El Mundial de Fútbol 2022 en Qatar y la esclavitud laboral hacia los musulmanes

Sdenka Saavedra Alfaro[1]

A 7 años de realizarse el Mundial de Fútbol 2022 en Qatar, la organización Avaaz.org[2] denuncia las condiciones inhumanas en las que se encuentran trabajando miles de obreros migrantes de varios países por ejemplo: en la construcción de hoteles, autopistas, aeropuertos, estadios y demás recintos que albergarán el primer mundial de fútbol en Oriente Medio:

“Miles de trabajadores mal viven en Qatar en condiciones de esclavitud moderna: obligados a trabajar bajo el sol del desierto, sin comida, ni agua; y sin la opción de volver a casa, señala que son obreros migrantes de varios países que se encuentran trabajando en la construcción del multimillonario proyecto Qatar para el mundial de fútbol de 2022”.

La misma fuente señala que la empresa norteamericana CH 2M Hill es la cara pública de las obras de construcción[3], la cual hasta ahora no ha solucionado el problema de sus visados, ni tampoco lo de sus salarios; ya que la raíz del problema radica en el programa diseñado para reclutar trabajadores extranjeros en Qatar:

“Les prometen buenos empleos a personas de Nepal por ejemplo o Sri Lanka; pero en cuanto ponen un pie en el suelo, sus empleadores les confiscan los pasaportes y les obligan a trabajar jornadas bajo 50 grados centígrados sin posibilidad de escapar”.[4]

Investigando más sobre este tema, y de acuerdo a datos del periódico El País[5]:

“Más de 1.4 millones de trabajadores migrantes, 400.000 de ellos de Nepal, se encuentran trabajando en este proyecto multimillonario, y al menos 672 trabajadores de ese país, han muerto durante los último 5 años en Qatar”.

Sobre este tema la Confederación Sindical Internacional (ITUC) tras el fallecimiento de 9 trabajadores durante los dos últimos mundiales de Brasil y Sudáfrica, ha advertido de que los constantes abusos que sufren los obreros en Qatar, podrían causar la muerte de 4.000 personas antes de 2022.

Ahora bien, según el organismo Foreign EmployMent Promotion Board de Nepal[6] encargado de indemnizar a los familiares de los trabajadores que han fallecido o sufrido un accidente, confirma los datos anteriormente mencionados, en un país donde los sindicatos están prohibidos y donde no existe el salario mínimo:

“De hecho, muchos de ellos se han convertido en esclavos en los lugares de las obras, trabajando bajo el sol abrazador del desierto, sin ningún tipo de experiencia, con pasaportes retenidos y unas condiciones de vida que no corresponden con la clase de trabajo, ni con los salarios que al principio les habían prometido”.

Debemos mencionar que Qatar es un país de mayoría musulmana, bajo las dos escuelas radicales y extremas sunitas que se tiene en el mundo musulmán Wahabí – Salafistas, junto con Arabia Saudita[7], por lo que está en vigor una ley de patrocinio, la “Kafala”[8], que permite a los jefes disponer del visado de sus trabajadores impidiéndoles además cambiar de empleo, salir del país sin el permiso del patrón o demandar a las empresas en caso de desacuerdo o conflicto laboral.

Y según con los relatos de algunos trabajadores que ya han regresado, una vez en Qatar se alojan en campos de trabajos pequeños e insalubres, donde cientos de personas conviven hacinadas compartiendo una cocina y pocos cuartos de baño; una gran mayoría trabaja de 10 a 14 horas diarias, a menudo soportando temperaturas que alcanzan los 55 grados[9].

Como consecuencia del ritmo de trabajo agotador e inhumano, muchos son incapaces de sobrellevar el cansancio y mueren a consecuencia de un fallo respiratorio o cardíaco. Y aunque las organizaciones sindicales y derechos humanos vinculan estas muertes a las terribles condiciones inhumanas laborales, el régimen monárquico y wahabí del gobierno de Qatar las considera como meros infartos; puesto que las empresas y los países no se hacen responsables, si no se demuestra claramente que existe una relación entre las muertes y el trabajo[10].

Sabemos muy bien que son enormes cantidades de dinero que se está invirtiendo en los proyectos de construcción para el mundial 2022; ya que Deloitte [11]señala que Qatar está destinando cerca de 200.000 millones de dólares (casi 150.000 millones de euros) y también de que ya ha presentado los ocho estadios que tienen proyectado para dentro de siete años, porque no sólo habrá estadios refrigerados; sino que aseguran que harán lo mismo con los Fan Fest al aire libre, puesto que no es problema jugar en verano[12].

Pese a todo este monumental e increíble proyecto faraónico para llevar adelante un mundial, estamos viendo que son más los factores negativos que perviven, como las muertes de tantos trabajadores, por eso instamos a poner en marcha políticas públicas que garanticen que todos los trabajadores de las obras del mundial puedan quedarse con sus pasaportes, que se les concedan visados de salida y que se protejan sus derechos básicos y de seguridad.

Por otro lado, exigir al régimen monárquico wahabita de ese país, que reforme su programa de trabajadores inmigrantes y le permita a cualquier obrero ejercer su derecho de regresar a su país de origen, para tal efecto deberá abolir la ley Kafala que está en vigor. Porque pese a lo que mencionó Joseph Blatter (Presidente de la FiFa), de querer introducir lo antes posible y de forma continuada condiciones de trabajo más justas en Qatar[13], vemos que hasta el momento no existen soluciones al respecto.

Porque el verdadero islam nos informa de la forma justa de tratar a un asalariado, y señala que se debe pagar justamente al trabajador; así como informarle sobre su salario, y la etiqueta al darlo:

El Profeta del Islam (BPD) dijo:

“Denle al asalariado su remuneración antes de que se seque su sudor, e infórmenle la cantidad de su salario; mientras él se encuentre trabajando[14]”.

Por otro lado, el islam está en contra de todo tipo de esclavitud del hombre y la ataca:

“La guerra del islam en contra de la esclavitud se enfocó en cambiar la actitud y la mentalidad de toda la sociedad, de tal forma que después de la emancipación, los esclavos se convirtieron en sus miembros en todo el sentido de la palabra, sin necesidad de demostraciones, huelgas, desobediencia civil y enfrentamientos raciales, y el islam logró este objetivo, con una guerra; pero no una en la cual ni la espada fue utilizada, ni sangre fue derramada. El islam se propuso atacar las raíces de su enemigo y creó aliados haciendo surgir esos instintos nobles en sus seguidores”.[15]

Vemos que el régimen wahabita  que gobierna el país que albergará al mundial 2022 una vez más nos está demostrando, con este tipo de actitudes de opresión y tiranía hacia los trabajadores migrantes, su fundamentalismo radical que va en contra de todo principio del verdadero islam. Y ahí van nuevamente las preguntas: ¿Quiénes son los verdaderos Terroristas?, ¿Aquellos que viven esclavizando a sus hermanos, para servirse de ellos como mercancías dejándolos trabajar hasta morir?, ¿Aquellos que dominan y oprimen a sus hermanos para satisfacer sus necesidades?, ¿Aquellos que degüellan y asesinan a sus hermanos?

Uno de los pecados que no perdona Dios, es quitar la libertad de los seres humanos y convertir a otro ser humano en producto mercantil[16]:

Dijo el Mensajero de Dios (BPD):

“Dios perdona todos los pecados salvo 3: “Quien niega la dote de su esposa, quien roba el derecho del trabajador; o esclaviza a otro ser humano”.

 

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