La Revolución Islámica y La Mujer

Por Amina Chale Madina

La victoria de la Revolución Islámica de Irán fue el evento más trascendente y asombroso del Siglo XX, y la revolución por excelencia, ejemplo para todos los pueblos oprimidos del mundo. En las últimas décadas, los intereses mezquinos del hombre provocaron que la religión y la espiritualidad, los factores más importantes de la vida humana, hayan perdido su valor; pero la Revolución de Irán izó la bandera del Islam para derrotar, con la ayuda de Allah y la guía del Imám Jomeini, al títere régimen del Shah. Esta Revolución erradicó claramente la opresión y el despotismo instaurado por el régimen anterior y estructuró la sociedad sobre las bases de la educación y la cultura islámica.

Esta victoria se logró gracias a la armonía y la unidad del pueblo iraní y trajo consigo un nuevo parámetro para el mundo musulmán, uniendo la espiritualidad y la moral con la política. Este nuevo gobierno tuvo que enfrentar la Arrogancia Global manejada por la mal llamada “súper-potencia” o “nación del primer mundo”, con ocho años de guerra impuesta, con ataques constantes y acusaciones falsas por parte de los manipulados medios de difusión yanqui, que veían en el triunfo de la Revolución un obstáculo para sus cicateros propósitos, y que no querían permitir que el triunfo de la nación iraní llegara a oídos de los pueblos oprimidos convirtiéndose en ejemplo de liberación y modelo político a seguir. No obstante tras cada intento de los arrogantes opresores del mundo, en el transcurso de estos 26 años, el valiente pueblo de la Revolución salió triunfante alcanzando los objetivos que ellos mismos se propusieron, con la guía del Imam y la ayuda de Allah, protegiendo su independencia, unidad y seguridad nacional.

¿Cuán grande ha sido la influencia de las mujeres en la formación de esta nación?, ¿Y de quién depende sino de ellas, que perdure la Revolución en el espíritu de las generaciones futuras?

Con la Revolución la mujer ha recuperado la dignidad y los derechos islámicos, y ocupa un gran espacio en las actividades políticas y productivas del país; forman parte del parlamento; trabajan activamente en organismos públicos y privados, en los medios de comunicación, en el Ministerio de Salud y Educación; destacando que: el 55% de los profesores de las facultades son mujeres, el 40% de los estudiantes universitarios son mujeres, el 15% de los miembros del Parlamento son mujeres, más una importante cantidad de abogados, periodistas, profesionales de la industria cinematográfica, artistas, deportistas, doctores, diplomáticos, etc, son mujeres.

En occidente solo en las últimas décadas se le han reconocido a la mujer ciertos derechos, pero cada vez que dicha mujer asciende un escalón en la lucha para que se le reconozcan tales derechos, cae dos, porque le son impuestas más obligaciones con las que debe cargar sumadas a las que ya tenía. Sin embargo, la mujer musulmana ha adquirido tales derechos hace ya más de mil cuatrocientos años y tiene solo las obligaciones que naturalmente le corresponde en proporción o compensación a las que el hombre posee.

Así, por ejemplo, la mujer argentina ha adquirido el derecho al voto gracias a Eva Perón hace 50 años, pero la mujer musulmana ya en la época del Profeta Muhammad (B.P.D.) podía elegir sus autoridades. También cabe destacar que ella no tiene la obligación de trabajar fuera ni dentro de su casa y aunque se le recomiende también que se dedique a las tareas del hogar (en compensación a las obligaciones que sí tiene el hombre), posee el derecho de desarrollarse laboral o profesionalmente. Sin embargo, en este sentido, la mujer occidental sólo ha adquirido obligaciones y siguió también unida cultural y consuetudinariamente a las tareas hogareñas, remarcando aquí que se ha convertido en un objeto de explotación laboral y moral, sin que se le reconozcan sus particulares y esenciales características.

De esta manera podemos seguir enumerando muchos más derechos que posee la mujer musulmana, pero este artículo quiere hacer referencia a su gran participación política y a su influencia en la construcción de una sociedad organizada sobre las bases de la moral y las buenas costumbres.

“La felicidad o desdicha de un país dependen de la mujer, educadora de la comunidad. Ella con su correcto ejemplo de educación contribuye al progreso de la nación”. (Imam Jomeini)

El Imam dignificó la posición de la mujer musulmana, y reconoció a través de este dicho el elevado papel que desarrolló en el triunfo de la Revolución. A lo largo de la historia, la mujer ha tenido gran influencia en la edificación de las sociedades, en los triunfos y derrotas, en el florecimiento cultural de una nación o en su aniquilación, en la opresión o en la revolución; gracias a su participación directa como un eje primordial en esta gran maquinaria social, o como educadora de las futuras generaciones, o como fuente de sosiego y calma para el hombre. Así podemos remontarnos a los grandes desaciertos que han cometido ciertos hombres en la historia influenciados por las mujeres, o podemos hacer mención a los grandes sabios, como Avicena que ha sido educado por la tierna mano de su madre.

“(Las mujeres) son vestidura para vosotros y vosotros lo sois para ellas.” (Corán 2:187)

¿Cómo se puede comparar la sociedad occidental con la sociedad Islámica?, ¿y cómo se puede elevar la posición de la mujer musulmana en su sociedad, a comparación de la mujer occidental en la suya? Con experiencia: quien ha nacido y vive en occidente y tiene la gran bendición de visitar un país islámico, de vivir en él y de sentir la nobleza de su gente, podrá saber entonces, por experiencia, que todo aquello que dice EE.UU. y sus siervos sobre los musulmanes es MENTIRA. Pero por sobre todas las cosas, también se logrará con solo abrir los ojos, pues: “Hay suficiente luz para quien quiere ver”. Quien no haya endurecido su corazón, no conserve prejuicios o mezquinos intereses y tenga por objetivo descubrir la verdad, podrá reconocer la luz que el Islam le brinda a la humanidad.

El lema de occidente es: “Miente, miente que al final algo queda”. Pero Allah dice en  el Sagrado Corán:

 “¡No disfracéis la verdad de falsedad, ni ocultéis la verdad conociéndola!” (Corán 2: 42)

Y también dice:

“E intrigaron y Allah intrigó también. Pero Allah es el Mejor de los que intrigan.” (Corán 3: 54)

Existen muchísimas fábulas urdidas contra el Islam; y un tema recurrente es la posición que ocupa la mujer musulmana y el trato que recibe por parte de su comunidad, ¿y cuál es la razón de esta agresión?: Los musulmanes cuidan de la mujer musulmana y elevan su posición en la sociedad; por eso el motivo no es otro que herir a la comunidad musulmana, alejar de la verdad a quienes les prestan oídos y utilizar a aquellos incautos ignorantes para sus personales propósitos.

No queda más que decir que solo se mantienen en el error quienes:

“Tratan de engañar a Allah y a los que creen; pero, sin darse cuenta, solo se engañan a sí mismos.

Sus corazones están enfermos y Allah les ha agravado su enfermedad. Tendrán un castigo doloroso por haber mentido.”

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

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