El hombre y la Evolución

(Desde la perspectiva islámica)

Por: Ayatola Dr. Muhammad Husain Beheshtí y Ayatola Dr. Muhammad Yauád Bahonar

Aparte de todos los fenómenos naturales de los que estamos hablando, los seres vivientes tienen un mecanismo comparativamente más complejo y maravilloso. Se puede decir que la vida es la cumbre de la perfección en la escala del movimiento natural.

LA VIDA

Ningún pensador, perteneciente a cualquier escuela de pensamien­to que sea, tiene duda alguna acerca del hecho de que los seres vivientes tienen características que no se encuentran en las existencias no vivien­tes.

Las principales características de un ser viviente son: la defensa propia, la adaptación al entorno, el crecimiento o desarrollo y la pro­creación. Los seres vivientes de las categorías más altas se mueven de un lugar a otro y los dotados de categoría superior están provistos de sen­timientos y conciencia. A esto se debe que las leyes de la química or­gánica son diferentes de las de la química inorgánica o en cuanto hace a la geología.

Hasta donde la observación y los pensamientos científicos demues­tran, un ser vivo nace solamente de otro ser vivo y no de materia sin vida. Asimismo, ningún ser vivo nace repentina y automáticamente. Tampoco se duda de que un ser vivo apareció solamente en un especial estadio de la evolución de la naturaleza, lo que señaló naturalmente el comienzo de la vida. Por lo tanto surge la pregunta: ¿cuál fue el origen de la vida?

Han sido adelantadas varias respuestas a este respecto. Algunas de ellas son las siguientes:

—Al principio, la vida vino a la tierra desde otros planetas bajo la forma de células vivas.

—La materia necesaria para formar una célula viva, recibiendo la energía requerida bajo ciertas condiciones, se transformó accidental­mente en una existencia viviente, y a partir de allí se esparció la vida por toda la tierra.

—El primer ser viviente apareció repentinamente por voluntad de Dios. Y todos los seres vivientes desarrollados desde entonces son su progenie.

—Todas las especies de seres vivientes aparecieron sobre la tierra independientemente. La vida fue concedida a cada uno de ellas por Dios.

También hay otras teorías.

No queremos inmiscuirnos en la discusión de cual teoría es la correc­ta porque para ello es necesario una muy profunda investigación cien­tífica para poder llegar a una conclusión.

Lo que nos gustaría señalar es que la vida de todo ser viviente, sea ella el resultado de cualquier proceso evolutivo o no, es un signo de Dios. Esto es lo que ha sido indicado reiteradamente por el Corán:

“En la tierra hay signos para los convencidos, y en vosotros mis­mos (hombres) también. ¿Es que no veis? ” (51:20-21)

“Dios ha hecho bajar agua del cielo, vivificando con ella la tierra después de muerta. Hay en esto un signo para gente que escucha.” (16:65)

FABRICACION DE LA CELULA CON VIDA

Si un día los científicos lograran fabricar una célula con vida, la doctrina de quienes creen en Dios no se verá afectada, así como el vuelo del hombre a otros planetas, la lluvia por medios artificiales, el trasplan­te de la pierna de una persona a otra, la manufactura de cerebros elec­trónicos y muchas otras pequeñas y grandes invenciones, no significan una oposición o rivalidad con Dios. Tales cosas significan solamente el fruto de la facultad creativa humana y la explotación de la materia, de la naturaleza y sus fuerzas ocultas. El propio Corán impulsa al uso de las ideas y la técnica para aprovechar los dones de la naturaleza.

Como dijimos repetidamente, el progreso científico es un movi­miento en la dirección de la orientación divina, y no en conflicto con ella.

De todos modos, no se debería olvidar que la creatividad humana no significa como norma el descubrimiento de un fenómeno totalmente nuevo. Solamente significa el aprovechamiento energético y material disponible en la naturaleza alcanzando las condiciones necesarias para la utilización y normas relativas a las mismas.

Si realmente hay posibilidad de producir vida por la combinación de elementos naturales bajo ciertas condiciones, todavía no conocidas por el hombre, pueden entonces descubrirse en un futuro las leyes del origen de la vida, y las condiciones y normas correspondientes. De su­ceder esto, no será distinto al descubrimiento y utilización de tantos otras leyes ya hecho en otros campos no-orgánicos.

Obviamente, el descubrimiento de una ley y su utilización no re­baja de ninguna manera la posición del hacedor de la ley. En un nivel más bajo vemos que el macho y la hembra preparan el camino para el nacimiento del vástago. ¿Afecta ello a Dios como Creador? Un granjero cultiva su tierra. ¿Reemplaza él a Dios como el real Creador de 1os gra­nos?

Si se descubre que la vida se puede producir a partir de materias bajo ciertas condiciones, significará solamente que la materia en su movimiento evolutivo puede llegar al grado donde recibe vida y puede avanzar a un estadio más alto.

Es interesante advertir que el Corán, describiendo la gestación del ser humano dice expresamente:

“y entre Sus signos está el haberos creado de arcilla... ” (30:20)

En realidad, la arcilla se transforma en ser humano después de pasar a través de una gran evolución. El Corán también habla de la ges­tación del hombre de “arcilla negra” y “arcilla pegajosa”. (Ver 15:28 y 37:11).

También dice:

“Sacamos del agua a todo ser viviente...” (21:30)

Al tener el Corán una visión tan amplia, no se justifica que los musulmanes sean de mentalidad estrecha.

LA VIDA, UN FENOMENO DIVINO

Se puede señalar que el Corán adscribe expresamente la vida a Dios.

“El es Quien ha creado la vida y la muerte”. (67:2)

“El es Quien os dio la vida; luego os hará morir... ” (22:66)

¿Significan tales versículos que nadie más puede hacer un ser viviente? Respondiendo a esto podemos decir:

En primer lugar, el Corán adscribe a Dios todos los cambios naturales, desde la lluvia y los ríos en sus cauces y las montañas, hasta la gestación del hombre.

En otras ocasiones vincula estos mismos cambios también a facto­res naturales. Estos dos grupos de versículos no son contradictorios, sino que uno corrobora al otro, porque las leyes científicas que gobier­nan los cambios naturales son sencillamente las normas prescriptas por Dios. El que se haga Su Voluntad no significa que El directamen­te produzca todos los cambios y sucesos naturales. En realidad El ha creado él sistema de cambios naturales. Esa es Su Voluntad.

En segundo lugar, si en el caso de la vida encontramos que el Corán le ha dado una atención especial, ello solamente es un signo de su importancia y gran valor. Dios la describe como la infusión del espí­ritu divino. Cuando hablemos del hombre explicaremos lo que esto significa.

En tercer lugar, todo movimiento evolutivo es una manifestación de la Voluntad de Dios y de Su designio creador, especialmente si el cambio es tal que un cuerpo material alcanza un estadio donde puede recibir vida, convertirse en un ser viviente, producir vida humana.

EL HOMBRE Y LA EVOLUCION

Toda la teoría de la evolución tiene una larga historia. Lamarck enunció ciertos principios en este sentido. Pero fue Darwin quien llevó a cabo un extenso estudio de los organismos vivientes y como se engendraron, reuniendo bastantes evidencias científicas para mostrar que la evolución había tenido lugar realmente. Sostenía que:

a.—Todos los seres vivientes, cualesquiera que sean, se adaptan gradualmente a su entorno y satisfacen sus necesidades naturales como ser la obtención de alimento y la autodefensa de acuerdo con las condiciones reinantes en su medio ambiente. Este esfuerzo a veces produce modificaciones en su cuerpo, como la aparición de una mem­brana uniendo los dedos del pie del pato en función de tener que nadar en búsqueda de alimento, o la prolongación del cuelo de la jirafa, for­zada por la necesidad de alcanzar las ramas de los árboles.

b.—Aunque estos cambios orgánicos tienen lugar gradualmente durante muchas generaciones, luego pasan de padres a hijos.

c.—Entre los seres vivientes hay una seria lucha por la continua­ción de sus vidas, por hacerse de alimentos y por la elección de una pareja apropiada. Esta lucha por la existencia, que es un choque o en­frentamiento con los factores del medio ambiente y una rivalidad con otros seres vivientes, es un principio arraigado en la vida de los animales y las plantas y es uno de los factores que conducen a su cam­bio de forma.

d.—Como resultado de esa lucha solamente sobreviven esos or­ganismos que pueden adaptarse mejor a su medio ambiente y obtener las condiciones necesarias para su vida en su morada natural. Los orga­nismos más débiles y menos aptos morirán gradualmente.

De esta manera se transforman las distintas especies y solamente las más aptas entre ellas sobreviven. Así es como tiene lugar la evolu­ción de las especies.

La difusión de la teoría del desarrollo de los organismos vivientes, incluido el hombre, sobre la base de estos principios, levantó una gran controversia en la época de Darwin y posteriormente, expresándose abiertamente puntos de vista a favor y en contra de la misma. A veces el tono del debate era científico, pero en otras ocasiones se centró en prejuicios religiosos o anti-religiosos porque se dijo que Darwin había afirmado algo que estaba en conflicto con los datos bíblicos del co­mienzo del mundo y la gestación del hombre, de acuerdo a lo mencio­nado en el Génesis.

Sin embargo, con los nuevos descubrimientos arqueológicos y la expansión en el campo experimental, la teoría de la evolución ha sido modificada considerablemente desde la época de Darwin, especial­mente respecto a las cuestiones relativas a la antropología.

Se han planteado muchas nuevas cuestiones respecto a casi todos los principios mencionados por Darwin. Por ejemplo, se pregunta si la aparición de un nuevo órgano o la causa de cualquier otro cambio or­gánico, resulta siempre del uso de ese órgano y del intento de adaptarlo al medio ambiente de uno o si puede deberse a una mutación o a cualquier otra causa.

Las cualidades adquiridas, ¿son hereditarias como una ley, o las investigaciones genéticas han rechazado esta teoría?

Los cambios orgánicos, cualquiera puedan ser sus causas, ¿apuntan siempre a la evolución y la supervivencia, o a veces se pueden deber a la contradicción con las condiciones del medio ambiente, pudiendo culminar en la muerte y la extinción?

¿La selección natural es igual o no a la selección artificial que conduce a la evolución de la generación existente? Nosotros encontra­mos que las plantas y animales salvajes son semejantes y de un tipo medio, mientras que la selección artificial da a las plantas y animales más variedad y las encamina a una mejor evolución.

Hay muchas otras cuestiones por el estilo. De todos modos, a pesar de todas las objeciones levantadas para desacreditarla, la teoría de la evolución ha sido aceptada por los científicos como un principio objetivo de las ciencias naturales. Al mismo tiempo, también es cierto que naturalistas prominentes e imparciales no consideran que esta teo­ría sea definitiva e incontrovertible. El camino para una mayor investi­gación científica no está cerrado. Lo más que dicen es que la investiga­ción científica no ha descubierto hasta ahora nuevos principios que puedan ocupar el lugar del principio de la evolución.

PRINCIPIOS QUE PUEDEN SER DESCUBIERTOS

1. —Los organismos vivos de acuerdo a su grado de evolución tie­nen una sucesión histórica. En otras palabras, las especies más desarro­lladas han aparecido generalmente en la historia después que las menos desarrolladas.

2. —La sucesión histórica es similar a la encontrada en todas las otras cosas en el mundo. Todo el cosmos ha evolucionado desde un es­tado simple y gradualmente se han formado sistemas solares y galaxias en un medio ambiente desprovisto de todo trazo de vida. Las condi­ciones que condujeron a la aparición de la vida se han desarrollado gradualmente. Similar desarrollo ha tenido lugar sucesivamente desde las plantas a los animales desarrollados. En suma, los organismos más complejos han seguido a los simples.

3. —Existe completa similitud orgánica entre los primeros orga­nismos por los que pasa un embrión humano durante su desarrollo son completamente semejantes a los pasados por los orga­nismos vivientes históricamente.

Al juntar todas estas evidencias, podemos presumir científica­mente que las distintas especies de organismos vivientes son la progenie de organismos anteriores (transformismo) y no han pasado a existir independientemente (fijismo).

PRESUNCION CIENTIFICA, NO PRINCIPIO INCONTROVERTIBLE

Sin embargo sería adecuado decir que la conclusión a la que hemos arribado no es más que una conjetura científica corroborada por algu­nas evidencias. No pueden ser consideradas como decisivas y definitivas, porque si un observador imparcial observa cuidadosamente del origen de las maquinas, encontrara que el desarrollo de distintas ma­quinas no es incongruente con las cuatro conclusiones mencionadas an­tes, aunque el origen de las mismas no estuvo sobre la base del transfor­mismo en su sentido moderno, y los distintos tipos de máquinas no han sido engendradas unas de otras.

De hecho el estudio científico del origen de las máquinas conduce también a las siguientes conclusiones:

l. —Las máquinas de acuerdo con su evolución tienen una sucesión histórica, porque las más desarrolladas aparecieron después de las menos desarrolladas. ­

2. —Esta sucesión histórica es semejante al origen de todas las otras cosas en el cosmos.

3. —Hay un parecido orgánico completo entre la primer máquina y la máquina más desarrollada.

4. —Los estadios de la fabricación de la máquina más moderna se asemejan en general al desarrollo de otras máquinas, aunque en forma sintética.

A pesar de estos cuatro puntos, todos saben que el origen de las máquinas más desarrolladas a partir de las más simples no se ha produ­cido sobre la base del transformismo. En otras palabras, las máquinas más desarrolladas no son la progenie de las más simples.

La evolución de las máquinas es el resultado de la iniciativa del hombre, su eficiencia y la evolución del pensamiento. Es el resultado de la experiencia obtenida. Pero las máquinas de tipo superior no son engendradas por las anteriormente existentes. Y esto que no vale para las máquinas es posible en los seres vivientes. Pero esta posibilidad puede solamente apoyar una conjetura científica. No hay ninguna prueba de que tal cosa haya sucedido realmente, porque la simple posibi­lidad de una cosa no es prueba de que ocurra realmente.

Nos topamos con otros casos de evolución en los que la sucesión histórica de sus estadios se refiere a la evolución del pensamiento del hacedor y es el resultado de un gradual incremento de una capacidad ya existente.

Un ejemplo de tal evolución es el logro del conocimiento gradual desde la niñez a la edad adulta;

En contraste, la evolución de la facultad para aprender una lengua extranjera se relaciona con el desarrollo de la capacidad del que la aprende y no de la persona que la enseña.

CONCLUSION

Un investigador imparcial, ya sea que se oponga o apoye la teoría de la evolución, tiene que admitir que:

l. —Hasta donde conocemos, todas las cosas que existen en el mundo, incluidos los organismos vivos, tienen una sucesión histórica de acuerdo con el grado de su evolución.

2. —Somos concientes de muchos casos en los que un organismo más desarrollado es la progenie de uno menos desarrollado.

3. —Hay indicios sobre la base de los cuales se puede presumir que ésta es una regla general aplicable a todas las cosas existentes.

4. —Pero aún no pasa de ser una simple suposición científica, y el camino de una mayor investigación sobre la base de evidencias con­trarias, como mencionamos antes, permanece todavía abierta.

5.—Sobre la base de la doctrina de que el mundo tiene un Creador Todopoderoso que ha producido la existencia del universo y que lo dirige, queda como totalmente posible que ciertas especies desarrolla­das podrían haber pasado a existir independientemente de la misma manera como hemos descrito el caso de las máquinas. Por supuesto, en este caso, la creación de las especies desarrolladas no debe ser el re­sultado de ningún desarrollo mental del Creador ni de Su adquisición de expe-riencia. Debe ser solamente sobre la base de que el movimiento evolutivo existe en el designio creador del mundo. En otras palabras, es Voluntad de Dios que pasen a existir especies cada vez más desarro­lladas de la misma manera que existe un movimiento evolutivo en el desarrollo de un embrión.

APARICION DEL SER HUMANO

De acuerdo a su línea general de pensamiento, los científicos sos­tienen que el hombre ha evolucionado desde los primates, los cuales existían con anterioridad. Dejamos el estudio y evaluación de esta evi­dencia y otros indicios a los antropólogos, y nos limitamos a hacer al­gunas observaciones respecto al origen del hombre.

1. —Lo que hemos dicho acerca de la teoría de la evolución tam­bién es aplicable a lo que ha sido o es dicho sobre la base de esta teoría acerca de los ancestros del primer ser humano, pero como ya lo hemos señalado, esta teoría no pasa de ser una conjetura científica. Incluso es objeto de mayor investigación y no debe considerarse definitiva.

2. —De todos modos, es importante advertir que el surgimiento del ser humano sobre la base de la evolución a partir de los primates no está en conflicto con las enseñanzas de las religiones reveladas, especialmen­te con la creencia en un Creador del Mundo Todopoderoso Hemos mencionado repetidamente en Enseñanzas islámicas (1977) que Dios como se describe en el Corán, es el Creador y Ordenador de la naturaleza. Por lo tanto el perfecto sistema de la naturaleza es uno de Sus signos y no una disposición paralela a El o que niega a El. Todos los esfuerzos Y discusiones científicas apuntan solamente a descubrir cómo existe realmente este sistema de la naturaleza.

3. —El único punto que ha dado lugar a la concepción de que hay una contradicción entre la religión y los principios generales de la evolución es que en el libro del Génesis del Antiguo Testamento y cier­tos versículos del Corán indican aparentemente que todos los hombres existentes sobre la tierra son la progenie de Adán, quien fue creado independientemente y no evolucionó a partir de ningún ser viviente previo.

En relación con esto es importante considerar los siguientes pun­tos:

a.— Lo que a este respecto se menciona en el libro del Génesis no puede ser tomado con seriedad desde el punto de vista religioso, porque la autenticidad de muchas partes del Viejo Testamento es dudosa his­tóricamente.

b.— Los versículos coránicos relacionados con el nacimiento de Adán enfatizan generalmente el punto de que fue un evento importan­te y que el espíritu divino fue insuflado en su cuerpo material hecho de arcilla. Este tipo de origen puede ser descrito solamente como muta­ción.

De esta manera, un ser hecho de arcilla pasó a existir y fue desti­nado a ser el amo de la tierra, no pudiendo ningún otro ser visible o invisible, restringir totalmente su tendencia hacia Dios o hacia sus deseos básicos.

c.— Solamente hay un versículo en el Corán que describe el origen de Adán como algo milagroso:

“El caso de Jesús ante Dios es como el caso de Adán, a quien creó de la tierra y le dijo: ‘¡Se!’ y fue”. (3:59)

Este versículo vino después de otros versículos relativos al Profe­ta Jesús. El Corán recalca invariablemente que Jesús fue creado por Dios y que no era su hijo. El hecho de que nació de la Virgen María y no tuvo padre no es una prueba de su existencia como hijo de Dios. Su nacimiento fue un evento sobrenatural que tuvo lugar por la voluntad de DIOS, de la misma manera que otros eventos sobrenaturales, como es el origen de Adán, el ser viviente con espíritu divino, ocurrido con anterioridad.

Se puede observar que este versículo muestra que el nacimiento de Adán y el de Jesús son semejantes.

¿Puede alguien asegurar que lo que el Corán dice respecto al naci­miento de Jesús rechaza el proceder general del nacimiento de todos los hombres en la historia? ¿Niega ello que los seres humanos son en­gendrados normalmente por padres y madres? Para nada.

En docenas de versículos el Corán declara que el sistema de repro­ducción y procreación son un signo de la voluntad y sabiduría del Creador del cosmos.

Por lo tanto, desde el punto de vista coránico, el milagroso origen de Adán, el primer ser viviente dotado con el espíritu divino, no debe ser interpretado en el sentido de que El Corán se opone a la teoría del surgimiento de las cosas existentes en el mundo o del nacimiento de organismos vivos sobre la base de la evolución. Todo lo que significa es que el surgimiento del ser humano de una manera extraordinaria fue un favor de Dios.

ORGANISMOS EXCEPCIONALES

Independientemente de todo lo que se refiere al origen de Jesús y Adán, a un naturalista se le puede preguntar si es posible o no que en el curso de la emergencia de organismos comunes, pueda pasar a existir también algún organismo excepcional.

Todos sabemos que como norma cada mano y pie de un ser hu­mano tiene cinco dedos. Pero también sabemos que algunos chicos na­cen con seis dedos.

De la misma manera, sabemos que todos los bebés nacen con cabeza, pero se habrá leído en los periódicos que hubo algunos casos excepcionales en que nacieron con dos cabezas.

Cuando se exponen tales casos excepcionales a los naturalistas, estos no niegan su existencia, pero los explican simplemente como ra­rezas o abortos de la naturaleza.

La gente crédula acepta rápidamente esta explicación, pero quie­nes tienen un pensamiento crítico preguntan: ¿Si es cierto que el sur­gimiento del mundo y del ser humano en el proceso evolutivo es el resultado del dominio de las leyes de la naturaleza sobre todas las partículas de este mundo y si estas leyes subsisten en todas partes, ¿cuál es el factor que las perturba?

¿Un factor externo perturba el quehacer de la naturaleza y su sistema de leyes, o las propias leyes de la naturaleza perturban su tra­bajo? En el primer caso debemos reconocer que existe algún super­poder que trasciende la naturaleza. En la segunda alternativa, una cues­tión que se plantea es ¿por qué la posibilidad de que ocurran algunos eventos excepcionales, algunas veces llamados milagros, deben ser tan vehementemente negados y considerados contrarios al sistema de la naturaleza?

La discusión hecha arriba muestra que no existe la menor con­tradicción entre el principio general de evolución respecto al mundo y al ser humano y las enseñanzas de las religiones reveladas, y lo que el Corán dice respecto al origen de Adán y el ser humano. Incidental­mente, los principios de la evolución están no obstante sometidos a una mayor investigación científica, dado que enfrentan una gran crítica, especialmente de la manera en que fueron enunciados por Darwin.

Como hemos terminado la discusión del origen del ser humano, nos ocuparemos de una cuestión más básica. La cuestión más impor­tante que está siendo pasada por alto actualmente es: ¿Cuál es la ver­dadera naturaleza del ser humano, cuál es su entidad e importancia y que camino debería seguir?

En primer lugar nos referiremos brevemente a la posición del ser humano en occidente y luego proponemos estudiar el hombre en el Corán, de modo que, teniendo presente los puntos de vista de las escuelas contemporáneas, podremos conocer el enfoque del Islam al respecto.

Fuente: libro INTRODUCCION A LA COSMOVISION DEL ISLAM; Editorial Elhame Shargh

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

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