Fundamentos y Principios Educativos en el Islam
Ayatullah Muhammad Taqi Mesbah Yazdi
Traducido del Inglés por Armando Montoya
Prólogo y edición por Yibril ibn Mekkah
Prólogo al Autor
El Ayatullâh Muhammad Taqi Mesbah Yazdi, considerado como uno de los últimos filósofos del Imamismo Shiíta, nace en la ciudad iraní de Yazd en 1934. Luego de completar su educación inicial y clásica se traslada a la ciudad de Qom en 1950 para continuar sus estudios tradicionales en Ciencias Transmitidas (Al-ulum Al-naqliya) participando en las clases de Etica y Jurisprudencia Islámica impartidos por el Imam Jomeinî. Seguidamente en los años de 1952 a 1960 estudia las Ciencias Adquiridas (Ilm- husuli), estudiando las obras filosóficas de Ibn Sina y Molla Sadrá y la exégesis del Sagrado Corán con el eminente Ayatullâh Seyyed Allameh Tabataba’i. Ya en 1960 se gradua en Teología y Filosofía Islámica y por quince años asiduos asiste a los seminarios de Jurisprudencia ante el último místico imamí Ayatullâh Muhammad Taqi Bahyat.
Su preocupación por las cuestiones socio-políticas acaecidos en Iran, se remonta a su participación activa contra el régimen decadente de la monarquía Pahlevi e inició una serie de debates y conferencias sobre las perspectivas en el futuro del Islam. Desde 1975 se establece permanentemente en Qom, trabajando e instruyendo en diferentes Universidades (Hauzas) e Institutos académicos. Hoy el Ayatullâh Mesbah Yazdi es autor de numerosas obras sobre Filosofía Islámica, Filosofía Comparada, Teología, Ética Islámica y Exégesis Coránica.
Introducción
Cada sistema educativo se basa en una idea y una visión de sus fundadores y en un cierto número de consideraciones que estos hallan tomado en cuenta: la verdadera naturaleza del ser humano y sus dimensiones ontológicas, los objetivos que ellos consideren necesarios para llevar a cabo tal sistema educativo y la idea acerca de cómo los seres humanos se desarrollan y progresan hacia un objetivo determinado. A decir verdad, dichas concepciones y comprensiones son las que dan forma a los pilares que sostendrán el desarrollo de tal estructura educativa, cualquiera que sea el régimen del pensamiento, aun cuando estos no hayan sido mencionados explícitamente o tomados en consideración de manera consciente.
Naturalmente el sistema educativo islámico esta pues también basado sobre una serie de cimientos específicos, fluyendo de aquella visión islámica y de las ya mencionadas cuestiones. Por lo tanto consideramos necesario primeramente y ante todo, prestar atención a estos cimientos teóricos, para luego poder explicar sus principios prácticos y educacionales en su esencia antes de intentar elaborar ideas acerca del sistema educacional islámico en sí.
Al reflexionar sobre el ideal islámico y cómo se considera la verdadera naturaleza del ser humano, sus dimensiones ontológicas, el fin de sus creaciones, la búsqueda de la plenitud final y el camino que se avisora con el fin de llegar a dicha meta, uno está en condiciones de poder considerar los siguientes doce puntos como las piedras angulares de una educación islámica. Por su puesto que la meta final de todo sistema educativo islámico consiste en preparar el campo para hacer posible la máxima perfección de los seres humanos, y todo objetivo práctico debe ser concebida en función de aquella dirección.
Fundamentos teóricos de la educación en el Islam
1- La verdadera naturaleza del ser humano: Desde la perspectiva islámica, el ser humano no es simplemente un organismo corporal sino más bien de esencia celestial, el cual posee y permanece aún después de la dispersión del cuerpo físico1; este cuerpo sutil permanece vivo en un estado de beatitud perpetua o de lo contrario en una miseria eterna. En realidad el ser humano es humano en cuanto tal debido al alma de uno mismo, en ese sentido el cuerpo sirve solamente como medio de actividad, o como vehículo para las acciones y el movimiento. Por supuesto que la fuerza, las facultades plenas de un organismo y el cuidado de este, es algo que se debe tener en mente para su normal funcionamiento.
2-La posición del ser humano en el mundo: El ser humano, de entre todas las criaturas del mundo, ha sido bendecido con una serie de prodigalidades y capacidades que lo hacen diferente de otras criaturas. Las sutilezas que existen en el interior y el exterior del ser humano, en su organismo, especialmente en su cerebro y en su sistema nervioso, sin embargo, estas únicas capacidades psicológicas no se encuentran en ningún otro organismo vivo. Debido a estas caracteristicas, el ser humano está en capacidad de manipular los eventos naturales y emplearlos al servicio de su propio progreso y plenitud. Se trata pues de una veneración y dación divina al hecho de que al hombre se le ha otorgado semejantes privilegios que está escrito en el Sagrado Corán.2
3-El ser humano en la encrucijada (entre dos infinitos): El poder y las potencialidades, los cuales Dios todopoderoso ha concedido a la humanidad, son los recursos innatos que marcan la impronta genética del hombre, necesarios para avanzar hacia la meta final. No obstante, hacer que dichos atributos funcionen dependerá de la voluntad propia del individuo, su capacidad de decisión, y de saber elegir. Si bien el hombre puede sacar provecho de estas prodigalidades para así poder recorrer el sendero hacia la realización y obtener beatitud eterna, también es cierto que lo contrario es posible, es decir que malgaste tales beneficios y caiga en un viraje de degradación y vileza, tanto así que podría incluso llegar más bajo que un animal3, encontrando solamente miseria eterna. Por lo tanto el camino de la humanidad puede ser medido entre dos polos opuestos, un polo que asciende hacia la plenitud infinita y la beatitud, y el otro que desciende hacia la miseria y la angustia infinita.4 Así pues el valor final de la dignidad del hombre está sujeto al hecho de saber elegir piadosamente.5 Lo cual nos lleva a considerar que no todos los seres humanos poseen el mismo grado de valor que los llevará a dicho acto, sino que solo aquellos creyentes que actúan con responsabilidad y guían sus vidas de manera apropiada, en oposición de aquellos infieles quienes cometen actos indebidos y que consecuentemente cargan con valores negativos. A su vez cada uno de estos dos polos se dividen en diversos niveles de jerarquía ante Dios.6
4- El propósito de la creación humana (la plenitud final): La humanidad ha sido creada con unas cualidades únicas para así poder hacer posible el camino hacia su plenitud por su libre voluntad y elección consciente,7 y de este modo hacerse merecedor de las bendiciones otorgadas a cada uno de aquellos que hayan actuado en forma ecuánime. Este es el sendero que aproxima al ser humano a la cercanía de Dios, haciendo posible una beatitud perpetua. Y puesto que dicho viaje debe ser llevado a cabo según el criterio de cada uno, así también existe un camino antagónico a este, camino que culmina en la miseria y el sufrimiento permanente.8
5-El mundo temporal como preludio hacia el más allá: Considerando el propósito de la creación humana, resulta evidente que el transcurrir de la vida de cada uno de nosotros en este mundo es impermanente, de una fugacidad que condiciona nuestra existencia hacia la preparación de la autorrealización, el florecimiento y la concreción de los potenciales dados. El resultado de aquella vida ejercida con consciencia es la estabilidad eterna que se revelará en el más allá. Aquellos que en este mundo elijan el camino de la perfección residirán en la tierra de la clemencia y la generosidad eterna, mientras que aquellos otros que elijan el camino contrario acabarán en los pantanos del tormento interminable y deterioro. Según el Noble Corán, este mundo no es sino “el lugar de la prueba”9, y así cuando llegue el día de los que han llevado una vida honrosa serán separados de aquellos transgresores, entonces todos recibirán en el más allá aquello a lo que se hagan merecedores.
6-Los medios básicos para la ascensión: Tanto el ascenso del ser humano hacia las cumbres de la plenitud y la beatitud, como por otro lado su descenso en los abismos de la destrucción y la degeneración, son el resultado de las acciones llevadas a cabo por uno mismo, sean estas internas o externas. Mientras más libre y consciente actue uno, más efectivo será el caudal de su movimiento hacia su destino. Más allá de de toda esta dinámica de ascenso o descenso no existe ni bien ni mal, por ende no hay necesidad de castigo o premio”.10
7-Condiciones hacia una voluntad de movimiento: La conducta de la voluntad humana para poder cristalizar su ascensión o su descenso, emana de sus tendencias naturales e instintivas. El poder dar dirección a tales acciones depende en mucha medida del conocimiento de ciertos hechos y del creer en ciertas realidades, adoptando valores específicos.11 Más aún, las acciones externas del hombre son contingencias que se enmarcan en las posibilidades naturales y sociales y a su vez dentro de las condiciones Visibles.
8-Lo estrictamente mínimo en una elección efectiva: Los comportamientos primarios como aquellos que se desarrollan en la edad infantil, emanan de ciertas inclinaciones innatas, información obtenida a través de simples experimentos, el uso de las condiciones materiales, las cuales son dadas sin la voluntad de uno. Todos estos tipos de conducta (aunque no estan totalmente desprovistos de una cierta capacidad de decisión y elección) no tienen ningún efecto final en la cosecha de los frutos de beatitud o miseria eterna, puesto que aquellos carecen de suficiente libertad y consciencia. Gradualmente los comportamientos se hacen más complejos, se avivan las llamas del deseo con la adquisición de los conocimientos e ideas sobre el significado de la exterioridad; todo aquello se encuentra más o menos incluido en el campo de la voluntad y la capacidad de elección del individuo. Así pues estas condiciones preparan el camino para poder tomar los pasos necesarios y decisivos, que ocurre cuando una persona alcanza el desarrollo cognoscitivo (la edad de la pubertad y el deber). En aquel momento, las condiciones mínimas necesarias para poder ejercer una libertad consciente que hace plausible el ascenso hacia la perpetua beatitud o el descenso a la miseria eterna, es llevada a cabo, y el individuo se convierte pues en un sujeto apto para sus responsabilidades.12
9-La relación entre diferencias de individualidad y el sentido de responsabilidad: Los hombres como individualidades no están en igualdad de condiciones con respecto a sus atributos dados por Dios (tanto físicas como psicológicas), puesto que estas varian y por ende la capacidad de disfrutar de los beneficios naturales y sociales, tanto como el poder desarrollar los medios para poder llevar a cabo actividades externas. Aquellas diferencias son el resultado del sistema causal que rige el orden del mundo y que sabiamente continua el plan divino. La cantidad y calidad de las responsabilidades, tanto como la inmensidad o la pequeñez del alcanze para lograr la ascención o el descenso difieren respectivamente.13 El precepto general exige que todos se hagan responsables de sus actos frente a Dios (el dador y benefactor del hombre y del mundo)14 dentro de los límites de la capacidad de cada individuo,15 y de acuerdo al alcanze de las posibilidades y alternativas de cada uno. Por lo tanto, la posibilidad de alcanzar la plenitud y el progreso espiritual esta en proporción simétrica al número de caidas que uno sufra, o peor aún, a los actos que le hagan retroceder en su ascensión.
10-El efecto de la educación (el rol del maestro y educador): Los seres humanos tienen la oportunidad de recibir ayuda de otros para así poder adquirir conocimiento, aprender el sentido de los valores y en general actualizar sus potencialidades, además de poder corregir sus limitaciones y sus acciones equivocadas. De igual modo, el rol importante que juegan los maestros y educadores resulta evidente, puesto que son ellos quienes pueden ampliar tanto el alcance del conocimiento personal del individuo como su capacidad de
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www.islamoriente.com, Fundación Cultural Oriente
NOTAS:
1- Sura 15, versículo 29 / Sura 38, versículo 72: " ...y sople en él de mi espíritu,…". Sura 23, versículo 14: "...Luego hicimos de el otra criatura.Por tanto, ¡Bendito sea Allâh, el mejor de los creadores!". Sura 32, versículo 9: "Luego, le dió forma e insufló en él parte de su espíritu...". Sura 32, versículo 11: "Di: El ángel de la muerte, al cual habréis sido confiados, tomará vuestras almas y luego se os hará regresar a vuestro Señor".