La responsabilidad de los padres en la educación de los hijos según el Islam (III)

Un Hijo Benevolente; Una Flor del Paraíso

Programa ético, espiritual, médico y nutricional desde antes de la concepción del niño hasta su primera infancia

La relación sexual

A) Antes de la relación

Es adecuado que después de que la pareja haya contraído matrimonio reflexione en las razones para haberse casado, en el porqué desean tener hijos, en qué tipo de hijos quieren: Depravado y asesino, o virtuoso y mensajero de la paz y armonía. Es mejor que en la vida sexual no se olvide que ese acto debe ser llevado a cabo con el propósito de ganar y obtener el favor y la conformidad de Dios, y que mantengan la calma, pues la relación acompañada de sosiego, suscita que la sangre corra en forma natural y como resultado crea una generación natural y normal.

En el Islam, la comida es considerada tanto desde el punto de vista material como espiritual. Es cierto que la comida intoxicada es dañina para los sistemas del cuerpo del niño; no obstante, la comida ilícita (haram) tiene un efecto más negativo en el alma y esencia de éste. Por ello, se ha recomendado mucho que los padres eviten ingerir alimentos ilícitos e inclusive alimentos dudosos.

En la aleya 168 de la Sura Al-Baqarah (La vaca, sura 2) encontramos:

“¡Hombres! ¡Comed de los alimentos lícitos y buenos que hay en la Tierra…!”

En la aleya 172 de esa misma sura leemos:

“¡Creyentes! ‘¡Comed de las cosas buenas de que os hemos proveído y dad gracias a Al.lah (Dios), si es a Él solo a Quien servís!”

La aleya 118 del Sura An’am (Los ganados, sura 6) dice:

“Comed, pues, de aquello sobre lo que se ha mencionado el nombre de Al.lah si creéis en Sus signos”.

Y muchas otras…

En la vida del Mensajero del Islam (BP) encontramos que antes de que fuese concebida Fatimah Zahra (P), por disposición de Dios, Muhammad (BP) se alejó de Jadiyah por cuarenta días, y después de invocar y ayunar durante ese tiempo, el último día rompió su ayuno con alimentos del paraíso, entonces la primera célula de Fatimah Zahra (P) fue engendrada. Posiblemente, basándose en esta buena costumbre, es que algunos de los sabios han recomendado que los padres ayunen o realicen invocaciones y rezos especiales antes de engendrar a un hijo.

A continuación, mencionamos algunas de estas recomendaciones:

1. Es muy necesario que los padres reciten la aleya 35 de la Sura Nur (La luz, sura 24) antes de engendrar, y la mujer la recite durante todo el embarazo:

“Al.lah es la Luz de los cielos y de la tierra. Su Luz es comparable a una hornacina en la que hay un pabilo encendido. El pabilo está en un recipiente de vidrio, que es como si fuera una estrella fulgurante. Se enciende con aceite de un árbol bendito, un olivo, que no es del Oriente ni del Occidente, y cuyo aceite casi alumbra aún sin haber sido tocado por el fuego. ¡Luz sobre Luz! Al.lah dirige a Su Luz a quien Él quiere. Al.lah propone parábolas a los hombres. Al.lah es Omnisciente”.

2. Se recomienda que el padre ingiera peras:

En la obra Al-Kafi está registrada una narración del Imam As-Sadiq (P) que dice: “Él mientras observaba a un bello niño dijo: ‘Sin duda el padre de este niño comió peras’”.

Así, también se ha transmitido que el Mensajero del Islam (BP) partió en dos una pera, una parte de ésta la dio a Ya’far Ibn Abi Talib y le dijo: “¡Come! La pera resplandece la piel y vuelve benévolo al hijo”.

3. Se recomienda que el padre ingiera endivia o achicoria.

4. Se recomienda que los padres ingieran sauiq (una mixtura hecha de garbanzo tostado, azúcar y cardamomo pulverizado):

Encontramos en las narraciones que en una ocasión, un hombre dijo al Imam As-Sadiq (P): “¡Oh, hijo del Mensajero del Dios! Nació un niño muy débil y atrasado mental”. El Imam (P) dijo: “Por qué no comes sauiq y recomiendas a tu esposa que también lo haga. En verdad que el sauiq incrementa la carne y fortalece los huesos, y no tendrás hijos, a menos que sean corpulentos”.

5. Se recomienda ingerir granada.

Invocación para concebir

  1. Se ha transmitido que el Imam As-Sadiq (P) recomienda la siguiente súplica:

اللهم لا تذرني فرداً و انت خير الوارثين وحيداً وحشا فيقصر شكري عن تفكري بل هب لي عاقبة صدق ذكوراُ و اناثا اّنس بهم من الوحدة و اسكن اليهم من الوحدة و أشكرك عند تمام النعمة يا وهاب يا عظيم يا معظم ثم أعطني في كل عافية شكراً حتى تبلغني منها رضوانك في صدق الحديث و اداء الأمانة و اوفاء بالعهد.

ALLAHUMMA LA TADHARNI FARDAN UA ANTA JAIRUL UARIZIN UAHHÍDAN UAHSHA FAIAQSSURU SHUKRI AN TAFAKKURI BAL HABLI ‘AQUIBATA SEDQIN DHUKURAN UA UNÁSA ÁNASSU BIHIM MINAL UAHDATE UA ASKUNU ILAIHIM MINAL UAHHDATI UA ASHKURUKA ‘INDA TAMAMIN NI’MATI IA UAHABU IA ‘ADHIMU IA MU’DHIM ZUMMA A’TTINI FI KULLI ‘AFIATIN SHUKRAN HATTA TUBLIGUNI MINHA RIDUANAKA FI SSIDQUIL HADIZI UA ADA-IL AMANATI UAL UAFA-I BIL ‘AHD.

“Dios nuestro no me dejes solo, y Tú eres el mejor de los herederos y Único, pues disminuiría mi agradecimiento, otórgame una progenie veraz, varones y mujeres, que por intimar con ellos saldría de la soledad y me tranquilizaría y te agradecería si colmas con tus mercedes, oh, Generosísimo, oh Majestuoso, oh Excelso, también otórgame la posibilidad de agradecerte en cada bien hasta que me hagas llegar a Tu satisfacción en la veracidad de la palabra, en la retribución de la confianza y en la fidelidad en el pacto.”

2. Otra narración de este mismo Imam (P) dice que se reciten las siguientes dos aleyas cuando se está prosternado:

“¡Señor mío! Concédeme una beata descendencia, porque Tú escuchas a quien Te invoca.” (3:38)

“¡No me dejes solo! ¡Pero Tú eres el Mejor de los herederos!” (21:89)

3. En otra narración está registrado que dijo:

“Después de la oración de los viernes realizad dos ciclos de oración y una larga inclinación y prosternación. Entonces decid:

اللهم إني أسألك بما سألك به زكريا ربي لا تذرني فرداً و أنت خير الوارثين اللهم هب لي من لدنك ذرية طيبة إنك سميع الدعاء اللهم باسمك استحللتها و في أمانتك أخذتها فإن قضيت في رحمها ولداً فاجعله غلاماً مباركاً و لا تجعل للشيطان فيه شركاً و لا نصيباً.

ALLAHUMMA INNI AS-ALUKA BIMA SA-ALAKA BIHI ZAKARIAH RABBI LA TADHARNI FARDAN UA ANTA JAIRU UARIZIN ALLAHUMMAHHABLÍ MIN LADUNKA DHURRÍATAN TTAIIBATAN INNAKA SAMI’UD DU’A- ALLAHUMMA BISMIKA ISTAHLALTUHA UA FI AMÁNATIKA AJADHTUHA FAIN QADDAITA FI RAHHÍMIHA UALADAN FAYA’ALAHU GULAMAN MUBARAKAN ZAKÍAN UA LA TAY’AL LI SHAITTANI FIHI SHARAKAN UA LA NASSÍBAN.

“Dios nuestro, ciertamente te pido del mismo modo que te pidió Zakarías: Dios mío, no me dejes solo y Tú eres el mejor de los herederos. Dios nuestro, concédeme una beata descendencia, ciertamente que Tú escuchas la súplica. Dios nuestro en Tu nombre la convertí en lícita (al casarse con su esposa), y la tomé como una encomienda tuya, entonces si destinas en su vientre un niño, hazlo que sea bendito y purísimo, y no permitas a Satanás que se apodere de él ni tome parte de él.”

4. En la mañana y en la noche decir setenta veces “Subhanal.lah” (Glorificado sea Dios) y diez veces “astagfurul.lah Rabbi wa atubu ilaihi” (Pido perdón a mi Dios y me vuelvo hacia Él), después nueve veces “subhanal.lah” y una vez “astagfurul.lah Rabbi wa atubu ilaihi”.

5. Cada día, en la aurora, repetir cien veces:

“astagfurul.lah Rabbi wa atubu ilaihi”, que en caso de olvidarse puede recitarlo más tarde.

B) En el momento de la relación sexual

La alimentación

Ninguno de los dos debe estar ebrio ni haber consumido alcohol; ya que esto provoca la falta de vitamina D y como consecuencia los huesos del niño serán débiles.

El Dr. Wasen considera: “Si encuentran a un niño retrasado mental, y pueden investigar y obtener información correcta respecto a la situación que tienen los padres de éste, llegarán a la conclusión de que uno de éstos en el momento de engendrar estaba ebrio”.

Así, también el tipo de alimento (desde la perspectiva de su licitud y pureza) que se ingiere, causa un gran efecto en el hijo. Es necesario poner atención suficiente en este tema.

El estado de los padres

El sistema mental y la condición psíquica del padre y de la madre en el momento de la concepción influirán en el aspecto mental y espiritual del hijo. En los siglos pasados, este efecto fue experimentado en los animales por medio de uno de los Profetas (P). Se ha transmitido que Moisés (P), cuando era pastor de Shu’aib (P) hicieron entre ellos un pacto en el que se establecía que desde ese momento cualquier oveja pía (blanca con manchas negras) que naciese en el rebaño sería entregada a Moisés (P) en forma de pago. Cuando el pacto fue realizado, Moisés (P) arrancó algunos pedazos de su báculo (una parte tenía piel y la otra no, como si fuese de dos colores), y colgó sobre éste una capa de dos colores colocándola luego en el lugar donde pastaba el rebaño, de modo que cuando se cruzaban los machos con las hembras observaban la capa que se encontraba en el pastizal.

Llegó el fin de año y Moisés fue a cobrar sus honorarios. El Profeta Shu’aib (P) quedó sorprendido al observar que la mayoría de las crías de las ovejas eran pías, entonces preguntó el porqué, y Moisés (P) respondió: “El estado de la oveja cambió por medio de lo que veían en el momento de cruzarse”.

A continuación de la narración en la que habla de los efectos, recomienda al padre y a la madre, que en el momento del coito, realicen la ablución y recuerden a Dios. Es evidente que el recordar a Dios brinda tranquilidad al corazón, causando un efecto positivo en el hijo. Así, también, el fuerte deseo sexual de la pareja, definitivamente, constituye un gran efecto en la belleza e inteligencia del niño. El temor y preocupación de los padres en el momento del coito producen el peor efecto en el hijo; tal y como la tranquilidad de los padres produce el mejor de los efectos en éste.

Puede percibirse perfectamente en el embrión el efecto que produce un gran cansancio. Esto lo debilita y enferma. En una de las narraciones de los Inmaculados Imames (P) se ha trasmitido que dijeron: “La noche que regresáis de un viaje, así como la noche que deseáis viajar, no tengáis relaciones con vuestra esposa” (con el fin de concebir).

No es recomendable tener relaciones en las primeras horas de la noche, con el cuerpo cansado y el estómago lleno, sino que este acto es preferible realizarlo en las horas finales de la noche cuando ya el cuerpo ha descansado y también el estómago está vacío. La experiencia también ha demostrado que los hijos que fueron engendrados en las últimas horas de la noche cuentan con más inteligencia.

Existe una narración del Imam As-Sadiq (P) que dice: “Realizad la consumación nupcial por la noche y dad banquetes durante el día”.

3. Los factores naturales y sus efectos en el cuerpo

En ocasiones, se producen cambios especiales en el embrión. Estos cambios pueden ser ocasionados por los cambios naturales de los genes y por la división irregular de los cromosomas. Los factores más importantes que pueden influir en el cambio de la naturaleza de los genes son:

A) Los rayos ultravioleta: estos rayos tienen beneficios y perjuicios, como por ejemplo los cambios que provocan en la generación y raza.

B) Los rayos X: estos rayos llegan de otros planetas a la Tierra, según la estación del año, la presión, humedad y sequedad de la atmósfera y otros. Lo interesante es que, inclusive los eclipses de sol y luna también influyen, en gran medida, en el embrión y su forma. Aquellos que aceptan la teoría de la mutación y la han analizado dicen: “La estación del año, el calor, el frío, el lugar donde es concebido el embrión y la humedad de la atmósfera, todos estos factores producen un efecto profundo en el embrión”.

Al analizar las narraciones también se deduce que, por ejemplo, el tiempo desfavorable para llevar a cabo una relación sexual es durante un eclipse lunar o solar, así como durante un huracán o sismo.

C) Los rayos infrarrojos; entre las particularidades principales de estos rayos se encuentran los cambios que producen en los genes de las células de los órganos sexuales.

D) Rayos gamma; el elemento de los rayos gamma se deriva de partículas de energía, y de esta forma, una de sus particularidades es la radiación electromagnética de altas energías que posee. Estos rayos dañinos existen en los rayos solares y producen numerosos efectos negativos en las células primarias que aparecen, aproximadamente, después de treinta años.

Ahora, tomando en cuenta este punto, es interesante que pongamos atención en la narración que habla a este respecto:

Se ha transmitido que el Mensajero del Islam (la paz sea con él y su descendencia) dijo a 'Ali (la paz sea con él): “¡Oh, 'Ali (P): no sostengáis relaciones sexuales con tu esposa bajo los rayos solares, a menos que coloquéis un velo que os cubra ya que, en caso de que concibáis a un hijo en este estado, estará siempre durante toda su vida triste y desdichado hasta que muera!”.[1]

Tal vez hallemos una relación científica con estas palabras en que, en caso de que exista algo que evite que los rayos radien directamente, su efecto decrece, cuestión de la que hace poco tiempo atrás la humanidad se percató.

Sabemos que los efectos que producen los rayos, generalmente, tienen que ver directamente con la temperatura del cuerpo, así como con el grado de humedad de éste. En el momento de la fecundación –y bajo los rayos del sol- se produce una gran eliminación de aguas del cuerpo; por lo tanto la piel se encuentra más húmeda y la temperatura del cuerpo aumenta. En ese momento, la capacidad de influencia de los rayos ultravioletas es mucho mayor, provocando alteraciones por medio de la rotura de los filamentos que componen a los cromosomas y la desviación de los genes del lugar donde corresponde que estén, y posiblemente, muchos otros miles de efectos negativos.

Los rayos del cosmos provocan alteraciones dañinas en las células y echan a perder a los cromosomas que se encuentran en los miembros genitales masculinos y femeninos; o sea, destruyen los elementos que tienen la tarea de trasladar las características hereditarias especiales de una generación a otra.

Es posible que el cromosoma dañado produzca la imperfección de un miembro.

El Islam, en los siglos anteriores, sin tener los instrumentos médicos ni de laboratorio, puso siempre atención en los aspectos científicos de la vida del ser humano, e inclusive tuvo en cuenta al más insignificante de ellos. Con los testimonios que se tienen respecto a los efectos y factores de la atmósfera sobre todo aquello que compone la tierra, no pueden negarse los horarios convenientes y perjudiciales para sostener una relación sexual así como para concebir.

El Islam, que es una religión completa y perfecta, pone atención, en todos estos casos, a todos los puntos y, basándose en cada uno de ellos, dictó órdenes y preceptos al respecto. Por ejemplo, se considera que la concepción en los días finales del mes lunar es detestable y provoca un efecto negativo en el cuerpo y alma del embrión.

Del Imam Musa Al-Kadim (la paz sea con él) se ha narrado que este Inmaculado transmitió: "Aquel que desee concebir a finales del mes lunar deberá estar preparado ya que su hijo será abortado".[2]

Así también, se han transmitido narraciones respecto a que han considerado prohibido concebir a principios y mediados del mes lunar, no obstante, existe una narración del Imam 'Ali (P) que hace referencia a que este acto es preferible que se lleve a cabo la noche anterior al día primero del mes Santo de Ramadán.[3]

La ciencia humana no ha llegado aún a descubrir qué fenómeno ocurre, por orden de Dios, esa noche en la fuerza eléctrica de la luna y de la atmósfera, que neutraliza el efecto negativo de ésta en las células de los genitales masculinos y femeninos.

Estamos en espera del día en que la ciencia humana pueda llegar a descubrir este asunto.

4. Actos desaconsejables en el momento de la concepción

Dado que los Inmaculados Imames (la paz sea con ellos) han advertido acerca de los actos que, en el momento de la concepción, son desaconsejables y provocan un efecto negativo como por ejemplo la enemistad con los Imames (la paz sea con ellos)[4]. Es necesario que se ponga suma atención en las recomendaciones que se han dicho respecto a este asunto:

1. Ver el miembro genital de la mujer en el momento de la concepción, provoca la ceguera del hijo.[5]

2. Hablar algo fuera de las invocaciones a Dios, provoca que el hijo nazca mudo.

3. Estar untado de henna en el momento de la concepción, provoca que el hijo sea afeminado.

4. Llevar consigo un anillo que en él esté escrito una aleya o súplica a Dios.[6]

5. Sostener relaciones con su esposa pero pensando en otra mujer, provoca locura en el hijo.[7]

6. Tener relaciones ante un niño que está viendo la escena o escucha las respiraciones de éstos, provoca que el niño que presenció la escena, fornique.[8]

7. De cara o espaldas a la Qibla, lleva consigo la maldición de Dios y de los ángeles.[9]

8. En el camino o navegando, lleva consigo la maldición de Dios y de los ángeles.[10]

9. Tener relaciones completamente desnudos sin tener nada que los cubra es desaconsejable.[11]

10. Concebir después de que el hombre haya tenido una eyaculación anterior y sin antes haber hecho la ablución o llevado a cabo el baño completo, puede ser causa de locura en el hijo.[12]

11. Tener relaciones en posición de parado provoca que el hijo se orine por las noches.[13]

12. La mujer, una vez embarazada, si no tiene ablución cuando mantiene relaciones, provoca que el hijo sea envidioso y tenga ceguera interna.

13. Tener relaciones en la azotea provoca que el hijo se vuelva falso, hipócrita y hereje.[14]

14. Bajo un árbol frutal, que como consecuencia de esto, el hijo será cruel o jefe de los opresores.[15]

15. Tener relaciones bajo los rayos directos del sol, provoca que el hijo sea desdichado hasta que muera.[16]

5. Lo que es bueno efectuar durante la relación sexual[17]

1. El domingo por la noche, que como consecuencia, el niño será un memorizador del Sagrado Corán y estará satisfecho con lo que Dios le destinó.[18]

 

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Fuente: Un Hijo Benevolente; Una Flor del Paraíso; Publicado por: Editorial Elhame Shargh

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

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[1] Wasa'il Ash Shi'ah, Kitab An Nikah, T. VII, Sec. 149, P. 187.

[2] Wasa'il Ash Shi'ah, Kitab An-Nikah, T. VII, Sec. 63.

[3] Ídem, T. VII, Sec.90.

[4] Tahdhib, T. VII, P.  407, h.135; Al Faqih, T. III, P.  404, h. 4414; Bihar, T. XXXIX, P. 278, h.82.

[5] Bihar, T. LXXVI, Sec. 67, P. 337, h.2; Wasa'il Ash Shi'ah, Kitab An Nikah, T. VII, Sec. 85.

[6] Wasa'il Ash Shi'ah, Kitab An Nikah, T. VII, Sec. 105.

[7] Ídem, Sec. 188.

[8] Al-Kafi, T. V, P. 500; Wasa'il Ash Shi'ah, Kitab An Nikah, T. VII, Sec. 94.

[9] Wasa'il Ash Shi'ah, Kitab An Nikah, T. VII, Sec. 98.

[10] Ídem.

[11] Wasa'il Ash Shi'ah, Kitab An Nikah, T. VII, Sec. 188.

[12] Ídem, Sec. 99.

[13] Ídem, Sec. 189.

[14] Ídem.

[15] Ídem, Sec. 187.

[16] Ídem.

[17] Para más información respecto a las narraciones mencionadas, puede recurrirse a las siguientes obras: Al-Kafi, T. V; Wasa'il, T. XIV, Mustadrak, T. VI; Bihar, T. X y LVIII, P. 62, 89 y 103.

[18] Wasa'il Ash Shi'ah, T. VII, Sec. 190.

[19] Ídem.

[20] Ídem.

[21] Ídem.

[22] Ídem.

[23] Ídem.

[24] Ídem.

[25] Hiliatul Muttaqin.

[26] Wasa'il Ash Shi'ah, T. VII, Sec. 89.

[27] Ídem.

[28] Ídem.

[29] Ídem.

[30] Ídem.

[31] Ídem, Sec. 90.

[32] Ídem.

[33] Ídem, Sec. 99.

[34] Ídem. Sec. 187.

[35] Ídem.

[36] Ídem.

[37] Ídem.

[38] Ídem.

[39] Ídem, Sec. 189.

[40] Ídem.

[41] Wasa'il Ash Shi'ah, T. VII, P. 79.

[42] Ídem, Sec. 81.

[43] Ídem, T. XX, P. 117, Sec. 55, h. 25180.

[44] Ídem, T. VII, Sec. 96.

[45] Wasa'il Ash Shi'ah, T. VII, Sec. 65.

[46] Ídem.

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