“Comed de lo lícito y de lo bueno que Dios os ha proveído y agradeced  la Gracia de Dios, si es a Él solo a Quien servís”. [Corán: 16:114]Dios, El Todopoderoso, en Su misericordia, amor y esmero, nos provee de talentos y nos hace dignos de usarlos. Entre todas las criaturas, incluso los ángeles, ninguna es plausible, capaz, ni está lista para recibir dichos talentos.
Sin tener en cuenta la negligencia que existe en las dos visiones de los derechos humanos, la islámica y la occidental, en este artículo nos abocaremos a encontrar las similitudes y diferencias entre lo que se conoce como ‘derechos humanos occidentales’ reflejados en la Declaración de los Derechos Humanos, así como sus convenios adjuntos, y lo que es llamado ‘derechos humanos islámicos’. Sin embargo, ...
Lo que no informaron los medios es sobre la existencia de un obstáculo en cuanto a manejar, y es que, al obtener la licencia para conducir, el marido es quien debe autorizar si su esposa es capaz y digna de conducir; y tampoco ella podrá comprar un automóvil para hacerlo, pues solo podrá adquirir un vehículo si obtiene el permiso oficial de un hombre, sea su hermano, padre o esposo. 
Esta etapa comienza el día de la ocultación mayor del Imam Al-Mahdi (que Allah apresure su aparición) en el año 329 H., con­cluyendo en tiem­pos del gran Faqih e ilustre sabio, el Shaij Al-Mufid (santificada sea su mo­rada) en el año 413 H., al ocurrir su muerte. La duración de esta etapa fue de más de setenta años. En este pe­ríodo, los sabios se esme­raron por preservar el le­gado de los Imames (P) de la in­filtración y la tergiversación, te­niendo en cuenta el incremento de los ene­migos y opositores que tanto de día como de noche, y tanto oculta como abiertamente, inten­taban producir discre­pancias y di­visión, falseando hadices y cambiando las normas.
El Islam ve al individuo en toda su dimensión, lo cual significa que considera primero su relación con Allah y luego su relación con las criaturas de Allah. Lo importante para el individuo en su relación con Allah es que alcanza la salvación, o en otras palabras, que sigue la guía de Allah, la cual se basa en la Misericordia y se orienta hacia lo mejor de los intereses humanos. En resumen, el Islam le quita valor a la perspectiva individual, dado que los seres humanos por sí mismos y mientras viven no pueden ver nada aparte de sus propios intereses inmediatos. Pero esta desvalorización del individualismo no es una devaluación del individuo, sino que, por el contrario, le da la máxima importancia, dado que apunta a su felicidad en el otro mundo.
Cuando se discutía el primer artículo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el delegado brasileño propuso que la parte del primer artículo que dice “y, dotados como están de razón y consciencia, deben actuar fraternalmente los unos con los otros”, fuera escrito como “Dios creó igual a cada uno y concedió el intelecto y la consciencia”, pero los representantes de algunos otros países estuvieron en desacuerdo y dijeron que no debería mencionarse a Dios y las leyes divinas en documentos relacionados a las Naciones Unidas y así el nombre de Dios fue eliminado del artículo mencionado.
La cristianización de Roma y con esto la consolidación del dominio papal, trajeron aparejados la expansión de las ideas judeo-cristianas y el triunfo de una sociedad patriarcal. La figura del hombre como centro del mundo se entronizó, dejando a un lado, no solo a la mujer, sino también el carácter femenino de la Existencia.
El otro día me preguntaron si es que las mujeres en Irán son esclavas que sólo se quedan en casa a cuidar a los hijos y si están sometidas a su esposo;  esa misma pregunta me la hicieron muchas veces, refiriéndose a la mujer musulmana (sea iraní, paquistaní, árabe, turca; etc.…) como sinónimo de sometimiento, de servilismo. Es que deja mucho que pensar el ver a las mujeres siempre haciéndose cargo de sus hijos y no el hombre, el deber de cocinar, el de arreglarlo todo y también estudiar o trabajar y obviamente atender al marido entre otras cosas más; pues la primera impresión a primera vista es esa. Pero si vamos investigando e indagando nos daremos cuenta que la realidad es otra.
Desde la época de su apa­rición en la resplandeciente ciu­dad de Me­dina, la jurisprudencia is­lámica ha tenido diferentes pro­ce­sos en su evo­lución y ha sido tes­tigo de diversas etapas que po­demos clasificar de la siguiente manera:La Primera Etapa: La Etapa de la Legislación y su Anuncio.Esta etapa comienza en el día en que al Mensajero de Allah (BP) le fue conferida la profecía en la enno­blecida ciudad de la Meca, cuando tenía cuarenta años de edad, y duró hasta el día de su falleci­miento en la ciudad de Medina 23 años después. Este período ter­minó en el año 10 de la Hégira, ya que residió en la Meca durante aproximadamente trece años hasta que emigró a Medina llegando a ella el Lu­nes 11 de Rabi‘ul Auwal después de haber estado oculto tres días en la cueva. La emigración (Hiyrah o Hégira) del Profeta (BP) marca el comienzo del ca­lendario Islámico lunar, y al re­sidir en Medina alre­dedor de diez años hasta ser con­vocado y aceptar el llamado de su Señor el Lunes 28 del mes de Safar del 11 H., el total de esta etapa llega a ser lo que señalamos anterior­mente.
Como señalamos en las páginas anteriores, la vida marital debería empezar con la buena fe y debería seguir felizmente bajo el manto del amor, la tolerancia y el auto sacrificio. Pero prácticamente hablan­do, no en todos los casos el contrato matrimonial y la relación conyu­gal continúa su existencia hasta el fin de las vidas. En ciertos casos se vuelve imposible para las dos partes vivir juntas en paz y armonía por distintas razones, como ser la emergencia de diferencias profundas no advertidas y cosas por el estilo.