Una vez más comprobar que la codicia del hombre está llevando al hambre crónica del planeta, una vez más constatar que vivimos gobernados por un sistema imperialista, por una dictadura de los empresarios, de los banqueros que manejan la economía del mundo[2] y que lo han llevado y lo están haciendo a la tragedia mundial de la emigración, una vez más dar a conocer al mundo que el capitalismo y su fase superior el imperialismo que junto al sionismo y sus aliados son los responsables de llevar a la mayor crisis humanitaria que en estos momentos se está atravesando desde la segunda guerra mundial[3].

Porque más de 20 millones de personas se enfrentan en estos momentos a la inanición y al hambre en 4 países africanos: Yemen, Sudán del Sur, Nigeria y Somalia, que, de acuerdo a la Organización de Naciones Unidas, es la mayor recesión humanitaria desde la creación de esta entidad en 1945[4].

“Estamos en un momento crítico de la historia. Ya a principios del año nos estamos enfrentando a la mayor crisis humanitaria desde la creación de Naciones Unidas. Ahora, más de 20 millones de personas en cuatro países se enfrentan a la hambruna. Sin un esfuerzo global colectivo y coordinado, esas personas morirán de hambre”[5]

Al mismo tiempo la misma ONU hace hincapié en señalar que es necesaria una “inyección inmediata de fondos” para atender a los afectados y calculan que es necesario recaudar 4.400 millones de dólares para el mes de julio para esos 4 países.

Y por si fuera poco la Cruz Roja hace un llamado a todo el mundo señalando que se agota el tiempo para salvar del hambre a millones de personas porque se necesita 300 millones de dólares para el trabajo de esta institución en estos países.

“Al mundo le quedan de tres a 4 meses para salvar del hambre a millones de personas en Yemen, Somalia, Nigeria, Sudán del Sur; debido a la sequía y la guerra que bloquea el envío de ayuda a toda la región”[6]

Pero tampoco debemos olvidar que existen 80 millones más que tienen hambre[7], padecen enfermedades y que están muriendo todos los días, porque Naciones Unidas tampoco hizo nada para detener la invasión y la agresión del imperialismo y sus aliados como Arabia Saudita a Siria, Libia, Irak, Afganistán o como sucede en estos momentos en Yemen; es decir personas que también fueron desplazadas por el mundo y se encuentran pidiendo asilo.

“Según cifras de ACNUR se calculan  más de 51,2 millones de refugiados y desplazados en el mundo por conflictos, superando por primera vez las cifras de la II Guerra Mundial”[8].

En otras palabras, estamos hablando de unas 100 millones de personas que se encuentran en riesgo de hambruna, enfermedades y muertes, absolutamente evitables en la mayor crisis humanitaria desde 1945, en muchas partes donde el capitalismo y su fase superior el imperialismo y sus aliados eligieron meter sus garras[9].

Y no basta con hacer un estudio minucioso al respecto para darnos cuenta de quiénes son los que están respaldando estas invasiones, como el caso de Yemen, por ejemplo, la que está siendo llevada a cabo por Arabia Saudita, Estados Unidos y sus aliados, donde se estima que unos 19 millones de personas, lo que es dos tercios de la población del país, está en la necesidad de algún tipo de ayuda humanitaria, y donde un niño muere cada 10 minutos por una enfermedad prevenible; mientras que medio millón de menores de 5 años sufren de desnutrición aguda[10].

O el caso de Nigeria, donde el grupo terrorista Boko Haram[11] había matado a 15.000 personas, y obligadas a escapar a más de 2 millones de sus hogares, a lo que la ONU ha descrito como la “mayor crisis del continente” donde 7,1 millones de personas se encuentran en “inseguridad alimentaria grave”.[12]

Sólo estos son algunos ejemplos para ilustrar esta catástrofe humanitaria que está atravesando el mundo, que como lo dijimos, la causante de todo es la codicia de los amos y poderosos del planeta la que la llevan a cabo, y esto es una realidad palpable; pues los grandes emporios, las grandes empresas imperialistas que llevan esta dictadura, al ser los que manejan la economía del mundo, en este momento se encuentran financiando también a grupos terroristas en armamento, para que en este instante cometan atrocidades crueles en el mundo.

“Arabia Saudita es responsable de la ayuda financiera que reciben los insurgentes como el Estado Islámico y su aliado más importante es EE.UU”[13] de acuerdo al Primer Ministro de Irak, Nuri al Maliki.

Gunter Meyer[14], señaló que la fuente más importante de financiación del Estado Islámico hasta la fecha proviene sobre todo de Arabia Saudita, pero también de Catar, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos, aliados rotundos del imperialismo.

Pero también para poner un término a todo esto, habría que empezar por ponerle fin a la entrega de armamento a Arabia Saudita, que bombardea Yemen sin piedad y en su lugar, el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump se reunió el martes, 14 de marzo de esta gestión, en la Casa Blanca con el príncipe heredero de Arabia Saudí y ministro de Defensa, Mohammed bin Salman, donde hablaron de reanudar la venta de proyectiles guiados de precisión a la dictadura saudita[15].

Recordemos también que Amnistía Internacional instó a Trump a bloquear las nuevas ventas de armas. La organización emitió una declaración, en la que escribió: “Armar a los gobiernos de Arabia Saudí y Bahréin representa el riesgo de ser cómplice de crímenes de guerra, y hacerlo mientras simultáneamente se prohíbe a las personas viajar a Estados Unidos desde Yemen sería aún más inadmisible”.[16]

Como estamos viendo son intereses de poder, que la ambición del hombre está llevando a cabo, la peor crisis humanitaria del mundo, porque como lo señaló Kliksberg[17], la pobreza es siempre enfrentable porque el mundo es infinito en la posibilidad de generar recursos, y no existen excusas para la pobreza; ya que esta se debe únicamente a la falta de equidad y de sabiduría social en la organización del planeta, en cuanto se coloca como prioridad la equidad y la seguridad social, la pobreza es combatible y retrocede.

“La pobreza es una perversidad de nuestro tiempo que no tiene justificación. Sólo hay que detener las ambiciones injustificables de este ser humano que no repara en dejar sin alimento a los más pobres”

Porque no sólo se trata de advertir y alertar, sino también de actuar, y poner definitivamente soluciones tangibles, manifiestas; pero la respuesta del Presidente Trump a esta catástrofe humanitaria que enfrenta el mundo ha sido cerrarles la puerta en la cara a los refugiados y recortar los fondos de asistencia humanitaria, al tiempo que propone una importante ampliación de fondos para el ejército estadounidense.

“Mientras Naciones Unidas se apresura a recaudar los 5.600 millones de dólares necesarios para evitar el peor impacto de estas crisis, el gobierno de Trump recorta los fondos del Departamento de Estado de Estados Unidos y, según el borrador de una orden ejecutiva obtenido por el periódico The New York Times, también los de Naciones Unidas. La orden, tal como está redactada (aunque todavía no fue firmada ni emitida oficialmente) indica “al menos un 40% de reducción general” de las contribuciones voluntarias de Estados Unidos a programas de la ONU como el Programa Mundial de Alimentos, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y Unicef. “Francamente, esta es una actitud infantil que no es digna de la única superpotencia del mundo”, escribió Stewart M. Patrick, un ex funcionario del Departamento de Estado durante el gobierno de George W. Bush, que ahora integra el Consejo de Relaciones Exteriores”[18].

Hasta dónde podrá la ambición del hombre, la carroña de éste, para llevar a más de 20 millones de personas a la inanición, y a 80 a la desesperanza en busca de asilo; pues el mundo está habitado de seres humanos, que en estos momentos necesitan alimentos, no bombas.

“Evitar la situación de hambruna en estos cuatro países es posible. El presidente Trump debería financiar totalmente los envíos de alimentos –no los envíos de armas– y liderar la tan necesaria diplomacia para evitar la inmensa catástrofe de 20 millones de muertes terribles a causa del hambre. Eso es lo que haría grande a Estados Unidos”[19].

Hasta que el hombre capitalista, imperialista, anarquista, burócrata, arrogante, mezquino, usurpador, no cambie su manera de conducir al mundo a la catástrofe, el hambre en el planeta continuará, porque como dijimos el hambre se puede enfrentar, colocando como prioridad la equidad y la seguridad social, la pobreza es combatible y puede retroceder. Podemos hacer frente a esta gran catástrofe mundial, porque la pobreza es una perversidad de nuestro tiempo que no tiene justificación.

 

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