Nigeria ha sido escenario de centenares de asesinatos cometidos contra la comunidad chiita de este país africano. Muertes que a pesar de su crueldad y grado de violencia no han generado esas reacciones tan propias del mundo occidental, que sale a las calles para proclamar el amor por la vida, siempre y cuando esa vida sea occidental. Je Suis Chiita no es parte del sentir de los gobiernos de Francia, Inglaterra, estados unidos o aquellos que se conmovieron por los ataques en Paris el pasado mes de noviembre atribuido a Daesh, mostrando que para algunos existen muertes de primera y segunda categoría.Los asesinatos de la comunidad chiita en Nigeria a manos del Ejército y el grupo terrorista takfirí Boko Haram deben ser condenados sin distinción alguna, no hacerlo así y separar las muertes porque ocurren en Europa o en África es seguir perpetuando el  colonialismo mental y el servilismo de aquellos que sacan a relucir su Je Suis Paris y dejan enterrados los lamentos por el pueblo sirio, palestino, libio, saharaui o en este caso la comunidad chiita de Nigeria No vale más un francés que un palestino o un yemení, no vale más un muerto parisino que uno de Zaria en el norte nigeriano y sin embargo el colonialismo y servilismo nos sigue dominando.
Siempre los países ricos han tratado de doblegar a los países pobres o en vías de desarrollo, mediante sus recetas económicas y fundamentalmente sus aparatos ideológicos como el internet, el cine y la televisión a tal grado se ha dado ello que muchas de estos monopolios se han comprado muchos medios de comunicación (cadenas, redes y corporaciones) para que de esta manera las negociaciones debajo de la mesa sean higienizadas y purificadas mediante estos aparatos que en definitiva sedan y silencian haciéndonos creer que ellos son buenos y de que las políticas económicas e ideológicas son la única alternativa que puede salvar a la sociedad y al mundo.Una de estas recetas es el Consenso de Washington aquel que fue elaborado en 1989 como una alternativa, que si bien no es oficial muchos estados en especial  EEUU, han tratado de aplicarlos directamente sobre las economías latinoamericanas mediantes sus organizaciones “económicas”; tales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), El Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial de Comercio (OMC), haciendo creer que esas políticas son las más adecuadas para salvar las economías que según ellos están colapsando.
En un período histórico donde el Islam sufre ataques de diversos frentes, destacando en ello una enorme campaña comunicacional, que intenta desvirtuar la esencia de esta milenaria e influyente cultura, el líder religioso Iraní Ayatolá Seyed Alí Jamenei dio a conocer una carta, la segunda en este año 2015 dirigida a la juventud del mundo occidental. Una carta de suma importancia publicada en un momento oportuno y con una profunda percepción de la realidad actual.El objetivo central de esta misiva, surgida en el marco de un Oriente Medio convulso tras las agresiones terroristas contra Siria e Irak, como también atentados terroristas que han causado víctimas en Beirut, Bangkok, Mogadiscio, Ciudad de Kuwait, Túnez, Ankara, Maiduguri, Paris, Susa, uniendo en el dolor a millones de ciudadanos de países tan diversos como El Líbano, Túnez, Tailandia, Nigeria, Mali, Francia, Dinamarca  y en forma crónica en los territorios palestinos ocupados por la entidad sionista, que sufre el terrorismo hace ya 70 años.
Los amargos acontecimientos que provocaron el terrorismo ciego en Francia, una vez más, me han motivado a dialogar con vosotros los jóvenes. Para mí resulta lamentable que tales acontecimientos generen estas intervenciones, no obstante, es una realidad que si estos asuntos dolorosos no preparan el terreno para encontrar una solución y un motivo para que nos pongamos a pensar juntos, los daños serían mayores...Cualquier persona que sepa de amor y humanidad, se siente consternada por tales escenas, sea en Francia, Palestina, Irak, Líbano o Siria. Seguramente, los mil millones y medio de musulmanes del mundo comparten este sentimiento y repudian a los artífices y perpetradores de tales tragedias.
En 1977 la Asamblea General de las Naciones Unidas, pidió que se observara anualmente el 29 de Noviembre como el día Internacional de Solidaridad con el pueblo de Palestina (resolución 32/40). Ese día, en 1947, en que la Asamblea había aprobado la resolución 181 (II) sobre la partición de Palestina.A tal efecto, este día se llevó a cabo el plan de partición aprobado por la Asamblea General de Naciones Unidas, el 29 de noviembre de 1947; es decir la partición de Palestina en dos Estados soberanos uno judío y el otro árabe, junto con el área de Jerusalén, Belén incluida, la que debía quedar bajo la administración de Naciones.
""Quien cava una fosa para su hermano cae en ella"", dicho del profeta Muhammad, la bendición y la paz sean con él y con su Descendencia.Las declaraciones de algunas autoridades de potencias occidentales en las que reconocen haber creado a Al Qaida o ISIS, son soslayadas por la gran prensa que tiende a recargar el peso de la responsabilidad de la existencia de estos grupos terroristas en el mundo islámico y en los musulmanes. Pero, ¿quién apoya a estos grupos con logística del más alto nivel; cómo pueden vender el petróleo del norte de Irak a través de Turquía según denuncian Siria y los rusos, sin que nadie pueda impedirlo? ¿Cómo hacen en Francia unos cuantos inadaptados para poner en jaque todo el sistema de seguridad y moverse con armas de guerra Kalishnikof y explosivos en un país que decía estar en alerta plena ante la amenaza inminente de un ataque terrorista? ¿Cómo entran miles de personas provenientes de Europa a Siria para luchar contra su gobierno y su pueblo, nadie los ve ni en Europa, ni en Turquía o Jordania, aliados de las potencias occidentales? ¿Qué pasa con los satélites de la OTAN, tan activos en la invasión a Irak y tan ciegos hoy?
Para garantizar al mundo “una fuente de energía limpia y accesible”, como el gas, además para permitir un precio justo del gas que esté asociado a la evolución del precio del petróleo y al desarrollo sostenible en armonía con la Madre Tierra, y entre otras temáticas determinar la posibilidad de “levantar varias sanciones impuestas injustamente por Estados Unidos, la Unión Europea y otros Organismos de la Comunidad Internacional”; la III Cumbre del Foro de Países Exportadores de Gas (FPEG), arrancará este lunes 23 de noviembre en la capital de la República Islámica de Irán, Teherán.
Las condenas se suceden, a porfía. Una masacre inhumana. Un atentado contra la humanidad. Una profanación, una blasfemia. Todas las palabras de condena llevan razón. Pero ¿por qué no reprobamos por igual cuando son otros los que mueren: en Alepo, en Bagdad, en Kabul, en el Mediterráneo, muertos sin número en lugares sin fin? ¿No valen, no duelen por igual todos los muertos? Pronto olvidaremos también a los muertos de París, y seguiremos condenando nuevas masacres. ¿De qué servirá si no nos preguntamos el por qué y el adónde? ¿Por qué estamos donde estamos?Se suceden también las declaraciones de guerra. Me inquieta profundamente la primera reacción del gobierno francés: los bombardeos de Raqqa. ¿Acaso intimidarán nuestras demostraciones de fuerza a los que no conocen el miedo? “Es el combate de la civilización contra la barbarie. Venceremos al terrorismo”, proclaman, mientras la industria de las armas se frota las manos.
Tras el ataque a Beirut el mundo no se solidarizó con el pueblo libanés, y menos aún los grandes medios de comunicación occidentales que sacaron a la calle a sus corresponsales para criticar la acción terrorista que dejó 44 muertos.""El día 13 de noviembre dos explosiones llevadas a cabo por atacantes suicidas sacudieron Ain al-Sikke, ubicado en Bourj el-Barajneh, un barrio periférico al sur de Beirut, la capital de El Líbano – habitado mayoritariamente por creyentes chiitas -. Este atentado, reivindicado por EIIL – Daesh en Árabe – sacudió esta ciudad del levante mediterráneo y causó la muerte de 44 personas y 250 heridos"".Los ataques en Beirut se llevaron a cabo en el marco de lucha contra las fuerzas terroristas takfirí, principalmente Daesh y el Frente Al-Nusra (filial de Al-Qaeda), encabezadas por el Ejército de El Líbano y del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano - Hezbolá - en la región libanesa de Arsal, cerca de la frontera con Siria. 
Las actuales noticias referidas a los múltiples atentados que sacudió a Francia en un solo día, más específicamente, el “Viernes negro en París”; donde se cobraron la vida de más de 125 personas, y 352 heridos, el viernes 13 de noviembre, nuevamente hacen crecer la islamofobia existente en Occidente, atribuyendo a que la “violencia islamista golpea París en un ataque múltiple sin precedentes”; así por ejemplo titula un artículo del periódico “Rebelión”.“Más de un centenar de personas han muerto según fuentes policiales en al menos 7 ataques en diferentes puntos de París el pasado viernes por la noche. Un secuestro en la sala de conciertos Bataclam, ha acabado con un asalto de la policía y la muerte al menos de dos terroristas, al mismo tiempo se ha registrado al menos un ataque suicida en los exteriores del Stade de France, donde se disputaba un Francia-Alemania, en el que estaba presente Francois Hollande”.