El Propósito de la Zyārat
(salutación de visita) a los seres humanos santos
Por: Sheikh Muhammad Khalfan
Traducido por: AbdulKarim Orobio
Uno de los requisitos fundamentales del propósito de la Zyārat es obtener una cosmovisión correcta. Si entendemos el propósito de la creación del ser humano y sometemos nuestra voluntad a nuestra decisión intelectual, entonces nuestras acciones serán conducidas en beneficio de nuestra salvación eterna. El propósito de la creación del ser humano según el Corán y la Sunnah es adorar a Al-lah el Todopoderoso:
Y no he creado a los genios y al ser humano sino para que Me adoren
وَمَا خَلَقْتُ الْجِنَّ وَالإِنْسَ إِلاَّ لِيَعْبُدُوْنِ
(51:56)
Y la adoración sin el conocimiento no tiene valor. Esto porque la adoración no es un simple ejercicio sin un sentido de devoción. La ‘Ibādah en el sentido literal se define como:
العِبَادَةُ هِيَ نَصبُ الْعَبْدِ نَفْسَهُ فِي مَقَامِ المْمْلُوكِيَّة لِرَبّهِ
La ‘Iabādh es cuando el siervo se coloca él mismo en la posición de cautivo (poseído) para su Señor.[1]
No se puede emanar esto sin conocer al Creador. Es apreciando Su Verdadera Posesión[2]de todo el mundo de la creación, Su conocimiento sobre todas las cosas, Su omnipotencia y omnipresencia por la cual el ser humano se humilla ante Al-lah. También entiende que el verdadero Señor y Amo no es nadie más que su Creador y por lo tanto se ubica en el nivel de esclavo obediente de Dios Todopoderoso. El Imam Al-Husein (a.s.), resaltando el vínculo evidente entre el conocimiento y la adoración dijo:
إِنَّ اللَّهَ جَلَّ ذِكْرُهُ مَا خَلَقَ الْعِبَادَ إِلاَّ لِيَعْرِفُوهُ فَإِذَا عَرَفُوهُ عَبَدُوهُ فَإِذَا عَبَدُوهُ اسْتَغْنَوْا بِعِبَادَتِهِ عَنْ عِبَادَةِ مَا سِوَاهُ...
Ciertamente que Al-lah (Exaltado Y Glorioso) no creó a Sus siervos sino para que lo conocieran y cuando lo conocen, ellos le adoran y cuando le adoran, les es suficiente para no adorar a otro más que no sea Él…[3]
La adoración que surge de un conocimiento previo cosecha el mismo conocimiento. El conocimiento antes de la adoración, sin embargo, es en su mayoría intelectual (aqli) y conceptual (tasawwuri). Es el resultado de establecer racionalmente la existencia de Dios y Sus atributos, así como la pobreza (existencial) y dependencia de toda la creación en Su existencia infinita. Una vez se percibe esto, el siervo imparcial adora con veneración y deseo. Si dicha adoración es producto de la sinceridad, entonces es adorado con una forma de conocimiento superior, el cual va más allá de la dimensión del intelecto. Es conocido en el lenguaje de la narración como ‘yaqin’ (convicción) y ‘la visión del corazón’ el cual es el conocimiento presencial (al-‘ilm al-huduri). La siguiente aleya del Sagrado Corán hace alusión al fuerte vínculo entre la adoración y la convicción:
وَاعْبُدْ رَبَّكَ حَتَّى يَأْتِيَكَ الْيَقِينُ
(15:99)[4]
En una de las Zyārats que nos han enseñado los Imames Infalibles (a.s.) se nos instruye a dirigirnos a ellos declarando que ya ellos han alcanzado la exaltada estación del yaqiin (certeza) a través de la adoración sincera. Apreciemos los siguientes ejemplos:
1. En una de las Zyārats del Santo Profeta (PB) el Imam Ali nos enseña (a.s.) a dirigirnos a su noble ser así:
وَأَشْهَدُ أَنَّكَ قَدْ نَصَحْتَ لاِمَّتِكَ، وَجَاهَدْتَ فيِ سَبِيْلِ رَبِّكَ، وَعَبَدْتَهُ حَتّى أَتَاكَ الْيَقِيْنُ...
…Y doy testimonio que ciertamente tu aconsejaste a tu nación y te esforzaste en el camino de tu Señor y le adoraste hasta alcanzar la certeza (al-Yaqin)…[5]
2. En otra Zyārat le decimos al Imam al-Husein (a.s.):
...يَا أَبَا عَبْدِ اللهِ أَشْهَدُ أَنَّكَ قَدْ بَلَّغْتَ عَنِ اللهِ عَزَّوَجَلَّ مَا اُمِرْتَ بِهِ وَلَمْ تَخْشَ أَحَدًا غَيْرَهُ وَجَاهَدْتَ فِيْ سَبِيْلِهِ وَعَبَدْتَهُ صَادِقًا حَتّى أَتَاكَ الْيَقِيْنُ...
Oh Aba ‘Abdil-lah doy testimonio que ciertamente tu entregaste lo que Al-lah te ordenó y no le temiste a nadie más que a Él, y te esforzaste en Su camino, y le adoraste verdaderamente hasta que alcanzaste la convicción (al-Yaqin)…[6]
3. En una de las Zyārat del Imam al-Ridā (a.s.) se nos enseña a dirigirnos así:
…Doy testimonio que tu preservaste la oración y le diste al pobre la caridad y exhortaste al bien y prohibiste el mal, adorando a Allah con sinceridad hasta la convicción (al-Yaqin); la paz sea contigo Oh Abal Hasan…[7]
Hay niveles de certeza (yaqin). El yaqin del cual se habla en las narraciones está más allá de la comprensión de algunas personas como yo. Obviamente es un nivel de conocimiento presencial, pero indescriptible.
Después de comprender el rol fundamental de la adoración sincera, nuestra Zyārat, la cual también se sitúa entre los actos de adoración, debe servir como catalizador para obtener una estación elevada donde se aprecie la verdad con los ojos del corazón. Dicho estado es posible únicamente para aquel que se somete totalmente a Dios. La Zyārat debe enseñarle al visitante una lección de sumisión total ante Al-lah. En otras palabras, la Zyārat debe ser un medio de unión entre el Zā’ir (el visitante) con Abu Abdil-lah (Imam al-Husein) (a.s.), y esto puede lograrse fácilmente después de entender el significado de la Zyārat y ejemplificar sus enseñanzas en nuestras vidas. Si leemos la Zyārat con propósitos bajos de esta vida, no habría diferencia entre nosotros y los laicos que se ha entretenido en el mundo de la materia. Es por eso que debemos mantener una aspiración elevada y perseguir una gran transformación para unirnos con el espíritu de al-Husein (a.s.)
Los lectores ya saben que el motivo del porque los aliados de los reformistas contemporáneos no nos dejan expresar nuestra tristeza cerca de las tumbas de los lideres infalibles, es porque saben la revolución que puede crear en nuestros corazones.
El Imam al-Husein (a.s.) es un símbolo de levantamiento en contra de la falsedad aunque le haya costado sacrificar todo aquello que poseía. Nuestra Zyārat, la cual es un esfuerzo para unirnos y armonizar con su noble espíritu debe ser una declaración de preparación más que una mera transacción o recitación rutinaria.
Fuente: libro “La Efusión Sagrada”
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Notas:
[1] Al.lamah Tabataba’i, Tafsir al-Mizan, vol. 1, pág. 24
[2] Debe diferenciarse entre la verdadera posesión en la cual la existencia y la subsistencia de una entidad es totalmente dependiente del poseedor, y la posesión legal en la cual la existencia y subsistencia de una propiedad es independiente del poseedor.
[3] Debemos diferenciar entre la posesión real en la cual dependen totalmente de su dueño la existencia y la subsistencia de una entidad.
[4] Al-lamah al-Maylisi, Bihar al-Anwar, vol. 23, pág. 83
[5] Al-Himyari al-Qummi, Qurb al-Isnad, pág. 382
[6]Shaykh al-Kulayni, al-Kafi, vol. 4, pág. 573
[7] Sheikh al-Saduq, ‘Uyun Akhabar al-Rida (a.s.) vol. 1, pág. 302