La República Islámica y la Izquierda Latinoamericana frente al Imperialismo: ¿Alternativa o Retroceso?

Roberto Chambi Calle[1]

Las recientes incursiones del gobierno norteamericano en  Irak, Afganistán o Libia por solo citar un ejemplo, son pruebas suficientes de que la administración del norte no quiere dejar de lado su poderío y su dominio en la zona. Después de la segunda Guerra Mundial  EE.UU. se ha propuesto dominar y controlar con su poderío al mundo, ello visto claramente durante la guerra fría y el despliegue militar en las regiones de conflicto, una vez que cayó el muro de Berlín la guerra fría había terminado; pero la administración norteamericana vio esto como un triunfo para asentarse con más poder en esta parte del mundo.

Con las nuevas economías emergentes y con el desarrollo tecnológico la preocupación del imperialismo ha vuelto no sólo sobre su antiguo contendiente; sino sobre China, Irán e Indonesia. Y es que le preocupa no poder controlar su desarrollo en varias esferas como: la energía atómica, la energía petrolera o el desarrollo espacial. Cuando hablamos de la energía atómica nos estamos refiriendo  al desarrollo nuclear del país Pérsico; así como el petróleo que ya no está bajo la asesoría y supervisión norteamericana, o en el caso de China con su aliada Rusia el de crear una unión Euroasiática de economía en la zona lo cual implicaría un debilitamiento más a su economía, no obstante que se cree que en el año 2018 China[2] sea la primera economía en del Mundo.

Todos estos elementos han hecho que el gobierno Norteamericano a la cabeza de Obama pueda presionar y mejorar su presencia en la zona por todos los elementos mencionados. Pero por qué le interesa tanto a Estado Unidos tener presión y poder en la zona?. La respuesta puede ser multidimensional; pero ella sin duda está relacionada por un cuestión política: la de  “Seguridad Nacional” que tiene su base en lo que el teórico de las Relaciones Internacionales, Hans Morgentahu, quien propugnó el “Realismo Político” manifestaba en 1950: “Que la política norteamericana, en su lucha constante y perpetua por el poder mundial, tiene que desarrollarse en tres formas: la política de statu quo, la política de prestigio y la política imperialista”, con lo cual podemos afirmar también que el fin del gobierno norteamericano –más allá de los Presidentes que tenga- es tener un poder absoluto y que para conseguirlo “Los medios no interesan” y eso lo hemos podido corroborar en la injerencia política, social y bélica que se han desencadenado no sólo en un continente o un país; sino en todo el mundo.

En aras de ello, los países subdesarrollados que aún van buscando estabilizar su sistema político y su economía han visto por conveniente realizar una serie de estrategias para lograr los objetivos, las mismas que gracias al poder mediático público como privado de EEUU han hecho que no consoliden en alguna oportunidad los aspectos económicos sociales y políticos, debilitando enormemente su desarrollo. La administración Norteamericana consciente de que su economía va languideciendo ha optado por otras estrategias, una de ellas, es la alianza multilateral que de “multi” tiene poco; pues EE.UU. ha sabido inocular sus estrategias dentro de ella, así por ejemplo la OTAN[3] que es un tratado que reúne a los países del Atlántico Norte, hoy no solo llevan sus operaciones en esa parte del continente; sino como hemos visto también han llegado al Asia (Irak, Afganistán, etc.); así como al África cuando ha bombardeo a Libia, ello significa que para sus fines están usando escudos militares y mediáticos en el marco de la cooperación multilateral, así como lo fue y lo sigue siendo la Organización de Naciones Unidas y la tibia actuación del Sr. Bankimoon; quien en definitiva tiene las manos atadas, pues esta organización en particular no cuenta con recursos independientes, lo cual hace que en sus decisiones y alocuciones tenga una participación sinuosa, ya que es sabido que gran parte de su prepuesto de ayuda viene precisamente del gobierno norteamericano, así como geopolíticamente se encuentra en su territorio mostrando con ello la influencia simbólica de que es un imperio.

Siria e Irán en el hegemon político en la actualidad se han convertido en la puerta de la resistencia en esta zona, no podemos negar el papel que tiene Israel, quien  es considerado gendarme de Norteamérica. Así por ejemplo: Siria aún no ha caído en manos de la supervisión y la administración Norteamericana; pues ha recibido un apoyo claro de Rusia y por sobre todo de Irán, lo cual lo ha mantenido aun firme en su proceso democrático, asimismo Irán pese al bloqueo y a las conversaciones que se han realizado recientemente en Viena, nos demuestra que el país Persa, sí es de preocupación de Obama, justamente por el rol que juega en la actualidad de que el gobierno de los clérigos no son como la monarquía absoluta de los sauditas.

La República Islámica denominada así de acuerdo al juego democrático, ha logrado sobrevivir a la guerra impuesta en 1979, al bloqueo y a la injerencia política de parte de los “enemigos” prueba contundente de ello es el desarrollo de la energía atómica; así como la ayuda en asesoría que se dará a los nuevos países que se asociaron para el desarrollo energético en el ámbito nuclear, petroquímico y social como lo es el Estado Plurinacional de Bolivia en Latinoamérica.

Los procesos y avances en el sector informático y espacial de Irán también han preocupado a Norteamérica, la reciente captura de su “Drone” gracias a la capacidad cibernética[4] del gobierno de los “Ayatolás”, que ha demostrado que su tecnología y sus conocimientos no son retrasados ni anquilosados.

Con la presencia y la gira del Ex Presidente Ahmadinejad en Latinoamérica y sus relaciones iniciales con el Ex Mandatario Hugo Chávez en Venezuela, los ojos del imperio han tenido que girar a los que antes denominaba “su patio trasero”, aquel muro impuesto al país Persa no ha sido un óbice  para que pueda llevar sus relaciones políticas al Continente Sudamericano; no sólo con Venezuela; sino también con Ecuador, Nicaragua, Bolivia, países en donde después de muchos años se han establecido legaciones diplomáticas fluidas.

La presencia de gobiernos de izquierda contestaría al imperialismo, han sido un caldo de cultivo para la relación de la República Islámica de Irán, país que desinteresadamente ha ofrecido su ayuda a los países andinos; así como a las demás naciones  que tienen la tendencia  de izquierda o de “socialismo moderado”, como lo es el caso de Evo Morales en Bolivia,  que fruto de estas victorias electorales el 2008 se expulsó al embajador Norteamericano Philip Goldberg[5] de Bolivia; pues se lo acusó de que estaba conspirando con derrocar al Presidente Morales, asimismo  se expulsó a la CIA y la USAID, organizaciones que eran sólo una pantalla; ya que en el fondo su trabajo era recolectar  y hacer seguimiento de la información en temas de seguridad y de inestabilidad del gobierno boliviano.

La reciente victoria de Evo Morales en Bolivia; así como la reelección de Dilma Roussef en Brasil, nuevamente pone en el tablero de juego una preocupación a la administración  Norteamérica. Porque con las victorias electorales nuevamente se está dando una respuesta a la política intervencionista norteamericana en la región Sudamericana; más aún cuando en medio de estos procesos de desarrollo son asesorados en  temas económicos y de energía por los países que aún están en la lista del trillado nombre “eje del mal” como lo es La República Islámica”.

Se debe estar atento a lo que ocurra de acá en adelante; pues mientras el imperialismo se esté ocupando en Medio Oriente y en los países Asiáticos, no significa que deje de lado sus ambiciones monopólicas en el continente Sudamericano; por ello estos deben consolidar sus políticas en pro de sí mismos, deben tender canales de comunicación y asesoría con países que actualmente están logrando desarrollo tecnológico y energético como lo son: Irán, China o Rusia, ese es el camino que deben tomar los gobiernos y los sistemas políticos de Izquierda y así lo han legitimado los ciudadanos en Bolivia, Brasil, Ecuador, Uruguay , cuando han emitido su voto por una Izquierda Anti-Imperial; por ello retomar las políticas nacionales contestarías y de freno al imperialismo debe ser una constante en contra de los “slogans”  de “luchar contra el terrorismo” en Palestina, Irak, Siria, Libia o Afganistán cuando ello sólo es uno de varios pretextos para controlar y subyugar a los países que aman la verdadera libertad.

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