Sin “majestades”, “emperatrices” ni monarquías:

36 años de la victoria de la Revolución Islámica de Irán

Roberto Chambi Calle[1]

La reivindicación y la lucha por lograr los derechos de los hombres y las sociedades, siempre se han conseguido por medio del sacrificio de aquellas personas que creen en los principios de libertad, paz y armonía, muchas veces las mismas han tenido que ofrendar sus vidas en pro de sus descendientes con el único fin de que puedan tener días mejores.

Muchos de los hijos, hijas y nietos (as) de aquel grito de libertad que se dio en 1979, hoy viven con una convicción certera de que la sangre derramada por sus progenitores ha sido uno de los mejores sacrificios por su nación, la cual sigue latente después de 36 años; siendo ello contestatario a todos aquellos opositores que antes y después han huido del proceso revolucionario, así como la constitución del mismo, atrincherándose en otros países para que desde allá sigan difamando sinuosamente con la ayuda de algunos medios fascistas y totalitaristas.

Más allá de ello, estas acusaciones como lo fue la del Primer ex Presidente  Bani Sadr[2] de Irán; así como de la Sra. Fara Diba[3] esposa[4] del Sha, no han podido, ni aun con la ayuda de medios y grupos occidentales, ni siquiera resquebrajar, ni manchar aquella Revolución que había sido iniciada y lograda por un anciano , aquel hombre muy creyente en Dios, que sólo con amor y con el lenguaje de la fe, la claridad y la razón logró llevar adelante el compromiso de timonear una nación, aquella que más adelante y que por el consenso del pueblo se denominaría República Islámica, yuxtaponiendo y sepultando una vez más en el mundo a una monarquía despótica y servicial a los deseos del imperialismo.

La historia es una herramienta fundamental de los hombres; pues mediante ella se evoluciona con conciencia y racionalidad. Por ello en la actualidad muchas monarquías han caído y las pocas se han mantenido; pero de manera simbólica mas no absoluta, como lo ha sido la del régimen del Sha Pahlavi. Debemos recordar cómo Francia, Norteamérica e Inglaterra habían descubierto que muchos países en el continente asiático estaban flotando en petróleo, en el caso concreto la corona Británica, muy consciente de ello es que decidió interponer nuevamente su influjo demagógico en contra de aquel pueblo que estaba flotando en el oro negro y que para el dominio de sus intereses debería hacer la movida y jugada política de costumbre en la región, lo habían hecho antes con el territorio Palestino, cediéndolo a Israel (por solo citar un ejemplo); pues el turno era de los Persas y para que ello sucediese de la manera más arbitraria puso un monarca, cual si fuera una partida de ajedrez, ello ha tenido su efecto en que muchas compañías petroleras puedan explotar a precio de gallina muerta dichos recursos.

Las ricas reservas del país Pérsico quedaban en manos de unos cuantos, dejando en el limbo de la pobreza a los Iraníes, aquellos que en esa época no tenían la preparación, ni la educación suficiente (producto de la monarquía despótica) para poder entender el saqueo al que se estaba sometiendo el país. En el año de 1953 se trató de romper esta política mercantilista y despótica del Sha tratando de instaurarse un gobierno democrático, la cual fue frustrada una vez con la ayuda de los gobiernos imperialistas; es así que EEUU colaboró con el golpe de estado[5] a ese primigenio sistema democrático que recayó en el Presidente Mohamed Mosadeh.

Establecida la monarquía nuevamente en su trono y producto del miedo es que intenta hacer algunas reformas a su política autoritaria y mercantilista, queriendo reformar y modernizar el país. Así por ejemplo la Constitución de la Monarquía manifestaba con respecto a  la soberanía en el  Art. 35. “La soberanía es un fideicomiso confiado (como un regalo divino) por el pueblo a la persona del rey.” La pregunta es ¿Cómo Dios le dio ese derecho?; pues sabemos de acuerdo a la creencia islámica que el legado del Liderazgo la da Dios al Profeta del Islam que es Muhammad (Mahoma) y no se la dio en forma de fideicomiso; además que tampoco existió una delegación de la soberanía por parte del pueblo al monarca.

Otro elemento de análisis es que este poder monárquico, no sólo recayó en la figura del rey; sino también a la de sus herederos, los mismos que se iban a entronizar consecutivamente dejando de lado la soberanía del pueblo; manifiesta el  art. 35.- “La monarquía constitucional de Persia recae en la persona de Su Majestad Imperial Sultán Muhammad 'Ali Shah Qajar (que Dios prolongue su soberanía!) Y en sus herederos, generación tras generación.”  

El hecho de manifestar “Generación tras generación” significaba que todo este mecanismo de poder que se había creado la monarquía, iba a ser perenne; pero no sólo ello, sino también las políticas serviciales que iban a tener y que al final las tuvo el Sha Pahlavi en favor de Estados Unidos, Francia e Inglaterra. Un caso muy llamativo es que cuando Irán está trabajando en el desarrollo de su energía y tecnología atómica es duramente criticado, justamente por estos tres países que han sido los cómplices de la decadencia del país Persa junto con su monarca, y que ahora fruto de la Revolución Islámica se han vuelto adversos a este desarrollo atómico cuando otrora Francia y EE.UU[6] ayudaba y asesoraba al monarca Pahlavi para su uso y explotación; pero es lógico que hoy estos países se hayan vuelto enemigos del país Persa; pues no pueden servirse como lo habían hecho antes de las riquezas de aquel “Irán”.

La gente y las masas populares cansados ya de todas las maniobras que este monarca había hecho con la complicidad de los países con intereses económicos en Irán, es que decidieron levantarse de la humillación a partir de los legados y sus principios religiosos de sufrimiento y opresión, como lo fue el nieto del Profeta Muhammad en Karbalá, cuando en aquella época lo martirizaron; ya que aquella lucha y defensa, no sólo era por su familia; sino por toda la humanidad que estaba sedienta de libertad y derecho de ser, esos principios vivos, aún latían y fruto de ello, es que se levantaron contra la arrogancia y el poder bien permeado en las entrañas mismas de la nación subyugada.

Un hombre fundamental y pieza del sistema político lo fue precisamente Jomeini , aquel  que mediante sus discursos aconsejó  y guío a su pueblo oprimido, el mismo que fue expulsado de su país, primero a Turquía, luego a Irak y finalmente a Francia, a un barrio humilde, desde donde seguiría a lado de su pueblo, aquel que ametrallado y asesinado seguía firme en las calles pidiendo fin a la monarquía despótica, la cual se había cargado a cientos de personas asesinadas y confinadas en los centros de tortura, bajo la asesoría de la administración norteamericana; aun así el monarca Pahlavi no duró en el “poder”; pues esta vez aquel “fideicomiso de soberanía” había terminado y no tenía otra opción, más que huir; pero no como un pobre, sino como un millonario “forrado” en millones y millones de dólares junto con su familia, la cual actualmente reside en EEUU y en Francia aun viviendo con el dinero usurpado del pueblo.

La llegada del Imam Jomeini  al nuevo Irán, significaba la esperanza de vivir nuevamente, en aras de ello, es que esta vez, sí la soberanía se les dio a ellos, a aquel pueblo que había luchado por conseguir los mismos; pues la soberanía esta vez no iba a ser “hereditaria de generación en generación”, es así que  el 3 de agosto de 1980,  el pueblo eligió a 73 expertos, componiendo una Asamblea, la misma que entre el 2 y 3 de diciembre de 1980 sometió la redacción de la Constitución a referéndum, la que fue aprobada con el 99,5 % a favor; no obstante de ello cuando esta ley de leyes cumplió los 10 años y haciéndose un diagnóstico, el Imam Jomeini  dio la orden para que el 24 de abril de 1989 se haga un revisión;  y por ello, es que nuevamente es sometida a referéndum en donde el pueblo después de 10 años, legitima de forma clara y contundente el sistema político islámico basado en el dominio y soberanía de Dios, en la tierra con un 97,38% de votos a favor, desbaratando con ello las acusaciones de los enemigos de que el sistema político de la Republica Islámica era similar al de la monarquía, cuando después de esos 10 años el pueblo nuevamente la avaló y legitimó en las urnas.

Hoy después de 36 años, la República Islámica de Irán, está viva y latente, la Revolución iniciada para romper aquellas estructuras déspotas y fascistas de la mano del Sha y sus socios (EE.UU, Francia, Inglaterra; etc.) ha quedado en la nada y aquellas acusaciones de que este sistema es similar son falsas; pues cada año desde el inicio de la Revolución se han celebrado elecciones democráticas, no sólo para refrendar la constitución; sino también para elegir de la manera más democrática  a las autoridades nacionales y locales.

Muchos críticos dicen que la política de la República Islámica es un régimen; si fuese así tendría que demostrarse en la urnas, que el actual sistema no sirve; pues para el juego democrático, un sistema político se lo avala y legitima con el voto y la soberanía del pueblo, aquel que hasta el día de hoy sigue eligiendo a diputados, alcaldes, Presidentes y líderes, en todas las esferas que la democracia lo permite, en último caso si una persona no está de acuerdo,  puede votar en blanco porque el derecho lo asiste, todo lo contrario año, tras año los persas legitiman y apoyan su sistema político sui generis, aquel en donde la soberanía absoluta sobre el hombre y el universo pertenece a Dios y no así a un rey, ni a sus herederos.

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