se reunieron el pasado 15 de enero en parís, con el fin de relanzar un proceso de paz estancado entre palestinos e israelíes. El resultado fue el previsible: nada nuevo bajo el sol.A dicha cita no fueron invitados los miembros de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) como tampoco de la entidad sionista. El gobierno francés pretendía que tanto Netanyahu como Abbas se reunieran en París como broche de esta Conferencia, idea imposible de llevar a cabo por la rotunda negativa del Primer Ministro israelí. El objetivo de la Conferencia  era sentar una política de consenso destinada a avanzar en el término de un conflicto que se arrastra  ya por 59 años y que se ha expresado, en lo concreto, en la pérdida territorial de gran parte de la Palestina histórica, la ocupación de los territorios de la Ribera Occidental a partir del año 1967, el cerco a la Franja de Gaza, la política de asentamiento con colonos judíos en el Wests Bank en una cifra que supera ya los 650 mil colonos y el establecimiento de bantustanes  sujetos a la administración civil y militar sionista, que hacen imposible pensar hoy en un Estado Palestino.
Ese hombre esencial e irremplazable es Akbar Hashemí Rafsanyaní, fallecido a los 82 años de edad luego de una vida entregada para la grandeza de su país. Nacido un 25 de agosto del año 1935 en el seno de una familia ligada a la producción del Pistachos, en la aldea de Behraman en la provincia suroccidental de Kerman. Sus inquietudes más que ir por el lado de la empresa familiar lo llevaron por el camino de la Teología. Desde muy pequeño su camino estuvo trazado, brillando con luces propias.
La casta gobernante en Israel, tanto la civil como la militar, han sido sacudidos por el temor de ver concretado el aislamiento de la entidad sionista, a partir de la decisión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de impulsar la Resolución N° 2334 aprobada el pasado 23 de diciembre del 2016.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, aprobó el día viernes 23 de diciembre la resolución N°2334 contra los asentamientos ilegales del régimen de Israel, pese a las presiones ejercidas por Trump y Netanyahu, junto al lobby sionista. De nada sirvieron las amenazas y coacciones  desplegadas por sectores políticos – principalmente republicanos – junto el presidente electo estadounidense Donald Trump y el Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu, asistidos por el lobby de organizaciones como el Comité de Asuntos Público Estadounidense-Israelí (AIPAC);  pues a pesar de esa actividad política el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas – CSNU - aprobó la Resolución N° 2334,  con la coautoría de Nueva Zelanda, Malasia, Venezuela y Senegal, que condena los asentamientos de colonos judíos en territorios de la Ribera Occidental.
Las agresiones contra Siria, Irak, Yemen y Libia, fundamentalmente, se han convertido en parte de los frentes más importantes de lo que es ya una realidad: la Tercera Guerra Mundial.Una Guerra de alcance planetario, que además presenta otras áreas de conflictos, como es el caso de la región del Donbaas, que soporta una guerra de acciones militares y permanente tensión política y social desde abril del año 2014 principalmente en las regiones de Luganks y el Donetsk, autoproclamadas como Repúblicas Populares. Ello, tras los hechos que desencadenaron el derrocamiento del ex Presidente Ucraniano Viktor Yanukovich en febrero del año 2014, a manos de los movimientos proeuropeistas e influenciado también por la decisión de los habitantes de la Península de Crimea de volver al seno de Rusia, uno de los factores esgrimidos, para sancionar a la Federación Rusa.
Donald Trump, el mandatario electo de los Estados Unidos tiene entre sus “objetivos” internos como también en el ámbito de su política exterior el tensionar la relación con los musulmanes a quienes considera como personas que “odian a Estados Unidos” ¿Cómo evitar esta conducta que según Trump los musulmanes sienten contra Estados unidos? Las medidas parecen ser simples en el razonamiento blanco y negro que mueve al magnate devenido presidente: estrechamiento de la vigilancia de la comunidad musulmana en Estados Unidos – que se calcula en cerca de 7 millones de habitantes – como también el restringir la entrada de creyentes de esta confesión religiosa, declarado en plena campaña presidencial. Esto, a propósito de la matanza de San Bernardino en California – en diciembre del año 2015 - donde los atacantes dieron muerte a 14 personas supuestamente bajo la inspiración de la doctrina takfirí propagada por EIIL – Daesh en árabe – que se sumó a los atentados de París en Noviembre del año 2015, que permitió al otrora candidato Donald Trump afirmar que “debemos bloquear completa y totalmente la entrada de musulmanes en Estados Unidos porque son personas que odian a la población de nuestro país en actos más allá de lo comprensible y que se instaure hasta que las autoridades averigüen qué está pasando”.