La recopilación de las virtudes

(Un tratado de ética islámica)

Virtudes y vicios morales

Allamah Muhammad Mahdi An-Naraqi

En nuestra discusión precedente establecimos que el alma humana posee cuatro poderes distintos, a saber: el de la inteligencia, la ira, la pasión o deseo y el poder de la imaginación[1].

Lo que es necesario que destaquemos ahora es que la purificación y la correcta educación de cada uno de estos poderes resultará en la aparición de una particular facultad y disposición en el ser humano.

La purificación y correcta educación del Poder del Intelecto resultará en el desarrollo del conocimiento y subsecuentemente de la sabiduría. La del Poder de la Ira (y fiereza) conducirá al surgimiento de la facultad del coraje y subsiguientemente de la templanza (hilm). La purificación del Poder de la Pasión y el Deseo resultará en el desarrollo de la facultad de la castidad y subsiguientemente de la generosidad. Por último la purificación del Poder de la Imaginación provocará el surgimiento de la facultad de la justicia en el ser humano.

Las virtudes morales son entonces: sabiduría, coraje, castidad y justicia. Las cualidades opuestas a estas son: ignorancia (ÿahl: como opuesto a ‘aql, intelecto, razón), cobardía, concupiscencia (glotonería y lujuria), injusticia y tiranía.

Sabiduría significa la posesión de una comprensión de los objetos del mundo que concurre con la real naturaleza de las cosas. La presencia del coraje y la castidad significa que los poderes de la ira y el deseo están totalmente bajo la dirección (y las órdenes) del intelecto, completamente libre de la esclavitud de la concupiscencia y el egoísmo. En cuanto a la justicia, se refiere al estado en que el Poder de la Imaginación (o al-’amilah: intelecto práctico) está completamente bajo el control del Poder del Intelecto. Esto implica la regulación de todos los poderes del alma por el poder del intelecto. En otras palabras, la presencia de la facultad de justicia en el alma requiere de la presencia de las otras tres facultades de sabiduría, coraje y castidad.

Una cuestión importante debe señalarse aquí. En opinión de la ética islámica, una persona que ha desarrollado en sí misma las cuatro cualidades, no es digno de elogio a menos que la posesión de estas virtudes beneficie además a otras personas. Esto es lo que nos dice la razón. O sea, nos indica que las virtudes exclusivamente internas y privadas no tienen mucho valor, ni su poseedor merece alabanza.

MODERACIÓN Y DESVIACIÓN

Cada una de las cuatro virtudes éticas debe ser ejercida y practicada hasta cierto grado y dentro de límites bien definidos, la transgresión de los cuales transformaría la virtud en un vicio. Si cada virtud es pensada como el centro de un círculo, cualquier movimiento hacia afuera del centro será considerado como un vicio, y cuanto más lejos se haya movido de este punto central, mayor será el vicio.

Por cada virtud entonces, hay innumerables vicios, puesto que sólo hay un centro en un círculo, mientras, que los puntos alrededor del centro son infinitos. Respecto de la desviación (del centro), no representa ninguna diferencia la dirección en que se produce. La desviación del centro en cualquier dirección constituye un vicio.

Encontrar el centro real, lo cual asegura absoluta moderación, es por ello difícil de obtener. Permanecer en este centro y conservar este equilibrio es todavía más difícil. El Profeta (B.P. y Desc.) dijo:

“Me sacó canas la surat Hud en el lugar (donde dice): ‘Mantente firme (y derecho) como se te ordenó’ (11:112)”.

Como opuesto al centro real, existe un centro aproximado que es más accesible. Los individuos que purifican y desarrollan sus almas generalmente alcanzan este centro relativo y adquieren una relativa moderación. Es por esta razón que las virtudes morales difieren con los distintos individuos, circunstancias y épocas. La relativa moderación, al igual que la desviación, cubre una ancha franja en el centro de la cual se encuentra el punto del absoluto equilibrio y moderación.

LOS VARIOS TIPOS DE VICIOS

Hemos dicho ya que desviarse de la moderación y del medio causa el vicio. Esa desviación hacia cualquiera de los dos extremos, a ambos lados del medio, tiene infinitos grados. Mencionaremos aquí sólo los dos extremos para cada virtud moral.

Deficiencia        Moderación           Exceso

Estupidez          Sabiduría                Exceso de análisis.

Cobardía            Coraje                      Temeridad

Letargo               Castidad                 Concupiscencia

Servilismo         Justicia                    Tiranía

Hay por consiguiente ocho tipos de vicios. Daremos una bree descripción de cada uno de ellos:

1.— Estupidez: es la carencia de sabiduría, esto es: no usar el poder de la razón para comprender la real naturaleza de las cosas.

2.— Exceso de análisis: Es el uso excesivo del intelecto en cuestiones para los cuales es inapropiado, o bien su uso excesivo en asuntos para los cuales es apropiado.

3.— Cobardía: Es la deficiencia del coraje, o sea el miedo o falta de resolución en circunstancias en donde no se justifican.

4.— Temeridad: Es el exceso de coraje, o sea la acción imprudente, impulsiva, en casos en donde no es aconsejable.

5.— Letargo: Es el estado deficiente cuyo punto de moderación es la castidad, consistente en la omisión del uso de cosas que el cuerpo necesita.

6.— Concupiscencia: Es el extremo opuesto al letargo, o sea el exceso en la actividad sexual, en el comer o beber y en otros placeres sensuales.

7.— Servilismo: Consiste en aceptar la opresión y la tiranía.

8.— Tiranía: Es el extremo opuesto al servilismo, o sea: la opresión tanto al prójimo como a uno mismo.

Cada uno de estos ocho vicios posee numerosas ramificaciones y subdivisiones, que están conectadas con la dirección y el grado de desviación del punto de moderación representado por las cuatro virtudes. Dado que la desviación puede tener un número indefinido de grados, no es posible enumerarlos todos. Mencionaremos aquí, sin embargo, algunos de los más conocidos, y más tarde discutiremos la forma en que se los puede combatir.

Los vicios se dividen según las facultades a que se refieren, es decir: del intelecto, ira y pasión.

A. — El Poder del Intelecto (al-qúuah al-‘aqlíiah): Tiene dos tipos de vicios: estupidez y exceso de análisis, las otras subdivisiones son las siguientes:

Simple ignorancia: no saber.

Ignorancia compuesta: no saber y no ser consciente de ello.

Perplejidad y duda: cuyos opuestos son certeza y convicción.

Tentaciones satánicas: que inhiben y se oponen a la contemplación de la belleza y creación divina.

Astucia y engaño: para obtener logros sugeridos por el deseo y la ira.

Shirk: asociación (a Allah), idolatría, cuyo opuesto es la creencia en la Unidad y Unicidad de Allah.

B.— El Poder de la Ira (al-qúuah al-gadabíiah): Tiene dos vicios: cobardía y temeridad, cuyas subdivisiones son:

Miedo: Condición psicológica que es causada cuando se espera que ocurra un evento doloroso, o la pérdida de una condición favorable.

Falta de paciencia y auto-menosprecio: es una de las consecuencias de la debilidad de espíritu e indica incapacidad para enfrentar las dificultades. Su opuesto es la constancia, o sea la capacidad de afrontar y soportar la dificultad y la adversidad.

Timidez: Se produce por la falta de confianza en sí mismo y la debilidad de carácter, e indica la incapacidad para luchar por el logro de nobles objetivos y dignos propósitos. Su opuesto es la virtud de la fortaleza, esto es: coraje y buena voluntad para realizar grandes esfuerzos y obtener la verdadera felicidad y perfección.

Falta del sentido de dignidad: Proviene también de la debilidad de carácter, y es la omisión de tener cuidado en la vigilancia o alerta en aquellos asuntos que así lo requieren.

Sospecha (recelo, desconfianza) sobre Allah y los creyentes: Otra manifestación de un carácter débil y tímido. Su opuesto es la confianza en Allah y los creyentes, signo éste de coraje y confianza en sí mismo.

Ira: su opuesto es la paciencia y la templanza (hilm).

Vengatividad: Opuesta al perdón.

Violencia: lo motiva el poder de la ira para forzar la obtención de un objetivo. Su opuesto es la compasión y la conciliación.

Mal carácter.

Envidia y malicia.

Enemistad y hostilidad: su opuesto es el carácter amigable.

Engreimiento y vanidad: Cuyo extremo opuesto es el complejo de inferioridad.

Arrogancia: Que se opone a la virtud de la humildad.

Alarde: Hablar de sí mismo con orgullo y satisfacción. Es un vicio que se genera en la arrogancia.

Rebeldía: Desobediencia hacia quien merece (por su cargo o dignidad) ser obedecido por nuestra parte. También la causa la arrogancia.

Fanatismo: Devoción intensa y sin sentido crítico hacia algo.

Injusticia y ocultación de la verdad: Opuesto a la justicia y constancia en la difusión de la verdad.

Brutalidad: Falta de misericordia y compasión cuando se requieren tales cualidades.

C. — El Poder de la Pasión y Deseo (al-qúuah ash-shahuaníiah): tiene dos vicios: el letargo y la concupiscencia, cuyas subdivisiones son:

Codicia del mundo y las riquezas: que es opuesto a la virtud del zuhd (desapego).

Abundancia y opulencia: opuesto a la pobreza.

Avaricia (tama’): Cuyo opuesto es el contentamiento con lo que se posee.

Codicia de lo prohibido por el din, y el entregarse a actos prohibidos: Su opuesto como virtud es uara’ (piedad, escrupulosidad en el din): abstinencia de actos y actividades harám.

Traición: Opuesto a la fidelidad.

Todo tipo de libertinaje: Adulterio, sodomía, beber vino y otras formas de conducta frívola.

Rebajarse a la falsedad y la creencia en lo falso.

Indulgencia en la conducta frívola y sin sentido y en el alarde vano como hábito.

Terminamos así con el recuento de las virtudes y vicios que pertenecen exclusivamente a uno de los tres poderes. Consideraremos ahora aquellas virtudes y vicios que pertenecen simultáneamente a dos o tres de las facultades del alma. Estos vicios y virtudes son los siguientes:

Celos (envidiosos): Que es el deseo de la declinación en la fortuna de otra persona.

Insulto y degradación de los demás: Cuya virtud opuesta es el honrar y respetar al prójimo.

No ser simpático ni servicial.

Adulación.

Romper los vínculos que uno tiene con la familia y parientes.

Ser desobediente a los padres y procurar su desaprobación.

Inmiscuirse en los asuntos de los demás para descubrir sus faltas.

Revelar los secretos de la gente.

Causar fricción y conflictos entre la gente: cuya virtud opuesta es llevarles paz y armonía.

Maldecir.

Discusión verbal y animosidad.

Hacer bromas a las personas y ridiculizarlas.

Difamación.

Mentira.

Codiciar fama y posición.

Amor al elogio y odio a la crítica.

Simulación: Hacer algo para atraer la atención.

Hipocresía: cuyo opuesto es ser el mismo en la apariencia externa y la interna.

Autoengaño: al que se oponen las virtudes de la introspección, el conocimiento y la humildad.

Rebeldía: cuyo opuesto es la obediencia.

Impudicia y desvergüenza: Opuesto al pudor y la modestia.

Tener deseos y esperanzas extraordinarias sobre el mundo.

Persistencia en el pecado.

La negligencia y alienación para consigo mismo: Opuesto a lo cual es la atención sobre sí mismo y la conciencia de los objetivos.

Apatía e indiferencia hacia el propio bien y felicidad.

El odio fuera de lugar: cuyo opuesto es la amigabilidad apropiada y el amor.

Inconsistencia y deslealtad: opuesto a la virtud de la lealtad.

Aislamiento y segregación de la gente: opuesto a ser sociable.

Resentimiento y rencilla: Cuya virtud opuesta es la calma y compostura.

Insuficiente fe y confianza en Allah.

Ingratitud.

Ansiedad, alarma e impaciencia.

Impiedad: Esto es, desobediencia y trasgresión a las órdenes divinas, cuyo opuesto es el cumplimiento de los deberes establecidos por Allah, además de los actos recomendados por El.

LA IMPORTANCIA DE LA JUSTICIA

Ahora que hemos pasado revista a todas las virtudes y vicios es necesario comprender el real significado de la cualidad de la justicia, puesto que todas las virtudes se originan de esta cualidad, tal como todo vicio proviene de la injusticia, su opuesto. Dice Platón:

“Cuando la facultad de la justicia se desarrolla en el hombre, todos los otros poderes y facultades del alma son iluminados por ella, esclareciéndose éstos mutuamente. Esta es la condición en la cual el alma humana se mueve y actúa en la mejor y más meritoria manera posible, ganando afinidad y cercanía a la Fuente de la creación”.

La cualidad de la justicia pone a salvo al hombre del peligro del desvío hacia los extremos, tanto en lo personal como en las cuestiones sociales, capacitándolo para obtener una felicidad y ventura permanentes. Es preciso recalcar aquí que esta cualidad sólo puede ser ejercida con buenos resultados si el individuo conoce lo que es el ‘Justo Medio’ y puede distinguirlo del exceso cuando lo compara con él. Tal discriminación es imposible de obtener excepto a través de las sagradas enseñanzas del Islam, las cuales contienen minuciosas instrucciones relativas a todo lo que el hombre necesita para obtener la felicidad y la dicha en este mundo y en el otro.

VARIAS CLASES DE JUSTICIA

La justicia es de tres clases:

1. — La justicia entre el ser humano y Allah, esto es: los castigos y recompensas que Allah concede al hombre en relación a sus actos y conducta. En otras palabras, para cada acto que el hombre comete, sea bueno o malo, recibe de Allah una apropiada recompensa o castigo. Si fuera de otra manera, implicaría injusticia y violación de los derechos por parte de Allah y tratamiento desleal (injusto) de Sus criaturas, características que Allah no tiene.

2. — La justicia entre los seres humanos, que significa que cada uno, debe respetar los derechos individuales y sociales de los otros y actuar acorde a las sagradas leyes del Islam. Esto es la justicia social. En una tradición profética, los derechos sociales son enumerados de la siguiente manera:

“Cada creyente tiene 30 deberes para con su hermano en el din, de los cuales no se puede excusar, debiendo cumplirlos u obtener la disculpa (por no hacerlo, de su hermano). Son: perdonar sus errores; ser compasivo y amable con él cuando está en un país extraño; guardar sus secretos; darle la mano cuando está por caer; aceptar la defensa que se hace de él; rechazar las calumnias (o chismes) en su contra; persistir en darle buen consejo; cultivar su amistad; satisfacer su confianza (en uno); visitarlo cuando está enfermo; estar con él en el momento de su muerte; aceptar sus invitaciones y sus regalos; devolver sus favores de la misma manera; agradecerle por sus favores; ser agradecido por su ayuda; proteger su honor y su propiedad; ayudarlo a satisfacer sus necesidades; hacer un esfuerzo para resolver sus problemas; decirle ‘Allah te bendiga’ cuando estornuda; guiarlo hasta la cosa que ha perdido; responder sus saludos; tomarlo al pie de la letra (no malinterpretar lo que dice); aceptar sus dádivas; dar veracidad de sus juramentos; ser amigable con él, no antipático y hostil; ayudarlo si está siendo injusto o víctima de una injusticia (en cuanto a ayudarlo cuando está siendo injusto, significa librarlo de serlo, y para cuando es víctima de una injusticia, queremos decir ir en auxilio de sus derechos); reprimir el sentirse aburrido o hastiado de él; no desampararlo en medio de sus problemas; querer para él de bueno lo que se quiere para sí, y disgustar que a él le toque lo que a uno le disgusta”.

3. — Justicia entre el vivo y el muerto. Esto es, la clase de justicia que ordena que el vivo debe recordar al muerto con amabilidad, pagar sus deudas, actuar acorde con su voluntad, orar por ellos, dar caridad procurando su perdón ante Allah, y cumplir actos caritativos en su memoria.

AUTODESARROLLO

Al final de esta sección, la conclusión que delineamos es que la justicia significa el completo dominio del intelecto sobre todas las otras facultades y poderes del alma humana, puesto que así se encuentran todas abocadas al objetivo último de la perfección del hombre, y al fin último de volverse (a sí mismo) a semejanza de Allah. En otros términos, el intelecto es el soberano del cuerpo. Si la justicia prevalece en él, prevalecerá en el control y dominio sobre su jurisdicción. Al igual que si el gobernante de una sociedad es justo, la justicia se expandirá a través de toda la sociedad, mientras que si es injusto, no habrá justicia en ese país. Esto se expresa en la tradición:

“Por cierto que el Sultán justo está asociado a la recompensa de toda obediencia (en buena obra) realizada por sus súbditos, pero si no lo es, será cómplice en cada acto de desobediencia”.

Otra conclusión que puede extraerse es que uno no puede reformar a otros en tanto éstos no se reformen a sí mismos. Esto es, si un individuo es incapaz de hacer que la justicia prevalezca en el dominio de su propio ser individual, ¿cómo podría ponerlo en práctica entre sus socios, miembros de su familia, conciudadanos y, finalmente, la totalidad de la sociedad? Por consiguiente el autodesarrollo está necesariamente antes de cualquier otra cosa, y esto es imposible de lograr si no es mediante la ciencia de la ética.

Fuente: LA RECOPILACIÓN DE LAS VIRTUDES, (Un tratado de ética islámica); Publicado por: Editorial Elhame Shargh

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

www.islamoriente.com , Fundación Cultural Oriente


[1] Este último, llamado al-qúuah al-uahmíiah, es conocido también como el ‘intelecto práctico’ (al-‘amilah) en contraposición al ‘intelecto especulativo’. Este último concibe las nociones de virtud y vicio aconsejando y guiando. El intelecto práctico pone en funcionamiento las directivas del intelecto especulativo y sigue sus órdenes. Las directivas del intelecto especulativo están siempre dirigidas a la regulación de los poderes de la ira y pasión en el ser humano.

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