Deportaciones de Refugiados la vergüenza mundial del siglo XXI

Sdenka Saavedra Alfaro[1]

En virtud del acuerdo firmado entre Turquía y la Unión Europea, realizado el 18 de marzo de esta gestión respectivamente[2], donde 6.000 millones de euros fueron concedidos al país de Erdogan[3]para que fueran deportados los refugiados a sus países, la UE empezó a poner en práctica la mayor deportación en masa en Europa Occidental desde la segunda guerra mundial[4] y obviamente con esto no cambia en absoluto su carácter violento y contrario a los derechos humanos.

Ya lo señalaron varios analistas políticos, sociólogos, doctores versados en el tema de la migración, que este acuerdo es inaceptable jurídicamente, vergonzoso éticamente y totalmente ineficaz para resolver la crisis de derechos humanos y humanitaria que vive actualmente Europa; pues más allá de unos arreglos cosméticos, este acuerdo sigue vulnerando las obligaciones de Europa con la legislación internacional de los derechos humanos.

“El Gobierno de España en funciones ha desatendido claramente el mandato recibido del Parlamento español al votar a favor de un acuerdo que no incluye las garantías exigidas por el legislador español para conseguir que dicho acuerdo respetase las obligaciones de España y la Unión Europea con los derechos de las personas refugiadas y migrantes, que no son números, sino mujeres, hombres, niños y niñas con derechos y dignidad”[5].

Y una vez más manifestamos nuestro descontento y repudiamos estos pactos, convenios que se realizan utilizando seres humanos, regateándolos como si fuesen mercancía; pues resulta absolutamente lamentable que este acuerdo se centre en el cierre de las rutas migratorias por parte tanto de la Unión Europea como de Turquía, o de la bienvenida a la operación de la OTAN en el mar Egeo y nada diga de la obligación jurídica y legal de todos ellos de poner en el centro del derecho de asilo, el rescate y el salvamento de las personas que arriesgan su vida cruzando el Mediterráneo; ya que ante este hecho según la Organización Internacional para las Migraciones, OIM, hasta el 20 de abril de 2016 unos 180.245 migrantes y refugiados han entrado en Europa por vía marítima y que han desembarcado en Italia, Grecia, Chipre y España y de acuerdo al último conteo ha habido 1.232 víctimas mortales, lo que incluye unas 500 muertes frente a las costas de Libia en este mes[6].

Estamos ante un nuevo estadio del Asalvajamiento[7]de la Europa rica parafraseando a Said Bouamama[8]; pues a las puertas de ella se multiplicarán los campos financiados por la UE y los que fueron gestionados por Erdogan; pues como lo señalábamos en un principio 6.000 millones de Euros fueron concedidos a Turquía para que fueran deportados los refugiados a sus países.

Y debemos recordarlo como lo señalamos en un artículo anterior[9]; pues esta solución fue ideada por Angela Merkel[10] y el Primer Ministro Turco, la cual tuvo un precio; ya que Turquía recibió 3 mil millones de euros además de los 3 mil millones ya acordados en noviembre por anclar en su territorio a los migrantes, además, Ankara exige visado europeo para todos sus ciudadanos y la aceleración de las negociaciones para integrarse a la Unión Europea[11]. 

No cabe duda que son sólo los intereses económicos y políticos, del más poderoso hacia el más débil, los que se vienen determinando a este acuerdo; pues como lo hemos visto regatea con los refugiados y además de eso supone que Turquía es un país seguro para ellos; sin embargo se ha demostrado todo lo contrario, ya que Turquía expulsa a los refugiados a Afganistán y Siria de manera masiva[12] y según los pronósticos de varios analistas estas personas no se quedarán en Turquía, porque ahí no se reúnen las condiciones de protección, por consiguiente buscarán nuevas rutas más peligrosas y quizás vuelvan a salir desde Libia y aquí no se ve ninguna solución con esta tormentosa crisis de refugiados.

“Turquía no es un país seguro para todas las personas que van a ser devueltas. No tiene un sistema de asilo que garantice la protección y una solución duradera, no reconoce como personas refugiadas de la Convención de Ginebra a quienes no sean de nacionalidad europea (por ejemplo, a los miles de iraquíes, afganos, eritreos o somalíes que podrían ser devueltos). A las personas sirias solo les reconoce un estatuto de protección temporal insuficiente y sin adecuadas garantías. Además, como han denunciado Acnur y diversas organizaciones de derechos humanos, en diversas ocasiones, muchas personas sirias o iraquíes han sido devueltas por el Gobierno turco a sus países de origen, lo que ha vulnerado el principio de no devolución. En el acuerdo no aparece ninguna garantía expresa de que Turquía respetará ese principio respecto a quienes sean devueltos a Turquía, una cláusula que estaba en los primeros borradores del acuerdo”[13]

Con esto estamos viendo que este acuerdo está llamado a encubrir, en la práctica, expulsiones colectivas, ya que no recoge garantías concretas de cómo se puede llevar a cabo el proceso de asilo individualizado en muy pocos días (2 o 3) que cumpliría no solo con la directiva europea de procedimiento, como se menciona[14]; sino sobre todo, con la Legislación Internacional de Derechos Humanos[15]que exige derecho a abogado, intérprete, derecho a recurso con efectos suspensivos, acceso a organizaciones de derechos humanos, toma de decisiones por agencias especializadas y no por agentes migratorios; etc…

Ya comenzó el pasado 4 de abril la primera repatriación de refugiados que se encontraban en Grecia, que fueron devueltos a Turquía donde 202 refugiados abandonaron contra su voluntad las islas griegas de Lesbos y Chios y fueron desembarcados en el puerto turco de Dikili[16] y nos imaginamos que tras esta vendrán muchas más; pues la cifra de personas que llegan a las costas griegas sigue aumentando, ayer volvieron a llegar en varias lanchas, 339 personas y hace dos días, otras 514[17]. 

“La composición del grupo es un verdadero panorama de la miseria y de la actual injusticia mundial: Pakistán, Afganistán, Congo, Sri Lanka, Bangladesh, India, Iraq, Somalia, Costa de Marfil, Siria. Esta primera deportación anuncia muchas otras en virtud del acuerdo firmado entre Turquía y la UE el 18 de marzo de 2016. Pocas veces un acuerdo se ha puesto en práctica tan rápido: la frontera entre Turquía y Grecia está cerrada desde el 20 de marzo, es decir, a partir de ahora los nuevos refugiados pueden ser enviados directamente a Turquía, quince días después de que empezara la primera deportación. En cambio, es cierto que ha llevado tiempo cerrar el acuerdo debido al regateo sobre las vidas humanas que ha caracterizado las negociaciones”[18].

Y lo estamos comprobando, pues se trata de un regateo a costa de los refugiados, donde Europa cierra voluntariamente los ojos ante la violación de los derechos humanos en Turquía[19].

“Estos cálculos groseros reducen a los individuos a simples cifras, les niegan todo trato humano y el derecho de asilo. Estas personas no son cifras, son mujeres, niños, familias. Aproximadamente el 88% de las personas que emprenden este camino buscan seguridad en Europa y más de la mitad de ellas son mujeres y niños. Se les debería tratar humana y dignamente)”[20]

Y finalmente amigo lector ¿Cómo se puede pensar simplemente que una Turquía que ya acoge a tres millones de refugiados[21] pueda acoger a decenas de miles más en condiciones dignas? Usted lo cree, o continuamos viviendo en el país de las maravillas del régimen de Erdogan[22], quien cercena los derechos de la minoría Kurda, a cuya guerrilla combate sin piedad, y a quien el propio Noam Chomsky[23] tildó de asesino que encabeza un régimen autoritario.

“Turquía es un régimen obstinado que está institucionalizando políticas que eran consideradas horrendas hasta en el siglo diecinueve”.[24]

Lamentamos que se opte por priorizar el control migratorio y la protección de las fronteras frente a los derechos de las personas migrantes y refugiadas; pues como dijimos exigimos una solución que vaya más allá de los intereses económicos de las potencias mundiales porque Todos Somos Refugiados, y no se puede jugar así con el destino y la vida de las personas. Debemos parar esta catástrofe que se avecina.

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