Sucesos político-sociales después del fallecimiento del Profeta del Islam; La gran prueba para los musulmanes

Por: Allama Baqir Sharif Qurashi

Ningún escritor, no importa lo hábil que sea describiendo los minutos de la historia y analizando los eventos puede describir, exacta y profundamente el desastre y la sedición que atacó a la nación islámica después de la partida de profeta como ha sido descrita por el Corán en la siguiente aleya:

وَمَا مُحَمَّدٌ إِلاَّ رَسُولٌ قَدْ خَلَتْ مِن قَبْلِهِ الرُّسُلُ أَفإِيْن مَاتَ أَوْ قُتِلَ انْقَلَبْتُمْ عَلَى أَعْقَابِكُمْ وَمَن يَنْقَلِبْ عَلَى عَقِبَيْهِ فَلَن يَضُرَّ اللَّهَ شَيْئاً وَسَيَجْزِي اللّهُ الشَّاكِرِينَ

Muhammad no es sino un enviado, antes del cual han pasado otros enviados. Si, pues muriera o le matarán ibais a volver atrás quien se vuelva atrás no causará ningún daño a Dios y Dios retribuirá a los agradecidos.” (Corán 3:144)

Desde el mismo momento en el que el Profeta (PB) falleció y aún no había sido enterrado, serios desacuerdos tuvieron lugar entre los musulmanes. Debido se establecieron diferentes grupos luego de la muerte del Profeta (PB). Los siguientes son algunos de estos:

Los alawitas

Ellos fueron la familia del Profeta (PB) bajo la comandancia del Imam Ali (P), el jefe de la pura progenie, la puerta de entrada a la ciudad del conocimiento del Profeta (PB), y el padre de sus dos nietos. Éste fue Amir al-Mu’minin a quien el Profeta (PB) homenajeo el día de Gadir Jumm y lo nombró califa después de él. El mejor de los compañeros del Profeta (PB), otros como Ammar ibn Yasir, Abu Darr, Salman el Persa, y muchas otras personas confiables y religiosas siguieron al Imam Ali (P).

El Grupo de Quraish

Éste incluye compañeros famosos tales como: Abu Bakr, ‘Umar, Abu Ubaydah ibn al-Jarrah, y Jalid ibn al-Walid. Éste grupo representaba la opinión de las personas de Quraish en la Meca. Algunos de los ansar tales como: Bashir ibn Sa’d ibn Tha’alabah al-Kahzrayi y otros se unieron a este grupo. Ellos decían que el califato era su derecho, porque el Profeta (PB) pertenecía a la tribu de Quraish. Estas personas ni siquiera fueron al funeral y no participaron de la oración del difunto ni del entierro, porque estaban ocupados en la conferencia de Saquifa.[1]

El Grupo de los ansar

Los ansar[2] fueron el pilar de la fuerza armada islámica que fue construido sobre su Yihad y sacrificio. Estos eran de dos corrientes los Aws y Jazraÿ.

Estas dos tribus se habían enemistado, se odiaban y derramaron sangre antes de la inmigración del Profeta (PB) a Medina. La última guerra entre ellos fue la guerra de Bughath, seis años antes de la inmigración del Profeta (PB) hacia ellos. Cuando el Profeta (PB) migró a Medina trató de la mejor manera de expandir el amor y la paz entre estos, sin embargo, los rencores estaban escondidos dentro de ellos y aparecieron el día de la Saqifa. Yudhayr ibn Usayd el jefe de los Aws se llenó de rencor en contra de Sa’d ibn ‘Ubadah cuando los ansar se nominaron para el califato, le dijo a su gente:

“Si ustedes le dan el califato a Sa’d una vez, nunca lo dejará y ustedes no lo volverán a ver, así que levántense y denle su voto a Abu Bakr…”[3]

Sin embargo, este grupo fue eficaz después de la muerte del Profeta (PB). Hablaremos acerca del acontecimiento que condujo a la gran prueba que trajo el mal a los todos los musulmanes a través de la historia.

LA CONFERENCIA DE LA SAQIFA

En la historia del Islam, no hubo un evento más peligroso y perjudicial para el Islam y los musulmanes que éste. Fue la piedra angular del deterioro de la nación, el desastre y la calamidad que los musulmanes sufrieron y aún hoy sufren. Las fantasías políticas y el espíritu fanático de los partidos se diseminaron y los intereses personales prevalecieron por encima de los intereses de la nación.

La reunión de la Saqifa fue el inicio del desastre que afligió a la nación islámica. El califato fue arrebatado de la gente con el derecho legítimo, bien calificada y entregado a los omeyas, los archienemigos del Islam. Y dentro de los penosos eventos que resultaron en la Saqifa tenemos el desastre de Karbalá, donde la Descendencia pura del Profeta (PB) fue asesinada de una manera bárbara y salvaje.

Los ansar, realizaron su conferencia en la Saqifa de Bani Sa’idah inmediatamente después de la muerte del Profeta (PB). Ellos ni siquiera esperaron a que el Profeta (PB) fuera enterrado, lo que da a pensar que:

Primero, ellos vieron la actividad política de los Muhayirines[4] y arrebataron el califato de la familia del Profeta (PB). Los muhayirin se rehusaron a unirse al ejército de Usama porque ellos sabían el propósito del Profeta (PB) al enviarlos con este ejército, el cual era dejar a Medina sin los compañeros del Profeta (PB) después de su muerte para que el Imam Ali (P) asumiera el califato fácilmente y sin problemas. Por esto, se rehusaron a unirse a Usama a quien el Profeta (PB) había designado como líder del ejército para que marchara hacia Siria. ‘Umar dijo a Usama: “¿El Mensajero de Dios (PB), está muriendo y tú eres el emir sobre mí?”

Los muhayirin negaron el voto que el Profeta (PB) había dado al Imam Ali (P) en Gadir Jumm para ser el califa después de él, ellos dijeron: “Muhammad creía que este asunto (el califato) ya se había solucionado para su primo. Qué lejos estaba, esto no se había cumplido”.[5]

Ellos difundieron lo que surgió en dicha reunión y las noticias de la misma llegaron a los ansar. Estos también negaron el hecho de que la profecía y el califato se reunieran en una misma familia. Cuando el Profeta (PB) murió ‘Umar anunció ante la gente, la profecía y el califato no deben estar en una misma casa (familia).

Negaron que la profecía y el califato estuvieran juntos en una misma casa, la cual fue el centro de la revelación, sabiduría y fe, fue así como lo quisieron. El califato fue expropiado de Ahlul Bait (P), lo entregaron a las manos de los oponentes del Islam; los omeyas y los Abasidas quienes gobernaron de una manera contraria a lo que Dios quería, cuyos palacios eran lugares de corrupción, bebida, canto, baile y todos estos pecados; mientras que Ahlul Bait (P) que fue comparado con el Corán, era tratado cruelmente y sus cabezas fueron incrustadas en las puntas de las lanzas, sus mujeres hechas cautivas de un país a otro. Esto fue lo que Quraish quería para vengarse del Profeta (PB) a través de su descendencia.

Segundo, los ansar estaban seguros de que si los muhayirin tomaban el poder, los subyugarían y los oprimirían como venganza. Al-Hubab ibn al-Munthir, uno de los jefes de los ansar declaró diciendo: “…Pero tememos que aquellos a quienes nosotros hemos asesinado sus hijos, padres y hermanos, puedan asumir el califato”.[6]

Actualmente la predicción de Al-Hubab se convirtió en realidad. Tan pronto, como el corto gobierno de los primeros cuatro califas terminó, el califato fue tomado por los omeyas quienes exageraron en el sometimiento y opresión en contra de los ansar y los privaron de todo hasta dejarlos en la miseria. Mu’auwiyah tomó una venganza excesiva contra ellos, luego cuando su hijo Yazid asumió el califato, no escatimó en el esfuerzo para ofenderlos, violó sus propiedades, su sangre y su honor; en la batalla de Al-Harrah que la historia raramente cita, un evento tan cruel como este.

El discurso de Sa’d

Cuando los ansar se reunieron en la Saqifa Sa’d ibn Ubadah el jefe de la tribu de Al-Jazraÿ inició diciendo este discurso:

“Oh gente de los ansar, ustedes han tenido un favor en la religión y un mérito en el Islam que ningún otro de los árabes ha tenido. Muhammad (Dios lo bendiga a él y a su descendencia) permaneció entre ustedes por más de diez años invitándoles a adorar al Misericordioso y a abandonar la idolatría, pero solo unos pocos creyeron en él. Ellos no podrían defenderlo, ni potencializar su religión o prevenir un mal. Pero cuando Dios quiso favorecerlos, Les envió un honor a ustedes, dotándoles con una bendición conferida a de Su parte y Su Mensajero, defendiéndole (al Profeta) y a sus compañeros, apoyándolo a él y a su religión; y peleando en contra de sus enemigos. Ustedes eran los fuertes en contra de sus enemigos hasta que los árabes se sometieron a la orden de Dios, queriéndolo o no y ahora cedieron servilmente a su Mensajero por sus espadas. Dios hizo que el Profeta (PB) muriera, mientras estaba complacido con ustedes… ustedes deberían haberse adherido a este asunto (califato) porque es de ustedes y no de los otros…”[7]

Este discurso demuestra la gran confrontación y Yihād que los ansar dieron al Islam y lo defendieron en contra de sus enemigos. Ellos fueron la estructura del ejército islámico mediante la cual Dios había dotado a los musulmanes con la victoria; por esto, eran más merecedores de la sucesión del Profeta (PB) que otros.

Este discurso también censura a la gente de Quraish por combatir al Islam y tratar de apagar su luz hasta que el Profeta (PB) fue obligado a emigrar a Medina. El estado islámico que el Profeta (PB) había establecido fue construido por las manos de los ansar, el esfuerzo y el Yihad y por esto ellos eran más dignos de la sucesión del Profeta (PB).

Sa’d manifestó que ignoraba totalmente el desastre que había afligido a los musulmanes por la causa del Profeta (PB), no prestó atención a eso mientras confrontó a los ansar y al resto de los musulmanes por esta calamidad y frente a todos consoló a la familia del Profeta (PB) que amargamente sufrían esta gran pena.

Sa’d fue también culpado porque ignoró el asunto concerniente al califato de la progenie quienes habían sido igualados al Corán por el Profeta (PB), este a menudo declaraba. Sa’d no se refirió al liderazgo del Profeta (PB). A la puerta de la ciudad del conocimiento, al padre de sus dos nietos Amir Al-Mu’minin quien era el mejor de todos los musulmanes después del Profeta (PB) y desde la reunión de la Saqifa la familia del Profeta (PB) empezó a sufrir toda clase de infortunios y calamidades.

Sa’d estaba demasiado equivocado y lejos de reconocer el derecho de Ali (P), a lo que no tuvo ninguna excusa, por esto recibió la recompensa por sus malos actos, tan pronto como Abu Bakr asumió el gobierno, empezó a ser perseguido y se le impuso una fuerte vigilancia hasta que lo obligaron a emigrar de Medina a Siria. No obstante Jalid ibn al-Walid con uno de sus compañeros lo siguió y lo acecharon hasta que lo asesinaron a puñaladas y tiraron su cuerpo a un pozo. Luego ellos dijeron que los Yines (Genios) lo habían matado. Es muy raro, que los políticos de aquella época hicieran uso de yines para lograr sus propósitos políticos, e infortunadamente la gente inocente y simple creyó lo que estos hombres decían, es decir, que los yines lo habían asesinado.

Mientras los ansar estaban en la Saqifa, discutiendo el asunto del califato y la nominación de Sa’d como califa, Uwaym ibn Sa’idah al-Awasi y Ma’n ibn Adiy abandonaron la Saqifa sin que nadie lo notará. Ambos eran seguidores de Abu Bakr y de su partido y tenían rencor en contra de Sa’d, fueron y le dijeron a Abu Bakr y a ‘Umar, de lo que estaba pasando en la Saqifa, Abu Bakr y ‘Umar acompañados por Abu ‘Ubayda ibn al- Ÿarrah, Salim el protegido de Abu Huthayfah, y un grupo de los muhayirin se apresuraron a la conferencia y sorprendieron a los ansar en su Saqifa, los ansar estaban atónitos y Sa’d cambio de color por el temor de que él y su grupo, los ansar, pudieran perder el califato, porque él sabía la debilidad y la desunión que existía entre ellos. Y en verdad fue así. Todo los planes de Sa’d colapsaron y sus esperanzas se desvanecieron.

El discurso de Abu Bakr

Después de que los muhayirin irrumpieron en la conferencia de los ansar, ‘Umar quiso empezar a hablar con ellos, pero Abu Bakr le pidió que no lo hiciera, porque él sabía la dureza de ‘Umar, la cual no encajaría en esta situación llena de diferencias. La paciencia y el buen hablar debían ser usados para ganar en esta situación; por ésto Abu Bakr se dirigió los ansar sonrientemente diciendo:

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[1] Saqifa significa un cobertizo. La mayoría de los compañeros del Profeta se habían reunido en el cobertizo de Bani Sa’ida ese día para elegir un califa después del Profeta, aunque el Profeta había designado al Imam Ali (P) para esta posición y lo había anunciado antes a los musulmanes en muchas ocasiones.

[2] Los Ansar (ayudantse) eran de la gente de Medina que recibieron, creyeron y asistieron al profeta y fueron sus compañeros después de la inmigración a la Meca.

[3] Tareekh Ibn Atheer, Vol. 2, P. 224

[4] Los Muhajirines (inmigrantes) fueron los primeros musulmanes que emigraron de Meca a Medina.

[5] La vida del Imam Al-Husain ibn Ali, Vol. 1, P. 235

[6] Ibíd., P. 236

[7] Tareekh At-Tabari, Vol. 3, P. 307, Al-Kamil fit-Tareekh, Vol. 2, P. 222

 

 

[1] Saqifa significa un cobertizo. La mayoría de los compañeros del Profeta se habían reunido en el cobertizo de Bani Sa’ida ese día para elegir un califa después del Profeta, aunque el Profeta había designado al Imam Ali (P) para esta posición y lo había anunciado antes a los musulmanes en muchas ocasiones.

[2] Los Ansar (ayudantse) eran de la gente de Medina que recibieron, creyeron y asistieron al profeta y fueron sus compañeros después de la inmigración a la Meca.

[3] Tareekh Ibn Atheer, Vol. 2, P. 224

[4] Los Muhajirines (inmigrantes) fueron los primeros musulmanes que emigraron de Meca a Medina.

[5] La vida del Imam Al-Husain ibn Ali, Vol. 1, P. 235

[6] Ibíd., P. 236

[7] Tareekh At-Tabari, Vol. 3, P. 307, Al-Kamil fit-Tareekh, Vol. 2, P. 222

 

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[1] Saqifa significa un cobertizo. La mayoría de los compañeros del Profeta se habían reunido en el cobertizo de Bani Sa’ida ese día para elegir un califa después del Profeta, aunque el Profeta había designado al Imam Ali (P) para esta posición y lo había anunciado antes a los musulmanes en muchas ocasiones.

[2] Los Ansar (ayudantse) eran de la gente de Medina que recibieron, creyeron y asistieron al profeta y fueron sus compañeros después de la inmigración a la Meca.

[3] Tareekh Ibn Atheer, Vol. 2, P. 224

[4] Los Muhajirines (inmigrantes) fueron los primeros musulmanes que emigraron de Meca a Medina.

[5] La vida del Imam Al-Husain ibn Ali, Vol. 1, P. 235

[6] Ibíd., P. 236

[7] Tareekh At-Tabari, Vol. 3, P. 307, Al-Kamil fit-Tareekh, Vol. 2, P. 222