Dios es la luz de los cielos y de la tierra

Por: Ayatolá Mahdi Hadavi Tehrani

Traducción: AbdulKarim Orobio

¿Qué significa “Dios es la luz de los cielos y de la tierra? ¿Es Él una luz física?

Sin duda, la “luz” mencionada en el versículo de la Luz (Al-lah es la luz de los cielos y de la tierra…) no es una luz física y tangible. La luz tangible es propia de las características y cualidades accidentales de los existentes materiales. Es por eso que los argumentos que niegan la corporeidad de Dios niegan que se pueda percibir a Dios como una luz material tangible. Además, son muchos los versículos del Corán que niegan la posibilidad de una percepción visual a Al-lah, desaprobando cualquier tipo de similitud entre Él y sus criaturas.

Por lo tanto, cuando Al-lah se refiere a que Él es “la luz de los cielos y de la tierra” ciertamente que no significa una luz tangible.

Luz, por definición es aquello que está esencialmente manifiesto y hace que otras cosas se manifiesten y sean visibles también; es evidente y hace que otras cosas también lo sean; es aparente y hace que otras cosas sean aparentes. Esta definición se aplica tanto a la luz sensorial--como la luz del sol, las estrellas y la de una lámpara—y a la luz suprasensorial—como al conocimiento y la fe. Por supuesto, lo que viene a la mente al escuchar la palabra “luz” en principio es una luz sensorial. Pero al analizar la definición de luz (aquello que está esencialmente manifiesto y hace que otras cosas se manifiesten) uno ve que se puede aplicar la palabra “luz” a los asuntos espirituales, porque estos iluminan al espíritu, al ser interior y éste uso también se encuentra en el Sagrado Corán, donde, habla de la fe como una luz que se le ha concedido al creyente. Además, también los místicos utilizan la palabra luz para referirse al “amor”.

Ya que la Esencia Divina es brillante y manifiesta y es también la causa que da brillo y hace a otras cosas manifiestas—porque Él es el creador y dador de la existencia---es correcto utilizar la palabra Luz para denotar a Al-lah. Por otra parte, como la causa que hace que otras sean aparentes a otras es su existencia, debe concluirse que el ejemplo más apropiado de luz es la existencia en sí misma. Por lo tanto, Al-lah es el mejor ejemplo de luz. Al-lah es el único ser en realidad manifiesto por sí mismo que hace que otros se manifiesten. Entonces, debe decirse que Él es la luz que ilumina a los cielos y la tierra.

Además, llama la atención que “los cielos y la tierra” es un alusión a la totalidad del mundo del ser, a todas las criaturas terrestres y celestiales, a los mundos ocultos y evidentes, no únicamente a los cielos que están encima de nosotros o la tierra que habitamos. De aquí el significado de “Al-lah es la luz de los cielos y la tierra”, es que Al-lah es la luz de todo el universo.

El motivo por el cual se utiliza la palabra luz en lugar de creador es para resaltar el hecho que, así como la luz está manifiesta y como tal no necesita de nada más para irradiar luz sobre sí misma, Dios también está manifiesto, es evidente y no necesita de un intermediario para iluminarse a Sí mismo. Entonces, los gnósticos en línea con las enseñanzas de los profetas e Imames (a.s.) han dicho que todas las criaturas deben ser entendidas bajo la luz de Al-lah; no debemos intentar identificar a Al-lah por medio de Sus criaturas y efectos. Para los amigos de Al-lah, todo se manifiesta bajo Su luz y no se percibe nada más esta. Si no fuese por la Luz Divina, todo se sumergiría en oscuridad e inexistencia.

Por lo tanto, el punto primordial que se entiende en esta aleya es que Al-lah llega a ser conocido por todas Sus criaturas porque la apariencia de todas las cosas deriva de Su Evidencia e Iluminación. Él está manifiesto en toda Su Esencia y por lo tanto Su oscuridad ante los ojos del ciego intelectual se debe a la intensidad de Su luz; “Oh Tú, que estas oculto por la intensidad de Tu luz, Tú que estas manifiesto pero oculto dentro de Tu Manifestación”

Otro punto que se concluye de esta aleya es el hecho que Al-lah, según el Islam, es reconocido como “luz” no “La Luz más Grande”. La creencia Maniquea de que Al-lah es La Luz Mayor (una luz física similar a otras luces, pero mayor y más elevada) no es una creencia correcta. Según el Corán, Al-lah es “pura luz” y es suprasensorial. Él es la única luz en el mundo de la existencia y todo lo demás es “oscuridad”. Según vemos en algunas suplicas; Él es “la Luz de las Luces”. Es decir, Él es la luz verdadera, y si existe alguna otra, es gracias a Su existencia y Luz.

Respuesta Detallada

Sin duda alguna, cuando decimos que Al-lah es luz, “Al-lah es la luz de los cielos y la tierra”[1], el Corán no intenta representarlo como una luz física. La luz tangible es una creación más entre las creaciones de Al-lah, como lo menciona claramente en la primera aleya de la Sura An’am:

“Todas las alabanzas pertenecen a Al-lah, Aquel que ha creado los cielos y la tierra y estableció la oscuridad y la luz”[2]

Los filósofos musulmanes, teólogos y exegetas del Corán dieron pruebas sólidas para negar cualquier aspecto corpóreo en Dios.[3] Por lo tanto, usar la palabra luz para referirse a Él no denota una luz sensorial, la cual es física o una característica de la materia.

Entre los teólogos-exegetas, Fakhr Razi probablemente analizó este tema en más detalle que cualquier otro. En su exposición acerca del Versículo de la Luz, formuló seis argumentos racionales de porque Al-lah no puede tener un cuerpo y por lo tanto la luz mencionada en la aleya no puede significar una luz material y tangible.[4]

Mucho más importante es que, muchas aleyas en el Corán niegan la temporalidad (huduz[5]) y corporeidad de Al-lah.

Además, La aleya que dice: “Nada se compara a Él”, que se repite varias veces en el Corán, niega la posibilidad de cualquier semejanza de Al-lah con otro ser existente. Por lo tanto, Dios es Luz, no se refiere a la naturaleza de una luz sensible, porque ésta tiene muchas representaciones (en tanto que Al-lah, de ninguna manera se asemeja a algún fenómeno físico)

Al analizar el significado de la palabra “Luz”, ‘Al-lamah Tabātabā’i explica:

“La palabra luz transmite un significado común y es: aquello que ilumina a los cuerpos oscuros para que podamos verlos, entonces, luz es algo por medio del cual las cosas se vuelven aparentes y visibles. Por supuesto, la luz en sí está manifiesta y visible; no hay otra cosa que la ilumine. Entonces, luz puede definirse como aquello que en su esencia está manifiesto y hace que otras también lo sean. Este es el primer significado que se le dio inicialmente a la palabra luz. Posteriormente, la palabra fue utilizada por medio de una alegoría o designación secundaria (waz’ zanawi), para denotar a lo que hace que los seres tangibles sean visibles. A un nivel posterior, fue utilizada también para las realidades supra sensoriales. Es en este sentido que el intelecto es definido también como una luz que revela a los inteligibles. Todos estos diferentes usos surgieron al analizar el significado inicial de luz: “Lo que está esencialmente manifiesto y hace que otras cosas sean manifiestas”.[6]

Lo que se entiende inicialmente por luz es la luz sensible que emana de los objetos iluminadores—tales como el sol, las estrellas, y las lámparas de fabricación—sin las cuales estaría el mundo en tinieblas.

Por su puesto, la esencia y la definición de luz desde el punto de vista de los físicos es un tema totalmente diferente. Estos pueden considerar a la realidad de la luz como algo aún por desentrañar y es posible que tengan diferencias al respecto, pero[7] lo cierto es que en el mundo material existe algo llamado luz que se irradia desde los objetos luminosos, técnicamente denominados “fuentes de luz”. Sin embargo, el uso de esta palabra no se limita a la luz tangible. Puede aplicarse a lo que “está manifiesto y manifiesta algo” o, en otras palabras, todo lo que “es aparente y hace que lo demás sea aparente”. Por ejemplo, por lo general nos referimos al conocimiento como luz, porque es claro en su esencia y también derrama luz sobre otras realidades.

Con respecto al creyente, el Corán dice:

“Así es como hacemos que a los incrédulos les parezca bien lo que hacen”.[8]

Por lo que en la terminología Coránica, la fe es “Luz”, y puesto que la fe ilumina al corazón del creyente, le muestra su destino, y lo guía hacia la felicidad, es correcto este uso para la palabra luz. Es algo parecido a la referencia que hacen los místicos al definir amor como luz. Rumi dice:

“El amor ha triunfado y Yo he sido conquistado;

Como la luna, estoy iluminado con la luz del amor·.[9]

Cuando se utiliza la palabra Luz al referirnos a Al-lah es correcto, éste uso se da en el Corán y en las narraciones.[10] Pero debemos ser cuidadosos al decir “Al-lah es Luz”, no debemos pensar que es una luz material, por el contrario, la Esencia Divina está manifiesta y es manifestadora. Lo evidente y claro de algo se debe a la emanación de Su Esencia. Sin embargo, nada Lo ilumina. Entonces, podemos decir correctamente que Dios es Luz.

Al-lamah Tabātabā’i escribió:

“Ya que es la existencia de todo, es la causa de que los otros se manifiesten, por lo tanto, la forma más elevada de luz es la existencia en sí misma. Aún más, puesto que la existencia de los seres contingentes depende de que su existencia les ha sido concedida por La Realidad (Dios). Él es el ejemplo más perfecto de luz. Él es Aquel que está manifiesto en esencia y también permite que otros sean manifiestos. Todos los demás seres existentes se hacen manifiestos y existentes por Su virtud, y este es el significado de la aleya: “Al-lah es la luz de los cielos y la tierra”.[11]

Según lo explicado, puede entenderse el significado de la aleya de la Luz: Al-lah es el Creador e Iluminador de los cielos y la tierra. Por medio de la expresión “los cielos y la tierra” se quiere decir, todo el mundo de la existencia; todos los existentes celestiales y terrestres; los mundos visibles e invisibles.[12]

 “Los cielos y la tierra” no son únicamente el cielo el cual podemos ver encima de nosotros y la tierra no es únicamente ésta que habitamos. El significado de las aleyas es que Al-lah es la luz del universo entero. La razón por la que la aleya utiliza esta palabra en lugar de Creador es para indicar que así como la luz es visible por sí misma y no necesita de nada que la haga visible, Al-lah, no tiene creador y no existe otro agente que derrame luz sobre Él. Él es un ser manifiesto, claro y auto evidente. No se necesita de argumento para demostrar Su existencia. Él es el Creador de todos los demás existentes en el mundo de la existencia. En palabras de Hayi Sabzawari: “Oh Tú, que estás velado por la intensidad de Tu luz”.[13]

Por lo tanto, como lo dicen los místicos al seguir las enseñanzas de los profetas e Imames (a.s.), Al-lah está manifiesto al nivel más elevado; Es absolutamente evidente y entonces, no se necesita de la mediación de Sus criaturas para revelarlo. En otras palabras, para argumentar sobre la existencia de Al-lah, uno debería utilizar el argumento a partir de la Causa, más que a partir del Efecto. Primero debemos comprehender a Al-lah y posteriormente por medio de Él, a sus criaturas, no a la inversa.

Basado en esta realidad la súplica de ‘Arafa (por el Imam al-Husayn) dice: “Oh Dios, la distracción que me causan Tus efectos y criaturas, no me dejan Verte”

En la Suplica de Kumayl, el Comandante de los Creyentes, el Imam Ali ibn Abi Talib dice: “Por la luz de Tu rostro, que ilumina todas las cosas” Si no fuese por la luz de la Esencia Divina, todo sería oscuro. Es decir, nada existirá, y todo estaría rezagado en las tinieblas de la inexistencia.

Sin la luz de la Esencia Divina, la sombra de no-existencia abarcaría a todo; la oscuridad que resultaría no sería como la de la noche (sería la oscuridad de la inexistencia).

Vale la pena decir que Al-lah es la luz absoluta. Respecto a Él no existe otra luz. Todas las otras luces cuando se comparan con Él son oscuridad, porque el único ser que se manifiesta por Su propia Esencia es Al-lah. Todos los otros seres que se manifiestan y que iluminan a otras criaturas, en su esencia son oscuridad. Es Al-lah Aquel que les ha concedido esta facultad.

Con respecto a ésta luz es que Al-lamah Tabātabā’i dijo:

“Se puede deducir que Al-lah no está oculto para ningún ser, porque la develación de todas las cosas, para sí mismas y para otros se deriva de la iluminación de Al-lah. Si Al-lah no hubiese iluminado o dado la existencia, nada habría existido. Se puede concluir que la frase ‘Al-lah es la luz de los cielos y de la tierra, se refiere a la luz Divina que lo abarca todo, fuente del universo, la luz a la cual todas los seres le deben el poder estar manifiestos, la luz que equivale a la existencia de todo. Esta es la Misericordia Divina Abarcadora”.[14]

Según el Corán, Al-lah, el Supremo, no es un Dios ausente ni oscuro en su esencia, revelado por Sus criaturas. Este concepto es erróneo y simple. El conocimiento real es comprender el mundo por medio de Al-lah, no a la inversa. Y este versículo confirma que Al-lah está en la cúspide de la claridad y de la evidencia.

Otro punto que se puede inferir de esta aleya es que Dios es Luz, no como “la luz mayor”, lo que implica que hay otras luces similares, algunas más brillantes y otras menos brillantes y que Al-lah es el más grande. Según el Corán. Existe únicamente una luz y es Dios, y todo lo demás es oscuridad e inexistencia. Es verdad, sin embargo, al comparar a las criaturas entre sí, algunas son luz y otras no lo son—por ejemplo, el conocimiento, la fe, el intelecto, etc., son luz. Pero estas han obtenido su luz de Al-lah.

Entonces, con respecto a Al-lah, no existe otra luz, o en otras palabras, Él es “La Luz de las Luces”[15] Él es la luz de todas las luces, en lugar de ser la Luz mayor. Por lo tanto, la creencia de que Dios es la luz mayor, denota que es del tipo de luces sensoriales, siendo la mayor y más brillante, creencia atribuida a los Maniqueistas, esto es algo falso.

Por último, vale la pena mencionar la respuesta del Imam Reza (a.s.) a Abbas ibn Hilal, quien le preguntó al Imam acerca del significado de La Aleya de la Luz. “Él es la guía de los habitantes de los cielos y de los habitantes de la tierra.”[16]

Fuente: Fe y Razón; Preguntas de Teología Islámica; Editorial Elhame Shargh

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www.islamoriente.com, Fundación Cultural Oriente


[1] (24: 35)

اَللٌّهُ نُورُ السَّمٌوَاتِ وَ الأَرْضِ

[2] (6: 1)

وَ جَعَلَ الظُّلُمٌتِ وَ النُّورَ

[3] Estas pruebas pueden hallarse en Kashf al-Murad fi Sharh Tayrid al-I’tiqad, pág. 287 y Nihayāt al-Hikmah, pág. 275

[4] Al-Tafsir al-Kabir, vol. 22, pág. 224

[5] Por temporalidad queremos decir que Dios tuvo un inicio.

[6] Al-Mizan, vol. 15, pág. 122

[7] Tafsir Surat al-Nur, por Murteza Mutahhair, pág. 101

[8] (6: 122)

[9] Maznavi, Nota 6

[10] Nur (Luz) es uno de los nombres de Dios.

[11] Al-Mizān vol. 15, pág. 122

[12] Tafsir Surat Nur, por Murteza Mutahhari, pág. 98

[13] Manzumah, capitulo Hikmah.

[14] Al-Mizān 15 pág. 123

[15] En el Mafātih al-Yinān hay una súplica llamada “Nur (Luz). En ella leemos: “Oh Luz de Luz”.

[16] Al-Tauhid, ch. 14, no. 1

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