María y Fátima en las tradiciones católica y shiita
Chris Clohessy*
Tomado de Catholics and Shi’ah in Dialogue Studies in Theology and Spirituality, editado por Anthony O’Mahony, Wulstan Petersburs y Muhammad Shomali
El Día de la Resurrección, alguien gritará desde el centro del Trono: “O gentes de la resurrección bajen sus miradas porque Fátima la hija de Muhammad pasará con un manto teñido de la sangre de su hijo al-Husein. Se aferrará a la base del Trono y dirá. “O Dios, ajusta cuentas entre aquellos que asesinaron a mi hijo Husein y yo, O Dios decide por mi comunidad”. Luego ella dirá: “O Dios déjame interceder por aquel que se lamenta por mi desgracia”, y Dios la dejará interceder por ellos.
Esta narración, hallada así y de forma similar en casi todos las compilaciones de hadices Shiitas mas importantes, junto con aquellas narraciones que describen hasta cierto punto la entrada triunfante de Fátima al Paraíso (adornada con trajes luminosos, montada sobre un pura sangre de luz adornada con perlas y oro y acompañada de miles de ángeles, sirvientes del Paraíso y algunos personajes coránicos importantes) nos da indicios de importancia de cómo la conciben los Shi’ahs y nos da un contexto en donde estudiar los aspectos materiales de su vida. En la tierra Fátima fue una mujer pobre y débil pero su recompensa en el paraíso abarcará riquezas inimaginables incluyendo lugares construidos de perlas para ella y su grupo (Shi´ahs). En la tierra fue rechazada, marginada, maltratada y privada de justicia pero en el Paraíso todos los habitantes de ese lugar bajarán su mirada ante ella y su compañía serán los ángeles y aquellos bendecidos por Dios. En la tierra lloró y sufrió después de la muerte de su padre Muhammad: inclusive después de su propia muerte, no cesa su tristeza por la muerte de su hijo al-Husein y el maltrato que se le dio a la Gente de La Casa (Ahlul bayt): Pero en el paraíso será reivindicada con el castigo que recibirán los asesinos de su hijo y serán borradas todas sus lágrimas. Allá en ese lugar, esta pobre y frágil mujer, que soportó dicha carga de la debilidad durante su vida será dotada con un poder no conocido anteriormente, haciéndola intercesora ante Dios por los pecadores de la comunidad de su padre.
No es difícil distinguir tanto en su vida y en las narraciones que giran en torno a ella fuertes elementos identificables con la Mariología de la Iglesia Católica que nos llevan a la tentación comprometedora de establecer paralelos entre Fátima y María. Dichos paralelos pueden considerarse validos sin necesariamente ser inequívocos. Queda una gran diferencia entre los argumentos hechos por los católicos acerca de Fátima y ella: finalmente no sugerimos una igualdad absoluta en las vidas comparadas pero simplemente intentamos recalcar ciertas virtudes.
En la teología Católica, la vida y la doctrina de La Virgen María puede clasificarse bajo un número de títulos: Su Concepción Inmaculada (fue concebida sin pecado en el vientre de su madre), las historias milagrosas en torno a la concepción inmaculada y el nacimiento de Jesus, su dolor y sufrimiento principalmente bajo la cruz de su Hijo y su prerrogativas intercesoras en el paraíso por el pueblo de Dios. Es dentro de estas categorías teológicas que intenta este ensayo examinar la vida de Fátima según las narraciones de los textos del Islam.
1)
La Sagrada Virgen María fue desde el primer momento de su concepción por gracia particular, por el privilegio de Dios Todopoderoso y por virtud de los meritos de Jesús Cristo, el Salvador de la raza humana, preservada inmune de toda mancha y pecado original.[1]
Es el Catequismo Católico que habla del “esplendor de una santidad singular”[2] el cual deriva de Cristo y Sus meritos y por los cuales es enriquecida María en el mismo momento de su concepción en el vientre de su madre. Esta exoneración del pecado original no se extiende al pecado original únicamente ya que María en lo absoluto es infalible, tanto en origen como posteriormente.
En términos de la concepción de Fátima en el vientre de su madre, Jadiya la esposa de Muhammad, no hay indicios de “una concepción inmaculada” dentro de las tendencias de la tradición Islámica. Pero hay narradores de hadices que evocan un escenario que da a entender el origen celestial de Fátima. Maylesi[3]por ejemplo, narra un número de hadices en el siguiente estilo: Se dice que Muhammad dijo que en la noche del mi’ray, cuando llegó al sexto cielo Gabriel tomó su mano y lo llevó hasta el paraíso. Allá vio un árbol luminoso frente al cual estaban dos ángeles de pie. Tomó algunos dátiles de buen olor del árbol, uno de los cuales comió y este se convirtió en esperma en su cuerpo. Cuando regresó a la tierra tuvo contacto con Jadiya y ella quedó en embarazo de Fátima. Por lo tanto Fátima es una hurí humana porque tiene las características y atributos morales de una Virgen del Paraíso y la apariencia de una mujer de esta tierra. Muhammad dice que cada vez que está cerca de Fátima percibe el olor del Paraíso.[4] Esta intervención divina en la concepción de Fátima es corroborada por más de un hadiz, los cuales hablan de su creación a partir de una luz divina. De hecho, varias narraciones aseguran que Dios creó a Muhammad, Ali y a sus descendientes antes que al cielo y la tierra. El Imam Ya’far as-Sadiq en una de sus clases a sus discípulos (Al-Mufaddal) acerca del versículo 72 del capítulo 38 del Corán dice:
Dios (exaltado y bendito sea) creó a los espíritus de los hombres dos mil años antes que sus cuerpos. Hizo de los espíritus de Muhammad, Ali, Fátima, Hasan y Husein y a los demás Imames los más nobles de todos. Dios los manifestó en el paraíso, en la tierra y en las montañas y su luz los deslumbró (a estas creaciones). Luego le dijo a los cielos y la tierra y a las montañas: “Estos son mis amados, mis amigos y mis pruebas sobre toda mi creación y los Imames de mis criaturas humanas…He creado el Paraíso para aquellos que los amen. Y he creado mi fuego para aquellos que se opongan a ellos y que le declaren su enemistad.[5]
Más importante en términos de un contraste con María es la teología de la impecabilidad de Fátima. Así como María es considerada infalible aunque este es un desarrollo posterior en la teología que rodea a su persona. Ella es pura (tahir o mutahhar), purificada por Dios con la misma purificación que se le reconoce a María en el Corán (3:42) por virtud de su vinculación a la “Gente del Manto”[6] y esta es la Gente de la Casa (La Familia del Profeta). Este favor divino la llenó de pureza y santidad estando aún en el vientre de su madre Jadiya.
2)
Siempre la iglesia ha enseñado que Jesus fue concebido en el vientre de María únicamente por el Poder del Espíritu Santo sin la más mínima intervención humana. Esta enseñanza se articula precisamente en las palabras del ángel a José. “Lo que concibe en su interior es del Espíritu Santo” [7]y un complimiento de la Profecía de Isaías: “Una Virgen concebirá y dará a luz un hijo”.[8] La doctrina del nacimiento de una virgen se prolonga y abarca la virginidad perpetua de María: es decir, ella sigue es virgen antes, durante y después del nacimiento de Jesús. La Iglesia le concede a María el título de Aeiparthenos, (siempre virgen), insistiendo en que el Nuevo Testamento hace referencia a los hermanos de Jesús,[9] explicando que son familiares cercanos, conforme a la costumbre y uso del Antiguo Testamento.
A pesar de que no se hace alusión al nacimiento de una virgen (al menos en la forma convencional que se entiende el termino) en el caso de la concepción de Fátima a Husein son importantes dos factores: el primero tiene relación con los milagros que giran en torno a su concepción y nacimiento y el segundo es el título de virgen (batul) que se le da a Fátima. El Ángel Gabriel le anunció a Muhammad el nacimiento y el martirio de al-Husayn, según una narración registrada entre ellos por al-Qummi:
Gabriel dijo: “O Muhammad, vuestro Señor envía Sus saludos y te informa que le nacerá a Fátima un hijo el cual será asesinado por tu comunidad después de tu partida”.[10]
En la fe Shiita Fátima ha sido siempre la madre sufrida cuya corta vida se hace mucho más amarga por la predicción del asesinato de su hijo al-Husein, la predicción que evoca los nefastos augurios que Simeón le hizo a María en el templo---Ves a este niño: está destinado a ser la causa de la caída y el levantamiento de muchos en Israel, destinado a ser un signo que será rechazado—y una lanza penetrará tu propia alma también…[11] El nacimiento de Al-Husain, como lo es descrito inclusive por los escritores más antiguos pone en evidencia su carácter supra natural. La tradición Shiita sostiene que al igual que Jesús él solo estuvo en el vientre de su madre durante seis meses.[12] Fátima se aparta de cualquier contacto humano durante su confinamiento, mientras es alimentada con el sustento celestial, no necesita de ninguna lámpara en la oscuridad de la noche y es visitada por los ángeles. Su pequeño hijo desde su vientre alaba a Dios. Cuando nace, Dios envía a una hurí como partera y un ángel visita al Profeta diciéndole Fátima la pura, como la Virgen María, la hija de ‘Imran.[13] Más de un escritor con el deseo de acentuar estos milagros dice que cuando nació al-Husayn, su madre estaba pura y limpia, no la afectaron las impurezas del parto.[14]
Parcialmente basados en este concepto comenzamos a entender por qué se le da el título de virgen a pesar de que estuvo casada y tuvo hijos. El concepto de la virginidad física que hay en el Cristianismo no está presente en el Shiismo. La virginidad de Fátima yace en que nunca menstruó. Algunas narraciones dicen que este es el significado de su nombre (es decir aquella que estuvo libre de la impureza de la menstruación). Varios autores Shiitas registraron narraciones en las que se insiste en que Dios libró a Fátima de la menstruación y que no derramó sangre cuando dio a luz.[15]
3)
Degastada por el dolor, María, la oveja, al ver a su propio cordero siendo llevado al sacrificio, continuó con las demás mujeres y exclamó: “¿A dónde vas mi hijo? Por cuya causa finalizas esta veloz carrera”. María exclamó, de su gran dolor; y como lloró y se lamentó en lo profundo de su tristeza, su hijo se volvió hacia ella: “¿Por qué lloras, madre?”[16]
Quizás no existe un aspecto en el cual María y Fátima estén más unidas que en el dolor. Aunque la imagen de María como “La Dama de Las tristezas” con su dolor inconsolable fue aprovechada por los místicos del medio evo como John Tauler (fallecido en 1360) y Henry Suso (1366), es en realidad una devoción que les antecede y encuentra sus raíces en la Escritura. Un número suficiente de pasajes del Evangelio indican la adversidad, el dolor y el sufrimiento de María: La nefasta profecía de Simeón (Lucas 2: 34-5), el viaje hacia Egipto (Mateos 2. 13-21) y todo el suceso del Calvario donde ella intensamente recibe parte de los sufrimientos de Cristo (Juan 19: 17-42). Entonces la tristeza de María a lo largo de toda su vida llegó al tope, estar parada frente a la cruz de su Hijo, dedicó su sufrimiento como una participación en el acto de la redención. Otros sucesos a partir de los cuales se puede percibir su sufrimiento son las dificultades físicas que rodean al nacimiento de Jesús, la masacre de los inocentes, La perdida de Jesús por un periodo de tres días y las amenazas en contra de su vida. Mucho antes los místicos del medio evo enfatizando en el sufrimiento y el ascetismo, otros teólogos ya reflexionaban sobre el dolor y sufrimiento de María. Esto incluye al Monje Poeman del Siglo quinto en su “Apotegmas” (‘¿Ojala pudiera llorar siempre junto a ella?’, Efrén el Sirio del siglo 4 y Romanos el Melodista, citado anteriormente. Los escritores y teólogos posteriores que tomaron esta imagen y la devoción fueron San Buenaventura (f. 1274), San Alberto el Grande (f. 1280), Jacopone da Todi (f. 1306) y San Alfonso di Liguori (f. 1787). Tampoco está ausente este tema en la Iglesia contemporánea: en las últimas apariciones Marianas en La Salette (1846), en Fátima (1914), Sicilia (1953) y Japón (1973), se informa que María fue vista llorando. El Papa Juan Pablo en un discurso en 1984 insistió en que:
Las lágrimas de nuestra Dama pertenecen al orden de las señales: dan testimonio de la presencia de la Madre dentro de la Iglesia y en todo el mundo. Una madre llora cuando ve que su hijo es mal tratado, sea espiritual o física. María llora por Cristo en Jerusalén o en la tumba de Lázaro o finalmente en el viacrucis.[17]
Un anónimo reciente ha dado una interpretación nueva de las tristezas de María, elementos los cuales ya se hallan[18] en los escritos del Papa Pablo VI:
María es la mujer masacrada en Ruanda, la mujer musulmana violada y brutalizada, abandonada embarazada por soldados, la madre soltera parada en las filas de la beneficencia, trabajando por salarios que solo le permiten sobrevivir, criando a sus hijos sin la ayuda de la iglesia o de la comunidad o de su ex esposo. Ella es todas las mujeres, un tercio de la población mundial, huyendo de la inanición, de la guerra y de los desastres de inundación, terremotos y sequías. Ella es la mujer que sufre el sacrificio de sus hijos, las ejecuciones del estado, la tortura y desapariciones de hombres y mujeres. Ella es la sobra de los ancianos abandonados en las calles vagando o sobreviviendo…ella es aquella que pertenece a aquellos que no poseen nada. Ella es la mujer que lamenta la injusticia, la violencia, la insensibilidad y el egoísmo. Ella es tanto victima como defensora. Ella es la que exclama por un fin a las maldades y al dolor innecesario.[19]
De gran importancia para la devoción Shiita es el sufrimiento y lamento de Fátima Zahra (La Radiante), quien con su debilidad, sufrimiento y tristeza se convirtió en un arquetipo para el Islam Shiita y toda su historia de anticipación y frustración. Tanto en este mundo como en el Próximo y hasta el Día de la Resurrección es considerada como la Dama de la Casa de Las Tristezas (bayt al-ahzan) en donde inclusive ahora ella sufre por el asesinato de su hijo. No solamente los ángeles sino toda la creación comparte su incesante sufrimiento como lo dice una narración que se atribuye al Sexto Imam, Ya’far as-Sadiq:
Porque verdaderamente Fátima sigue llorando por él, sollozando fuertemente que el infierno manifestaría dicho llanto para el cual no estarían preparados sus guardianes…su humo y fuego habría escapado y quemado todo lo que está sobre la faz de la tierra. Por eso mantienen el infierno mientras Fátima continúe llorando…porque el infierno no se calmará hasta que ella haya dejado de llorar..Los ángeles también lloran por el llanto de Fátima, alabando a Dios e invocando Su Misericordia.[20]
La mayoría de las Fuentes Shiitas describen a Fátima en los últimos días de su corta y difícil vida llorando inconsolablemente, no solamente por la muerte de su padre el Profeta Muhammad sino también por las injusticias y mal trato perpetrado en su contra y en contra de su familia después de la muerte de Muhammad. Se dice que era tanto su llanto y sollozos que los ciudadanos de Medina se quejaron ante ‘Ali porque esto les perturbaba. Fue así como Fátima decidió ir llorar al cementerio durante la noche, algunas narraciones dicen que era consolada por los ángeles. Ahora, en el Paraíso continúa su lamento: Allá, ella llora sin cesar por su martirizado hijo y por todos los sufrimientos de su comunidad. Son precisamente sus lágrimas las que encenderán la ira de Dios en contra de los asesinos de al-Husayn y obtendrá La Misericordia de Dios y Su Perdón para su Shi´ahs. Aquí, ella representa una correlación de sufrimiento entre la Gente de la Casa (Ahlul-bayt) y sus seguidores, como lo dice un autor,
Todas las cosas se lamentan emulando sus lágrimas y las lágrimas de los creyentes aquí en la tierra no son sino una forma de compartir su tristeza y un medio para consolar su herido corazón.[21]
Su corazón ha sido herido básicamente por el asesinato de su hijo en Karbalá. Este evento decisivo en un momento crítico de la historia del Islam que según la Shi´ah es el mayor sufrimiento y acto de redención más grande en toda la historia.[22] Este acto de liberación se mantiene o se prolonga y es compartido debido al dolor y el lamento de sus devotos, la comunidad fiel. No únicamente la humanidad sino también toda la creación comparten esta tristeza. Son seguras las suplicas intercesoras de Fátima por aquellos que lloran junto a ella por el martirio de Imam Husein. Pero como lo cita McKenna, da una interpretación fresca al sufrimiento de María, e igualmente Fátima, la débil y sufrida hija del Profeta ha sido reinterpretada en los últimos tiempos:
Las acciones de Fátima como una aureola por las vicisitudes de todos los oprimidos que luego se convirtieron en las multitudes del Islam. Todos los usurpados, oprimido y sufridos, todos aquellos cuyos derechos han sido pisoteados y sacrificados por la fuerza y han sido engañados han tomado el nombre de Fátima como slogan. El recuerdo de Fátima creció con el amor, las emociones y la maravillosa fe de hombres y mujeres que a través de la historia del Islam lucharon por la libertad y la justicia…ella es la inspiración de los buscadores de la justicia, los que hacen resistencia a la opresión, la crueldad, el crimen y la discriminación. Fátima es el ejemplo de mujer que el Islam busca en toda mujer.[23]
Pero para los Shiitas, el brillo y la tristeza que abarcan la corta y difícil vida de Fátima son ampliamente recompensadas en el Paraíso, donde además del honor y el estatus que se le da, también Dios le concede el poder de la intercesión como premio por los sufrimientos que le fueron infligidos. El primero, junto a su esposo, entrar al Paraíso y ser la líder, según las fuentes tanto Shi´ahs como Sunnitas de todas las mujeres en ese lugar, se manifestará su gran personalidad el Día de la Resurrección, ya que sus oraciones salvarán del fuego a sus Shiitas.
4)
Transportada al Paraíso, ella…por su múltiple intercesión continúa procurando para nosotros los premios de la salvación eterna. Por lo tanto la Virgen bendita es invocada en la Iglesia bajo los títulos de; la defensor, la benefactora y la mediadora. Esto, sin embargo se comprende de tal forma que ni quita ni añade nada a la dignidad y eficacia de Cristo el único Mediador.[24]
El rol intercesor de María es muy obvio en el Nuevo Testamento, en las bodas de Canaán,[25] donde por su intercesión ella dio comienzo al primer milagro de Cristo registrado por Juan, en presencia de su madre, en oración en los inicios de la Iglesia, especialmente con los apóstoles antes del día de Pentecostés. Habiendo sido destinada para el Paraíso y vestida con gloria total como una Reina, lejos de abandonar el papel de mediadora, ella sigue ejerciendo una misión de intercesión para la salvación de sus hijos. En tanto que solo queda un Mediador entre Dios y la humanidad, Jesus Cristo,[26] la iglesia insiste en que:
La función de María como madre de la humanidad de ninguna forma opaca o disminuye esta mediación particular de Cristo…fluye a partir de la superabundancia de los méritos de Cristo, descansa en su mediación, depende totalmente de esta y extrae todo su poder de ahí.[27]
La fe en su poder intercesor es expresada des los inicios del cristianismo y se encuentra articulada, por ejemplo, en la primera oración que existe a María, el texto Griego de la oración del siglo tercero Sub tuum praesidum.
Se ha comentado que cuando ella escuchó que su padre la daba en matrimonio y había acordado el dinero de la dote que se debía pagar por ella, ella dijo O Mensajero de Dios, las jóvenes de la comunidad son dadas en matrimonio con muchos dírhams, ¿Qué diferencia hay entre ellas y yo? Te pido que los devuelvas y le pidas a Dios el Altísimo que haga de mi dote la intercesión por los pecadores de tu comunidad. Gabriel descendió con un papel de seda sobre el cual se había escrito: Dios ha establecido para Fátima, la Radiante que su dote sea la intercesión por los pecadores de la comunidad de su padre. Te ordenó que cuando muera coloques este papel sobre su pecho de bajo de su mortaja. Ello lo tomó y dijo: Cuando sea convocada el Día de la Resurrección portaré este papel en mi mano e intercederé por los pecadores de la comunidad de mi padre.[28]
Esta narración, la cual aparece de varias formas no se halla en las compilaciones Shiitas más importantes. Sin embargo expresa la fe de la comunidad en la intercesión dada a la hija de Muhammad, la Dama del Día del Juicio como recompensa por lo que tuvo que sufrir y como señal de su estatus. Con una diferencia sutil con las mujeres débiles y mal tratadas sobre la tierra, estamos frente a una mujer cuya única arma son sus lagrimas: sobre la faz de la tierra, estas fueron una fuente de bochorno para la gente de Medina, pero en los cielos son la intercesión, encendiendo la ira de los ángeles y la furia de Dios en contra de aquellos que la maltrataron a su comunidad. Existe un gran cuerpo de hadices que describen las características de los poderes intercesores de Fátima, a veces parece que se le hubiera concedido la autoridad de establecer el mandato Divino: su intercesión no es que alivie el castigo sino que el pecador sea salvado del Fuego también. Compartiendo con los Imames, no solamente su sufrimiento (ciertamente, su martirio) sino también su elevado estatus ante Dios, la pobreza y la privación de su vida va acompañada de una gloria indescriptible. Su intercesión parece tener dos aspectos: positivo a favor de todos aquellos que amaron a “la gente de la casa” y negativo, puesto que ella pide la retribución por las injusticias que tuvo que sufrir ella y su hijo martirizado. De pie frente a las puertas del Infierno con la camisa ensangrentada de Husein en sus manos leerá las frentes de todos aquellos que pasen, diciendo creyente (mu´min) o incrédulo (kafir), intercediendo particularmente por aquellos que tuvieron un buen comportamiento y cuyo balance entre las buenas y malas acciones se inclina más hacia las segundas. Aquellos salvados serán quienes en sus corazones sentían amor por ella y por su descendencia y aquellos que amaron a quienes la amaron así como aquellos que alimentaron y vistieron a otros y evitaron la murmuración por amor a Fátima. Pero aquellos que asesinaron a Husein serán ubicados en el peor lugar del Infierno como castigo de Dios por el enojo y lágrimas y sufrimiento de la hija del Profeta, un Dios que se enoja cuando Fátima se enoja y se complace cuando ella es complacida.
El paralelo entre estas mujeres sagradas siendo que provienen de dos culturas religiosas diferentes aun sigue siendo cautivadora y seguramente va más allá de un argumento simplista de “conceptos teológicos”, lo que no permitiría que cada sistema tuviera una visión religiosa independiente. Ambas fueron pobres y débiles en términos materiales, pero castas y vírgenes puras (dentro del marco de interpretaciones diferentes de tal concepto: puesto que mientras que la virginidad ocupa un lugar particular en la fe católica, el matrimonio es fuertemente recomendado en el Islam), ambas parece ser fueron marginalizadas (en el caso de María, esta marginalización es únicamente ostensible: parece que Jesús la hace filial con aquellos que escuchan y mantienen[29] la palabra de Dios pero en realidad él realza su virtud (de María) como modelo de tal comportamiento). Ambas mujeres experimentaron la intervención divina no únicamente en su concepción y nacimiento sino también en la concepción y nacimiento de sus hijos. Ambas mujeres son mujeres del dolor intenso y de la tristeza y recibieron predicción profética de su futuro sufrimiento; y en tanto que María presencia el asesinato de su hijo, Fátima sabe lo que le sucederá a Husein en el futuro y se lamenta por ello. Ambas, después de llevar una vida de dificultad, pobreza y tristeza reciben un estatus elevado en el Paraíso, una gloria incomparable y la prerrogativa intercesora crucial. Juntas estas dos mujeres son un caso interesante: cada una pertenece a un sistema religioso el cual ha sido censurado fuertemente por su política y teología para con la mujer. Como lo hacen ver escritores como Frithjof Schuon señalando que María y Fátima ejemplifican la santidad absoluta a pesar de que en su vida terrenal fueron marginalizadas, rechazadas y frustradas y en ocasiones tratadas rudamente. En el caso de Fátima vemos la actitud que hacia ella el Primer Califa del Islam, él le negó ciertos derechos, como por ejemplo la propiedad del terreno de Fadak, tierras que le dejó su padre, el Profeta. En el caso de María, es casi que ignorada totalmente en el Nuevo Testamento y aparentemente colocada a un lado en el Evangelio. Sin embargo ambas mujeres surgirían posteriormente dotadas por sus propias tradiciones con una gloria extraordinaria. Bien se podrían aplicar también a Fátima las palabras sobre María dichas por el Papa Pablo VI:
La mujer de hoy verá con una sorpresa placentera que María de Nazaret entregada completamente a la devoción para complacer la voluntad de Dios lejos estaba de ser una mujer humillada y tímida o cuya piedad repeliera a los demás; por el contrario, era una mujer que no dudaba en proclamar que Dios reivindica al humilde y al oprimido y quita al los poderosos en este mundo de sus puestos de privilegio. La mujer moderna reconocerá en María quien “representa a los pobres y a los humildes del Señor”, una mujer de fortaleza que experimentó la pobreza y el sufrimiento, la lucha y le exilio…la figura de la Virgen Bendita no desilusiona ninguna de las grandes expectativas de los hombres y mujeres de nuestra época sino que les ofrece el modelo perfecto de discípulo del Señor: el discípulo que construye la ciudad temporal terrenal en tanto que es un peregrino diligente hacia la ciudad eterna celestial; el discípulo que lucha por esa justicia que libera al oprimido y por la caridad que ayuda al necesitado…[30]
Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.
www.islamoriente.com Fundación Cultural Oriente
* Reverendo Chris Clohessy, del Instituto Pontificio para Estudios Árabes e Islámicos(PISAI), nacido y educado en Sur África, ordenándose como sacerdote en Cape Town en 1988, después trabajó en un número de parroquias antes de trasladarse a Roma para finalizar una Licenciatura en Estudios Árabes e Islámicos en el PISAI. Luego de graduarse en el 2001 se convierte hasta ahora en miembro de la plana del PISAI enseñando Islam Shiita e investigando en un doctorado sobre el tema de Fátima la hija del Profeta Muhammad bajo la luz de la Mariología Católica. Es el editor de las publicaciones quincenales en idioma Inglés del College Encounter: Documents in Muslim-Christian Understanding y ha publicado un número de artículos en Roma incluyendo: “Islam en Sur África (1998), Destellos junto al camino del Sufí (2002), Karbalá, El Rostro del Islam Rojo (2002) y el Evangelio de Bernabé: A precis (2002).
[1] Pablo Pío IX, “Ineffabilis Deus”, en las ediciones J Neuner y J Dupuis, Christian Faith: Doctrinal Documents of the Catholic Church, New York, 1996, 260.
[2] El Catequismo de la Iglesia Católica, 492, Londres, 1994.
[3] Muhammad Baqer al-Maylesi al-Isfahani (d. 1110-17, el autor, entre otras obras, Bihar al-anwar.
[4] Para este hadiz, ver por ejemplo Muhammad al-Maylesi, Bihar al-anwar, volumen 4, capítulo 3, 236.
[5] Sheij as-Sadiq ibn Babaway al-Qummi, Kitab Ma’ani al-Ajbar, Teherán, 1959, 108-9.
[6] Ahle-kisa’ cobija a Muhammad, ‘Ali, Fátima, Hasan y Husein. Corán (33:339
[7] Mateo 1: 20
[8] Isaías 4: 14 citado en Mateo 1: 23.
[9] Por ejemplo, Marcos 3: 31-35, 1 de Corintios 9:5 y Gálatas 1:9
[10] Cf. Ya’far b. Muhammad b. Qawlawayh al-Qummi, Kamil al-Zyarat, Nayaf, 1937, 56-7.
[11] Lucas 2:34-35
[12] Cf. Al-Maylisi, Bihar al-Anwar, volumen 14, 207.
[13] Ahmad al-Makki al-jawarizmi, Maqtal al-Huseyn, Nayaf, 1948, 161.
[14] Cf. Abu al-Hasan al-Mas’udi al-Dihli, izbat al-waliyah lil-Imam ´Ali ibn Abi Talib, Nayaf, 1954, 159-60. Algunos escritores contemporáneos dudan de la autenticidad de esta obra histórica.
[15] Entre estos autores están: al-Maylisi en Bihar al-anwar, Shaykh Saduq b. Babawayh al-Qummi en Man la yahduruhu al-faqih y Kitab al-Amali, Muhammad b. Ali al-Huseyn al-Hurr al-´Amili en Wasa´il al-Shi´ah y por último en Sahifat al-Rida atribuido al octavo Imam. Basta con decir que es una narración muy bien documentada.
[16] Romanos el Melodista, “María en la Cruz”, en Constantino Trypanis, trans., The Penguin Book of Greek Verse, Harmonsdworth, Middlesex 1979.
[17] Papa Juan Pablo II, homilía en Syracuse, Sicilia, Noviembre 6 de 1994.
[18] El Papa Pablo VI, Exhortación Apostólica para el Ordenamiento Correcto y Desarrollo de la Devoción a la Bendita Virgen María (Marialis Cultus), febrero 2 de 1974.
[19] Megan McKenna, Mary, Shadow of Grace, Maryknoll, 1995, 4.
[20] Al-Qummi, Kamil az-Ziyarat, 82-83.
[21] Mahmoud Ayoub, Redemptive Suffering in Islam, The Hague, 1978, 144.
[22] Peter Chelkowski, ‘Ashura en The Oxford Encyclopedia of the Modern Islamic World, Volumen 1, Oxford, 1995, 141.
[23] ‘Ali Shariati, Shiismo Rojo, Teherán, 1979, 4.
[24] Constitución Dogmatica de la Iglesia (Lumen Gentium), número 62, Cf.ed. A Flannery, Concilio Vaticano 11. Constituciones y Decretos, Nueva York, 1996, 62.
[25] Juan 2: 1-10.
[26] Cf. 1 Timoteo 2: 5-6.
[27] Constitución dogmatica de la Iglesia (Lumen Gentium), 60. Cf. A. Flannery, ed., Vatican Council 11. Constitutions and Decrees, 85.
[28] Narrado por Ahmad b. Yusuf al-Dimashqui, Cf. Muhammad al-Qazwini, Fatima az-Zahra mih al-mahd ila al-lahd, Beirut, 2002, 113.
[29] Cf. Al-Maylisi, Bihar al-Anwar, Volumen 43, 8.
[30] Papa Juan Pablo VI, Marialis Cultus, 1974, 37.