Desde que era niña siempre fui diferente, distinta en el sentido que era esa pequeña parlanchina que sólo conversaba con adultos, la niña que tenía una religión distinta a los demás, la que usaba el hiyab (velo) desde los 2 años, la que hablaba en persa cuando no sabía decir algo... y la que siempre fue considerada "extranjera" incluso en su país natal.
Pero algo que tengo bastante claro es que donde fuera que estuviera, ya fuese en Irán o Bolivia, siempre fui una niña muy querida por la sociedad, ese es un dote muy bello que me dio Allah.