La tragedia de Karbalá fue una calamidad tan terrible que en todo el curso de la historia ningún reformador social tuvo que enfrentar un desastre tal como el que enfrentó el nieto y bien amado del Profeta (a.s.), el Imam Husain (a.s.). Ciertamente este hecho ha afectado el corazón de todos los musulmanes, enfurecido y llenado de pesar para siempre. El Imam Purificado (a.s.) considera que las calamidades que cayeron sobre Su Eminencia jefe de los Mártires es la mayor de las calamidades, y la tragedia de Karbalá ha rodeado la completa existencia de Su Eminencia, el Imam Mahdi (a.s.). Es por ello que Su Eminencia llora y recita la Ziyarat (salutación) con absoluta sinceridad y desde lo más profundo de su corazón. Es la salutación conocida como Ziyarat an- Nahiya. Está llena del dolor y la angustia de Su Eminencia. En ella Su Eminencia describe las variadas dificultades y penosas calamidades que cayeron sobre el Imam Husain (a.s.) y los penosos incidentes que las hijas (descendientes) del Mensajero de Dios (P) tuvieron que soportar...
La palabra Du’a (suplica) significa literalmente “invocar, llamar”, “pedir un favor”, “buscar ayuda” y en algunos casos se usa para denotar el significado general de invocación; pero en su sentido técnico común, se refiere al acto de pedirle a Al-lah (s.w.t). La palabra Du’a y sus derivados en el Corán aparecen aproximadamente con 13 significados diferentes.
Cada una de las acciones mencionadas puede curar potencialmente la enfermedad independientemente o combinándolas. Sin embargo, la mejor forma es acompañarla con nuestras acciones —entre las cuales están la medicina y los tratamientos supranaturales— con la súplica (la cual exige establecer una relación con Dios y pedirle directamente a Él). La razón para esto es que la eficacia del tratamiento médico o de un a medicina en particular, o la intercesión del Imam al-Husein (a.s.) y el polvo de los alrededores de su tumba, se une intrínsecamente a la voluntad de Al-lah (s.w.t).
Los eruditos del Islam, apoyados en las aleyas del Sagrado Corán y los hadices (narraciones) han permitido las visita a las tumbas, particularmente las visitas a las tumbas de los Santos Profetas y hombres piadosos, también consideraron que esta es una virtud y honor. Sin embargo, los Wahabís en lo aparente, aunque no consideran el principio de la zyarat(visita) al as tumbas como algo haram, declaran que viajar o desplazarse para realizar una zyarat (visita) a la tumba de los virtuosos de Dios es algo ilícito y haram (prohibido).  Después de culminar con el principio de la zyarat, expondremos el tema de ""viajar con el objetivo de hacer una zyarat (visita) a las tumbas de los virtuosos de Dios"".
“Por cierto que la oración preserva de la indecencia y la iniquidad, pero el recuerdo de Dios es aún más grande” (29:44)En el Islam los actos de devoción, además de su preeminencia, son parte de su programa educativo. La autenticidad y pureza son el objetivo de lo creado, con independencia de la cuestión de la vida humana a todo respecto. Dice el Sagrado Corán: “No he creado a los genios y a los hombres sino para que Me adoren” (51:59).
Encontramos a veces puntos en las enseñanzas islámicas que destacan muchas cuestiones que se conectan con los actos de devoción. Por ejemplo, respecto de la oración, se cita que tanto el Profeta como los Imames han expresado: “La oración es el la base de la religión”, y si pensamos la religión como una tienda, se ha dicho también: “La oración es el pilar que la mantiene parada”. Y se narra también esta tradición, atribuida al Profeta (BPD): “El requisito para que se acepten los otros actos humanos, es que primero se acepte la plegaria”. En otras palabras, las acciones del hombre (incluso sus buenas acciones), son nulas y vacías si la plegaria que realiza es incorrecta y entonces no es aceptada.
¿Cuál es el sedendero más recto hacia la consagración espiritual? ¿Con qué provisiones se ha de contar para emprender el viaje místico hacia La Meta de la esperanza de los gnósticos? Esta son, entre otras, las preguntas del buscador del espíritu, con ellas acude al sabio para recibir el aliento cálido del consejo que lo instará a a partida. Esta es una preciosa narración que cumple con este arquetipo, y que revalida en la figura del Imam Sadiq (P) la profunda voz del conocimiento de los Inmaculados (P).
Uno de los aspectos importantes a observar en la adoración, especialmente en aquellas formas de adoración que tienen que ver con el recuerdo de Al.lah, es Toma’nînah,(tranquilidad). Pero esta tranquilidad no es la que los doctores de la ley (fuqahâ) (que Al.lah esté complacido con todos ellos) consideran necesaria al rezar.
La misma situación tuvo lugar en tiempos del primer califa Abu Bakr (11-13H) y no diferían sobre la forma de hacer el Wudu. Fue similar en el periodo del segundo califa ‘Úmar ibn al-Jattab (13-23H), excepto por el hecho que permitió frotarse sobre los calcetines en lugar de sobre los pies como lo ordena el sagrado Corán (5:6). Sin embargo, las diferencias en cuanto a la forma de hacer el Wudu comenzaron en el periodo del tercer califa, ´Uzman ibn ‘Affan (23-35H). Fue en esta época cuando empezaron a lavar sus pies en lugar de frotarlos. Al-Muttaqi al-Hindi, en su libro Kanz al-´Ummal menciona que el tercer califa, Uzman ibn ‘Affan (durante su califato) fue el primero en diferir en la realización del Wudu. En ?a??? al-Muslim y Kanz al-’Ummal, ‘Uzman ibn Affan dice que durante su califato algunos de los compañeros del Profeta quienes realizaban su Wudu de una forma diferente de cómo lo realizaba él, le atribuían ésta práctica al Profeta. Más de veinte narraciones- todas narradas por el tercer califa-son acerca de su nueva forma de realizar el Wudu. Estas narraciones indican la penetración de un nuevo método.
El Islam, guía de Dios para la humanidad, nos invita a reflexionar sobre nosotros mismos y examinar nuestros pensamientos, sentimientos, intenciones y acciones.Entre los musulmanes hay una práctica muy recomendada que a veces descuidamos y no la hacemos,  además, algunos de nuestros hermanos la desconocen. Sin embargo, sus beneficios son muy importantes. Nos referimos a la práctica de la “Muhasaba”. ¿Cómo definirla? Es sencillamente tomarnos unos minutos al final del día para meditar sobre nuestras actividades. Nos enseña nuestra Tradición: “hasibu anfusakom qabla an tuhasibu”; es decir: “ríndanse cuentas a sí mismos antes de que se las rindan”.