Daesh (EIIL) el usurpador

Por Pablo Jofré Leal

Periodista y analista internacional

Artículo del Autor Para Islamoriente

Grupos terroristas de raíz takfirí, como es el caso del autodenominado  EIIL – Daesh en árabe – que operan directamente en Siria e Irak y ejercen su nefasta influencia en el Magreb y otros países de Oriente Medio y Asia Central, donde cometen crímenes de lesa humanidad, pretenden con su acción mancillar el nombre del Islam, sirviendo a intereses de la triada Washington-Riad – Tel Aviv

El nombre Daesh, ha sido utilizado por algunos medios de comunicación como una de las posibles traducciones del acrónimo árabe al-Dawla al-Islamiya fi al-Iraq wa al-Sham – Estado islámico de Irak y el Levante -  que es el nombre que utilizan la mayoría de los países árabes para referirse al grupo terrorista takfirí; que avalado, financiado y apoyado militar, logística y financieramente por gobiernos como el estadounidense, la entidad sionista  y fundamentalmente por la reaccionaria Casa al Saud han sembrado el terror en Irak y Siria.

El término más adecuado para referirse a este grupo terrorista, en la necesidad de combatirlos también con las armas del lenguaje, no es el de Estado Islámico como ha pretendido imponer este movimiento salafista, pues al utilizarlo desdibuja abiertamente el riquísimo mundo y las fronteras que existen entre conceptos como el Islam, el islamismo, los musulmanes y los islamistas. Daesh no es un Estado, es simplemente una banda de mercenarios, un grupo terrorista que bajo el alero y protección de potencias occidentales, la Casa al Saud y las Monarquías del Golfo Pérsico se ha desarrollado en función de intereses geoestratégicos ajenos al mundo de Oriente Medio desatando el terror y la búsqueda de mancillar el nombre del Islam.

El concepto correcto a usar para referirse a la banda de terroristas takfirí, que opera en territorio sirio e iraquí, es el de Daesh. Primero porque así se quita del campo semántico del terrorismo salafista,  un nombre que desea imponerse a sangre y fuego. Segundo porque no representa el mundo del Islam, conformado por 1.522 millones de creyentes en sus diversas corrientes y finalmente porque al usar el nombre de Daesh como la transliteración de otros fonemas, damos un combate también en el ámbito del lenguaje, de lo que se transmite, de lo que queremos dar a conocer. Fonéticamente Daesh se acerca al nombre Daes que significa en árabe “aquel que aplasta algo bajo sus pies” o Dahes “el que siembra odio” y si el nombre lo llevamos al plural Daw´aish, es conceptualizado como “grupo o agrupación de intolerantes que impone sus puntos de vista”.

Indudablemente estas son acepciones que se acercan, con claridad, a lo que este movimiento de fanáticos terroristas. Representa. Es por ello que Daesh se ha encargado de declarar que el uso de este concepto está prohibido en las zonas que controla so pena de la muerte, convencidos que la batalla se libra también en el campo del uso de los conceptos, donde el uso inadecuado de la terminología les permite también usurpar la cultura  que no les pertenece y una religión a la cual no honran.

Una usurpación de los sueños y aspiraciones del mundo islámico, donde no lo representa ni menos comparte la práctica de un salafismo antichiita, representando más una herejía antislámica que una corriente política-religiosa abarcadora y respetuosa del mundo creyente musulmán. Esta usurpación del nombre islámico significa, en esencia, una declaración de guerra a todos los musulmanes del mundo, pues lo que sostienen los terroristas de Daesh a través de sus fundamentos takfirí “es que sólo ellos son islámicos, los demás no lo son” calificándolos de incrédulos y por tanto sujetos a ser masacrados en virtud de su posición totalitaria y absurda.

Una entidad terrorista que ha declarado la guerra a todos los musulmanes que no están dispuestos a someterse a sus dictados pero donde, paradojalmente no suelen lanzar su ataques  a países como Arabia Saudita, Turquía, Jordania, las Monarquías feudales del Golfo Pérsico, que también son musulmanes o a la entidad sionista, tradicional enemigo del mundo musulmán, que se encuentran en su campo de acción, demostrando con ello que sirven a intereses más allá de las fronteras de Oriente Medio como ha sido denunciado y demostrado en materia de intereses geopolíticos donde el petróleo, el gas, el cerco a irán y las presiones contra Rusia juegan un papel primordial..

El orador del rezo del viernes de la ciudad santa iraquí de Nayaf,  Seyed Sadr al-Din al-Qabbanji, ha señalado en varias oportunidades que el régimen de Israel es uno de los principales patrocinadores del grupo terrorista Daesh. “El régimen de Israel es el único en la región que resulta inmune a los actos violentos de Daesh, ya que este régimen brinda todo tipo de apoyo a este grupo terrorista” apoyo que se manifiesta en entrega de información satelital, logística, armamento, entrenamiento y atención sanitaria a extremistas heridos, que han sido traslados a unidades de salud de la entidad sionista.

Lo cierto es que este grupo terrorista no es Estado y menos Islámico, es un neosalafismo que apelando a este odio antichiita y represor de aquellos que no se ciñen a sus dictados pretende conformar una identidad nacional-religiosa muy parecida a lo que hace el sionismo. Encontrando allí un punto de comunión. Frente a ese peligro el mundo árabe en particular y el mundo islámico en general  deben mantenerse unidos y cooperar tanto con Irak como Siria en la lucha contra este grupo terrorista. Y esa lucha también debe darse en el campo de los medios de comunicación, sobre todo medios islámicos como Islamoriente y su trabajo político-cultural, Hispantv, Al Alam, Al Manar,  y todos aquellos que ponen el acento en dar a conocer la verdadera dimensión de los grupos terroristas takfirí y el peligro que ellos entrañan, tanto para el islam como para el mundo en general.

Para Mohamed Sarafraz, Presidente de la Organización de la Radio y Televisión de Irán – IRIB por sus siglas en inglés – “Estados Unidos y algunos países han provocado guerras subsidiarias en la zona, utilizando a grupos terroristas y extremistas…el deber de los medios islámicos es ayudar a distinguir entre el eje de la resistencia antiisraelí y los grupos radicales que buscan desintegrar los países regionales. Igualmente hay que romper el monopolio mediático para luchar contra la islamofobia”. Sarafraz, en una entrevista dada a Hispantv pone como ejemplo las propagandas infundadas de los países occidentales sobre el grupo terrorista EIIL  - Daesh, en árabe – signando que “Daesh es la criatura de las redes sociales y los medios británicos. Si ellos hubieran querido este grupo no se habría convertido en un monstruo tan grande”

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www.islamoriente.com, Fundación Cultural Oriente

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