El velo islámico
Un análisis acerca del velo en la cultura islámica, occidental y la R. I. de Irán
Desde el punto de vista del Líder Supremo de la Revolución Islámica
Capítulo I: El velo en la cultura islámica
El sistema natural del ser humano
La importancia de la belleza en el Islam
El velo en la escala de valores
Las relaciones entre el hombre y la mujer
¡Prohibida la ostentación!
El velo y la evolución social de las mujeres
Capítulo II: El velo en la cultura occidental
Dificultades del velo en la cultura del Islam y de Occidente
El rechazo del valor del velo en Europa
El desnudo y el alcoholismo, parte de las tradiciones europeas
Las obligaciones contradictorias de Occidente
La humillación de la mujer en la cultura occidental
El velo, la llave de la cultura islámica
La prohibición del velo en Europa
Capítulo III: El velo en el sistema de la República Islámica de Irán
La influencia de la cultura del velo
La imposición de la cultura occidental
La tiranía contra las mujeres musulmanas
El velo y el desarrollo social de las mujeres iraníes
El mensaje de las mujeres musulmanas de Irán
Capítulo I: El velo en la cultura islámica
El sistema natural del ser humano
El velo es un valor de acuerdo con la naturaleza del ser humano. El exhibicionismo y el aumento de las relaciones íntimas entre los sexos es una acción en contra de la naturaleza, ya que contradice las peticiones humanas.
Dios, el Supremo en pro de la vida de la pareja formada por el hombre y la mujer y para que ellos puedan administrar sus asuntos en esta vida, ha establecido una orden correspondiente a su naturaleza. Dicho orden contiene una serie de tareas y derechos para cada uno. Por ejemplo, el velo que debe respetar la mujer es más estricto que el del hombre. Seguramente, el hombre también debe respetar el velo cubriendo ciertas partes de su cuerpo, pero el velo considerado para la mujer es más completo. ¿Por qué es así? Porque la belleza y la delicadeza de la creación están en la naturaleza, las características y la ternura de la mujer, si queremos evitar las convulsiones y las corrupciones en la sociedad, debemos mantener con el velo a las mujeres. En esta misma dirección, el hombre no es absolutamente igual que la mujer, por lo cual tiene una mayor libertad. Esta regla proviene de la situación natural de los sexos y lo que existe en la visión divina para la administración del universo.
La importancia de la belleza en el Islam
En el Islam la belleza es un asunto importante. El principio de la tendencia a la belleza es algo innato en el ser humano. Pero la tendencia a la belleza, en cierto modo se distingue del modernismo y la moda. El modernismo es un tema más común. El maquillaje y la ropa suelen atraer al ser humano, especialmente a los jóvenes porque se inclinan hacia la belleza y quieren estar guapos. Muchas veces hemos escuchado la frase que dice: “Dios es bello y le gusta que sus siervos lo sean.” Entre los libros de la tradición islámica encontramos muchas frases sobre arreglarse. En el libro Nikah, hay un debate detallado al respecto que subraya la obligación de los esposos para arreglarse. Algunos, en contra de la verdad piensan que según la tradición islámica los hombres deben rapar su cabeza. Según las leyes islámicas, es mejor que los jóvenes tengan pelo y no se lo rapen. En la tradición islámica hay una frase que dice: “el pelo bello es una de las virtudes divinas por lo cual debemos cuidarlo.” Otra tradición relata, que el noble Profeta del Islam (PB) antes de salir a visitar a sus amigos se miraba en un recipiente con agua y se arreglaba. En aquel entonces, el espejo no era un objeto tan común y tan accesible y la sociedad de Medina en que vivía el Profeta (PB) era pobre, por lo que el Profeta (PB) utilizaba un recipiente con agua en vez de espejo, lo cual muestra que estar arreglado y vestido con una buena ropa, así como la inclinación hacia la belleza, son adecuados en las leyes islámicas y que solamente en el caso de que sean utilizados para provocar conflictos, corrupciones y ostentaciones pecaminosas se consideran malos y dañinos.
El velo en la escala de valores
El respeto a los límites establecidos para los sexos es un principio para los musulmanes. Verdaderamente es un principio y los musulmanes creemos en su concepto, aunque se trate de una de las ramas de la religión. Las relaciones extramatrimoniales están prohibidas y su prohibición es una de las ramas de la religión islámica. Sin embargo, el tema del respeto a los límites establecidos para los sexos es un principio. Aquí no estamos hablando del chador, no estamos debatiendo cómo tiene que ser el velo islámico de la mujer. Posiblemente, según la época y las circunstancias el velo islámico de la mujer pueda tener diferentes formas. Pero el respeto al velo es uno de los principios de nuestro pensamiento islámico. El velo es una virtud en la escala de los valores que facilita el acceso a otras virtudes más importantes. Insistimos tanto en el respeto al velo islámico, porque ayuda a las mujeres a que puedan alcanzar a un nivel espiritual superior y no se caigan en los tramos resbaladizos que están en su camino.
Las relaciones entre el hombre y la mujer
El Islam ha establecido límites para las relaciones entre el hombre y la mujer, pueden hablar, negociar, discutir o llevar una amistad, pero siempre siendo respetuosos con el velo y los límites establecidos. ¡Están prohibidos! Romper las fronteras en las relaciones entre el hombre y la mujer, ofender en contra del prestigio de la mujer y su convertirla en un instrumento de placer o en un aparato del consumo de los productos de lujo.
Lo que procura el Islam en realidad, es que la mujer tenga tanta dignidad y orgullo que no le importe si un hombre le mira o no. Esta es una exigencia que no tiene nada que ver con la actitud de las mujeres que eligen su ropa, su maquillaje, su forma de hablar y de andar para que llamen la atención del público. Fijaos en la distancia que separa estas dos actitudes.
¡Prohibida la ostentación!
En el Islam, la ostentación está prohibida. La ostentación significa de las mujeres ante los hombres para atraer y seducir, es una forma de corrupción que a su vez generan toda una serie de problemas. Lo que en un primer plano tan sólo es el pecado cometido por una muchacha y un muchacho joven, llega a afectar a familias enteras. Principalmente, las relaciones incondicionales entre los sexos funcionan como un veneno mortal para la familia, puesto que la base de esta entidad es el amor. La familia pierde su estabilidad moral si la pareja satisface su amor hacia la belleza y hacia el sexo opuesto fuera de la familia, fenómeno que lamentablemente estamos observando en los países occidentales, sobre todo los de Europa del Norte y de EE.UU. La ruptura de las familias se ha convertido en una gran calamidad que perjudica más que a nadie a las mismas mujeres. Es verdad que los hombres también sufren mucho por esta causa, pero las mujeres son quienes más lo viven y después de ellas está la siguiente generación. ¿Ven a esta generación? La actitud de la actual generación delincuente y criminal del mundo y de EE.UU., es la consecuencia de la ruptura de las familias proveniente a su vez de la ostentación. La falta del velo es la llave de una cadena de maldades que vienen una tras otra.
El velo y la evolución social de las mujeres
El Islam procura optimizar el desarrollo intelectual, científico, social, político y el más importante de todos, espiritual de las mujeres de modo que como un miembro de la sociedad y de la gran familia humana puedan tener la mayor utilidad y beneficio. Todas las enseñanzas del Islam, entre otras el velo islámico buscan la realización de este objetivo. El velo islámico no pretende aislar a la mujer, y el que piense así sobre el velo tiene una deducción completamente errónea y desviada. El velo islámico pretende impedir las relaciones incondicionales entre el hombre y la mujer en la sociedad. Dichas relaciones dañan la sociedad dañando a las mujeres y los hombres, pero la principal víctima de las mismas es la mujer.
Capítulo II: El velo en la cultura Occidental
Las dificultades del velo en la cultura del Islam y de Occidente
He dicho muchas veces y vuelvo a lo mismo, que no somos nosotros quienes debemos defender nuestra postura, es la cultura decadente de Occidente quien debe defenderse. Ningún ser humano que sea pensador y justo puede negar que lo que nosotros ofrecemos a la mujer es bueno para ella. Nosotros invitamos a la mujer a la castidad, a respetar el velo islámico, a evitar las relaciones incondicionales con los hombres, a mantener su dignidad humana, a no maquillarse para los hombres ajenos[1] -para que sus ojos no disfruten de ellas. ¿Acaso esto es malo? Esto es la nobleza y grandeza de la mujer musulmana. Así es como la mujer puede tener dignidad. Los que animan a la mujer a que se maquille de modo que los hombres en las calles y el mercado la miren, satisfaciendo así sus instintos lujuriosos, deben defenderse y responder ¿por qué humillan y rebajan hasta este nivel a las mujeres? Ellos deben responder ‘nuestra cultura es tal que los hombres de alto nivel y los pensadores occidentales la aceptan y actúan de acuerdo con ella.’ Allí en Occidente también hay mujeres recatadas y dignas que se respetan a sí mismas, no permiten ser utilizadas para satisfacer los instintos lujuriosos de hombres ajenos y los ojos libertinos. La cultura corrupta de Occidente les ha fallado en muchas ocasiones a las mujeres.
El rechazo del valor del velo en Europa
El mundo occidental está en deuda con nosotros por tantas décadas en que ha humillado sistemáticamente a la mujer. Hasta hace poco, en Europa y los países occidentales estaban privados de la independencia financiera. Tanto que hablan de los derechos de la mujer, hasta los principios del siglo XX, a pesar de la eliminación escandalosa de los criterios que marcaban la forma de vestir femenina y el crecimiento de las desenfrenadas relaciones sexuales –equivocadamente creen en que así favorecen el respeto y el valor de la mujer-, la mujer occidental todavía no tenía el derecho de administrar los bienes propios, era su marido quien tenía que decidirlo[2]. Es decir, la mujer casada no tenía derecho sobre su propiedad puesto que el marido era quien la administraba. Poco a poco, a principios del siglo XX concedieron el derecho a la propiedad y al trabajo a las mujeres. A una mujer que estaba privada de sus principales derechos le empujaban hacia una supuesta libertad equivalente a la desnudez y el libertinaje, actitud que contraria a los verdaderos valores insistidos por el Islam. Por este mismo motivo, nosotros ahora insistimos tanto en la importancia del respeto hacia el velo islámico.
El desnudo y el alcoholismo, parte de las tradiciones europeas
El mundo de hoy es sensible al velo de la mujer. Si una personalidad, ya sea esta un filósofo, militar, político se opone a la desnudez de la mujer lo abuchean, mientras se mantienen indiferente ante las muchas corrupciones, métodos y costumbres. Pero, si un país con una política se opone al consumo de las bebidas alcohólicas, el mundo entero viene en su contra, lo abuchea, lo satiriza, lo llama anticuado y reaccionario. ¿Cuál es el origen de esta cultura? ¿De dónde viene la desnudez de la mujer y el consumo de alcohol como una tradición? Esta cultura pertenece a Europa y tiene su origen en las antiguas civilizaciones europeas. Estas costumbres se han expandido a otras partes del mundo hasta tal punto que si alguien se opone a ella, la tratan como si hubiera cometido un pecado capital.
Las obligaciones contradictorias de Occidente
Los países europeos quienes se consideran desarrollados, en sus afirmaciones y publicidades aparentan que los derechos humanos y el voto de la gente tienen mucha importancia, no han permitido que unas cuentas mujeres y muchachas musulmanas se presenten en las escuelas con el velo islámico. Se permiten esta prohibición mientras protestan por medio de todas sus instituciones a la República Islámica por la obligación del velo islámico en la sociedad. Si el establecimiento de obligaciones en cuanto a la ropa y el velo de las mujeres son malos también lo debe ser para ellos. Además, esa prohibición del velo viene a ser peor que la obligación de llevarlo porque pretendemos la salud moral. Pero el Occidente no actúa según la justicia.
La humillación de la mujer en la cultura occidental
En lo que se refiere al tema de la mujer, nuestra postura no es defensiva sino agresiva. Los occidentales que han prohibido el velo nos protestan por qué nuestras mujeres se visten con el velo y por qué el velo es obligatorio. Ellos mismos han hecho obligatorio el andar sin velo. Pero la cuestión de la mujer es mucho más amplia que el velo. En la cultura y el mundo occidental, la mujer ha sido arrastrada a la obscenidad teniendo que sufrir humillaciones y ofensas. El hecho de que la mujer y el hombre se sientan a la mesa de la diplomacia y trabajen juntos en los altos niveles políticos, no compensa el daño que los occidentales han ocasionado en contra de las mujeres. Utilizar a la mujer como un instrumento de libertinaje y lujuria es la mayor ofensa hacia ella.
El velo, la llave de la cultura islámica
Los imperialistas a fin de perpetuar su dominio en un país, necesitan cambiar su cultura asemejándola a la suya. La invasión cultural garantiza la rendición total de las naciones bajo el dominio imperialista. Anteriormente, los occidentales pretendieron invadir la cultura del Oriente pero no tuvieron mucho éxito. Actualmente, pretenden lo mismo en Afganistán. Indudablemente, uno de sus objetivos importantes es dinamitar las claves de la identidad afgana empezando por el Islam, el velo, la religiosidad y las manifestaciones religiosas. Hay que mantener y reforzar dichos valores.
Occidente critica a la República Islámica por ser un país en que la vestimenta de las mujeres tiene una forma obligatoria, pero no critica a los gobiernos que obligan a la desnudez, la falta de velo y de límites en las relaciones entre las mujeres y los hombres. ¿Por qué ocurre eso? Eso ocurre porque nosotros actuamos al contrario de la cultura aceptada en Occidente y los occidentales son extremadamente sensibles ante este asunto.
La prohibición del velo en Europa
En los últimos años Europa –Francia, Alemania y varios otros países europeos-, ha luchado contra el uso del velo islámico. Los occidentales reclaman lo que ellos llaman los “estándares mundiales”. Por ejemplo, determinando una serie de obligaciones para la República Islámica de Irán en lo que más insisten, es que Irán debe adaptarse a los estándares mundiales. Los estándares no son otra cosa más que el modelo de cultura occidental. Los occidentales no dejarán de ser estrictos en su lucha contra otras culturas, especialmente la islámica porque viene a contradecirles, tiene peso, fuerza, no se rompe ni cede ante ellos. Las culturas que quieran destacarse son el objeto de las humillaciones y presiones occidentales.
Capítulo III: el velo en el sistema de la República Islámica de Irán
La influencia de la cultura del velo
Cada día más mujeres y musulmanes de diferentes países –tanto en los estados islámicos en los que no se sabía nada del velo porque estaban sumergidos en las instrucciones occidentales como los países europeos- apuestan por el velo. Después del triunfo de la Revolución Islámica en Irán, aun en los países lejos de nosotros que estaban bajo la influencia cultural de Occidente y Europa, las mujeres se vieron atraídas por el estilo iraní del velo y empezaron a probarlo. Estando de visita en la región musulmana del norte de África, en uno de los países de esta zona vi que las señoritas y las señoras habían imitado el estilo de las mujeres iraníes para llevar el velo. Actualmente, también el mundo occidental va poco a poco inclinándose al uso del velo islámico.
El rotundo ataque de los enemigos de la religión contra el uso del velo islámico en algunos países occidentales y algunos países musulmanes con gobiernos no islámicos, es una señal de la tendencia femenina al uso del velo islámico. En los países vecinos de nosotros allí donde no fomentaban el velo, en los países islámicos en los cuales nunca se hablaba del velo, ha surgido la tendencia al uso del velo islámico particularmente entre las mujeres intelectuales y universitarias durante los veinte años que pasan del triunfo de la Revolución en Irán.
La imposición de la cultura occidental
Reza Jan fue quien beneficiando a la cultura occidental –es decir, beneficiando el dominio del Occidente a Irán- y el dominio colonial británico, dio el paso más significativo en el camino de la imposición de la cultura occidental. Sus medidas tales como el cambio repentino de la vestimenta nacional, de haber sido tomadas en nuestros días desencadenarían todo un escándalo. En la India y en diferentes partes del mundo, las naciones siguen vistiéndose con su ropa nacional y se sienten orgullosos por ello. Pero dicho rey, en una acción repentina prohibió el uso de la ropa nacional y justificó esta medida diciendo que ¡impedía el alcance de los iraníes a las ciencias! ¡Menudo análisis! Pero lo sorprendentes es que los científicos iraníes más importantes, cuyas obras siguen siendo parte de la materia didáctica en Europa, habían sido criados con la misma cultura y en el mismo ámbito. ¿Qué efecto puede tener la ropa en el alcance a las ciencias? ¿Cómo se le ocurrió decirlo? Planteó una lógica así de ridícula para cambiar la ropa de una nación. Las mujeres no tenían el derecho a llevar el velo, prohibieron el chador porque ¡impedía las actividades científicas y sociales de las mujeres!” Ahora mi pregunta es ésta, ¿la prohibición del chador aumentó la participación femenina en las actividades sociales? ¿Acaso en la época del gobierno de Reza Jan y su hijo se crearon oportunidades para la participación femenina en las actividades sociales? Ni los hombres ni las mujeres tenían dicha oportunidad. El momento histórico en que las mujeres iraníes se metieron en las actividades sociales arrastrando tras sí a los hombres a los campos de la lucha llevaban el chador, lo que quiere decir que el chador carece de cualquier efecto negativo. La ropa no puede impedir las actividades de las mujeres y los hombres. Reza Jan, este hombre que no era nadie más que un dictador, ignorante, sin estudios, se puso en la disposición del enemigo, por lo que cambió de repente la ropa nacional. Lo hizo porque en el Occidente las mujeres no llevan nada que les cubra el pelo, lo trajeron de Occidente, no trajeron lo que necesitaba esta nación, las ciencias, la experiencia y buenas características de los occidentales como el máximo esfuerzo y tampoco el arriesgarse. Nos hicieron aceptar tal como las ideas occidentales, todo lo proveniente del Occidente, sea la forma de vestir, de comer, de hablar y de andar, teníamos que aceptarlo porque sí y sin previo análisis. La imitación incondicional de la cultura ajena es el veneno más letal que se puede recetar para un país.
La tiranía contra las mujeres musulmanas
Durante el nefasto sistema monárquico la sociedad carecía de identidad propia, por lo que la mujer verdaderamente era objeto de opresiones en todas las esferas de su vida. Si la mujer quería meterse en el ambiente científico tenía que olvidar la religión, la devoción y la castidad. No era nada fácil para una mujer musulmana mantener su velo y su castidad en las universidades, los ámbitos educativos y los centros científicos. Era casi imposible, que una mujer musulmana inclusive llevando un velo a medias pueda pasear en las calles de Teherán y algunas otras ciudades, sin tener que sufrir las palabrotas y el comportamiento de los obscenos fascinados por la corrupción y la prostitución provenientes de Occidente. Habían llevado las cosas a tal punto que en este país el acceso a las ciencias para las mujeres que no renunciaban al velo, la devoción y la castidad islámica salvo con algunas excepciones, no era posible.
El velo y el desarrollo social de las mujeres iraníes
Pero llegó el Islam, la Revolución y el Imam Jomeini (ra) y en este país situaron a la mujer en el centro de las actividades políticas ofreciéndole la bandera de la Revolución mientras le dieron la oportunidad de mantener su velo, su castidad, su religión y su devoción. Por eso creemos en que nadie ha favorecido a la mujer iraní, a la mujer musulmana como el Islam y el Imam Jomeini (ra).
Vosotros podeis ver que la mujer musulmana puede ser la fuente de un gran milagro si vuelve a su origen islámico. Gracias a Dios, durante la Revolución y el sistema islámico hemos sido testigos de ello. Actualmente, gracias a Dios tenemos un gran número de mujeres científicas y sabias en diferentes carreras, estudiantes universitarias activas, talentosas y valiosas, graduadas en altos grados académicos, médicos especialistas relevantes. Hoy por hoy, en la República Islámica de Irán las mujeres se desarrollan en diferentes carreras científicas mientras guardan su aplomo, su castidad y el velo –en su forma más completa-. Educan a sus hijos según el método islámico, cuidan a sus esposos según ha mandado el Islam y realizan actividades científicas y políticas. Manteniendo el espíritu islámico y estando en un ambiente islámico, la mujer puede alcanzar a su verdadera perfección y mantenerse lejos de la obscenidad, el lujo y la humillación que le impone la cultura del consumo.
El mensaje de las mujeres musulmanas de Irán
Las mujeres iraníes, sobre todo las que han podido desarrollarse en diferentes carreras científicas manteniéndose en el marco del Islam y mandatos islámicos y guardando el velo, tienen el deber de transmitir en la práctica a las mujeres y universitarias del mundo, que las ciencias no equivalen al libertinaje y para estudiar las ciencias no hace falta violar los criterios morales en las relaciones entre las mujeres y los hombres, se puede estudiar y llegar a altos grados respetando estos criterios a la perfección. Las mujeres musulmanas pueden ser un ejemplo del mensaje del Islam para el mundo.
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[1] Todos los hombres menos un pequeño grupo incluidos principalmente por el padre, los abuelos, los tíos, los hermanos, el marido, los hijos y los sobrinos.
[2] En España, la modificación de la ley que permitió a la mujer la administración de sus bienes se llevó a cabo en el año 1958, relativamente más tarde que en el resto de los países occidentales. Hasta entonces, el marido administraba a su gusto los bienes de la mujer y según la ley, la casa conyugal se llamaba “casa del marido”.