Preguntas de Teología Islámica

El rol que desempeña una persona en la obtención de su sustento

Por: Ayatolá Mahdi Hadavi Tehrani

Traducción: AbdulKarim Orobio

Pregunta: ¿Qué relación existe entre los esfuerzos que realizan un hombre y el sustento que le ha sido proporcionado?

Respuesta Concisa

Hay dos clases de sustento: un sustento el cual perseguimos y un sustento que viene detrás de nosotros. En las narraciones, el sustento que viene detrás de nosotros se denomina “El sustento que busca” y el sustento que nosotros perseguimos es llamado “El sustento buscado”. El primero es certero y es el que determina nuestra existencia, nuestro lapso de vida, las posibilidades que se nos abren, el medio en el cual estamos ubicados, nuestra familia, y nuestros talentos innatos. Este tipo de sustento genera el poder, la energía y la inteligencia que necesitamos para luchar y trabajar; y al paso de estos factores se abre la puerta para el segundo tipo de sustento (el sustento acondicionado).

Para adquirir “el sustento buscado”, cada persona debe no solamente hacer sus propios esfuerzos, sino que también debe elevar sus manos hacia Al-lah (s.w.t) demostrando pobreza absoluta. El niño recién nacido cuyo esfuerzo y lucha llega en forma de llanto, haciendo mohines y gritando para que le sea suministrada la leche materna por medio de este comportamiento. Inclusive cuando crece y se propone objetivos mayores, su esfuerzo y lucha se transformarán. Se convertirá en ejercicios físicos, intelectuales, trabajo, etc. Aún más, también cambiará la calidad de su sustento.

Para concluir, podemos decir que es solo después del resultado de “el sustento que busca” —lo que es certero e incondicional— y después de los debidos esfuerzos y la intromisión de la voluntad humana que “el sustento buscado” se convierte en realidad. El sustento certero no puede cambiar, aumentar o disminuir, pero el “sustento buscado” si puede incrementar o disminuir, dependiendo del tipo, cualidad y la composición de las acciones que le preceden —las que se cuentan como sus prerrequisitos.

Respuesta Detallada

La respuesta a esta pregunta puede explicarse en forma de dos preliminares y una conclusión.

 Por este motivo, la promesa de Al-lah es diferente de la promesa de la criatura que es parte de esta dimensión de la existencia, y que está bajo la influencia de los seres que habitan en ella. Para saber cómo obra Al-lah (s.w.t) y Su sustento uno debe conocer el mundo.

Nosotros mismos, somos una parte de este mundo y tenemos responsabilidades. Por supuesto, las responsabilidades que tenemos con respecto a nuestro sustento —aquellas que ha establecido sobre nosotros la ley de la naturaleza o las normas de la religión— son solo aspectos menores y débiles manifestaciones del sustento omnipresente de Dios.

El poder de digestión que tienen las plantas, los deseos que tienen los seres animados y lo que los guía hacia el alimento, son todas manifestaciones del sustento de Dios. Por último, es Dios quien tiene control sobre cada animal por medio del cumulo de sus deseos para por medio de ellos ir detrás de lo que necesitan, luchando y esforzándose por satisfacerlos. El pensamiento, el trabajo y el esfuerzo no son sino preliminares para el sustento de Dios. Dios ha creado una atracción entre el sustento y aquel que toma de él —enviando a uno detrás del otro. Hay una conexión especial entre las diferentes partes de la existencia que los conectan mutuamente.

En el caso de un bebé que no puede encontrar su propio alimento, hay que proveérselo. A medida que adquiere habilidades, y puede hallar su sustento por medio de su constante búsqueda, no lo obtendrá fácilmente. Por ejemplo, su sustento puede estar ubicado en un lugar distante, lo que le obliga a salir y encontrarlo.

Como regla general, existe una forma de reciprocidad entre el acceso al sustento, la medida de fortaleza y capacidad del ser que es proveído, y la cantidad de guía que se otorga para que pueda llegar a él. Por esta misma razón, se considera al hombre un ser más elevado que las pantas y animales, y lo que le basta a las plantas y los animales no le es suficiente al ser humano. El problema del alimento diferirá del de otros seres; pues la distancia entre el sustento y aquel que lo necesita en el mundo humano es mucho más distante.

Es por esto que, han sido puestos a disposición mejores medios de supervivencia y ha aumentado su guía. Le han sido otorgados la razón, el conocimiento, la revelación y la profecía para ayudarle; en tanto le han sido impuestas algunas responsabilidades, todas estas cosas no son más que dimensiones del sustento de Al-lah (s.w.t).

Un poema dice que la misma existencia de los dientes indica la provisión del pan el cual deben masticar esos dientes. Por supuesto, no quiere decir que tener dientes es suficiente para que el pan sea cocido y colocado en la mesa de una persona. Por el contrario, significa que si no hubiese pan, no habría dientes; y si no existiesen los dientes, no habría pan. En otras palabras, existe una relación entre el sustento, aquel que lo utiliza, los medios para obtenerlo, el sistema digestivo y la guía. Aquel Ser que creó al hombre en la naturaleza y le dio dientes, también creó el pan en la misma dimensión de la naturaleza. Ha colocado a su disposición el intelecto, el poder, la acción y el sentido de responsabilidad. Todas estas son manifestaciones del sustento de Al-lah (s.w.t).

Segunda Premisa: El Sustento y la nutrición son de dos tipos: La cual buscamos y la que nos busca a nosotros.[1] “El sustento que nos busca” nos persigue aunque le huyamos. No nos abandona, inclusive tan imposible como escapar de las garras de la muerte. Lo dicen los hadices: “Si el hijo de Adán escapara de su sustento como le huye a la muerte, aun así lo hallaría, como lo encontrará en cualquier momento la muerte”[2]Este tipo de sustento tiene raíces en la Providencia de Al-lah (s.w.t)” “El sustento buscado” es el sustento que se ha proporcionado (medido) para aquel que lo busque. Si lo buscamos y cumplimos con las condiciones y acciones necesarias para obtenerlo, entonces llegaremos a él. En realidad, el esfuerzo que hacemos para alcanzar este sustento es una causa parcial. Si se ubica junto a las demás causas que yacen en el mundo oculto, seguro que lo lograremos. En esta línea, nuestro Líder, el Comandante de los Creyentes, el Imam ‘Ali ibn Abi Talib (a.s.) dijo: “Busquen el sustento, porque ciertamente está garantizado para aquel que va detrás de él”[3]

Así como el esfuerzo sin una garantía que de fruto no tiene sentido, un sustento garantizado sin un esfuerzo que lo acompañe, es también imposible (en el sustento buscado). Por este mismo motivo, de entre los dos tipos de sustento que Dios ha asignado a Sus siervos, ha hecho uno de ellos incondicional (el sustento que busca), y otro condicional (el sustento buscado).

El sustento incondicional es el que busca al ser humano en todas las situaciones y hasta que no se llenen sus balanzas al máximo con este tipo de sustento, no le llegará la muerte. Según el dicho del Santo Profeta (PB): “Nadie morirá hasta que no le haya sido completado todo su sustento”.[4]

La seguridad del “sustento buscado”, sin embargo, está condicionado por el desempeño de algunas acciones y teniendo en cuenta algunos asuntos. Sin llenar estas condiciones y sin ordenarlas, no se dará este sustento.

El “sustento que busca”, el certero, es el sustento que determina nuestra misma existencia, nuestro lapso de vida, las posibilidades que tenemos abiertas, el medio en el cual estamos, nuestra familia y nuestros talentos innatos. Este tipo de sustento genera el poder, la energía y la inteligencia que necesitamos para luchar y realizar nuestro trabajo; y es al paso de estos factores que se abre frente a nosotros la puerta del segundo tipo de sustento (el sustento condicionado). Para obtenerlo (el sustento buscado) cada persona debe, no solamente hacer su propio esfuerzo, sino que también debe elevar las manos hacia Dios demostrando total pobreza. El niño recién nacido, cuyo esfuerzo y lucha se da en la forma del llanto, gestos y gemidos harán que le llegue la leche de su madre. Inclusive cuando crece y se propone metas más elevadas, su esfuerzo y lucha se transformará. Comenzará a pensar, trabajar y esforzarse físicamente. Aún más, cambiará también la calidad de su sustento.

Para resumir, podemos decir que es después de “sustento que busca” certero e incondicional que se crean el esfuerzo y el trabajo, y después de este esfuerzo y deseo aparece “el sustento buscado”. El sustento certero no puede cambiar, aumentar, ni disminuir, pero “el sustento buscado” es capaz de incrementarse o disminuir. En cuanto al segundo, ni la ambición del ambicioso hace que surja, ni la tristeza del perezoso evita que llegue. Sin embargo, puede aumentar o disminuir dadas las condiciones necesarias. Una persona le preguntó al Santo Profeta (PB): “Quisiera que aumentara mi sustento”. Él respondió: “Mantente con la ablución para que se incremente tu sustento”.[5]El Imam ‘Ali (a.s.) dijo: “Aumentará el sustento de aquel cuyas intenciones sean puras”:

Por lo tanto, es necesario que nos esforcemos y busquemos los mejores y más seguros medios para lograr nuestro sustento, utilizar nuestras facultades y confiar en Dios, Creador de este camino. Todo esto después de haber entendido la relación que hay entre el sustento y aquel que lo necesita, y después de saber que también han sido creados los medios para obtener el sustento, y después de entender que se nos ha dado la responsabilidad de obtenerlo.

Fuente: Fe y Razón; Preguntas de Teología Islámica

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www.islamoriente.com , Fundación Cultural Oriente


[1] Nahyul Balagha, Carta 31

[2] Mizān al-Hikmah, no. 2564

[3] Muntaĵab Mizān al-Hikmah, no. 2555

[4] Muntaĵab Mizān al-Hikmah, no. 2561

[5] Muntaĵab Mizān al-Hikmah, no. 2574

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