Las ciencias vinculadas a la botánica,  la herbología ,la agronomía y el arte floral tuvieron,  y aun poseen , una importancia capital en las investigaciones de los sabios musulmanes .Muchos fueron los científicos que en su versatilidad de conocimientos abordaron los tópicos dedicados a las plantas ,su deasrrollo y utilización en la medicina ,la gastronomía , la agricultura y la decoración .Baste  con revisar las obras de Avicenas , Al Farabi o Averroes para dar fe de este asunto.El siguiente artículo del gran investigador Ricardo Elía muestra elementos del desarrollo de estas ciencias en el contexto islámico y su grado de influencia tanto en el Oriente como en Occidente.
La influencia del Islam en Occidente fue variada e inmensa. Del Islam la Europa cristiana recibió alimentos, bebidas, fármacos, medicamentos, armas, heráldica, temas y gustos artísticos, artículos y técnicas industriales y comerciales, costumbres y códigos marítimos y a menudo palabras para estas cosas: naranja, limón, azúcar, jarabe y mil más. Sobre la impronta de la cultura islámica a Occidente trata este artículo del profesor Ricardo H.S. Elías.
«Puesta en tela de juicio la existencia de un estilo mudéjar, no queda sino considerar lo mudéjar como la continuación del arte hispanomusulmán, tras la desaparición del poder político» (“El mudéjar iberoamericano. Del Islam al Nuevo Mundo”, p. 45). Santiago Sebastián, mudejarista españolLas particulares circunstancias de la historia medieval de España y Portugal, con la presencia del Islam firmemente arraigado en la Península durante ocho siglos, desde la llegada de los musulmanes en marzo de 711 hasta la toma de Granada en enero de 1492, dejaron una huella imborrable en el pueblo español que determinada corriente historiográfica ha minusvalorado sistemáticamente, a pesar de lo cual el célebre historiador Ramón Menéndez Pidal (1869-1968) se vio obligado a definir a España en un conocido estudio como «Eslabón entre la Cristiandad y el Islam» (Austral, Madrid, 1977).
Al-Andalus para los musulmanes, Sefarad para los judíos. Nombres que evocan un capítulo único en la historia, cuando musulmanes, judíos y cristianos lograron crear en la península Ibérica una sociedad vibrante marcada por la convivencia en un clima de tolerancia. Un mundo donde un judío podía ser el visir del califa y el epitafio de un rey cristiano estaba escrito en latín, árabe, hebreo y castellano. Una cultura que se nutría de matemáticos, filósofos, poetas y músicos, independientemente de su credo, y que irradió a Europa las primeras traducciones de Platón y Aristóteles, la tradición de la lírica amorosa y la poesía profana, los avances en matemáticas y medicina, y los logros en arquitectura y tecnología.Este artículo nos adentra en ese gran capítulo de la historia de la tolerancia religiosa en la humanidad .
 En Alemania, el escritor y poeta Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832) publicó en 1773 su poema «Mahoma», en el que incluye como personajes al Profeta del Islam, a su yerno y sucesor Alí Ibn Abi Talib, y a su hija Fátima. Para la construcción de esta obra, Goethe utilizó como fuentes el libro de Jean Gagnier (1670-1740) La vie de Mahomet (Amsterdam, 1732), y la tragedia de Voltaire (1694-1778) Mahomet (París, 1741). Ya antes de esta realización, en junio de 1772, escríbele Goethe a su amigo el literato Johann Gottfried Herder (1744-1803) desde Wetzlar: «Siéntome tentado a pedirle a Dios como Moisés en el Corán. Señor, hazme espacio en mi menguado pecho». Su extenso y polifacético «Diván de Oriente y Occidente» trasunta un reconocimiento de la sabiduría coránica y la mística de los poetas musulmanes como Firdusí, Rumí, Hafiz y Sa’adi (cfr. J. W. Goethe, Obras Completas, tomos 1 y 3, Aguilar, Madrid, 1987).Este artículo es una excelente introducción al tema sobre los orientalistas y su impacto en el estudio de la cultura islámica en occidente.
«Si esto es el Islam, ¿no somos todos musulmanes?». Johann Wolfgang GoetheEn la Edad Media, en un contexto de enfrentamientos militares y de polémica religiosa como resultado de las invasiones cruzadas, y los contactos con la España y la Sicilia musulmanas permitieron a los europeos acceder al conocimiento de una civilización que en muchos aspectos materiales, culturales y espirituales era superior a la suya. La transmisión de la herencia científica de la Antigüedad efectuada por los musulmanes y los propios avances intelectuales del mundo islámico fueron igualmente conocidos desde finales del siglo XI, principalmente a través de España.El siguiente artícuo nos adentra en un estudio sobre el orientalismo occidental y la figura del gran poeta alemán Goethe.
«Con gran intuición Yamaluddín al-Afganí replicaría a Renan, como luego lo haría Asín Palacios, que la religión islámica no es un enemigo irreconciliable de la razón, al contrario, el humanismo del que tanta gala hacía la cultura francesa, había sido el auténtico sentido del Islam» (“Historia del pensamiento en el mundo islámico”). Miguel Cruz Hernández (Málaga, 1920).«Una tradición no está viva y no transmite vida sino a condición de que sea un perpetuo renacimiento». Henry Corbin (1903-1978),Islamólogo francés, especialista en sufismo y shiísmo.
La honda influencia que los países del Oriente dieron a la literatura ,las artes plásticas y la música en Occidente es apreciable con tan solo echar una mirada a la historia del arte europeo. En la pintura europea de los siglos XIX y XX es visible dicha impronta en los movimientos románticos, impresionistas y preerafaelistas, donde se observa una fascinación por los misterios Orientales, los paisajes exóticos de Egipto, Persia y Palestina, los retratos de lugareños ataviados a la usanza del Medio Oriente y las escenas comunes de los habitantes de remotos lugares. Este artículo es un recorrido por esta parte importante de la historia de las artes visuales occidentales.
«Para el artista musulmán o, lo que viene a ser lo mismo, para el artesano que ha de decorar una superficie, el entrelazado geométrico es sin duda la forma que más le satisface en el plano intelectual, pues se trata de una expresión muy directa de la Unidad divina que está tras la variedad inagotable del mundo. Cierto es que la Unidad divina como tal está más allá de cualquier representación, pues su naturaleza que es absoluta, no deja nada por fuera de sí misma, nada la ‘acompaña’»(«El Arte del Islam», p. 66).Titus Buckhardt