Pluralismo Religioso

Una concepción islámica

Por: Sheij Feisal Morhell

Significado del término “pluralismo”.

Con pluralismo se quiere significar un sistema por el cual se acepta o reconoce la diversidad y multiplicidad de doctrinas o posiciones.

Hoy en día en el plano cultural se llama “pluralista” a aquel que en un ámbito ideológico en particular, ya sea político, religioso, artístico, etc., sostenga lo acertado de todos los métodos y formas existentes y no acepte que pueda plantearse ningún tipo de incompatibilidad y antagonismo entre los mismos.

Últimamente, el pluralismo religioso es planteado en un plano relativamente extenso como uno de los temas de estudio teológico, de manera tal que incluso en las sociedades islámicas hay personas que se han visto influenciadas por este tema y lo han presentado bajo el nombre de “los senderos rectos”.

Se han enunciado sentidos diferentes, e incluso algunos contrapuestos, para el “pluralismo religioso”. Entonces, ¿qué es lo que se pretende al querer reconocer la legitimidad de la pluralidad de confesiones religiosas y dogmas? Veamos las siguientes posibilidades:

* Aceptar la existencia de las diferentes religiones y dogmas en el mundo (eso sin lugar a dudas es una realidad innegable).

* Gozar del derecho a elegir la propia religión (lo cual también es indiscutible).

* No necesariamente los seguidores de otras religiones fuera de la verdadera serán objeto del castigo en el Más Allá (este sentido del “pluralismo religioso” también es factible, de manera que aquellos que realmente procuraron la Verdad pero que por cualquier motivo no pudieron alcanzarla, no se contarán entre la gente del Fuego sólo por la falta de una información).

* Es posible vivir en paz y armonía no obstante la existencia de las diferentes religiones y dogmas (este sentido también es aceptable ateniéndose a una serie de limitaciones y condiciones de manera que una práctica religiosa no llegue a transgredir derechos esenciales).

* Básicamente, las verdades son diversas y todas las confesiones religiosas y religiones ostentan la verdad a pesar de brindar conceptos contrapuestos.

* Cada una de las diferentes religiones y dogmas tiene algo de verdad, de manera que la Verdad se encuentra con todos.

* La verdad es una sola, pero los caminos hacia ella son diferentes, y las diferencias vuelven a dos cosas: A- las formas diversas en que comprendemos las realidades y textos religiosos; B- La diversidad de las experiencias religiosas y las diferentes interpretaciones relacionadas a las mismas.

El alegato principal de los defensores de pluralismo religioso es que las diferentes religiones, a pesar de que sus puntos de vista se diferencian y presentan una discrepancia esencial e insuperable, son iguales y equivalentes en lo que respecta a su condición de “Verdad” y de “sendero recto”. En base a esto, con “brindar validez a la diversidad de religiones o pluralismo religioso” se refieren a “reconocer la autenticidad y condición verdadera de todas las religiones”. Por lo tanto a continuación procederemos a analizar este sentido del pluralismo religioso.

Las teorías contrapuestas al pluralismo religioso:

Hay tres famosas teorías referentes al tema de la diversidad de religiones: 1) el exclusivismo; 2) el inclusivismo; 3) el pluralismo.

Veamos a continuación la definición de esas dos teorías contrapuestas al pluralismo religioso.

* Exclusivismo significa que una religión es la verdad y que las demás son falsas. Por ejemplo los cristianos, en base a las palabras del Evangelio según Juan atribuidas a Jesús –la paz sea con él- que expresan “nadie alcanzará al Padre sino a través mío”, y al dogma establecido en los comienzos del siglo III que expresa “no hay salvación fuera de la Iglesia”, afianzaron y reforzaron ese exclusivismo en la Edad Media, y es precisamente en base a ese mismo pensamiento exclusivista que se conformaron algunas asociaciones cristianas en los siglos XVIII y XIX. Por supuesto esa perspectiva exclusivista no fue particular de los cristianos, sino que también los judíos se identificaban con el exclusivismo al considerarse el “pueblo elegido”. Los hinduistas veneran a los Vedas como la escritura eterna y poseedora de normas y valores absolutos. Los budistas consideran a las enseñanzas de Siddhartha Gautama como la única vía que puede salvar a las personas de la ilusión y la desgracia. En el Islam también tenemos que «Por cierto que para Dios la religión es el Islam»[1], «Y a quien procure algo fuera del Islam como religión no le será aceptado y será de los perdedores en el Más Allá»[2].

De esta manera observamos que el “exclusivismo” no es un fenómeno meramente cristiano.

* Inclusivismo significa que una sola religión conforma la verdad, pero hay otras religiones que se encuentran bajo la cobertura de esta misma religión y se tornan verdad. Por ejemplo, el cristiano alega que su religión es la verdad y que los musulmanes, judíos, zoroastrianos, etc., se figuran que son devotos a algo fuera del cristianismo siendo que ellos en realidad son cristianos; esto es, en realidad todas las religiones se encuentran incluidas dentro del cristianismo sólo que ellos mismos no se percatan de ello. Según esta opinión no puede decirse que las demás religiones no sean verdad, pero su legitimidad vuelve al hecho de estar incluidas en la misma única religión.

Desarrollo histórico del tema

La teoría del Exclusivismo:

La mayoría de los cristianos dice: hay sólo un camino hacia Dios y el mismo es a través del Mesías. Entonces, si alguien no conoce al Mesías, como sucedió con el Profeta Moisés (P) de quien dicen que no pudo predecir nada acerca del Mesías y que no llegó a conocerle, deberá esperar hasta que el Mesías vuelva y Moisés se presente ante él y le acepte y de esa manera finalmente ingrese al Paraíso.

Los textos del Antiguo Testamento se refieren a las creencias de otros pueblos de una manera despectiva; consideran al pueblo judío como pueblo elegido que no debe mezclarse con otros pueblos, sino que se debe destruir los templos y símbolos religiosos de los demás (ver: Dt 7, 2.5-6).

Encontramos en el siglo XV un punto relevante a este respecto. En el Concilio de Florencia que tuvo lugar en 1452 se expresa claramente que:

«La Santa Iglesia Romana cree firmemente, profesa y predica, que ninguno de los que viven fuera de la Iglesia, no solamente los paganos, sino también los judíos, o los herejes, o lo cismáticos, pueden tener parte en la vida eterna, sino que irán al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles (…), salvo si antes del fin de su vida se hubiesen integrado a la Iglesia» (Mt XXV, 41).

Una de las consignas del Concilio de Florencia fue “Extra Ecclesia nulla salus”, esto es “No hay salvación fuera de la Iglesia”.

En el siglo XIX el Papa Gregorio XVI en una encíclica denominada “Mirari Vos”, fechada el 15/8/1832, manifiesta que: “Otra causa que ha producido muchos de los males que afligen a la Iglesia es el indiferentismo, o sea, aquella perversa teoría extendida por doquier, merced a los engaños de los impíos, y que enseña que puede conseguirse la vida eterna en cualquier religión, con tal que haya rectitud y honradez en las costumbres”… “De esa cenagosa fuente del indiferentismo mana aquella absurda y errónea sentencia o, mejor dicho, locura, que afirma y defiende a toda costa y para todos, la libertad de conciencia”. (Art. 13 y 14).

El “primer libro de catecismo” que fue editado entre 1510 y 1521 para los indígenas del nuevo continente y que es conocido como “El Catecismo de Pedro de Córdoba”, comienza de la siguiente manera: “Hay un gran secreto que ustedes no sabían ni habían escuchado, y el hecho que Dios creó el Paraíso y el Infierno y al Paraíso van aquellos que aceptaron el cristianismo y vivieron de buena manera, y aquellos que van al Infierno son esos que murieron bajo vuestra religión, todos vuestros ancestros, vuestros padres, vuestras madres, vuestros abuelos, vuestras familias, y todos aquellos que pasaron por esta vida. Y vosotros mismos iréis ahí a menos que elijáis la amistad de Dios, os bauticéis y hagáis cristianos, puesto que los que no son cristianos son enemigos de Dios”.

El famoso misionero jesuita Antonio Vieira, en Bahia, Brasil, solía decir a los esclavos negros: «Vuestra esclavitud no es una desgracia, sino un gran milagro, porque vuestros padres están en el Infierno para toda la eternidad. Vosotros, por el contrario, os habéis salvado, gracias a la esclavitud».[3]

La teoría del Inclusivismo:

Por muchos siglos los cristianos elevaron la consigna “no hay salvación fuera de la Iglesia” y sostenían que todos aquellos que no eran cristianos estaban condenados al Infierno. Este tema se convirtió en una disyuntiva para los teólogos cristianos, puesto que algunos de ellos veían que entre los no cristianos había buenas personas. Por esto mismo, se tornaron recelosos respecto a esta enseñanza de la Iglesia y se plantearon varias propuestas para dejar de lado tal consigna. La primera reacción documentada la vemos en los escritos de Karl Rahner. Él, que era un teólogo católico, durante y después de la segunda guerra mundial propuso que los cristianos podían aceptar que Dios podía considerar a alguien cristiano a causa de su forma de vida y moral aunque oficialmente no fuera cristiano. Esas personas son en realidad cristianos aunque externamente no lo aparenten.

Así fue que la doctrina católica apostólica romana, a partir del Concilio Vaticano Segundo (1962-1965), por lo menos en sus manifiestos oficiales, se retrajo de su anterior exclusivismo y aceptó la propuesta de Karl Rahner sobre que las personas que sinceramente buscan a Dios y pertenecen a otras religiones, son cristianos anónimos.

            De esta manera, la mayoría de los católicos no son tan exclusivistas como en los periodos anteriores al siglo XX, sino que se produjo un tipo de inclusivismo como el planteado por Karl Rahner y muchos cristianos hoy en día aceptan algo como eso. Comprender la pasión de Cristo es una condición necesaria para aquellos que oficialmente son cristianos, pero dicen que ese sacrificio del Mesías tiene también efectos en todo el mundo, de manera que alguien es abarcado por ello aunque se encuentre muy alejado y no tenga ninguna información sobre él. Según esta teoría, los seguidores de otras religiones encuentran la salvación pero no “por seguir su religión” sino “a pesar de seguir su religión”.

            Finalmente en el manifiesto del 21 de noviembre de 1964 del Concilio Vaticano Segundo leemos: “Aquellos que sin culpa no han conocido el Evangelio del Mesías o su religión, o bien que con toda la sinceridad de su corazón buscan a Dios y por efecto de la gracia divina se esfuerzan en sus acciones para hacer Su voluntad tal como les dicta su conciencia, estas personas también pueden encontrar la salvación eterna”. De esta manera, la idea del inclusivismo se planteó frente a la del exclusivismo.

La teoría del Pluralismo:

            El estudio del pluralismo religioso comenzó en Europa cuando las diferentes corrientes del cristianismo se enfrentaron al hecho de que los emigrantes que después de la segunda guerra mundial y en la segunda mitad del siglo XX se dirigieron a Europa no aceptaban el cristianismo.

            Luego de haberse planteado el Inclusivismo, algunos escritores dijeron que eso no era suficiente y que no es hacer justicia a este tema decir que la salvación de la persona es a causa de sus acciones que involuntariamente se asemejan a las de los cristianos, sino que ello es por haberse purificado a través de su propia religión. Por lo tanto nosotros debiéramos aceptar que hay muchos caminos para la salvación y ello no se circunscribe a la religión cristiana.

            Los originadores de esta teoría son Wilfred Cantwel y sus discípulos, especialmente John Hick quien la difundió.

            John Hick, quien tuvo contacto en Inglaterra con personas religiosas de otras confesiones observó su sinceridad e integridad y por ello mismo no aceptaba el Exclusivismo, y si bien consideró el Inclusivismo como un paso hacia delante para aceptar a las demás manifestaciones religiosas y la pureza de las demás religiones, a pesar de ello, no lo consideró suficiente puesto que el referente seguía siendo una sola religión (el cristianismo) siendo que las diversas religiones tienen casos diferentes de experiencia religiosa, cada una de las cuales comenzó en un periodo en particular de la historia, y cada una ha encontrado para sí una concepción lógica específica dentro de su propio ambiente cultural.

            El Dr. Legenhausen dice a este respecto: “El pluralismo es una suerte de interpretación en la teología cristiana que fue planteado por John Hick. Él veía que había muchos no cristianos que bajo los efectos de otras religiones eran personas puras, mientras que durante la Edad Media los católicos sostenían que solo aquellas personas que hayan sido bautizadas estarían en el Paraíso. Él, que no encontraba ninguna justificación para tal postura y que tampoco consideraba suficiente el Inclusivismo, planteó la idea del Pluralismo religioso”.

            En otra parte el Dr. Legenhausen escribe: “Debemos tener en cuenta que el pluralismo religioso en el cristianismo se origina a partir de una reacción en el plano de la creencia, especialmente la cristiana, planteado en lo referente a la salvación y la redención, en el sentido que, el ser humano, básicamente, es a través de la religión cristiana que puede encontrar la salvación como resultado del sacrificio del Mesías (P).

            John Hick, al justificar el pensamiento del Pluralismo religioso por sobre las dos ideas anteriores, escribe: “Ésta es una hipótesis posible y en realidad fascinante –como el equivalente al reemplazo del escepticismo absoluto ocurrido en filosofía- en base a lo cual, las grandes tradiciones religiosas del mundo son exponentes de las diferentes impresiones y concepciones humanas sobre una realidad divina infinita, y son respuestas de las mismas hacia ello”. Él, mediante la aceptación y planteo de la idea del pluralismo religioso, se esfuerza en explicar esta teoría tomando ejemplos de la astronomía: “Así como en astronomía, por muchos años se supuso un geocentrismo o que el universo giraba en torno a la Tierra, siendo que no era así sino que era la figuración de los hombres la que los hacía suponer de esa forma, y luego de manifestarse la realidad se supo que el eje era otra cosa y que la Tierra era parte de la galaxia alrededor de cuyo eje se encuentra girando, en el plano de la religión y el pensamiento religioso también por muchos años las personas de religión tenían la creencia que su propia religión era el eje de la verdad y que solo a través de la misma podían alcanzar la realidad, y que los demás ámbitos de procura de la realidad debían girar solo en torno a su propia religión. Pero ahora vemos que el eje es otro, que no es otro sino la realidad misma. Es así que la verdad y realidad del mundo conforma el eje -bajo cualquier nombre o título que fuera- y que todas las religiones, ideologías y doctrinas giran en torno a la misma, y es así que en realidad son diferentes caminos para alcanzar esa realidad”.

Otras dos teorías:

            Es adecuado aquí hacer mención de otras dos teorías sobre este tema: el naturalismo, que es una perspectiva materialista, y el singularismo que es una perspectiva de carácter gnóstica que existió desde tiempos antiguos y perdura hasta el presente.

1. El Naturalismo  

            Los naturalistas se esfuerzan por brindar una explicación natural para cualquier fenómeno, y en base a esto en sus explicaciones no se valen de ningún asunto metafísico. Ellos no consideran que la realidad metafísica sea demostrable, y por eso mismo desde una consideración teórica no aceptan lo metafísico. Si bien encontramos personas con creencias religiosas entre los naturalistas, éstos niegan que la religión tenga un sustento racional y a lo sumo sostienen el rol útil de la religión.

            De acuerdo a esto, es necesario tener en cuenta que si entre los partidarios del pluralismo encontramos personas que tratan de justificar el tema de la diversidad de las religiones a través de explicaciones de índole material –como por ejemplo cuando se dice que “puesto que las diferentes religiones tienen un rol práctico positivo, entonces todas son buenas”, o “porque las concepciones teológicas que sugieren intención y necesidad metafísica en la naturaleza, desde que no pueden ser invalidadas[4] , no son tenidas en consideración, entonces no hay forma de anteponer a alguna religión en particular”- en este caso, no se puede aplicar para ellos la expresión “pluralista religioso” en su sentido terminológico, a pesar de que en lo que respecta al tema de la religión, presenten una tendencia a la diversidad en el sentido general de la palabra. El criterio determinante del “pluralismo religioso” es el énfasis en la legitimidad y veracidad de diferentes religiones, y ello conlleva a la aceptación de asuntos metafísicos considerados en los conceptos religiosos de las diferentes confesiones.

2. El Singularismo

            En el tema de la diversidad de las religiones, debemos prestar atención a la diferencia que existe entre el Multiplicismo y el Singuralismo. Los singularistas que mayormente se cuentan entre los partidarios de la gnosis en las religiones, sostienen que la esencia de las religiones es la misma; la realidad última es una y las diferencias se originan en el hecho que cada persona o cada grupo, ha puesto un nombre particular a esa realidad única. Entonces, las diferencias son solo aparentes y el interior de todas las religiones exhorta hacia la perfección absoluta. El propósito de todas las religiones es que la persona alcance esa realidad última y de esa manera logre la dicha eterna.

            Así, los singularistas, a diferencia de los multiplicistas, consideran que las diferencias entre las diferentes religiones son solo externas y sostienen que si los seguidores de cada religión dejan atrás estas apariencias y encuentran la vía hacia el interior todos encontrarán una misma cosa. Pero según el Multiplicismo, la realidad de las religiones es diversa y por lo menos, los caminos para alcanzar la realidad son diversos, y todos esos caminos son válidos y permiten al ser humano alcanzar la felicidad.

            Los singularistas ponen énfasis en los puntos en común mientras que los multiplicistas señalan las diferencias. Tanto unos como otros se apoyan en la experiencia religiosa con la diferencia que los singularistas, en el tema de la experiencia religiosa, son esencialistas y sostienen que se pueden encontrar puntos comunes entre las diferentes experiencias religiosas y gnósticas y en base a ello, la esencia de las experiencias religiosas es una sola. Ellos consideran que hay particularidades comunes a todas las experiencias religiosas y concluyen que entre las experiencias religiosas y gnósticas a lo largo del mundo, existe un núcleo común. En cuanto a los multiplicistas, en el tema de la experiencia religiosa son “estructuralistas”, esto es, sostienen que son las estructuras mentales y lingüísticas que se encuentran de antemano las que dan forma a la experiencia religiosa. En base a esto, no se puede encontrar un núcleo común para estas experiencias. En conformidad a la opinión de los multiplicistas, las multiplicidades son asuntos reales y presentan una disimilitud esencial. Pero según la opinión de los gnósticos, la multiplicidad es imaginaria e irreal, y bajo las mismas se encuentra la singularidad.

            Puntualizando: 1. Los gnósticos consideran a las diferencias entre las religiones como diferencias aparentes, y para ellos todas las religiones se proponen lo mismo en su interior; 2. Ellos generalmente no consideran que los diferentes caminos para llegar a ese interior y esencia de la religión sean iguales sino que enfatizan en una religión en particular como camino que enfoca la realidad.

Las circunstancias que motivaron el surgimiento del Pluralismo:

            El hecho de familiarizarse con las circunstancias que motivaron el surgimiento del Pluralismo conlleva a comprender correctamente ese fenómeno. Las más importantes de las mismas son:

            1. El escepticismo de David Hume en relación a la capacidad de la razón para inferir la realidad y la negación de Kant respecto a poder alcanzar la realidad, provocaron durante el Renacimiento la aparición de una ola de escepticismo respecto a las realidades religiosas y filosóficas y condujeron a la diferenciación realizada por Kant entre la realidad en sí misma y la realidad aparente. John Hick, influenciado por esa diferenciación dice:

            “Si suponemos que la realidad absoluta es una sola, pero que nuestra comprensión de esa realidad es variada y diferente, estarán dadas las condiciones para decir que las diferentes corrientes de experiencia religiosa son una muestra de nuestras diferentes informaciones respecto de una sola realidad ilimitada y trascendente que han sido influenciadas por los diferentes historiales culturales y que a su vez influenciaron en las mismas.” Él dice: “Immanuel Kant, sin que tuviera esa intención, estableció unas bases filosóficas sobre las cuales se puede extender y desarrollar esta teoría, o sea la de la diversidad de las religiones. Él diferenció entre el mundo tal como es en sí mismo (a lo que llamó “el mundo de lo Incognoscible”) y el mundo tal como se manifiesta a la conciencia y sentidos del ser humano (lo cual llamó “el mundo aparente”).”

            John Hick, en tanto acepta la diferenciación mencionada, dice: “Son las diferencias producto de las bases racionales y los métodos de meditación y de prácticas piadosas las que disponen a las tradiciones religiosas al alcance de las personas que participan en las mismas”. Él concluye que en base a esto las grandes tradiciones religiosas del mundo son una muestra de los diferentes supuestos y percepciones humanas respecto de una misma Realidad Divina e Infinita, y conforman su respuesta a ello.

            2. El desarrollo de las comunicaciones mundiales y la mayor familiarización respecto a las demás religiones. Los autores del libro “La razón y la creencia religiosa” escriben: “En nuestro complejo mundo no se puede confirmar una religión en particular e ignorar por completo al resto de las religiones. Hoy las comunicaciones modernas, el turismo mundial, el intercambio de estudiantes universitarios, las emigraciones y los intercambios internacionales han hecho que los seguidores de las diferentes religiones dirijan su atención entre sí. Esa nueva mezcolanza cultural se ha considerado el punto que ha diferenciado a la segunda mitad del siglo XX.”

            John Hick también señala este punto. Escribe: “Hasta hace poco cada una de las diferentes religiones del mundo era completamente ignorante respecto de los demás credos… y fue solo en los últimos cien años que la investigación académica sobre las religiones del mundo hizo posible una más detallada comprensión y familiarización de otras religiones y pueblos, y a través de esta vía, un número de nosotros en constante aumento se ha vuelto conciente y lúcido respecto de las cuestiones y problemas de las exhortaciones contradictorias de las diferentes tradiciones religiosas en lo referente a “la Verdad”.

            3. La expansión de las escuelas de hermenéutica, filosofía analítica lingüística, el positivismo y otras similares, la influencia de las estructuras existenciales y mentales en lo referente a la epistemología, y el surgimiento de teorías relacionadas al lenguaje, como la teoría de los “juegos de lenguaje” de Wittgenstein, la teoría de la condición simbólica del lenguaje o la de la falta de relevancia de la razón para el conocimiento y apoyarse sólo en las proposiciones de la ciencia experimental, han dispuesto el terreno en el plano de la cultura occidental para cuestionar el absolutismo y el exclusivismo, rechazarlos y en su lugar disponer el terreno para plantear la teoría de la diversidad de religiones.

            4. Sostener el hecho de que los conceptos religiosos siguen a conceptos humanos y que nuestra comprensión de la religión y de los textos religiosos se encuentran en un proceso de transformación y cambio, que no existe ningún entendimiento oficial y estable de la religión, y que incluso la revelación hecha a los profetas -con ellos sea la paz- también ha asumido expresiones humanas.

            5. La expansión de la escuela del positivismo y el surgimiento de la idea de contradicción entre la razón y la fe y que no es viable referir una a la otra, y el hecho de que la religión deba entenderse mediante el corazón y la experiencia religiosa y no con la razón.

            6. El planteamiento de la teoría de que no es correcto circunscribir la salvación a una religión en particular y que la creencia de que la salvación y la redención sólo se logran mediante el Cristianismo, el Judaísmo o el Islam no se corresponde con la guía absoluta de Dios y Su Misericordia Divina.

            7. El surgimiento del liberalismo político que sostiene un tipo de condescendencia en lo que hace a la religión y las ideas humanas y eliminar la religión de las áreas y asuntos sociales y políticos y particularizar ello a los asuntos personales y las experiencias religiosas.

            Considerando las circunstancias mencionadas, queda claro que el origen del pluralismo religioso es occidente y el pensamiento occidental, y la cultura y filosofía islámica no presenta tales circunstancias ni otras similares, y que su planteamiento en las sociedades islámicas conforma algo basado en la ciega imitación.

Los diez argumentos del pluralismo religioso:

El conjunto de diez argumentos son como sigue:

            1. La cantidad y diversidad de las interpretaciones de los textos religiosos y la diferencia esencial entre las mismas.

            2. La cantidad y diversidad de interpretaciones acerca de la experiencia religiosa y la diferencia entre las mismas.

            3. El desacuerdo y divergencia entre las religiones, sus métodos y sus seguidores, conforman un tipo de pasatiempo para distraídos o un tipo de embaucamiento, y tras esas discrepancias se encuentra escondida una razón y sapiencia y al alcanzar la misma se apartan las diferencias y se produce la unidad.

            4. La diversidad de realidades, el que las mismas se encuentren interpuestas, y las contradicciones y superposición entre las mismas que se produce al tener que elegir.

            5. La sinceridad al procurar la verdad conlleva la guía y que se llegue a la verdad, ya que no es posible que un buscador sincero se vea privado de alcanzar la verdad y lograr la guía divina.

            6. El hecho que Dios sea el Guiador y el Vencedor y que Satanás sea el vencido en lo que respecta a sus tentaciones y extravíos.

            7. Nuestro mundo es el mundo de lo imperfecto y la razón de la discordia entre los diferentes grupos es esa misma mezcla de verdad y falsedad, y mientras exista la mezcla entre la verdad y la falsedad no hay escape de esa diversidad y disparidad de métodos.

            8. Todas las verdades se encuentran entrelazadas y el hecho que no haya antagonismo entre las mismas implica que se ha tomado parte de la verdad de los demás al construir el elevado palacio de La Verdad.

            9. La existencia de antagonismos entre los valores y virtudes y preferir a unos en la práctica y no tener un argumento para preferir a unos sobre otros conlleva a que no consideremos como de nuestra exclusividad a los valores y virtudes.

            10. Considerando que la mayoría de la gente en el aspecto ideológico y cultural es prisionera e imitadora y no intrépida e investigadora, no les queda más remedio que mostrarse humildes ante los demás y abstenerse del egoísmo y la soberbia y considerar a los demás como partícipes de “la verdad”.

Crítica y análisis del primer argumento: La diversidad de las interpretaciones de los textos religiosos

            El hecho de que los textos religiosos sean factibles de diversas y numerosas interpretaciones no puede ser una prueba de la validez del pluralismo religioso, ya que el supuesto es que alguien que toma como referente al texto sagrado de una religión (por ejemplo el Corán) acepta la legitimidad de esa religión. Ahora, cómo puede esa persona por medio de referirse a los textos sagrados de esa misma religión aceptar oficialmente la legitimidad de otras religiones, religiones que tal vez en el mismo texto sagrado aceptado como referente son claramente catalogadas de falsas e ilegítimas. ¿Acaso es posible que alguien acepte al Generoso Corán como Libro sagrado y mediante interpretaciones del mismo tome como legítimas a las religiones cristiana, judía y zoroastriana? A lo sumo a través de tales interpretaciones se puede esperar que se consideren legítimas a las diferentes tendencias encuadradas dentro de la misma religión y no más.

Crítica y análisis del segundo argumento: La diversidad de las interpretaciones sobre “la experiencia religiosa”

A pesar de que aceptemos que las experiencias internas y religiosas admiten diferentes interpretaciones, aún así eso no quiere decir que estén sujetas a cualquier interpretación y que cualquier cosa que se mencione como interpretación de ello sea correcto y aceptable. ¿Acaso experimentar y sentir el acontecer de algo absoluto y trascendente puede llegar a concordar con interpretaciones opuestas y contradictorias?

            Una de las importantes tareas de los profetas fue enseñarnos cómo interpretar las propias experiencias interiores, puesto que esas experiencias a pesar de que aceptan diferentes y variadas interpretaciones, no todas se corresponden necesariamente con la verdad.

            Entonces el criterio para diferenciar las interpretaciones verdaderas de las falsas son las orientaciones de los profetas. En consecuencia, las diferentes y variadas interpretaciones de la experiencia religiosa no pueden conformar una vía independiente para demostrar el pluralismo religioso, sino que la vía es aquella misma de los profetas, y sus interpretaciones y orientaciones no son otra cosa que los mismos textos religiosos, por lo tanto esto vuelve a ese mismo primer argumento.

            Con certeza, las diferencias y la cantidad de religiones no se relacionan con las diferentes interpretaciones de la experiencia religiosa de los seguidores de las religiones, y los mismos seguidores de cada religión no aceptan tal cosa, puesto que el seguidor de cada religión atribuye la misma a su profeta o fundador. Por otro lado, los mismos profetas atribuyen su propia religión directamente a la revelación divina y no a sus propias interpretaciones y panoramas surgidos de una experiencia trascendente y absoluta.

            Si es que los profetas, al igual que sucede con la gente común al hacer interpretaciones y vivir experiencias religiosas, se veían indefectiblemente influenciados por sus propias mentalidades, aspiraciones y conocimientos, entonces, ¿qué lugar queda para su condición de inmaculados, desde que sabemos que la revelación de los grandes profetas -con ellos sea la paz- a causa de la sapiencia, misericordia y guía divina, debe ser inmaculada en todas sus etapas, esto es, ser recibida correcta y completamente y ser anunciada a la gente en esa misma forma?

Crítica y análisis del tercer argumento: El desacuerdo y divergencia entre las religiones conforman un tipo de pasatiempo para distraídos

            Este argumento, suponiendo que fuese cierto, no sólo no beneficia ni demuestra el pluralismo religioso, sino que termina anulándolo, puesto que la pretensión del pluralismo es que todos tienen la verdad y se encuentran en el sendero recto, pero este argumento indica que todos se encuentran errados y ocupados en pasatiempos para distraídos que procuran el Paraíso y la salvación en el Más Allá. El caso es que para no caer en ello precisamente no se debe aceptar idealistamente un Pluralismo que reúna a todas las confesiones sino que sólo aquellos que investigan y analizan seriamente la verdad y falsedad de los postulados de las diferentes religiones pueden librarse de estar constantemente ocupados en discusiones inútiles y enfocar el sendero hacia su tesoro procurado.

Crítica y análisis del cuarto argumento: La superposición de las realidades

Es una afirmación sin argumento, y osadamente se puede decir que no es así; las realidades no se contradicen ni se superponen; ¿por qué razón la aceptación de una realidad no podría concordar con la aceptación de otra realidad? Si lo que se pretende decir con este argumento es que, puesto que la estructura de la realidad es complicada y presenta varios niveles y capas y está conformada por señales y secretos, desde que todas estas capas tienen señales y misterios que no son fáciles de comprender, en otras palabras, puesto que las realidades son variadas y entremezcladas, entonces irremediablemente deben surgir diferentes escuelas y tendencias; en este caso, la causa de la diversidad de tendencias no es que las develaciones de lo oculto en las capas de esa realidad sean muy discordes entre sí e irremediablemente se deba elegir entre ellas, sino que la causa de la diversidad estriba en que las revelaciones no son muchas y cada uno ha inferido sólo alguna capa y secreto de entre esas realidades, y el resultado de ello no es sino la diversidad. En este caso debemos decir:

Primero: en realidad incluso en este caso no hay “senderos rectos”, sino un solo “sendero recto” que presenta varios grados y etapas y cada uno puede alcanzar sólo algunos de esos grados y etapas y no todos.

Segundo: no habría contradicción irreconciliable entre las diferentes perspectivas y creencias doctrinales, sino que cada persona que haya obtenido un mayor grado de información puede fácilmente encontrar la armonía entre las interpretaciones y perspectivas diferentes y enfocar una unidad, puesto que la hipótesis era que no existía contradicción entre las diferentes capas.

Crítica y análisis del quinto argumento: No es posible que un buscador sincero se vea privado de lograr la guía divina

Este argumento se basa en que la sinceridad en la procura de la verdad acarrea la guía y que se alcance la Verdad puesto que el castigo de la mayoría de las personas que será proporcionado por Dios, Glorificado Sea, no puede contradecirse con Su infinita Misericordia, por lo que todos los seres humanos o por lo menos la mayoría de los mismos, de alguna manera deben alcanzar esa guía, lo cual sólo puede darse sobre la base de la legitimidad de todas las religiones, escuelas y confesiones religiosas. El argumento para demostrarlo sólo repite el enunciado de la hipótesis, lo cual conforma un círculo vicioso.

Aquí tenemos un tema de suma importancia. En realidad hay una gran diferencia entre no contarse entre la gente del Fuego y contarse entre las personas guiadas. Cuántos habrá que no serán de entre los guiados pero no serán objeto del castigo infernal.

Si el asunto fuera de esta manera, máxime el sincero procurador de la verdad debería ser de entre lo salvados del castigo infernal y no necesariamente que la totalidad de las diferentes y contradictorias religiones sean legítimas.

Crítica y análisis del sexto argumento: El hecho que Dios sea el Guiador y el Vencedor y que Satanás sea el vencido

Este argumento tiene dos respuestas: una crítica y la otra argumental.

A. Respuesta crítica: Así como Dios, Glorificado Sea, es el Guiador, el Agraciador, el Sanador y el Creador, y su condición de Guiador implica que todas las personas sean guiadas en acto, análogamente, la condición de Agraciador de Dios debería implicar que de alguna manera todos los seres humanos sean agraciados con las mercedes divinas y nadie tuviera hambre, ni se enfermara, siendo que la falsedad de ello es evidente, y cuántos tiranos hay que impiden a las personas obtener su sustento diario y gozar de las gracias divinas.

            B. Respuesta argumental: La guía tiene dos significados: 1-mostrar el camino; 2- hacer llegar a alguien al ideal.

            Si el significado de “guía” fuera “hacer llegar al ideal”, ello no concordaría con la libre voluntad y albedrío humano. Por supuesto, Dios ayuda a aquellos que por propia voluntad se encuentran en el camino de la Verdad y los mismos son objeto de Su Benevolencia, de una manera que ello no se contradice con el hecho de que posean libre albedrío.

            Pero si el propósito de “guía” es “mostrar el camino”, entonces lo que concierne a Dios, Glorificado Sea, fue realizado de la mejor manera, esto es, mediante el envío de los profetas divinos -con ellos sea la paz- y los Libros sagrados y las leyes divinas, y al haber suministrado el intelecto y la primigenia inclinación natural o fitrah, ha dispuesto los preliminares de la guía. Pero por causa de la voluntad humana y por el hecho de que la misma puede ocasionar obstáculos a los demás, esa guía puede haberse encontrado con algunas barreras. Ello se expresa en el Sagrado Corán mediante la expresión “alejar del sendero de Dios” (sadd ‘an sabîlil·lah).

            Debemos saber que la Guía de Dios no es de la misma forma en todos los casos. En los animales la misma se presenta en la forma de “instinto”, en las plantas y los seres inanimados en forma compulsiva y existencial, en lo relacionado a los ángeles la misma es voluntaria pero sin que sean factibles en ellos los antagonismos y las motivaciones contrapuestas. En lo que respecta al ser humano ello se da en la forma de una guía legislativa conservando su voluntad y libre albedrío, y existiendo inclinaciones contrapuestas que se atraen y repelen. La sapiencia divina ha establecido que la guía para el ser humano se dé en la forma del envío de profetas, revelación de textos sagrados, advertencias, albricias, promesas de recompensa y castigo y todo ello en tanto se resguarda su libre voluntad y albedrío y se le exhorta al sendero recto, y mientras se le ha delegado la elección del camino. Entonces, la guía divina tiene niveles, y a todo aquel que no haya sido negligente en alcanzar su máximo nivel, que es el Islam a través de las enseñanzas de Ahlul Bait (P), le será aceptado el nivel de guía en el cual se encuentre.

Crítica y análisis del séptimo argumento: La razón de las desavenencias entre las confesiones religiosas es que en este mundo imperfecto la verdad se encuentra mezclada con la falsedad

            Se alega que: en el entendimiento humano la verdad y la falsedad se encuentran entremezcladas por lo tanto la razón de las desavenencias en la religión es esa misma falta de pureza. ¿Acaso todas las conclusiones y entendimientos humanos respecto de la religión son de esta manera, o sólo algunos de los mismos lo son? ¿Acaso esta mezcla de verdad y falsedad e imposibilidad de diferenciar entre las mismas rige incluso en las cosas más básicas y evidentes de la religión? Por ejemplo, en cuanto a la religión islámica y al Sagrado Corán se refiere, la idea de la existencia de Dios, Su Unicidad, la necesidad de la existencia de la revelación y de los Profetas, la obligatoriedad de las normas básicas como el rezo, el ayuno, y la prohibición de las cosas ilícitas como la fornicación, el robo, la ingesta de embriagantes, ¿se encuentran contenidas en conceptos que tienen un grado de verdad y otro de falsedad?

            ¿Acaso se puede distinguir las partes de verdad de las partes de falsedad, o no es posible hacerlo? Si la respuesta es afirmativa, entonces finalmente no habrá problema, y si es negativa y no se puede llegar a determinar la verdad de una afirmación, entonces ¿en base a qué criterio se puede decir que es correcta y verdadera esa misma concepción de que todo se encuentra mezclado con verdades y falsedades?

Crítica y análisis del octavo argumento: Todas las verdades se encuentran entrelazadas entre sí

            Se alega que la verdad no se encuentra monopolizada y que los demás tienen participación en la construcción del elevado palacio de “la Verdad”. Si procuramos una geometría equilibrada de la verdad debemos disponer nuestra parte de Verdad junto a la de los demás, de manera que se produzca el equilibrio.

            Este argumento conforma un círculo vicioso puesto que el argumento es igual que aquello que se pretende demostrar: que la verdad no puede ser monopolizada.

            Aún suponiendo que aceptáramos que las verdades se encuentran entrelazadas, eso no demostraría que lo que poseen los demás es verdad. Una afirmación de que racionalmente existe la posibilidad de que hubiera verdades que podrían estar entrelazadas no indica necesariamente la materialización de ello en la realidad, y por ello mismo en la práctica no nos sirve para demostrar que las perspectivas de todas las confesiones religiosas difundidas se encuentran efectivamente entrelazadas.

Crítica y análisis del noveno argumento: La existencia de antagonismos entre los valores y virtudes y la multiplicidad de los mismos

            Se alega que si es que los valores de todas las escuelas religiosas antagonizan entre sí de manera que no fuera factible encontrar puntos en común, y que es en la práctica y cuando observamos la superposición que debemos elegir en base a cuáles actuar y preferir a unos sobre otros, entonces debemos reconocer la validez de todos. Así, este argumento se basa en la diversidad y antagonismos entre los valores y virtudes.

            Esto en sí es un absurdo, puesto que se alega -sin ningún intento de demostrarlo- que dos vías antagónicas de comportamiento pudieran conducir al mismo lugar. La sola existencia de diferentes valores no legitima la totalidad de los mismos, así como dos argumentaciones en sentido contrario sobre un tema -una a favor y otra en contra- no llevan al mismo resultado.

Crítica y análisis del décimo argumento: La religiosidad de las personas se debe mayormente a circunstancias impuestas y no es en base a un claro discernimiento argumentado

            Este argumento se basa en que generalmente las personas siguen una religión por mera imitación del entorno y no por haber investigado y concluido la autenticidad de la misma, por lo tanto los seguidores de las diferentes religiones deberían mostrarse condescendientes entre sí.

            ¿Acaso el hecho de que la mayoría de los seguidores de una religión tengan una religiosidad por imitación demuestra que todas las escuelas y confesiones religiosas del mundo sean auténticas? Una cosa no tiene nada que ver con la otra.

            De este argumento como máximo se desprende que aquellos seguidores de una religión cuya religiosidad sea en base a la imitación no deban ensoberbecerse ni vanagloriarse ante los demás. Se debe agregar que no cualquier imitación implicaría tal pretendido pluralismo puesto que muchas imitaciones no son ciegas sino que se realizan en base a una investigación y se sustentan en la razón, de manera que la convicción y confianza de esos seguidores no es menor que la de los estudiosos e investigadores. Son personas que luego de haber logrado certeza en las cuestiones básicas delegan el estudio profundo a los especialistas tal como lo hacen las personas razonables en cualquier otro orden de la vida como la medicina, la ingeniería, etc. Obviamente a personas como éstas no se las puede acusar de realizar ciega imitación ni se les puede exhortar a que actúen igual que los impotentes o los insensatos y acepten la autenticidad de cualquier confesión religiosa.

Recordemos que:

            * Las religiones divinas tuvieron una sucesión en el tiempo. Cada una surgió en un periodo en particular de manera que un profeta de Dios era enviado para anunciarla. Entonces vemos que el factor tiempo era importante y que las revelaciones anteriores, a pesar de haber sido traídas por un profeta, eran abrogadas o por lo menos algunas de sus normativas. La realidad es que en los conceptos principales y básicos los profetas tenían el mismo y único mensaje.

            * Otro punto es que debemos prestar atención al hecho que descuidan los sostenedores del pluralismo religioso y es que, debemos diferenciar entre tres cosas: 1- la felicidad eterna; 2- el hecho de merecer el castigo; 3- la autenticidad de la religión.

            Si nosotros creemos que sólo el Islam es “la Verdad”, eso no necesariamente significa que todos los seguidores de las demás religiones estarán en el infierno o que no probarán ni una pizca de la felicidad eterna.

            * Podemos sostener que considerando las religiones que existen hoy en día, el pluralismo no tiene sentido de ser para las mismas, tanto desde la perspectiva de la razón como de la transmisión religiosa. En cuanto a las religiones tal como fueron reveladas a los profetas, en su esencia son iguales a excepción de algunas normativas abrogadas por la revelación posterior. En este caso debemos seguir a la más perfeccionada de las religiones, y para los musulmanes en nuestra época la misma es el Islam.

            * Algunos escritores de los países islámicos que se consideran a sí mismos seguidores de escuelas basadas en la revelación divina, se han visto fuertemente influenciados por la materialista cultura occidental y plantean en sus regiones la idea del pluralismo religioso que han aceptado sin darse cuenta y lo justifican de tal manera que lo que surge es una “religión materialista” que defienden sin pensar que es una idea foránea y que, a diferencia de lo sucedido en occidente, las condiciones de los periodos de la historia del Islam no brindaron el terreno para que se formase tal idea.

            El Dr. Legenhausen escribe:

            El Islam con su espíritu no sólo ha eliminado las formas preislámicas, sino que ha dispuesto su propia forma, y es esa misma forma y apariencia exterior la que brinda la vía para alcanzar el sentido y real esencia, o aspecto interior de la religión. Por esta misma razón es que el Islam tiene ese contenido, valor y posición en la serie consecutiva de religiones reveladas, ya que esta religión en relación a los demás religiones es más abarcadora, pues no sólo no niega la realidad y veracidad de las revelaciones anteriores, sino que las considera verídicas. Lo que el Islam derrumba de las otras religiones es lo que se ha tornado falso y rechazable a causa de la corrupción y la tergiversación o bien a causa de las limitaciones en su validez temporal.

«Pero con la verdad refutamos la falsedad a fin de que la anonade y ¡Hela aquí desvanecida! ¡Guay de vosotros por lo que atribuís!» (Anbîâ’; 21; 18)

Conclusión

            No cabe duda de que las realidades se encuentran entremezcladas y poseen niveles, y tampoco en el hecho de que todos los profetas -con ellos sea la paz- procuraban una Única Verdad y un mismo asunto y seguían un mismo sendero recto, pero ello no implica la autenticidad de todas las confesiones religiosas actuales.

            Esta realidad no se contradice con el hecho de que el Islam acepte una afinidad original entre las religiones monoteístas y abrahámicas, de manera que desde tiempos remotos hasta el presente boga por una convivencia basada en la condescendencia y alejada de conflictos. Pero en cuanto al sendero recto, sostenemos que el camino es el Islam.

«Por cierto que para Dios la religión es el Islam» (3: 19)

«Por cierto que éste Mi camino es recto, seguidle y no sigáis los senderos que os desviaréis de Su sendero. Así os encomienda. Tal vez seáis timoratos» (3; 153)

«Y a quien siga algo fuera del Islam como religión, no se le aceptará y será en el Más Allá de entre los perdedores» (3: 85)

Fuentes:

. El Pluralismo Religioso, preparado e investigado por el Centro de Estudios e Investigaciones Culturales del Seminario Islámico de Qom.

. NIKZÂD, Huÿÿatulislam ‘ABBÂS, El Camino Recto. Centro de Investigaciones de Filosofía y Teología Islámica, ed. Centro de Estudios e Investigaciones Islámicas.

. D‘ΠNEŸÂD, SEÎED MUHAMMAD ‘ALÎ, El Pluralismo Religioso – Revista Ma‘rifat.

. MO‘ALLEMÎ, Huÿÿatulislâm HASAN, Una crítica al Pluralismo Religioso, Revista Ma‘rifat.

. MA‘RIFAT, Aiatol·lah MUHAMMAD HÂDÎ, Una crítica al Pluralismo Religioso, Revista Ma‘rifat.

. DR. MUHAMMAD LEGENHAUSEN, Algunos puntos sobre el Pluralismo Religioso en las conversaciones entre Seîied Husein Nasr y John Hick.

. SULLIVAN, Francis A., ¿Hay salvación fuera de la Iglesia? Desclée, Bilbao 1999, colección Teoría, nº 2.

. RAHNER, K., Los cristianos anónimos, (Escr. Teolog. 6, Madrid 1969, 535-544).

. TORRES QUEIRUGA, A., El diálogo de las religiones en el mundo actual en GOMIS, Joaquim (org.), El Concilio Vaticano II, Desclée, Bilbao 2001, págs. 67-84.

 

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[1] Aal ‘Imrân; 3: 19.

[2] Aal ‘Imrân; 3: 85.

[3] A. VIEIRA, sermón décimo cuarto (1633). Cfr Sermões, vol. 4, tomo 11, nº 6, Lello & Irmão, Porto 1959, pág. 301.

[4] Entidades metafísicas que no están al alcance de los instrumentos físicos; así como no pueden ser percibidas, tampoco pueden ser invalidadas por éstos y por esto mismo los positivistas las consideran “un sin sentido”.

 

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