Ramadán 2025: bajo la sombra de la destrucción, el hambre y la lucha por la dignidad palestina

Sdenka Saavedra Alfaro

Escritora, corresponsal de HispanTV

Hoy, la mayoría de la población Gazatíe, experimenta inseguridad alimentaria —2,2 millones de personas según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) —, 1,9 millones de palestinos —95% de la población— fueron desplazados de sus hogares. Una Gaza desplazada entre la muerte y la destrucción; pues se ha convertido en ciudades de tiendas de campaña, y en centros de refugio, improvisados, inundados otros por las lluvias, obligados a vivir en la intemperie, rodeados de escombros, sin calefacción, ni recursos, frente a la Comunidad Internacional que hace caso omiso al abordar la catástrofe humanitaria.

Sumidos en un páramo de escombros, sin agua, ni electricidad, en la hambruna; familias enteras se encuentran hoy en la Franja de Gaza, en una batalla por la supervivencia, obligados a vivir dentro de tiendas de campaña ruinosas que no los protege del frío invernal, donde ya fallecieron 15 bebés por hipotermia, sin la existencia de artículos de primera necesidad, especialmente en el Norte, tras la marcha de la victoria —después del alto al fuego, 19 de enero 2025— que los llevó de retorno a sus hogares destruidos, llevando siempre la firme convicción de que no dejarán su tierra, respuesta a todo plan de limpieza étnica, y ambición burlesca de adueñarse del enclave palestino, tal cual lo señala Trump, en su deshumanizado vídeo de reconstrucción de Gaza.

El 90% de su infraestructura ha sido rebasada, según la ONU, 42 millones de toneladas de escombros, en estos más de 15 meses de genocidio perpetrado por el régimen israelí, y según un estudio de la revista “The Lancet”, la esperanza de vida promedio en la Franja se redujo casi a la mitad a 40,5 años; es decir que Gaza tiene, con diferencia, la esperanza de vida más baja del mundo, 26 años menos que Sudán y 18 años menos que Somalia, de acuerdo las cifras más recientes de la propia ONU.

La vida en Gaza antes del 7 de octubre de 2023, cuando se llevó a cabo el inicio de la Tormenta de Al-Qasa, que provocó la derrota del régimen israelí, ya era dura, bloqueada, no solo política o jurídicamente, sino por aire, mar y tierra, convertida en una cárcel a cielo abierto, con duras restricciones de entradas y salidas; de acuerdo al Banco Mundial casi dos tercios de sus habitantes estaban sumidos en la pobreza y miles de personas vivían en campos de refugiados.

Durante este último mes, el ejército israelí al no poder aniquilar a los movimientos de resistencia en Gaza, incursionó sus ataques y operativos en Cisjordania ocupada, llegando a un punto culminante con el despliegue de tanques en Yenín, el primer incidente de este tipo desde que lanzó una sangrienta represión contra los palestinos durante la Segunda Intifada (2000-2005).

En estos momentos, las fuerzas de ocupación israelíes se encuentran atacando viviendas palestinas, utilizando excavadoras, destruyendo viviendas, preludio de una anexión forzosa en Cisjordania ocupada, aplicando su estrategia “Muro de hierro”, desde el 21 de enero de 2025, que ha expulsado de sus hogares a alrededor de 40.000 palestinos en los campos de refugiados de Yenín, de Tulkarem, Nur Shams y el de Faraa en Tubas, y donde fueron asesinados más de 200 palestinos, según datos de la ONU.

En este panorama desolador, llega Ramadán a Palestina, el mes del perdón y la misericordia divina, donde miles de fieles musulmanes, están yendo a rezar a las mezquitas destruidas; pues Israel ha destruido más del 79% de ellas, demoliendo también iglesias en Gaza, constituyéndose una violación al derecho internacional, y los derechos humanos.

En ese sentido, el régimen israelí con el auspicio de EEUU y los países europeos, con su objetivo represivo, de apartheid, y de colonización también lleva una política de judaización, una estrategia que quiere cambiar el carácter histórico palestino de la ciudad, entre los cuales se intenta eliminar estos preceptos y pilares islámicos, culturales, tradicionales; ya que también los palestinos en Cisjordania ocupada y Gaza están sujetos a un régimen de permisos otorgados por Israel que limita en la práctica su libertad de movimiento y de culto.

Este mes de Ramadán 2025, debe ser la victoria de las causas de los oprimidos y explotados frente a las injerencias, injusticias de la ignorancia de la hegemonía mundial, como lo están siendo nuestros hermanos en Palestina. Pues este tiempo es el mes donde uno debe ser empático con los que tienen hambre; es decir con los más oprimidos, con los más necesitados, en este periodo se debe acrecentar la comprensión hacia ellos, decía Muhammad (PBD) respecto a este mes:

“Recordad, por medio de vuestra hambre y sed en este Mes, la sed y hambre del Día de la Resurrección. Dad limosna a vuestros pobres e indigentes; respetad a vuestros mayores y tened misericordia de vuestros niños; fortaleced los lazos con vuestros parientes; retened vuestras lenguas (de aquello que no se debe decir), cerrad los ojos ante aquello que no es lícito para vosotros mirar y alejad vuestros oídos de aquello que no es lícito para vosotros escuchar; y sedes benevolentes con los huérfanos de la gente para que sean benevolentes con vuestros huérfanos (una vez que hayáis partido)”.

Debemos recordar que en el mismo lugar donde está la mezquita de Al Aqsa, la que se encuentra en Jerusalén (Al Quds), están el Muro de los Lamentos para los judíos, y, por otro lado, la Iglesia del Santo Sepulcro para los cristianos, “Palestina, es la cuna de las religiones divinas, siempre respetada por todos los pueblos del mundo..."; sin embargo, como lo estamos comprobando con el plan de anexión, y las constantes represiones a los musulmanes, que los impide rezar en la explanada de las mezquitas, el sionismo israelí constantemente utiliza Al-Quds como trofeo de guerra.

Hoy, más que nunca no debemos dejar de apoyar y hablar de Palestina que es la causa de la humanidad, como ya lo están haciendo Yemen, el Líbano, Irak, Irán, Latinoamérica, y otros países en donde también se celebra el mes de Ramadán; pues el Eje de la Resistencia seguirá en pie de lucha continuando y desempeñando su papel para salvaguardar Al Quds (Jerusalén) y la Mezquita Al-Aqsa, porque Palestina volverá hacer libre y soberana, en virtud de la aleya: “Preparad contra ellos toda la fuerza y toda la caballería que podáis para con ello atemorizar al enemigo de Dios y vuestro y a otros que no conocéis, pero que Dios conoce” (Corán, Sura VIII, aleya 60); pues ese sentimiento que los une tiene otro tipo de connotación que no es estático, sino perenne en el tiempo, el mismo que es una chispa constante contra el sometimiento de los que creen en la regencia de Dios sobre la Tierra, de ahí es que siempre saldrán victoriosos.

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www.islamoriente.com; Fundación Cultural Oriente

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