El Islam en el subcontinente Indo-Pakistaní
Por: Dr. Nazir Hasan Zaidi
El Islam llegó a La India por primera vez durante el Califato de Alí. 50 años después se instauró otra vez allí con el gobierno de Muhammad ibn Qāsim. Pero quien creó las bases para un gobierno musulmán permanente en India, fue Qutb ud-Din Aybak, el primer gobernante de la Dinastía de los Esclavos en 1206 D.C., la cual fue sucedida por los reyes de Ĵalyi (1290-1317), la que a su vez fue sustituida por la Dinastía Tughlaq (1320-1388). En 1399, la invasión que hizo Tamerlán arrasó con todos los reinos. Mientras regresaba designó como gobernante a Ĵizr Khan. En 1481, Bahlul Lodhi fundó una nueva dinastía, el último gobernante de la misma fue Ibrahim Lodhi, el cual fue asesinado en la Batalla de Panipat en 1526.
El trono de La India fue ocupado entonces por el victorioso Babur el turco, descendiente de Tamerlán, quien después de luchar durante 30 años en Asia Central invadió La India y fundó La gran Dinastía Mogol, con Agra como su capital. Babur murió cuatro años después dejando como sucesor a su hijo Humayun. Éste fue derrotado por un astuto y presumido pastún llamado Sher Shah, y huyó a Irán. Con la ayuda del rey persa regresó a La India y recuperó su reino en 1555; murió este mismo año, y su hijo Akbar lo sucedió en el trono.
Akbar gobernó del 1556 a 1605, siendo un gobernante justo y visionario. De su raza había heredado una gran fortaleza física. Por otro lado, la sagacidad con la cual había sido bendecido, lo impulsó a realizar alianzas matrimoniales con los vecinos rajás de Rajput, quienes eventualmente fortalecieron su mandato, convirtiéndose en unos aliados de gran fiabilidad. Su habilidad política lo persuadió a que adoptara algunos rituales indios, y su invención de una religión coctel le ocasionó cierto descrédito. Su hijo Yahangir, muy inclinado a las bellas artes y al licor heredó un reino sólidamente establecido, el cual fue fácil de administrar. Yahangir tenía buen gusto por la literatura, su diario real ‘Tuzuk-i Yahangiri’ es un registro veraz de sus asuntos personales y políticos. Atraídos por la riqueza del Imperio Mogol, había un flujo continuo de poetas, estadistas, ingenieros, eruditos y artesanos, de Irán a India, la cual era muy popular entonces.
El reinado de Sha Yahan (1627-1657) se caracteriza por su estabilidad; por sus sabios ministros y el respaldo de un ejército leal. Sin embargo continuaba la disputa con el vecino reino de Irán por el fuerte fronterizo de Kandahar. En medio del estrépito de las batallas y el sonido de las armas recordemos un incidente de humana caballerosidad:
En 1642 se organizó una expedición que tenía la misión de reocupar el fuerte de Kandahar. Tan pronto como el ejército real, luego de tediosas marchas, llegó al fuerte, el Rey de Irán falleció. Sha Yahan al enterarse de esto en Delhi le envió un comunicado al comandante de la expedición instruyéndolo para que regresara a Delhi, ya que atacar a un País cuyo rey había fallecido recientemente, iba en contra de los dictados de la ética militar
El sucesor de Shah Yahan, Aurangzeb (1658-1707), era un erudito bastante instruido, un experimentado general y un gobernante justo. Con excepción de algunos actos tristes y lamentables cometidos por él en contra de sus hermanos y su anciano padre en la lucha por el poder, era generoso con sus súbditos hindúes, quienes eran la mayoría, así como con las minorías. Su extenso reinado finalizó en 1707, cuando ya sus sucesores estaban débiles a causa de su avanzada edad. Sus nietos eran dados a las fiestas y descuidaron los asuntos del estado. A lo largo de estos seis siglos de gobierno musulmán ninguno de los reyes intentó propagar el Islam o imponerlo a los súbditos hindúes. Los ingleses, quienes entraron al continente como comerciantes ganaron poder político ayudados por las armas de fuego y un disciplinado ejército. Después de las batallas de Plassey y Buxar en 1757 y 1764 respectivamente gobernaron Bengala y Bihar. En 1803 ocuparon Agra y Delhi, y en 1848 prácticamente eran los amos del norte de La India, Bombay y Madrás.
Administración, Cultura y Economía
Algunos de los antiguos gobernantes de La India como Qutb ud-Din Aibak, ‘Ala ud-Din Khalji, Firuz Shah, Akbar y Aurangzeb eran buenos administradores y buscar el bienestar de sus gobernados, lo tenían como deber. El mejor de estos gobernantes fue Sher Shah, quien en su breve reinado (1540-1545), dio el mejor ejemplo de un gobierno monárquico. La construcción de una carretera que atravesaba a La India, junto con hospederías públicas para los caminantes, mejoramiento del servicio postal, exterminio de los asaltantes de caminos, establecimiento del departamento de resolución de conflictos, son algunas de las magníficas obras de su gobierno. Los británicos siguieron el mismo ejemplo, ya que durante su primer siglo de gobierno abolieron la cruel costumbre Hindú de ‘Sati’ (la viuda era quemada viva en la pira funeraria de su difunto esposo); erradicaron a los bandidos asalta caminos, construyeron canales, abrieron cortes y fundaron escuelas y universidades.
Los musulmanes hindúes, a pesar del cambio de las circunstancias durante los últimos ocho siglos, se han mantenido fieles a su religión. Los eruditos musulmanes hicieron algunos intentos de convertir a los hindúes al Islam. Pero los derviches y santos místicos, como Baba Farid, Mo’in ud-Din Chisti, Nizam ud-Din, etc., quienes tenían unas normas menos rígidas y más tolerables, tuvieron gran inferencia en esta labor. Sólo dos gobernantes (Aurangzeb, y Firuz Shah), se interesaron en el asunto de la conversión, pero siendo realistas, el Islam se expandió en el sub-continente por sus principios racionalistas sobre el monoteísmo, la caridad y la castidad. Su idea de una fraternidad universal, la declaración de que todos los seres humanos son hermanos, ya que todos son hijos del mismo creador –el mismo padre celestial- tuvo una gran aceptación en contra del injusto sistema hindú de las castas.
El historiador siente gran regocijo en señalar que los musulmanes de La India y Pakistán han practicado su religión con la más alta escrupulosidad, observando la castidad y la limpieza en su persona y en sus pensamientos. Hasta la madre, mientras arrulla a su bebé, le canta versos religiosos, inculcando en el niño la creencia en Dios, la grandeza del Sagrado Profeta, y que la piedad es el único criterio para determinar la nobleza de un hombre. El amor por la familia del Profeta, concretamente por Alí, Fátima, Hasan y Husain, fue transmitido devotamente por los eruditos, especialmente por poetas y santos. En la actualidad, lo anterior se ha visto perjudicado por el fanatismo de algunos oradores y escritores.
Los eruditos musulmanes escribían sus obras en árabe o persa. Con el debilitamiento del gobierno Mogol en el siglo XVIII, el urdu se convirtió en la lengua franca y los ministros visionarios utilizaron dicho lenguaje para traducir el Corán y expresar sus opiniones. Shah Abd ul-Qadir, Dildar Alí Muytahid, Moulavi Nazir Ahmed, Shibli No’mani, Moulana Maududi hicieron un gran trabajo guiando a la comunidad con sus escritos. Sayyed Ahmad Shahid comenzó su movimiento anti inglés con gran valentía en 1826. Sir Sayyed Ahmed Khan se esmeró en enseñar inglés y ciencias modernas a la comunidad; fundó una Escuela Anglo-Oriental en Alí Garh en 1875, la cual después de cincuenta años de trabajo honesto, alcanzó el estatus de Universidad Musulmana en 1925. Esta nueva educación trajo el aprendizaje occidental y prosperidad a los musulmanes, pero también tendía a apartarlos de su cultura y religión.
La mayoría de la población de este país agrícola vivía en aldeas, cada una de las cuales, con sus aproximadamente 1000 habitantes, formaba una unidad autosuficiente. La gente llevaba una vida satisfecha en sus chozas o en sus casas de barro. La narrativa, la poesía, la lucha, la esgrima, la natación y los deportes, hacían parte de sus diversiones. Los hindús y los musulmanes, tanto reyes como súbditos, mostraron gran interés en el desarrollo de las bellas artes, como la poesía y la pintura. Ni la escultura de Ajanta (Ayanta) produjo obras maestras como las de la antigua Roma o Grecia. La música, sin embargó, conservó su excelencia.
Los musulmanes, casi un 22% de la población, y la mayoría hindú, vivían en buenos términos y amistosamente; participaban en las ceremonias matrimoniales de cada grupo y en festividades como ‘Eid, Shab Baraat, Holi, Diwali, etc. A finales del siglo XIX, a causa de la instigación de los líderes hindúes, diferencias usuales se transformaron en disturbios comunitarios, los cuales, finalmente ocasionaron la división del país en 1947 con mucho derramamiento de sangre. Como consecuencia los musulmanes del llamado estado laico de la India en la actualidad llevan una vida lamentable y de atraso. En Pakistán, el gobierno democrático musulmán está haciendo avances en el aprendizaje, el crecimiento industrial y la ciencia. Pero el país se ha doblegado frente a la deuda externa. Sus jóvenes, empleados en Europa y América, envían grandes sumas de dinero a su país, convirtiéndolo en amante del lujo. Sin embargo es una fuerza política promedio que se destaca por la valentía de sus soldados.
Fuente: Libro “UNA BREVE HISTORIA DEL ISLAM (Desde sus inicios hasta 1995)”
Editorial Elhame Shargh
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