La expansión del Islam en el mundo: “no hay coacción en religión”

Roberto Chambi Calle[1]

Muchos medios de comunicación, así como gran parte de la sociedad internacional toman la tendencia a comparar y a veces decir que la cultura árabe es lo mismo que la cultura islámica, siendo lo contrario; pues si hablamos de cultura  nos referimos a prácticas, lengua, costumbre y ritos. Los mismos que no tienen una frontera determinada, sino espacios que no siempre tienen que ver con la península arábiga; así por ejemplo hoy el país con la mayor presencia de musulmanes en el mundo es Indonesia, el cual no tiene a la cultura árabe como origen.

Siempre que el islam sienta su presencia en alguna región del orbe lleva consigo sus axiomas que son incorporados de manera intercultural en la sociedad o país que llegue. Las pruebas claras de ello es que en muchos lugares donde el Islam está presente aún continúan vivas sus tradiciones nacionales como el  año nuevo, los días cívicos; así como los festivos de la región.

Según la RAE define a la cultura como aquel “Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.” Así como el “Conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo.”

El Islam más que una religión es un sistema de vida que dentro de sí alberga a todo un conjunto de órganos y organizaciones que tiene su propia normativa religiosa, social, política económica; etc. Estos elementos obedecen a un núcleo prístino, el gobierno de Dios sobre los hombres desde la primera comunidad Islámica en la época del Profeta del Islam (Muhammad y/o Mahoma), esta primera comunidad fue en su momento un paradigma para sus seguidores a lo ancho del mundo. No cabe duda si supondríamos que el Profeta del Islam estaría presente en esta época seguro que haría uso de la tecnología y todas las herramientas que el hombre ha creado, con ello queremos referirnos  a que el Islam como sistema de vida va cambiando y adecuándose a cada época sin alejarse de sus fundamentos primigenios.

El Islam ha emergido el año 610 después de Jesús, debemos recordar que en sus inicios era una herejía para la mayoría de los habitantes en la península arábiga, habida cuenta  que los mismos eran paganos e ignorantes con un sinfín de creencias que eran antípodas para la “religión de Mahoma”. Así por ejemplo en este periodo de la ignorancia en donde surgen sus profecías los árabes tenían “360 dioses” o ídolos que estaban albergados en la cava o cubo, a los mismos que cada día del año sus seguidores venían a rendirles su pleitesía con todo su sequito, sacrificando animales o llevando piedras[2]. En estos contextos aparece el Islam y rompe con todo ello; pues los principios que le habían sido revelados al Profeta en el Corán no eran compatibles con estos ritos y estas prácticas.

Desde aquella época el Islam se ha expandido pasando las fronteras de la península arábiga, hasta la mayoría de los “rincones del mundo” sentando su presencia cultural, científica y espiritual, lo cual a la fecha ha hecho que sea mal entendida por la irrupción de orates que en nombre de esos principios asesinan, torturan y eliminan racialmente a los que según ellos no son creyentes.

Esta expansión que se inició hace XV siglos ha hecho que el islam logre fusionarse y convivir en medio de otros tipo de cultos y prácticas religiosas en todo los lugares donde ha tenido y tiene presencia, ejemplo contundente de ello es que en aquella primigenia comunidad Islámica en la cual Muhammad (BP) era el líder existían cristianos y judíos, los mismos que eran también protegidos por la fuerza y el ejército de la otrora comunidad islámica, mostrando de esta manera que el islam no tiene un carácter impositor fascista; ya que su libro Sagrado manifiesta en la sura “La Vaca” en la aleya 256: “No cabe coacción en religión. La buena dirección se distingue claramente del descarrío. Quien no cree en los taguts y cree en Alá, ese tal se ase del asidero más firme, de un asidero irrompible. Alá todo lo oye, todo lo sabe.” Por lo cual se puede afirmar que la expansión del islam no fue  por la fuerza; sino por motivos de defensa y cuando esta prosperaba se convivía con las demás creencias. Un claro ejemplo de ello lo fue también en “El-Ándalus” en el año 710 en  España cuando sus gobernantes convivían en clima de paz con los habitantes originarios que eran cristianos.

En la actualidad la cultura islámica ha llegado a todas partes del mundo, lo cual no significa que irá borrando sus formas culturales, su lengua o sus costumbres, tal cual lo hemos señalado  antes; pues  “no hay coacción en religión” esta verdad hoy por hoy es aun respetada y quién no lo hiciera no puede considerarse un musulmán.

No se debe confundir la cultura árabe con la cultura musulmana, porque esta última está presente y mezclada con cada uno de los musulmanes que habitan en todo el orbe. Los temores de la “alarmante expansión del islam” en Europa ha hecho que esta forma de vida sea nuevamente vista como una práctica de terror e imposición. Irónicamente el país que tiene más musulmanes en el mundo no es un país de árabes ni de lengua árabe, nos referimos a Indonesia, siendo este el 4to país más poblado del mundo, el mismo que tiene 300 grupos étnicos con sus lenguas cultas, costumbres e idiosincrasia la cual es firmemente sostenida por la constitución de Indonesia haciendo referencia a la libertad religiosa, no obstante de ello la población musulmana según el último censo es de 86,9[3] % la misma que convive con católicos, protestantes, hinduistas y animistas.

Indonesia es uno de los ejemplos que debe servir para que la población mundial no le tema al islam, ni a su expansión; ya que ir a oponerse contra ello también es una violación a los derechos del hombre en todos los planos jurídicos y políticos, pues la espiritualidad y la fe son elementos inmanentes en el ser humano. Estas libertades que tanto son vitoreados por los gobiernos “democráticos” no son respetados, ello ha hecho que se atosigue y se violente a muchos musulmanes que viven acusados, estresados y temerosos por sus vidas, a raíz de que algunos dementes asesinan en nombre de la religión, no solo del islam; sino también de otro tipo de creencia como el Catolicismo, sin duda el asesinato, el terrorismo y el fundamentalismo no deben ser los vectores que definan las creencia, porque en su esencia es una forma de vida que incita a la perfección espiritual.

No se puede detener la fe del hombre ni su creencia y su necesidad de Dios mediante actos políticos fascistas como los grupos ultra nacionalistas que surgieron en Alemania PEGIDA[4] o los de amedrentamiento en Francia tras lo ocurrido  en el periódico satírico “Charlie Hebdo”; pues ello no es más que una muestra de que se debe luchar contra el terrorismo y los actos de terror que utilizan algunos grupos y que ello no debe ser motivo para alentar la islamofobia, irónicamente Francia es el icono de la libertad, la igualdad y la fraternidad, principios que a veces son olvidados; ya que en el hipotético caso de que el islam llegue a las cúpulas de poder, será seguramente por el juego democrático o por los sistemas políticos correspondientes y no por la imposición ni la coacción, tal cual hemos expuesto en el presente trabajo partiendo desde los principios como lo es el caso de Indonesia; de respeto y convivencia nos solo con las religiones tradicionales sino con las nativas.

En la actualidad los musulmanes en Francia son la segunda fuerza después de la católica con más de 5 millones de musulmanes, lo cual es innegable y solo resta esperar que los gobiernos y gran parte de la sociedad entienda que el islam no es violencia y que los musulmanes no son “locos ni terroristas”, porque “cuando hay un loco que mata gente, si es cristiano le dicen loco, si es musulmán –como el caso de estos tres terroristas dementes- piden al islam y a los musulmanes que den explicaciones[5]”.

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