Las mujeres memorizadoras y lectoras del Sagrado Corán en los comienzos del Islam
Basado en libros de grandes sabios
Traducido por: Zohre Rabbani
Colaboración: Masuma Assad de Paz
Las primeras etapas de aprendizaje de los musulmanes comenzaron a través de la memorización del generoso Corán.
Apenas se revelaba una aleya, encontraba su lugar en los corazones, y en este proceso no hubo diferencia entre mujeres, hombres e incluso niños.
La memorización de las aleyas es el mejor medio frente al ataque cultural secular y un compañero para la soledad y preocupaciones del hombre. Dijo el Imam Sayyad (la paz sea con él):
“Si muriesen todos los seres vivos que existen entre Oriente y Occidente el temor no me embargaría si el Corán estuviese conmigo”. [1]
Dios también dice: “En la medida de lo posible, lee el Corán”.[2]
Y en los dichos leemos que en la medida en que recites el Corán, preparas el terreno para familiarizarte con el resto de éste.
Un día, Salmán Farsi (el persa) visitó al enviado de Dios (la paz sea con él y su descendencia), le pidió algún consejo y el Profeta le contestó: "Oh, Salmán: recita el Corán porque es la compensación de los pecados, un escudo frente al fuego y motivo de alejamiento del castigo." [3]
En otro dicho dijo: “Los memorizadores del Generoso Corán son abanderados del Islam, respetadlos, ya que su respeto y veneración es respeto a Dios, y la falta de respeto hacia ellos atraerá la maldición divina.”[4]
Por lo tanto, el Corán debe ser consejero para sus memorizadores, es decir aniquilador del orgullo y disipador de los obstáculos que impiden alcanzar la perfección.
Señalaremos como ejemplo, vida y nombre de numerosas mujeres que se esforzaron en el campo de la lectura, memorización y práctica del Corán en especial en la época del Príncipe de los Creyentes, Imam Alí (P.).
1. Fedda
Ella era la hija del rey de
Fedda, ya en territorio islámico, quedó cautivada por la religión y espiritualidad y se contó entre las voluntarias servidoras.
Ella encontró un lugar especial cerca de Ahlul Bait (la familia del Profeta) y fue de las memorizadoras del Corán. Fedda fue compañera de Fátima en todos los momentos difíciles de su vida. Uaraq Ibn Abdullah dice: "En el momento del Tauaf en los días de Hayy (Peregrinación a
Me acerqué a ella y le dije: “Usted debe tener relación con Ahlul Bait”, ella contestó que sí. Luego le dije: “Quién eres”. Ella dijo: “Yo soy Fedda, la servidora de Fátima Zahra (la paz sea con ella)”. Le propuse detenerse un momento en el mercado de trigo luego de la circunvalación para responder a mi pregunta.
Me dirigí allí luego de terminar con mi circunvalación (tauaf).
La vi sentada en un rincón. Dije: “Cuéntame acerca de cuál fue la situación de Fátima Zahra en el momento del fallecimiento de su padre y de su propio fallecimiento.”
Cuando apenas escuchó esta frase se le brotaron las lágrimas y dijo: “Oh, Uaraqah, me hiciste recordar mis angustias...”
Luego, me relató las frases de Fátima Zahra (la paz sea con ella), luego del fallecimiento de su padre hasta su propia partida...[5]
Fedda había contraído matrimonio dos veces, uno con Abu Za’labeh Habashi y otro con Salik Qatfan.
Un día Salik visitó a Omar y se quejó de ella diciendo que se había casado pero que no le obedecía en lo que refiere a sus deberes conyugales.
Omar, mandó a buscarla y le preguntó cuál era el motivo de su actitud. Fedda contestó: “Yo estaba en el periodo de Idda[6], y el acercarse a mí era pecado, ya que quería asegurarme de que no estaba embarazada de mi esposo anterior.”
Omar dijo: “Un solo cabello de la familia de Abu Taleb es más sabio que toda la tribu de ‘Addi.”
Abdallah Ibn Salam cuenta: “Un día en el viaje hacia la peregrinación, Fedda se había atrasado de la caravana. Le pregunté: “¿Quién eres?” y ella me contestó: "…di: salam (paz), pronto sabrán". (Faqul salamun, fasaufa ia`lamun, Corán, 43:89.
A través de esta aleya me quiso hacer entender que primero salude y luego pregunte.
La saludé y le interrogue: “¿Qué haces en este desierto?” Dijo: "Aquél a quien Dios dirige nadie podrá extraviarlo" (man iahdillahu fama lahu min muddil), (Corán 39:37). Haciendo entender que ha perdido el camino pero no está perdida ella, en cuanto a su creencia.
Le dije: ¿eres un ser humano o un genio? Y me contesto: "Oh, hijos de Adán, atended a vuestro atavío siempre que oréis…" (ia bani adam, juzuzinatakum ìnda kulli masyid), Corán, 7:31. Haciendo entender que es un ser humano.
Le pregunte: “¿De dónde vienes? Me respondió: "Es como si se les llamara desde lejos" (iunaduna min makani ba`id), (Corán, 41:44). Quiso dar a entender que viene de un lujar lejano.
Le pregunté: "¿A dónde vas? Y me respondió: "Dios ha prescrito a los hombres la peregrinación a la casa, si disponen de los medios…" (ua lillahi `ala nasi hiyyul baiti, Manistatta`ah ilaihi sabila…), Corán 3:97. Haciendo entender que se dirige hacia la peregrinación.
Le pregunté: "¿"Cuántos días hace que saliste de tu casa? Me respondió: "Creamos los cielos, la tierra y lo que entre ellos está en seis días, sin sufrir cansancio". (ua la qad jalaqnas samauati ual ardda ua ma bainahuma fi settate aiiamin ua ma massana min luquben), (Corán 50:37) Haciendo entender que hacía seis días que estaba en viaje.
Le pregunté: "¿Desea comer?" y ella respondió: "No les dimos un cuerpo que no necesitara alimentarse" (ma ya`alnahum yasadan la ia`kuluna tta`am). Corán, 21:8. Haciendo entender que tenía hambre.
Lo que tenía conmigo le ofrecí y luego le pedí que se apurase para poder alcanzar la caravana. Me respondió: "Dios no pide nada a nadie, más allá de sus posibilidades". (la iukallifullahu nafsan illa us`aha), (Corán 2:286). Haciendo entender que no puede avanzar más rápido de lo que está haciendo.
Le dije que suba a la parte trasera de mi vehículo. Me respondió: "Si hubiera habido en ellos otros dioses distintos a Allah se habrían corrompido" (lau kana fihima alihatun illa Allah lafasadata), (Corán, 21:22) Quiso hacer entender que ella no subía a un vehículo donde iba un hombre.
Me sorprendió esta respuesta, bajé del vehículo y la ayudé a subir. Luego dijo: "Gloria a quien ha sujetado esto a nuestro servicio". (subhanalladhi sajjara lana hada) (Corán, 43:12)Agradeciendo a Dios de este modo.
Cuando llegamos a la caravana le pregunté si acaso tiene algún conocido en esta caravana. Y me respondió con cuatro aleyas de Corán que contenían los siguientes nombres: Daud, Muhammad, Iahia, Musa. Entré en la caravana y exclamé los cuatro nombres. Cuatro jóvenes vinieron hacia nosotros. Le pregunté a la dama quiénes eran ellos y me respondió: "La hacienda y los hijos son ornato de la vida mundanal" (al mal ual banun zinatu haiatid dunia), (Corán, 18:46)
Luego, les dijo a sus hijos: "Oh, padre, dadle un empleo a este hombre, no podráis emplear a nadie mejor que este hombre, fuerte, de confianza." (la abatista`yerhu inna jaira manista`yarta al qauiul amin), (Corán, 28:26) A través de esta aleya- que es la palabra de las hijas de Shu`aib a su padre respecto a Moisés- quiso pedir a sus hijos que remuneren a este hombre.
Tras ello, sus hijos me remuneraron muy bien. Sin embargo, por lo que luego dijo, le pareció poco: "Así multiplica Dios a quien Él quiere". (uallahu iuda`ifu lima iasha') (Corán, 2:161)
Ellos multiplicaron la suma. Les pregunté: "¿Quién es esta dama que memorizó tan bien el Corán?" Dijeron: "Esta es nuestra madre, Fedda, servidora de Fátima Zahra (la paz sea con ella) y hace más de veinte anos que habla solamente a través de aleyas de Corán."[7]
2. Bunaneh, hija de Iazid Ibn `Asim el Azudi
Fue una lectora del Sagrado Corán. Los Jauarey[8] en el año 68 de la hégira decidieron matarla. Ella les preguntó: “Ay de vosotros, ¿acaso hasta ahora han visto que los hombres matan a las mujeres? ¿Ay de vosotros, me matáis siendo que estoy sola y matarme no tiene beneficio para vosotros y yo tampoco represento un daño para ustedes. ?
En ese mismo momento un hombre de los jauarey gritó: "¡Que la maten!" Otra persona dijo: “No le hagan nada, porque su existencia no les hace daño”.
Finalmente un grupo de los jaurey que consideraron su belleza como causa de sedición la mataron mientras dormía.
3. Hafza, la hija de Sirin
Ella vivió en la época del Imam Alí (la paz sea con él) durante algún tiempo, y pertenecía a una de las grandes familias descendientes del Profeta (la paz sea con él y su descendencia). Era famosa por su adoración, su erudición en la jurisprudencia islámica, su lectura del Corán y conocimiento de los hadices.
Cuenta Aias Ibn Mu`auia: “No encontré a nadie más virtuoso que ella. A los doce años recitaba perfectamente el Corán y preguntaba todas sus dudas a su padre”.
El propio Aias, cuando veía a la gente con dudas respecto a la recitación de Corán decía: “Preguntad a Hafza respecto a la recitación correcta”.
De estas palabras, nos damos cuenta de que Hafza conocía bien todas las diferentes formas de recitación del Corán.
Cuentan que todas las noches recitaba la mitad del Corán y que durante treinta años no salió de su lugar de adoración, excepto para satisfacer sus necesidades y todos los días del año ayunaba, excepto los días no permitidos.
Hafza fue una transmisora de dichos del Profeta Muhammad (B.P.), por medio de las siguientes personas: Iahia, Anas Ibn Malek, Umm Attiah Ansari, Rubab Ummu Rai’, Abil ‘Aliah, y Jiarah Ummul Hasan Al Basari y a su vez, otros relataron los dichos del Profeta (la paz sea con él y su descendencia) a través de ella como: Salman Ibn ‘Amer, al Dhabi, Muhammad Ibn Sirin, Qutadeh, Assem y Husham Ibn Hassan.
Como ejemplo, ella cuenta de Anas Ibn Malek el siguiente dicho: “Oí decir al enviado de Dios: 'los Imames, luego de mí, son doce'. Luego bajó su voz y le oí decir: 'todos pertenecen a Quraish'. ”
Tabarani transmitió cerca de cincuenta hadices del Enviado de Dios[9] por Hafza Bent Sirin, que a su vez han sido transmitidos por Um Atiah.
Hafza falleció en el año 101 de la hégira lunar a los setenta años y, según otra versión, cuando tenía noventa y dos años.
4. Haua (Esperanza)
Fue una esclava que se dedicaba a la recitación del Corán y a la composición de la poesía, y fue de las amantes de la familia Inmaculada de Ahlul Bait. Ésta había sido obsequiada al Imam Husain, por Mu’auiah.
Una de las características importantes de Mu’auiah fue su astucia. Había sido gobernador de Shama durante veinte años y también por aproximadamente veinte años fue califa de los musulmanes. Tener la posibilidad de gobernar durante tantos años habiendo quienes tenían un lugar muy superior desde el punto de vista de conocimiento y posición, demuestra su inteligencia y astucia. Mu’auiah, con el fin de encubrir sus diferencias con la familia del profeta, tramó un engaño. Le envió al Imam Husain (la paz sea con él) a su bella esclava llamada Haua, quien le había costado a cien mil derhames.
Se relata que Mu’auiah había preguntado un día a su ministro Amru As: “¿Sabes quién merece tener a esta esclava?” Amru As dijo: “Usted mismo.” Él agregó: “No, ella es especial para Husain Ibn Alí, ya que él es un ser humano honorable. Además tuvimos diferencias con sus padres que podrían disiparse a través de este regalo.”
Así fue como, la envió con ropas caras y muchas pertenencias junto a una carta para el Imam donde había escrito: “El príncipe de los creyentes (refiriéndose a sí mismo que era califa), compró una esclava que tiene una belleza asombrosa. No obstante, como acto de altruismo prefirió que fuese para usted”.
Cuando la esclava llegó, el Imam le preguntó: “¿Cómo te llamas?” Ella dijo: “Haua”. El continuó: “Haces honor a tu nombre. ¿Acaso tienes algo de memoria?” Ella respondió: “¿Desea que recite alguna sura del Corán o alguna poesía?” El Imam le dijo: “Corán”. Entonces ella comenzó a recitar la siguiente aleya:
“Ua 'indahu mafatihul gaib la ialamuha illa hua…”
Él posee las llaves de lo oculto. Sólo Él las conoce. Él sabe lo que hay en
El Imam quiso que le leyera una poesía. La esclava le preguntó: “¿Acaso puedo estar segura con cualquier poesía que lea?”
Imam Husain (la paz sea con él) dijo: “Sí”. Ella leyó estas poesías que hablaban del martirio del Imam.
“Anta ni'mal mata-u lau kunta tabqui.
Gairu an la baqa-a lil insani.”
“Qué bueno que sería que pudieras estar siempre.
Pero el tema es que el ser humano no permanece.”
El Imam se echó a llorar y dijo: “Tú eres libre y te pertenece todo lo que Muauiah envió contigo. ¿Acaso has compuesto alguna poesía para Muauiah también?” Entonces recitó:
“Ra-aitul fata iumddi ua iayma’u yahhdahu raya-al ginah, ual uarizuna qu’udun.
Ua ma lil fata illa nassibun mina ttuqa. Idza faraqad dunia ‘alaihi ia’udu.”
"Estoy viendo a un joven que pasa su vida y todo su esfuerzo está en obtener riqueza de este mundo mientras que sus herederos esperan su muerte.
No queda nada para el joven, a no ser que posea taqua (temor de Dios) que lo acompañará cuando parte de este mundo.”
El Imam Husain (la paz sea con él.) le regaló otros mil dinares más y le dijo: “Mi padre solía recitar esta poesía":
“Ua man iattlubud dunia limalin tasurruhu, fasaufa la-amri ‘an qalilin ialumuha. Idza adbarat kanat ‘alal mar-i fitnatan, ua in aqbalat kanat qalilan dauamuha.”
“Quien busca el mundo para obtener un bien con el fin de alegrarse, juro por mi vida, que después de un tiempo le reprochará a este mismo mundo.
Si el mundo abandona a la persona es una prueba para él, y si el mundo se aviene a la persona no será para siempre.”[10]
5. Hurrah, la hija de Halima Sa`díah
Halimah, era la esposa de Harez y fue conocida como Halimah Sa`díah por el nombre de uno de sus ancestros que se llamaba Halima Sa`díah. Ella era una mujer bella, honesta y nodriza del enviado de Dios (la paz sea con él y su descendencia).
Un día, Hurrah entró al palacio de Hayyay (uno de los gobernadores opresores de Bani Umaiah). Hayyay dijo: “¿Tú eres Hurrah, la hija de Halimah Sa`díah?” Respondió: “Se manifestó inteligencia y perspicacia de un individuo incrédulo y escéptico” (debido a que la conoció a ella). Hayyay dijo: “Dios te trajo aquí. Ha llegado a mis oídos que tú prefieres a Alí por sobre todos los discípulos del Profeta.” Ella contesto: “Quien te haya dicho esto te ha mentido, puesto que yo lo prefiero aún por sobre Adán, Noé, Lot, Abraham, David, Salomón y Jesús.” Hayyay dijo: “Ay, de ti, ¿lo prefieres más que a los grandes profetas? Si no argumentas lo que dices, te cortaré la cabeza.” Hurrah respondió: "Ésta no es mi palabra, sino que incluso Dios, Altísimo, lo considera superior en el Corán. Ya que en cuanto a Adán dice: Adán desobedeció a su Señor y se perdió". (Corán, 20:121).
Y respecto a Alí (la paz sea con él) dice: "Por cierto que ésta será vuestra recompensa y serán reconocidos vuestros esfuerzos." (Corán, 76: 22).
Hayyay dijo: "Muy bien, Oh, Hurrah, y dime con qué argumento lo prefieres por sobre Noé y Lot”. Hurrah dijo: "Dios, Altísimo, lo prefirió por sobre ellos y dijo: “Dios ejemplifica a los incrédulos con la mujer de Noé y la mujer de Lot: ambas se hallaban sometidas a dos virtuosos siervos de los nuestros, pero ambas les traicionaron y en nada pudieron defenderlas ante Dios porque se les dijo: "Entrad en el fuego con los réprobos", (Corán, 66:10), mientras que el Imam Alí (la paz sea con él) cumplió su casamiento bajo el Sidratul muntaha- un lugar honorífico en el paraíso- y su esposa fue Fátima, hija de Muhammad, por quien Dios se satisface con su satisfacción y se enoja con su enojo.
Hayyay dijo: "Bravo, ahora dime con qué argumento lo consideras superior al padre de los Profetas, Abraham, el amigo íntimo de Dios”. Hurrah dijo: “Dios, Altísimo lo prefiere, ya que en cuanto a Abraham dice: “Y de cuando Abraham dijo: "Oh, Señor mío, muéstrame cómo resucitas a los muertos". Díjole: “¿Aún no crees?” Dijo: "Sí, pero lo pido para tranquilidad de mi corazón." Díjole: “Toma cuatro pájaros, despedázalos y coloca un pedazo de ellos sobre cada montaña; llámalos luego, que vendrán velozmente hacia ti. Y reconoce que Dios es Poderoso, Prudente"(Corán, 2:260).
No obstante, el Príncipe de los Creyentes dijo: "Si se corriesen las cortinas (que existe entre esta vida mundanal y material, y el mundo espiritual e invisible) no aumentaría mi certeza. Ésta es una frase que nadie la ha expresado antes de él ni después de él, y nadie tiene dudas de que le pertenece."
Hayyay dijo: “Muy bien, ahora dime cómo argumentas tu preferencia por Alí (la paz sea con él) respecto a Moisés, el que platica con Dios”. Respondió: “Dios dice en cuanto a Moisés: “Amaneció, pues, en la ciudad, temeroso y receloso”, (Corán, 28:18). No obstante Alí (la paz sea con él) durmió en el lecho del Profeta (la paz sea con él y su descendencia) en la noche de la inmigración sin temor alguno, razón por la cual se reveló la siguiente aleya: “De entre la gente hay quienes sacrifican sus vidas por obtener la satisfacción divina”, (Corán, 2:207)
Hayyay dijo: "Muy bien. Ahora dime con qué argumento lo prefieres antes que a David y Salomón”. Dijo Hurrah: “Dios prefirió a David con la siguiente aleya: “Oh, David, ciertamente nosotros te pusimos como vicario en la tierra, decide pues entre los hombres, según justicia. No sigas la pasión si no te extraviará del camino de Allah". (Corán, 38:26)
Hayyay dijo: "¿A qué se refería su juicio?"
Hurrah dijo: “Era respecto a dos hombres; las ovejas de uno entraron en el jardín del otro y éstas estropearon sus uvas y su jardín. El dueño del jardín llevó su queja ante David y éste dictaminó que vendiera a las ovejas y pagara los gastos de reparación del jardín, pero Dios hizo entender a Salomón el fallo correcto. Su hijo Salomón dijo: “Padre, se debe pagar de la lana y de la leche de las ovejas y no arrebatar las ovejas de su dueño"".
Y el Corán al respecto relata: "Y de David y de Salomón, cuando juzgaron sobre la plantación, cuando el rebaño o de cierta gente se aposentó sobre ella durante la noche, y fuimos testigos de su juicio. Y le hicimos comprender a Salomón. Y dotamos a ambos de prudencia y sabiduría...", (Corán, 21:78-79). Mientras que nuestro Imam, el Príncipe de los creyentes dijo: “Saluni, amma fauqal arshi, saluni amma tahtal arshi, saluni qabla an tafqiduni” Preguntadme acerca de lo más elevado del trono. Preguntadme acerca de lo que hay debajo del trono. Preguntadme antes de que me perdáis.
El día de la victoria de Jaibar dijo el Profeta (la paz sea con él y su descendencia): “Afdalukum ua a’lamukum u aqdakum ‘Alí. “El mejor de entre vosotros, el más sabio entre vosotros y el más justo en el juicio es ‘Alí”.
Hayyay dijo: “Muy bien, y dime cómo le das preferencia por sobre Salomón”.
Dijo. “Dios, Altísimo lo prefirió: "Oh, Señor mío perdóname y concédeme un imperio que nadie después de mí, pueda poseer otro igual...". (sura 38: 35).
Mientras que nuestro Imam, el Príncipe de los Creyentes dijo: “Oh, mundo, me divorcio definitivamente de ti y no tengo ninguna necesidad de ti”. Por esta misma razón Dios reveló la siguiente aleya:
"Destinamos aquella morada del otro mundo para quienes no ambicionan predominio ni corrupción en la tierra, y la bienaventuranza será de los timoratos."(Corán, 28:83).
Muy bien, oh Hurrah y cómo lo prefieres por sobre Jesús, hijo de María. Ella dijo: "Dios Altísimo, lo ha preferido": "Cuando dijo Allah, Jesús, hijo de María, eres tú quien ha dicho a los hombres tomadnos a mí y a mi madre como dioses, además de tomar a Allah. Dijo: gloria a Ti, como voy a decir algo que no tengo por verdad. Si lo hubiera dicho Tú lo hubieras sabido, Tú sabes lo que hay en mí, pero yo no sé lo que hay en Ti. Tú eres Quien conoce a fondo las cosas ocultas…"
Luego Dios retrasó el fallo hasta el Día del Juicio Final. Pero Alí Ibn Abi Talib (la paz sea con él), cuando apareció la secta Naziríah (que creían en una falsa creencia basada en
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[1] Usul Kafi: Tomo 4, Pág. 403.
[2] Sura Muzammel, aleya 20.
[3] Buharil Anuar, Tomo 92, Pág. 17
[4] Kanzul Ummal, hadiz 2344.
[5] Ibíd., Tomo 43, Pág. 174.
[6] Luego del divorcio, la mujer debe observar un periodo de tres menstruaciones; y luego de enviudar un periodo de cuatro meses y diez días, de abstención sexual, antes de casarse nuevamente. A dicho periodo se lo denomina “Idda”. Cabe destacar que si una mujer esta embarazada, inmediatamente luego del parto puede casarse.
[7] Biharul Anuar, T. 43, p.86
[8] Los jauarey son un grupo de los musulmanes que en la batalla de Siffin no obedecieron las órdenes del Imam `Alí y luego se separaron de él.
[9] Al Mu3yam, al Kabir, Tomo 25, Pág. 122.
[10] A’lamun nisa, tomo 5, Pág. 268 e Historia de Damasco, tomo 16, pagina 88.
[11] Biharul Anuar, T.46, p. 134.