El maestro experto en el Corán Bahâ’uddîn Jorramshâhî, en una parte de su obra “Qor’ân Shenâjt” (El Conocimiento del Corán) plantea ciento un puntos coránicos que en general tienen relación con las Ciencias Coránicas y contienen valiosas y benéficas informaciones en el terreno del conocimiento de este Libro Sagrado, en las que podemos hallar sutilezas y detalles interesantes. Puesto que en esta misma obra fueron desarrollados algunos de estos puntos, mencionarlos sería repetir parte del contenido de este libro; por lo tanto, en este décimo capítulo nos dedicamos a exponer setenta de los ciento un puntos seleccionados del libro mencionado. Cabe destacar que aunque en el orden de estos puntos hemos realizado alteraciones, no obstante su contenido ha sido trasmitido textualmente y sin ningún cambio.
Los objetivos instructivos del artículo:1. Las aleyas muhkam (explícitas) y mutashâbih (alegóricas) y el papel que juegan en la exégesis y las Ciencias Coránicas.2. Las hipótesis presentadas por parte de los expertos del Corán para determinar los casos de las aleyas muhkam y mutashâbih.3. La filosofía de la existencia de aleyas alegóricas en el Corán.4. Ejemplos de las aleyas alegóricas.5. La interpretación (ta’wîl) en el Corán y la posibilidad o imposibilidad de conocerla.
Cada uno de los nombres del Libro Divino tiene su motivo y filosofía de designación. En este capítulo únicamente nos dedicaremos a explicar el nombre “Qur’ân”. Hemos dicho que algunos consideran que el término “Qur’ân” se deriva de la raíz “qarana” con el sentido de unir, adjuntar. Ellos, justificando la designación de este nombre al Libro Divino han dicho: “Ya que las aleyas y suras están unidas unas a otras, Dios ha escogido el nombre de Qur’ân para este conjunto”.Otros que consideran que el término “Qur’ân” se deriva de la raíz “qarînah” sostienen que ya que existe en este libro una perfecta armonía y similitud como si todas sus aleyas fuesen compañeras una de la otra y se asemejan una a la otra, Dios ha elegido este nombre para Su Libro, y a través de una aleya describe al Corán con esa misma similitud y armonía:...
Los intérpretes e investigadores mantienen diferentes opiniones en cuanto al número de los nombres del Corán. Abû Al Futûh Râzî en su libro de exégesis coránica ha mencionado cuarenta y tres nombres para el Corán. Zarkishî narra de Qâdî Abul Mu‘alî, conocido como “Shîdzlah”, que ha encontrado cincuenta y cinco nombres para el Corán; y algunos otros han hecho llegar el número de los nombres del Corán hasta ochenta. La mayoría de los títulos que estos personajes han registrado respecto a los nombres del Corán han sido utilizados dentro del Corán como adjetivos del mismo, no como nombres de éste.
Para referirnos al periodo de la escritura del Corán luego del fallecimiento del Profeta (BP), comenzaremos hablando de la preocupación y esfuerzos al respecto por parte de una personalidad como Imâm ‘Alî (P), que fue pionero en todas las escenas y fue quien desde el comienzo de la revelación asumió en forma continua la escritura de la revelación acompañando al Profeta en todos los momentos. Él fue elegido para recopilar el Corán por parte del Mensajero de Dios en los últimos días de su bendita vida.Ambas escuelas islámicas sostienen que la primera persona que se dedicó a la recopilación del Mus·haf luego del fallecimiento del Profeta (BP) y según lo ordenado por él, fue Imam ‘Alî (P).El Mus·haf de ‘Alî (P) poseía unos privilegios tales como: El orden de las suras era de acuerdo al orden de la revelación, en él se encontraban las causas y el lugar del descenso, así como los aspectos generales de las aleyas.Este ejemplar ha permanecido como un legado en manos de los Imâmes (P) y ha sido transmitido de un Imâm a otro.
Vimos cómo luego del fallecimiento del Noble Profeta (BP) fue realizada la recopilación del Corán formalmente bajo la orden del primer Califa y el esfuerzo de Zaîd Ibn Zâbit. Anterior a esto, ya había sido recopilado un ejemplar por Imâm ‘Alî (P) quien era el más versado del Corán. Igualmente algunos de los grandes discípulos se preocuparon también por recopilar su propio Mus·haf, y los ejemplares de algunos de ellos, que gozaban de una destacada posición, sin demora atrajeron la atención de los musulmanes. Fue así como la gente de cada región recitaba el ejemplar recopilado por uno de los discípulos.
El tema es uno de los más polémicos de la historia del Corán, que ha dividido a los expertos y conocedores de esta ciencia en dos grupos: Un grupo que opina que la recopilación del Corán –con la misma ordenación actual- fue realizada durante la vida del Enviado de Dios (BP); y el segundo que remonta la recopilación oficial del Corán en forma de un volumen (entre dos tapas) a la época del primer Califa, luego del fallecimiento del Profeta (BP).Antes de introducirnos en este tema es importante destacar un punto, que al no haber sido tomado en cuenta, colocó a muchos de los grandes sabios enfrentados entre sí. En verdad lo que ha provocado esa profunda escisión entre esas dos hipótesis es la falta de atención al punto preciso de las discrepancias y desacuerdos. Si el punto de la discrepancia fuese determinado con exactitud, la diferencia entre las dos hipótesis disminuiría.
Uno de los temas más minuciosos en las Ciencias del Corán es el estudio histórico de la escritura y recopilación de este Libro Sagrado. A cada musulmán le atrae la idea de conocer la cronología de su Libro, así también de conocer también el interés de los primeros musulmanes y discípulos del Profeta (BP) hacia este Libro Sagrado. Es interesante para un musulmán saber cuál fue la trayectoria del Corán en la historia, la trayectoria de ese mismo Libro Sagrado que tiene en sus manos sin ninguna alteración ni cambio. La historia atestigua que la presentación del mensaje Divino se enfrentó con tal recibimiento que fue causa de asombro para todos. Los musulmanes en dos campos, el de la “memorización” y “registro del Corán” utilizaron todas sus fuerzas y recursos, y entraron en escena con tal fervor y entusiasmo que el cálamo es incapaz de describir.
De entre los nombres revelados al Profeta (BP), “Qur’ân” es el nombre más famoso y usado entre los musulmanes. Muchos sostienen que este nombre se ha convertido en un nombre propio para el Corán de entre otros nombres.Pero cabe la pregunta que: ¿acaso la distinción de este nombre sobre otros fue desde un comienzo a causa de las aleyas coránicas o se debe al uso gradual de los musulmanes a lo largo de los tiempos? Existen argumentos que afirman que el Corán desde un comienzo se utilizó como el nombre propio de este Libro Sagrado.En varios casos cuando se mencionan los nombres de los Libros Celestiales, el “Corán” ha sido citado junto al Evangelio y la Torá: «Es una promesa infalible la suya, que está registrada en la Torá, el Evangelio y el Corán».
La lengua del Corán es la lengua árabe y el propio Corán a veces se refiere a éste con la expresión “Corán Árabe” (siete casos), y otras veces “Lengua Árabe” (tres casos), o “Mandato Árabe” (un caso) y en todos estos usos se le recuerda con grandeza y majestuosidad.Antes de desarrollar el tema es necesario señalar un principio básico que el propio Corán ha planteado.El envío de los Mensajeros y Profetas Divinos a los diferentes pueblos y naciones, ha sido realizado en su propia lengua, y el hecho de que el Profeta de cada pueblo haya tenido la misma lengua que su pueblo es un principio común y general:«Jamás enviamos Mensajero alguno sino con el habla de su pueblo para dilucidarles (nuestras leyes)»Este artículo nos adentra en un tópico importante en las Ciencias Coránicas.
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