Recomendaciones del Imam Sadiq(a.s.) para ti (narraciones de Inwan Basri)
Tomado de Ar-Rashad
Traducción: Abu Hasan Ali / Fundación Islámica Kauzar
El difunto Ayatolá Qazi (ra) solía recomendar esta narración a sus estudiantes quienes buscaban el viaje místico hacia Dios Todopoderoso. También les pedía que la escribieran y la mantuvieran en sus bolsillos y la leyeran dos veces a la semana. Consideraba esta tradición como el mejor tratamiento para los deseos momentáneos, la lujuria y la ira, el rencor, la envidia y la gratificación en los placeres sensuales.
Después de haber explicado detalladamente las ideas fundamentales del aprendizaje y la educación, el Imam Yafar Sadiq(as) le hace unas recomendaciones a aquellos que están en la búsqueda del Camino Recto.
¿Cuáles crees que son? ¿Has escuchado alguna vez acerca de “La Narración de Inwan al-Basri? Sin embargo, el maestro de Alamah Tabatabai (El Autor de la majestuosa obra de Tafsir Coránico al-Mizan), el Ayatolá Seyyid Ali Qazi Tabatabai (que sus almas sean bendecidas), se rehusó a enseñar la Moral Islámica Practica a algunos de sus nuevos estudiantes a menos que manifestaran el comprometerse con este hadiz. La siguiente es una traducción al Español de “La Narración de Inwan al-Basri”.
Inwan al Basri dijo: “A mis 94 años de edad visité a Malik ibn Anas con frecuencia durante varios años. Cuando el Imam Yafar Sadiq(as) se trasladó a Medina, comencé a visitarlo con frecuencia y deseaba aprender de él de la misma manera en que había aprendido de Malik. Un día me dijo que tenía que hacer algunas cosas y realizar muchas oraciones y letanías durante el día y la noche, fue así como me pidió que lo dejara solo y me pidió que siguiera aprendiendo de Malik como lo había hecho hasta ese momento. Me dije a mi mismo, si el Imam Sadiq(as) hubiera notado algún bien en mí, no me habría hecho a un lado. Luego fui a la Mezquita del Profeta lleno de preocupación. Regresé al día siguiente a la Mezquita donde realicé una oración de dos ciclos y le pedí a Dios (Allah): “O Dios, O Dios, te pido que ablandes el corazón del Imam Sadiq hacia mi y me otorgue de su conocimiento, el cual puede guiarme a Tu Camino Recto”. Con tristeza regresé a casa y decidí no visitar a Malik puesto que mi corazón estaba lleno de amor por el Imam Sadiq(as). No salí de mi casa sino para realizar mis oraciones hasta que mi paciencia llegó a su fin. Cuando ya no aguanté más, me coloqué mis sandalias y salí de la casa rumbo hacia el Imam Sadiq(as). Cuando llegué a su casa toqué a su puerta. Unos minutos después su sirviente abrió la puerta y dijo: ¿En qué puedo ayudarte?
Le pedí que le informara al Imam Sadiq (as) de mi visita.
“El Imam (as) se encuentra realizando sus oraciones”, dijo su sirviente.
Me senté en la puerta y luego de algunos minutos el sirviente regresó y me dijo que entrara con la bendición de Dios. Entré y salude al Imam Sadiq (as). Por un instante miró hacia el piso y luego levantando su mirada me preguntó: ¿Cuál es tu nombre?, “Abu Abdullah”, respondí.
“Que Allah te de una descendencia firme y Te conceda el éxito”, dijo el Imam(as). “¿Cuál es tu pregunta, Abu Abdullah?”. Me dije a mi mismo si no obtengo nada mas en esta visita que esta suplica y saludo, bastara con eso. Levantando su mirada de nuevo preguntó, “¿Cuál es tu pregunta?”.
“Le pedí a Dios que tú te compadecieras de mí y me dieras de tu conocimiento. Ahora espero que haya respondido mi suplica”, le dije. El Imam dijo: “El conocimiento no puede, como tú piensas alcanzarse por medio del aprendizaje, en otras palabras, es una luz que se deposita en el corazón de aquel a quien Dios quiere guiar. Si vas detrás del conocimiento, entonces busca la verdadera devoción hacia Dios dentro de ti mismo, busca el conocimiento en la paciencia y pídele a Dios que te conceda la capacidad de entendimiento, de tal forma que seas capaz de comprender”.
Dije: “O noble”, él dijo: “O Abu Abdullah”, le pregunté; “¿Cuál es la verdadera piedad?”.
El Imam respondió: “Consiste de tres cosas: el siervo no debe considerarse a si mismo como el poseedor genuino de lo que Dios le ha concedido. Porque los siervos no poseen nada, y saben que la riqueza pertenece a Dios solamente, por lo tanto debe gastarse en lo que Dios ha ordenado. Los siervos no deben confiar sus asuntos a si mismos y deben colocar toda su atención en obedecer las órdenes de Dios con respecto a lo que debe hacer y lo que no debe hacer. De aquí que cuando un siervo no se considera a si mismo como el verdadero dueño de lo que se le ha conferido, será fácil para ‘el gastarlo en lo que su Amo, Dios ha ordenado, y cuando el siervo confía sus asuntos al Todopoderoso, la divina providencia, le será fácil soportar las desgracias de este mundo y cuando el siervo coloca toda su atención en las ordenes de Dios con respecto a lo permitido y lo prohibido, no desperdiciará tiempo en la vanagloria y la competencia. Si Dios favorece al siervo con estas tres cosas, será fácil para el manejar este mundo, a Satanás y a toda la creación. No buscará bonanza en este mundo, y abandonará la jactancia No buscará el poder ni la superioridad por encima de los demás, y no dejará que sus días pasen vanamente. Este es el primer paso hacia la piedad. Dios Todopoderoso dice: “Esta será la morada eterna la cual Hemos reservado para aquellos que no son arrogantes o corruptores sobre la tierra, y el final feliz es solo para los piadosos”
“O Aba Abdullah, ¿me aconsejaras? El Imam(as) me dijo: “Preocúpate por nueve cosas, que son mi consejo para los viajeros espirituales en el camino hacia Dios, y le pido a Dios que te conceda el éxito poniéndolas en práctica. Tres se relacionan con la disciplina espiritual, tres con la paciencia, y tres con el conocimiento. Recuérdalas siempre y nunca las descuides”
Me serené y lo escuché bien y con atención, dijo Inwan. El Imam Sadiq(as) dijo: “Las que conciernen a la disciplina espiritual son: Nunca comas si no tienes apetito, porque es la causa de la estupidez, y no comas a menos que tengas hambre y come lo que es halal, e invoca el nombre de Dios y recuerda la sunnah del Profeta, “La peor vasija llena en los seres humanos es el estómago. Si ves que tienes hambre, deja un tercio de tu estomago para el alimento, un tercio para el agua y otro tercio para la respiración. Aquellas relacionadas con la paciencia son: si alguien te dice: si dices una palabra oirás diez, contesta: si tú dices diez de mi no oirás ninguna, cuando alguien te insulta, dile: Si dices lo correcto, le pido a Dios que me perdone, y si no es así, le pido entonces que te perdone y cuando alguien diga que te tratara mal, devuélvele un consejo y trátalo bien. Aquellas cosas relacionadas con el conocimiento son: Pregúntale a quienes tienen el conocimiento por las cosas sobre las cuales tu posees poco o ningún conocimiento y nunca hagas una pregunta por fastidiar o por probar el conocimiento de los demás, nunca confíes en tu propia opinión, recurre a la precaución lo que más puedas y húyele a la opinión personal en los temas religiosos así como huyes de un león y no dejes que tu cuello sea el puente para otras personas. O Aba Abdullah, levántate y déjame solo. No hagas que se echen a perder mis letanías puesto que soy muy cuidadoso con el tiempo. Y la paz sea con aquellos que siguen el Camino Recto.
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