El año 1979, a escasos meses del triunfo de la Revolución iraní, su líder, el fallecido Imam Jomeini designó el último viernes del Ramadán como el Día Mundial de Al-Quds – nombre de Jerusalén, la santa, en árabe - destinado a colocar la causa del pueblo palestino por su autodeterminación en el centro de las preocupaciones de la comunidad musulmana - la Umma - del mundo entero.
Oriente Medio continua en el centro noticioso internacional, parte de las preocupaciones por lo que acontece en esa zona del mundo; ya sea por la seguidilla de profanaciones, ataques y violación de los derechos de la población palestina en particular y la musulmana en general, respecto a la libertad de desplazamiento, reunión y uso de sus recintos sagrados; como es la explanada de las Mezquitas en Al Quds. Así como también por la guerra de agresión sufrida por el pueblo sirio a manos de grupos terroristas takfiries y todos aquellos contenciosos donde la mano de la cruenta triada conformada por Washington- Tel Aviv y Riad se ha dejado sentir con su carga de miles de muertos, heridos, millones de desplazados internos y refugiados, que incrementan el recuento de muertos y desaparecidos en la travesía por lograr sobrevivir.
Hace un año atrás, en el Día Mundial del Refugiado, mis amigos de la Fundación Cultural Oriente – www.islamoriente.com – me propusieron escribir un artículo con referencia a esta conmemoración y dar cuenta del estado de este fenómeno de los refugiados ya convertido más que en un hecho puntual, en una situación crónica, alarmante y sobre todo con profundas repercusiones en las sociedades sometidas a guerras de agresión, conflictos internos o dificultades de todo tipo que han forzado a su población a emigrar.
“Subrayamos que los Estados que apoyan al terrorismo, arriesgan a convertirse en víctimas del mal que promueven”, afirmó el presidente de los Estados Unidos como única opinión frente a los atentados terroristas sufridos por Irán el pasado miércoles 7 de junio.Ataques que tuvieron como objetivo dos símbolos del país persa: un emblema político como es la sede del Parlamento – Mayles – en el centro de Teherán, la capital iraní y el Mausoleo del Iman Jomeini al sur de Teherán, referente histórico y religioso. Actos de terror que causaron la muerte de 17 personas y heridas a un medio centenar. Las palabras del presidente estadounidense lo retratan como el personaje que es: un ser dotado de escasa inteligencia, de nula diplomacia y sobre todo expresa el tipo de política que desprecia a los pueblos con la nula solidaridad y humanidad frente a hechos que afectan a su sociedad.
Entre los días 5 al 10 de junio del año 1967 las fuerzas sionistas, atacaron a los ejércitos de Egipto, Siria, Irak y Jordania bajo el pretexto, que las fuerzas egipcias apostadas en la península del Sinaí representaban un peligro para Israel. Una contienda bélica, que tendría amplias repercusiones en la vida política de las naciones árabes de Oriente Medio y sobre todo, significaría el inicio de la ocupación del territorio palestino tanto en la Franja de Gaza como en los territorios de la Ribera Occidental.
Si algo quedó claro, en la visitada efectuada por Donald Trump a la Palestina histórica ocupada por Israel a partir del año 1948 y posteriormente su reunión con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina – ANP - en la ciudad de Bayt Lahm en la también ocupada Ribera Occidental es que el Eje de la resistencia debe redoblar sus esfuerzos en la defensa frente a los ataques de Washington y sus aliados sionistas.La primera etapa del periplo de Trump, por tierras de Oriente Medio, significó aterrizar en Arabia Saudí, dominada por la Monarquía wahabita. Allí quedó establecido que la República Islámica de Irán le quita el sueño a la alianza tripartita entre el Imperialismo. Sionismo y el wahabismo. Gran parte de las discusiones, entre ellas las que se dieron en el denominado Foro Para la Lucha Contra el Terrorismo y el Extremismo y en la pomposa pero ineficaz Cumbre Islámica-Árabe-Estadounidense se centraron en atacar a la nación Persa.
Entre el 10 y el 16 de abril de este año 2017, en gran parte del mundo, la sociedad civil, organizaciones políticas e incluso gobiernos están realizando una serie de actividades, conferencias y encuentros en solidaridad con el pueblo palestino bajo el nombre de “Semana Mundial Contra el Apartheid Israelí”.Un ciclo de actividades cuyo objetivo es visibilizar y condenar las violaciones a los derechos humanos contra la sociedad palestina, por parte de Israel. Una palestina que sufre la ocupación de su territorio desde el año 1948. Una semana abierta también a la crítica abierta y lucha contra el sistema de apartheid instalado por la entidad sionista y su ejército de ocupación, tanto en la Ribera Occidental como en la Franja de Gaza. Esto, mediante una política colonial y racista que ha sido condenada en innumerables oportunidades por las propias Naciones Unidas.
Una nueva derrota de la política sionista en Palestina y de la protección del gobierno estadounidense a su socio, representa el informe de una agencia de las Naciones Unidas, que establece la existencia de un régimen de apartheid israelí, que somete al pueblo palestino en los territorios ocupados tanto de la Ribera occidental como de la Franja de Gaza.
Las falsas promesas de cumplimiento por parte de EE.UU., del acuerdo nuclear, han justificado plenamente la opción persa de fortalecer sus fuerzas armadas ante las amenazas de Washington contra la milenaria nación iraní. Para el liderazgo iraní, hoy es tiempo tanto de misiles como de negociaciones frente a aquellos que quieren imponer sus condiciones.
La entrega de los Premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos - los denominados Premios Oscar - mostraron el poder de las Agencias de Relaciones Públicas occidentales y la buena correspondencia, que suelen tener con el poder político.Afirmación que se sustenta en la entrega de la famosa estatuilla de la cultura cinematográfica estadounidense, en la categoría de mejor cortometraje documental a la historia “Los Cascos Blancos Sirios” – The White Helmets por su título en inglés – mismo cortometraje que fue usado como caballito de batalla, para lograr que la mencionada entidad postulara al Premio Nobel de la Paz 2016, que finalmente fue otorgado al Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos por sus esfuerzos en el proceso de paz en su nación junto a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – FARC.
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