Preguntas de Teología Islámica

La Magnanimidad (una gran generosidad)

Por: Ayatolá Mahdi Hadavi Tehrani

Traducción: AbdulKarim Orobio

Pregunta: ¿Qué es Magnanimidad (Kirāmah)? ¿Cómo podemos ser magnánimos? ¿Qué posición tienen ante Dios los magnánimos?

Respuesta Concisa

La magnanimidad está lejos de la mezquindad. El alma de aquel que está limpio de cualquier atributo bajo es llamada magnánima. La magnanimidad es contraria a la mezquindad; para llegar al nivel más elevado de magnanimidad uno debe equiparse con la piedad, es decir, alejarse de cualquier cosa que conduzca al pecado.

Como lo dijo el Comandante de los Creyentes: “Aquel que es piadoso alcanzará lo que desee y Al-lah le hará morar en la casa de la magnanimidad; una casa que solamente pertenece a Al-lah. Su techo es el Trono del Señor; su iluminación proviene de la Belleza Divina; los ángeles, amigos y compañeros de los profetas frecuentan esta casa”.

Respuesta Detallada

La magnanimidad es alejarse de la mezquindad. El alma que está limpia de cualquier rasgo bajo es llamada magnánima. La magnanimidad es lo contrario a la bajeza o mezquindad.

La Magnanimidad desde la óptica de los Infalibles

Según un dicho del Santo Profeta (PB): “El Todopoderoso Al-lah, es magnánimo y le gusta la magnanimidad”.[1]

Como lo ha dicho el Imam ‘Ali ibn Abi Talib (a.s.):

  1. “Aquel que da antes de que se le pida es una persona magnánima”[2]
  2.  “Los tiempos difíciles no tienen efecto en el alma de la persona magnánima.”[3]
  3.  “La persona magnánima es aquella que siempre se aleja de lo que le es prohibido y está libre de toda culpa”.[4]
  4.  “La persona magnánima se disgusta con aquello de lo cual el vil se enorgullece”.[5]
  5.  “El Magnánimo es aquel que utiliza su riqueza para proteger su honor, pero el bajo protege su riqueza con su honor”.[6]
  6.  “La persona que entiende la magnanimidad y la grandeza del espíritu humano llega a ver al mundo entero y todo lo que hay en él como algo de poco valor.

Lo opuesto entre la magnanimidad y la bajeza se demuestra en las narraciones de los sagrados Imames (a.s.). La Magnanimidad es un valor ético, es uno de los nombres de Dios. En contraste, todo lo que aleja al hombre de Dios tiene su raíz en la bajeza. Como lo dijo el Santo Profeta (PB): “El amor al mundo es la raíz de todo pecado y el inicio de toda trasgresión”.[7]

Cuando le prestamos atención al hecho que la bajeza está en contraposición con la magnanimidad y porqué las palabras, danī, dinā’at y dunya se derivan etimológicamente de la misma raíz (d-n-y, “ser bajo”), no podemos buscar la magnanimidad en el amor al mundo. Esto porque, como lo ha dicho el Imam ‘Ali ibn Abi Talib (a.s.): “El mundo hace que un hombre se humille”[8] y la magnanimidad se sitúa en oposición a la bajeza.

Para alcanzar la cima de la magnanimidad debemos equiparnos con las armas de la piedad y alejarnos de todo tipo de mundanalidad. Como lo dijo el Comandante de los Creyente (a.s.): “La magnanimidad no puede existir sin la piedad”.[9]Al-lah (s.w.t) dice: “El más honorable entre ustedes es el más piadoso.”[10]

El Imam ‘Ali ibn Abi Talib (a.s.) dice: “El Honor es la piedad”,[11]“La piedad es alejarse de todo lo que lo haga pecar a uno.”[12]

También ha dicho: “Ciertamente el temor a Al-lah es la medicina para sus corazones; la visión para la ceguera de sus espíritus; la cura para las enfermedades de sus cuerpos, el corrector de las maldades que encierran sus pechos, el purificador de la polución de sus mentes, la luz de la oscuridad de sus ojos, el consuelo para el temor de sus corazones y el brillo para la oscuridad de su ignorancia. Por lo tanto, hagan de la obediencia a Al-lah una forma de vida y no una apariencia. Hagan de ella su hábito interior en lugar de ser simplemente una rutina, la guía de todos sus asuntos, el abrevadero (en el Día del Juicio), el intercesor para lograr vuestros objetivos, el asilo para el día de sus temores, la lámpara del interior de sus tumbas, la compañía de vuestra soledad y la liberación de los problemas en sus moradas. Ciertamente que la obediencia a Dios es protección en contra de las calamidades que circundan, contra los peligros y frente a las llamas del fuego. Por lo tanto, aquel que le teme a Al-lah, los problemas se alejan de él después de haber estado cerca, sus asuntos se endulzan después de haber sido amargos, el oleaje de los problemas se apartan de él después de haberlo avasallado, las dificultades se hacen fáciles, lluvias de sustento caen sobre él después de la hambruna, la misericordia desciende sobre él después de haber sido rechazado, los favores de Al-lah brotan sobre él después de que se habían secado y las bendiciones descienden sobre él en torrentes después de haber escaseado.”[13]

El Sagrado Corán presenta al espíritu del hombre como un ser noble. Si el hombre se ennoblece, habrá trascendido su existencia natural y encontrado su semilla de origen. Debido a que la obediencia a Dios es congruente con la esencia del hombre, la desobediencia y el pecado son ajenos a él; el honor, sin embargo, no es así, porque está en la naturaleza del hombre; Dios dice: “Hemos honrado al ser humano.”[14]Si este fue creado de tierra, no le serían esenciales la magnanimidad y el honor. Sin embargo, el hombre cuenta con dos naturalezas, principal y secundaria. Su naturaleza secundaria retorna a la tierra y su esencia se relaciona con Al-lah.

Dios, en el Sagrado Corán se atribuye a sí mismo el espíritu y el cuerpo a la tierra.[15]Él no dice: “He creado al hombre de tierra y de un espíritu inmaterial”. Por el contrario, dice: “He creado al hombre de tierra y luego he insuflado Mi Espíritu en él. Porque el espíritu del hombre se relaciona con Dios, el Noble y Honorable, por lo tanto tiene una porción de honor”. Así, el Espíritu de Al-lah (s.w.t) no es diferente del espíritu de nobleza.

  1. Como lo dijo el Imam Ali ibn Abi Talib (a.s.): “Al-lah les ha exhortado la piedad; la hizo una extensión de Su felicidad y Su deseo para Sus siervos. Por lo tanto, témanle a Al-lah en cuya presencia se encuentran y en cuyas manos esta su destino, y aquel que ve todas sus acciones y movimientos. Si te escondes de algo, Él lo sabe y si lo muestras Él lo registra. Él utiliza a sus honorables ángeles para registras vuestras acciones, ni olvidan escribir lo que merece ser escrito, ni registran lo que no existe. Ustedes deben recordar que aquel que adopta la piedad, se libera de la maldad, escapa de la oscuridad por medio de la luz de la guía; Al-lah lo ubica en el nivel del honor, la casa exclusiva de Al-lah. Su techo es el trono de Al-lah. Su luz es la iluminación de la Grandeza de Al-lah. Sus peregrinos y amigos son los ángeles, y sus habitantes son los Sagrados Profetas”.[16]

Fuente: Fe y Razón; Preguntas de Teología Islámica

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[1] Muntakhab Mizān al-Hikmah, no. 5493:

[2] Ghurar al-Hikam, no. 1389

[3] Ibíd., no. 1555

[4] Ibíd., no. 1565

[5] Ibíd. no. 2159

[6] Ibíd. No. 9130

[7] Ibíd. No. 2121

[8] Ibíd., no. 2192

[9] Nahyul Balagha, máxima 113

[10] (49:13)

[11] Ghurar al-Hikam, no. 6664

[12] Ibíd. No. 6683

[13] Nahyul Balagha, sermón 192

[14] (17:20)

[15] (38:71-72)

[16] Nahyul Balagha, sermón 183

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