La Esclavitud Desde las Perspectivas Islámica y Occidental

El tráfico de esclavos en África Oriental

Al·lâmah Saîied Said Ajtar Riz

 

Al igual que en África Occidental, el tráfico de esclavos en África Oriental se hizo famoso y se estableció sólidamente con el apoyo y el esfuerzo de la Europa Cristiana. El señor E.A Alpers escribe en su libro African Slave Trade: “Por medio de los Portugueses se puede obtener evidencia sólida de que el tráfico de esclavos no era común en África Oriental antes del siglo XVIII. Es una realidad el que los portugueses, como pioneros del tráfico de esclavos en el Atlántico habrían intentado explotarlo en el África Oriental si lo hubieran visto ganancioso. Pero las primeras crónicas de los portugueses únicamente mencionan el tráfico superficialmente. Eran muchos más importantes los comerciantes de oro y marfil hacia Arabia e India. Fue hacia estos productos que los invasores portugueses dirigieron su atención a lo largo de los siglos 16 y 17, no solamente en las Costas de Kenia y Tanzania, sino también en Mozambique y Zimbabue. La cera y el ámbar parecían ser más importantes que los esclavos en esta época. A diferencia de los colonialistas en las Américas, los portugueses nunca desarrollaron ninguna clase de economía de sembradío en India. El tráfico de esclavos portugués desde Mozambique hasta la India escasamente llegaba a mil personas en un año, y generalmente era menos de la mitad de esa cifra. En cuanto a Brasil, fue ilegal hasta 1645 y no se buscó seriamente sino hasta comienzos del siglo XIX. Ya en 1753, cuando se establecían los pilares del nuevo tráfico de esclavos en África Oriental, hubo un total de 1399 Africanos esclavos en toda la India Portuguesa.

¿Cuáles eran estos Pilares? A pesar del prolongado contacto Árabe con África Oriental y su intento en promover el tráfico de esclavos con los franceses, según personalidades oficiales, más de 1000 esclavos eran exportados cada año. Francia, por medio del contrabando, para evitar los impuestos que eran gravados en Mozambique, posiblemente elevaba la cifra anual al menos a 1500. Una cifra similar posiblemente obtenida en Ibo durante esta década. A partir de este momento los portugueses se comprometieron con una política de esclavización en Mozambique, Ibo y después en Quelimane, cerca de la boca del Rivo Zambezni, donde ya no habría marcha atrás hasta su abolición.

El tráfico de esclavos se acentuó en la década de los ochenta, especialmente después de finalizar la guerra de independencia de los Estados Unidos. Durante la década de los setenta, unos cuantos esclavistas franceses aventureros se habían hecho cargo de Mozambique y de las Antillas, ya que era muy desventajoso buscar su carga a lo largo de la Costa de Guinea. Ahora, en tiempos de paz, con mayor competencia en África Occidental, se abría un camino para el crecimiento agigantado del tráfico de esclavos hacia América desde África Oriental. Al mismo tiempo los buques portugueses comenzaron a jugar un papel aunque secundario muy activo en el tráfico hacia la Isla de la Macarena. Registros oficiales de Mozambique muestran que desde 1781 hasta 1794 fueron embarcados un total de 46461 esclavos en las embarcaciones Portuguesas y extranjeras, casi en su mayoría francesas. Podemos hablar de que un mínimo14 de 4000 esclavos anualmente deben haber zarpado desde Mozambique durante ese periodo.”

“Fue en este punto de encuentro que los árabes le dieron un apoyo a aquellos cristianos esclavistas. El mismo autor dice, “Después de que los árabes Omani respondieron al llamado de algunos gobernantes Suajili de los pueblos de la Costa y con su ayuda en 1698 lograron desalojar a los Portugueses de Mombasa y otros reductos, ellos mismo en si eran muy débiles para poder hacer algo más que molestar y robar al mismo pueblo que había pedido su ayuda. Pero después de que la familia Busaid derrocara a los Yorubi y establecieran su gobierno en Omán cerca de 1744, fueron capaces de iniciar una explotación económica efectiva del pueblo de África Oriental. Al igual que los mercaderes anteriores de las costas, principalmente les interesaba el marfil, por lo que a partir de esto podemos detectar un aumento constante en el tráfico de esclavos.

“Sin embargo, no existen estadísticas exactas del volumen del tráfico de esclavos hecho por los árabes en el siglo 18. El primer indicio que existe se halla en un esclavista Francés llamado Jean Vincet Morice, que tráfico tanto en Zanzíbar como en Kilwa, el puerto esclavista más importante sobre la costa en la década de 1770. El 14 de septiembre de 1776 Morice hizo un pacto con el Sultán de Kilwa para la compra anual de 1000 esclavos. Había comprado 2325 esclavos para exportarlos en tres viajes a Zanzíbar y Kilwa antes de firmar el tratado. Morice no nos dice que cantidad de esclavos se llevaban los árabes de la costa cada año, pero claramente veía todo esto como un gran negocio para el promedio francés. Parece lógico pensar que como mínimo 2000 esclavos al año eran traficados por los árabes en este periodo. Aunque los franceses no tenían el dominio del tráfico de esclavos aquí como si lo tenían en Mozambique, actuaban como un estímulo de suma importancia para la demanda de esclavos en una época en la que el tráfico árabe se encontraba en aumento. Los esfuerzos de los franceses persistieron a lo largo de la década de 1780, pero al final del siglo es posible que eso se halla vuelto de mucha menos importancia que el tráfico de los árabes.

“Nuevos factores dieron origen a la elevada demanda de esclavos del África Oriental durante el siglo XIX. Se dio una elevada influencia en el tráfico de esclavos hacia Brasil en las Costas Portuguesas. Esto debido a salida de la familia Real Portuguesa desde Lisboa hacia Brasil en tiempos de las guerras Napoleónicas. Se hicieron concesiones especiales a los brasileros y en poco tiempo floreció el tráfico de esclavos alrededor del Cabo de la Buena Esperanza en Mozambique.”15

“Es un hecho muy aceptado entre los historiadores de confianza del África Oriental que las rutas del trafico lejanas entre el continente y la costa fueron establecidas particularmente por iniciativa Africana. En otras palabras, las rutas fueron diseñadas por los africanos, desde el interior del continente hacia la costa, no por los árabes, ni los Swahilis, partiendo desde la costa hacia lo desconocido, el interior hostil. Los traficantes Swahilis solo comenzaron a abandonar la seguridad de la costa a mediados del siglo XVIII, y así viajaron a lo largo de las rutas ya establecidas desarrolladas décadas anteriores. Únicamente en el siglo 19 se atrevieron los traficantes Árabes a seguir esta pista.”16

“Los Yao quienes se convertirían en los traficantes de esclavos más consagrados en el África Oriental, ya contaban con una gran tradición en el transporte de marfil y de otras mercancías de índole legal hacia las costas, décadas antes de que la fusión de demanda de esclavos Árabe Francesa tuviera lugar.”17

 “En África Occidental estas rutas eran conducidas hacia el interior del continente desde la costa por africanos cuyo objetivo principal era capturar esclavos. Al inicio fueron esclavos quienes dominaron el tráfico en África Occidental. En África Oriental no caló ninguna de estas condiciones. El tráfico de esclavos debe visualizarse como un tráfico bien establecido, rentable y que sobrepasara al marfil. Es de suma importancia recordar esto ya que la región sureña fue la primera reserva para el tráfico de esclavos del África Oriental.”18

El señor Alpers concluye lo siguiente: “Debe quedar claro hoy en día que el viejo concepto estereotipado de que la mayoría de los esclavos eran atrapados por pandillas merodeadoras de árabes y Suajilis es otro de los mitos que han tomado raíz en cuanto al tema del tráfico de esclavos en África Oriental concierne. No podemos errar subestimando el papel que jugaron estos individuos en este negocio.”19

De nuevo debo enfatizar que mi objetivo no es ridiculizar los esfuerzos de un puñado de moralistas opositores acérrimos a la esclavitud. Lo que quiero demostrar es que sus esfuerzos no pudieron tener éxito sino hasta cuando la presión económica obligó a Gran Bretaña, primero a restringir el tráfico de esclavos y luego a abolirlo.

Por supuesto, cuando Gran Bretaña se propuso abolir la esclavitud, no podía proclamar públicamente que lo hacía para competir en contra de los industriales Franceses. Tenía que hacerlo ver como un tema ético y moral antes de que lograra forzar a otros gobiernos a seguir su ejemplo. Y así sucedió. Sabemos cómo Gran Bretaña libró guerras no para proteger su imperio económico y político, sino para “proteger la Libertad del Pueblo”. Lo mismo sucedió con su guerra en contra de la esclavitud. La moral, y la ética fueron temas únicamente de un manojo de moralistas impotentes. El verdadero tema en lo que concernía a los colonizadores y a los gobiernos era la economía.

El sufrimiento de los esclavos

Ya hemos visto lo que logró el Islam quitando el dolor y el sufrimiento de los esclavos y como, por primera y última vez en la historia fueron considerados como seres humanos con derechos ante sus amos. Ahora veamos de qué manera fueron tratados los esclavos a manos de los cristianos. Antes de hacer un recuento, debo dejar un punto bien claro; estos sucesos se refieren al sufrimiento de los esclavos durante el tráfico de estos en los últimos 5 siglos, cuando, como se dijo anteriormente, los cristianos iniciaron este comercio a una escala inimaginable. Como lo he mostrado en el último capítulo, los árabes también fueron participes en el último cuarto del siglo dieciocho.

Debido a que la mayoría de los sucesos sobre el tráfico de esclavos datan de este periodo, existen demasiadas descripciones muy reales de lo que fue se vio. Es así como muchos cristianos deben cargar con la responsabilidad de estos horrores a una escala mayor. Realizaron esta práctica por más de cuatro siglos, comparados con los árabes quienes únicamente se les unieron por un siglo bajo su incitación aunque muy voluntariamente.

Las víctimas fueron los pobres e indefensos africanos, hombres y mujeres de la Costa Oeste y Este de África y también de la parte baja del continente. Fueron tratados como ganados o utensilios o peor. Eran obligados a trabajar en condiciones inhumanas en las recientemente adquiridas plantaciones de sus amos, estos eran las potencias occidentales cristianas, quienes ya se habían apoderado de las islas a lo largo de Atlántico en el Nuevo Mundo y también en casa en Portugal y España, así como también los países de la Europa Centra del Sagrado Imperio Romano bajo el dominio espiritual de los Papas Católicos Romanos. Los horrores causados por el tráfico de esclavos se hicieron más pronunciados a finales del siglo XIX. Cada vez que se realizaba una cacería en una villa, todo lo demás era muerte y destrucción. Muchas personas morían defendiendo sus hogares y familias, o como producto de la hambruna y la enfermedad, lo que seguía después de tanta violencia.

Uno se estremece cuando piensa en los métodos diabólicos utilizados para capturar a los nativos africanos, separados de sus familias y tribus, transportados a un lugar lejano y tratados peor que animales. A continuación haremos un breve recuento a partir de la literatura escrita por los mismos autores Occidentales acerca de la forma en la que eran tratados los esclavos y la crueldad de los métodos utilizados por sus cazadores. Sus métodos eran típicos de ladrones y raptores, puesto que no eran guerreros. “Su práctica usual era rodear algunas villas que ya estaban reconocidas para ser su presa, así se acercaban silenciosamente durante la noche. Por lo general la villa se constituía de un grupo de chozas tejadas con hojas de palma de bambú, materiales muy inflamables que incendiaban sin remordimiento, usualmente durante la madrugada. En cuanto se despertaban sus habitantes ante el calor de las llamas, luchando por salir, eran rodeados y capturados. Si alguien se resistía era eliminado, puesto que los cazadores de esclavos eran hombres sin misericordia. No tenían consideración de los ancianos y niños, quienes eran asesinados inmediatamente porque no les eran de ninguna utilidad. Únicamente los hombres y mujeres, adolescentes eran esclavizados, dejando atrás los cadáveres y las cenizas de donde alguna vez habían tenido una vida de felicidad en un asentamiento prospero.

 “Aquellos capturados tierra adentro eran menos afortunados, porque tenían que caminar por mucho tiempo hasta llegar a las costas, una muy difícil caminata a través del denso bosque y el desierto estéril. Caminaban semidesnudos, sin protección alguna de las espinas y de las piedras puntillosas. Para evitar que se escaparan, ataban palos bifurcados muy pesados alrededor de sus cuellos y manos, y si algunos causaban problemas, era colocados en huecos en una tabla de madera tosca y sus tobillos era encadenados. Atados todos juntos por medio de cuerdas, las largas filas conocidas de esclavos, difícilmente lograban caminar hacia su terrible destino; ya que todos los africanos sabían que el hombre blanco se alimentaba de lo que obtenía por los negros capturados. Sus captores los conducían despiadadamente sin prestar atención a sus heridas y laceraciones, debilitando su energía debido a los múltiples azotes que recibían en el trayecto. Si alguno caía, era hecho a un lado; si alguien se enfermaba, era abandonado en el camino o como acto de generosidad, se le proporcionaba un golpe en la cabeza.”20

 “En buenas o malas condiciones, a pesar de la morbilidad y mortalidad, a pesar de las insurrecciones y los suicidios, cada año los barcos transportaban miles de esclavos hacia América y las Antillas. Llegaban en barcos de muchas naciones, por ejemplo, Francia, Holanda, Portugal y Dinamarca, pero más de la mitad eran transportados en barcos Ingleses que partían desde Bristol, Londres o Liverpool. Año tras año eran desembarcados enfermos, resignados, sin esperanzas y desarraigados por siempre de la tierra que los vio nacer. Nunca cambió la forma en que fueron sometidos y sus abusos fueron los mismos en todo el mundo de época en época. En América y las Antillas, al igual que en Roma, en Grecia o en los remotos comienzos de la historia, fue dividida la esclavitud en dos tipos: esclavitud doméstica y la esclavitud de las plantaciones.”21

Ahora, analicemos algunos fragmentos del libro “Freedom from Fear or the Slave And his Emancipation” de O.A Sherrar, para mostrar cómo y hasta qué punto las antiguas naciones Cristianas de Occidente ejecutaron el trato más inhumano a los indefensos africanos. El lector podrá también analizar sus viles conceptos y creencias acerca del ser humano cuya raza y color de piel era diferente a la de ellos.

“Desde una perspectiva histórica general, pasaron por dos etapas; en la primera cargando sobre sus hombros, igual que un Atlas paciente, las glorias de muchas civilizaciones muertas; y en la segunda etapa, mas desgraciada que en la primera, perdiendo ese honor vicario, y fracasando ante un estado de esclavitud en el que únicamente se beneficiaba la codicia individual. Su condición, especialmente en la segunda etapa, debió haber aterrado la conciencia de un mundo nominalmente cristiano, que quedaba con la mayor indiferencia ante lo ocurrido. La idea de la esclavitud estaba tan arraigada que nadie cuestionaba su práctica. Todas las naciones la toleraron o la disfrutaron.”22

“La carga que recaía sobre el esclavo de la plantación realmente era muy pesada. El trabajo que se le asignaba era, requería de destreza; tenía que cultivar una cosecha desconocida para él, en su gran mayoría, azúcar en las Antillas, algodón o tabaco en América y, con todo esto su trabajo era algo novedoso, soportaba una carga más pesada que la de aquellos en Grecia o en Roma o los sirvientes de Europa. Todo era extraño y nuevo para él; tenía que enseñársele sus nuevos deberes; tenía que ser sazonando (periodo de acoplamiento), este era el término utilizado. Seasoning era un eufemismo para una disciplina de mucho, la cual según los opositores a la esclavitud pasaban menos del 20 por ciento de aquellos que la experimentaban. Muchos morían, la disciplina era dolorosa y poco había que disminuyera tanta amargura y rudeza.23

Los esclavos tenían que experimentar diversos tipos de sufrimientos. El efecto acumulativo de todas las dificultades era desastroso. Refiriéndonos de nuevo al libro de Sherrar, “Esta era real la realidad del “acoplamiento”, porque más allá de toda duda una gran proporción de estos esclavos que murieron bajo su disciplina habrían muerto en cualquier momento de la travesía. La experiencia demostró que la gran mayoría de aquellos que a su llegada se encontraban muy débiles o consumidos, morían poco después fuese lo que hicieran. Las autoridades médicas confinaban por mucho tiempo a estos en algunos lugares para esclavos antes de ser embarcados, carentes de toda higiene y ventilación antes de unirse al gran grupo ya en el barco esclavista, así también los hábitos alimenticios y costumbres, y no menos, el cambio de clima.(Buxton, p. 188). Pero estaban de acuerdo en que había algo más, un malestar espiritual o psicológico, que describían, quizás un poco proféticamente como, como “el gran recuerdo de familiares y amigos, la cruel violación de todas las expresiones de cariño sagradas y sociales de un pueblo, la anticipada degradación de una esclavitud eterna. Esto añadido al sufrimiento físico usualmente quitaba los deseos de vivir, y el esclavo aprovechaba la primera oportunidad que tenía para acabar con su vida, o simplemente languidecía de nostalgia extrañando a los suyos y moría en este estado”. Hubo como mínimo cinco tipos de esclavistas y cinco formas de esclavitud con los africanos, el estilo Español, Francés, Holandés, Danés e Inglés, sin contar el propio estilo americano, producto del Inglés. Los americanos, en Estados Unidos, inclusive ahora en el silgo XX, desacatan sus propias leyes y los Afro americanos no han logrado asegurar sus derechos de ciudadanos completamente, tienen problemas en su propia tierra natal, como lo sabe el mundo muy bien.

Era bien conocido el terrible destino que le esperaba al esclavo de la plantación, ser marcado y sellado en su piel con hierro ardiente, como era forzado a laborar portando pesadas cadenas y grilletes, su espalda era cicatrizada por los muchos azotes, encerrado en una prisión durante la noche, el conocido ergástulo, el cual era un lugar subterráneo y nauseabundo. “Los portugueses construyeron una serie de fortalezas o barricadas como las llamaban en la Costa de Guinea, donde los pobres africanos podían ser rodeados y vigilados hasta que el número fuera suficiente para justificar el transporte marítimo rumbo a España, hacia la esclavitud…y finalmente hacia América y el Nuevo Mundo…sus almas estaban destinadas a la desgracia eterna.”24

El autor describe de que forma fue presentada la esclavitud en las colonias Inglesas de América: “Un barco holandés penetró el río James de Virginia y desembarcó 20 negros para la venta. Los colonos los compraron rápidamente y de esta forma se conoció la esclavitud de los negros en las colonias de la América de Inglaterra.” En poco tiempo, “Inglaterra ocupó el primer lugar en el codiciado tráfico de esclavos, una posición que mantuvo durante casi noventa años”.

 “Los esclavos eran vendidos en subastas, comprados totalmente desnudos, hombres y mujeres por igual, montados en una silla en donde eran empujados y pinchados por los postores, palpaban sus músculos y examinaban sus dientes, los hacían saltar, flexionar sus brazos para estar seguros de que no estaban enfermos o discapacitados. Cuando el esclavo era comprado sin pareja, sucedía que su esposa e hijos iban a parar en manos de otro esclavista; por lo que además de la pérdida de su libertad se añadía la pérdida de su familia. El esclavo salía de la subasta desprovisto de todo, para comenzar una nueva vida de humillación, servidumbre y esclavitud, sin ninguna esperanza.”25

Fuente: La Esclavitud Desde las Perspectivas Islámica y Occidental

Editorial Elhame Shargh

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Fundación Cultural Oriente

 

14 Alpers, Op. cit., pp. 5-6

15 Ibíd., pp. 7-8

16 Ibíd., p. 13

17 Ibíd., p. 14

18 Ibíd., p. 15

19 Ibíd., p. 24

20 Sherrard, B.A., Freedom from Fear (London, 1959), pp. 61-62.

21 Ibíd., pp. 67f.

22 Ibíd., p. 11.

23 Ibíd., p. 69.

24 Ibíd., p. 26.

25 Ibíd., p. 67.

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