Lecciones sobre Las Ciencias Coránicas

Por: Husaîn Yavân Ârâsteh

Traducción: Dra. Zohre Rabbani

Los Milagros del Corán (I)

Los objetivos instructivos de esta parte son:

  1. Conocer la filosofía de la diversidad de los milagros de los Profetas.
  2. Conocer las aleyas de tahaddî (desafío) y temas relacionados.
  3. Estudio cronológico y no-cronológico de la revelación de las aleyas de tahaddî.
  4. Breve estudio de los diferentes aspectos de los milagros del Corán, como ejemplo: su retórica, contenido, armonía y falta de contradicción en el Corán, noticias del mundo de lo oculto, milagros científicos, milagros artísticos y numéricos.

Algunas fuentes importantes en esta parte son:

Al-Mîzân, t.1; At-Tamhîd fî ‘Ulûmil Qur’ân, t.4 y 5; ‘Ulûmil Qur’ân indal Mufassirîn, t.2; Al-Baîân fi Tafsîr Al-Qur’ân, Âîatul·lah Jû’î; Mu’tarak Al-Qur’ân fî A’ÿâzil Qur’ân; Madjal At-Tafsîr.

Generalidades

El milagro (i‘ÿâz) desde el aspecto lingüístico.

Han sido mencionados tres significados para este término que son: “pérdida”, “encontrarse incapacitado” y “hacer impotente a alguien”.

Leemos en Al-Qamûs:

أَعْجَزَهُ الشيءُ - a‘ÿazahu ash-shai’u, quiere decir “Se le pasó la cosa”.

أَعْجَزَ فُلاناًa‘ÿaza fulânan, quiere decir “Encontró impotente a fulano” o “lo volvió impotente”.

أَعْجَزَ في الكَلام - a‘ÿaza fîl kalâm, quiere decir: “Explicó el tema elocuentemente”.

Râgib en su obra Mufradât afirma: “La raíz del término ‘aÿz significa el retraso de algo”. Sin embargo, en el uso consuetudinario significa “la incapacidad e impotencia de realizar algo”.

El término “i‘ÿâz o “mu‘ÿizah” desde el aspecto terminológico.

«المعجز الأمر الخارق للعادة، المطابق للدعوى المقرون بالتحدي»

Al-mu‘ÿizu al-amrul jâriqu lil‘âdati, al-mutâbiqu lid da‘wâl maqrûnu bit tahaddî[1].

Turaîhî, con esta expresión, ha definido en forma terminológica el vocablo i‘ÿâz:I‘ÿâz es un asunto extraordinario de parte de quien afirma ser Profeta, y es acompañado por tahaddî (desafío a traer algo parecido)”. El Âîatul·lah Jû’î, respecto a la definición del término i‘ÿâz, explica:

“El milagro es una obra extraordinaria presentada por los Profetas elegidos por Dios que alegan ser enviados de parte de Él, de modo que el resto de la gente es incapaz de presentar algo similar. Esta obra es llamada mu‘ÿizah (milagro) y constituye un testigo de la veracidad de sus palabras”.[2]

El mejor de los Milagros (la filosofía de la diversidad de los milagros).

En la obra Usûl Al-Kâfî se encuentra registrado un dicho del octavo Imâm, en el cual, respondiendo a la interrogativa tocante a la filosofía de la diferencia en los milagros de profetas como Moisés (P), Jesús (P) y Muhammad (BP), ha dicho: “La filosofía de tal diferencia es demostrar el dominio de los profetas en cuanto a las técnicas y artes habituales en sus propias épocas”.[3]

En la época de la aparición del Islam, el arte y los estilos literarios en la comunidad árabe habían llegado a su auge, y los oradores y literatos que gozaban de mayor elocuencia eran premiados, estimulados y considerados las divinidades del habla; existían establecimientos específicos para la presentación de sus hermosos poemas hasta el punto que eran seleccionadas siete de las más bellas poesías escritas con oro y colgadas en la Casa de Dios, la Ka‘bah; en tal época, el Noble Profeta (BP) se presenta con un arma que asombra a todos los señores del habla. Lo que él expone contiene una estructura similar a aquello en lo que se consideraban superiores. ¡Así es, el mayor milagro del Profeta del Islam (BP) es un “Libro”!

Conclusión:

  1. El término i‘ÿâz ha sido utilizado con los significados de: “pérdida”, “encontrarse incapacitado” y “hacer impotente a alguien”; aunque su raíz original (‘aÿz) significa retraso.
  2. Desde el aspecto terminológico mu‘ÿizah es una obra extraordinaria, que armoniza con la atribución de la profecía, acompañada por el “tahaddî” o desafío, y la imposibilidad de traer algo parecido, siendo esto un testimonio de la veracidad del Profeta respecto a su profecía.
  3. El mejor milagro es aquel afín a las artes y técnicas de la época. Por lo tanto la diversidad de milagros –como el báculo y la mano brillante de Moisés (P), revivir a los muertos por medio de Jesús (P), así como la presentación del Corán por medio de Muhammad Al-Mustafâ (BP)-, se adapta a las circunstancias del medio y perspectivas artísticas y científicas de cada época.

Tahaddî (Desafío)

El Corán es un Libro revelado como el documento que corrobora la profecía del Enviado de Dios (BP) y fuente principal de la guía para la comunidad. El descenso del Corán se produjo en una época y en una región en las cuales el arte de la oratoria había llegado a su perfección, en la tierra de Hiÿâz. Ese fue el lugar de donde surgieron los más destacados literatos, poetas, oradores y señores del habla, así como la literatura árabe. En un principio un grupo de los opositores del Corán lo tildaban de leyendas y cuentos e imaginaban poder traer algo similar si quisiesen.[4] En tales circunstancias el Profeta del Islam (BP) los desafió a que presentasen algo similar.

Este desafío que se realizaba con categoría y firmeza inigualable, desde que tenía como blanco el mayor privilegio y orgullo del árabe (la oratoria y la elocuencia), los estimulaba y llenaba de fervor, ya que su impotencia ante el Corán no les brindaba más que la pérdida de su dignidad y destacada jerarquía. Lo más asombroso es que los interlocutores de este desafío no se limitaban sólo a los habitantes de la Península Arábiga y a los árabes en general, sino que abarcaba a todo el universo ya que el mensaje del primer desafío fue:

﴿ قُل لَّئِنِ اجْتَمَعَتِ الإِنسُ وَالْجِنُّ عَلَى أَن يَأْتُوا بِمِثْلِ هَذَا الْقُرْءَانِ لاَ يَأْتُونَ بِمِثْلِهِ وَلَوْ كَانَ بَعْضُهُمْ لِبَعْضٍ ظَهِيراً ﴾

Qul la’iniÿtama‘atil insu wal ÿinnu ‘alâ an îa’tû bimzli hâdhal Qur’âni lâ îa’tûna bimizlihî wa laû kâna ba‘duhum liba‘din dzahîran.

«Diles: Aunque los humanos y los genios se reunieran para producir algo semejante a este Corán, jamás harían nada parecido, aun cuando se ayudasen mutuamente».[5]

Las aleyas de tahaddî en el Corán.

Estas aleyas han sido planteadas en el Corán en dos formas:

  1. Desafío en forma general.
  2. Desafío en forma específica.

En el tercer capítulo de esta séptima parte, nos referiremos respecto a la segunda forma. Aquí nos dedicaremos únicamente a explicar el desafío en su forma general.[6]

Las aleyas de tahaddî según su orden de revelación son:

         1)

﴿ قُل لَّئِنِ اجْتَمَعَتِ الإِنسُ وَالْجِنُّ عَلَى أَن يَأْتُوا بِمِثْلِ هَذَا الْقُرْءَانِ لاَ يَأْتُونَ بِمِثْلِهِ وَلَوْ كَانَ بَعْضُهُمْ لِبَعْضٍ ظَهِيراً ﴾

qul la’iniÿtama‘atil insu wal ÿinnu ‘alâ an îa’tû bimzli hâdhal Qur’âni lâ îa’tûna bimizlihî wa laû kâna ba‘duhum liba‘din dzahîran.

«Diles: Aunque los humanos y los genios se reunieran para producir algo semejante a este Corán, jamás harían nada parecido, aun cuando se ayudasen mutuamente».[7]

2) 

﴿ أَمْ يَقُولُونَ افْتَرَاهُ قُلْ فَأْتُوا بِسُورَةٍ مِثْلِهِ وَادْعُوا مَنِ اسْتَطَعْتُم مِّن دُونِ اللَّهِ إِن كُنتُمْ صَادِقِينَ ﴾

am îaqûlûna-ftarâhu qul fa’tû bisûratin min mizlihî wad‘û manistata‘tum min dûnil·lahi in kuntum sâdiqîn.

«O dicen: “¡Él lo ha fraguado!”. Diles: “¡Componed, pues, una sola sura semejante a las de él, y apelad para ello a quienes podáis, en vez de Dios, si sois sinceros!”».[8]

﴿ أَمْ يَقُولُونَ افْتَرَاهُ قُلْ فَأْتُوا بِعَشْرِ سُوَرٍ مِثْلِهِ مُفْتَرَيَاتٍ وَادْعُوا مَنِ اسْتَطَعْتُم مِن دُونِ اللَّهِ إن كُنتُمْ صَادِقِينَ ﴾

am îaqûlûna-ftarâhu qul fa’tû bi‘ashri suaren mizlihi muftaraîâtin wad‘û manistata‘tûm min dûnil·lahi in kuntum sâdiqîn.

«O dicen: “¡Él lo ha fraguado!”. Diles: “Pues bien, si sois sinceros presentad diez suras fraguadas, semejantes a las de él, y apelad para ello a quienes podáis, en vez de Dios, si sois sinceros”».[9]

4) 

﴿ أَمْ يَقُولُونَ تَقَوَّلَهُ بَل لاَ يُؤْمِنُونَ * فَلْيَأْتُوا بِحَدِيثٍ مِثْلِهِ إِن كَـانُوا صَادِقِينَ ﴾

am îaqûlûna taqawwalahu bal lâ îû’minûn, falîa’tû bihadîzin mizlihî in kânû sâdiqîn.

«O dirán: “¿Por ventura, él lo ha forjado (el Corán)?”. ¡Quiá! ¡No creen! ¡Si son sinceros, que presenten, pues, una palabra semejante!».[10]

5) 

﴿ وَإِنْ كُنْتُمْ فِي رَيْبٍ مِمَّا نَزَّلْنَا عَلَى عَبْدِنَا فَأْتُوا بِسُورَةٍ مِن مِثْلِهِ وَادْعُوا شُهَدَآءَكُمْ مِنْ دُونِ اللّهِ إِنْ كُنْتُمْ صَادِقِينَ * فَاِنْ لَمْ تَفْعَلُوا وَلَنْ تَفْعَلُوا فَاتَّقُوْا النَّارَ الَّتِي وَقُودُهَا النَّاسُ وَالْحِجَارَةُ اُعِدَّتْ لِلْكَافِرِينَ ﴾

wa in kuntum fî raîbin mimmâ nazzalnâ ‘alâ ‘abdinâ fa’tû bisûratin min mizlihî wad‘û shuhadâ’akum min dûnil·lahi in kuntum sâdiqîn fa’in lam taf‘alû wa lan taf‘alû fattaqun-nâral·latî waqûduhan-nâsu wal hiÿâratu u‘iddat lil kâfirîn.

«Y si dudáis de lo que hemos revelado a nuestro Siervo, componed una sura semejante a ello, e invocad para ello a vuestros ídolos en vez de Dios, si sois sinceros. Pero si no lo hacéis –y jamás podréis hacerlo-, temed, pues, al fuego infernal, cuyo combustible es la gente y las piedras (los ídolos); y que ha sido preparado para los incrédulos».[11]

Puntos referentes a las aleyas de tahaddî.

  1. De entre las aleyas de tahaddî el más amplio desafío fue realizado en la primera aleya. Los interlocutores de este desafío son los genios y humanos, es decir, todos los seres del universo. De esta aleya deducimos que los aspectos de los milagros del Corán no se limitan a la elocuencia, expresividad y su específica lengua que es el árabe, sino que abarcan aspectos más extensos, de lo contrario invitar al desafío a los no-árabes sería inadecuado.
  2. Las tres primeras aleyas de tahaddî se hallan en suras que fueron reveladas contiguas una tras otra. Es decir, las suras número cincuenta, cincuenta y uno, cincuenta y dos, según el orden de revelación.
  3. El modo de tahaddî en la segunda y tercera aleya –a excepción de su magnitud- es idéntico.
  4. Las cuatro primeras aleyas se sitúan en suras mecanas y la última en la primera sura medines. Esto demuestra que la mayoría de las veces que fueron desafiados a presentar algo similar fue cuando se encontraban en La Meca. Teniendo en cuenta la pequeña población de musulmanes y el poderío aparente de los incrédulos, el anuncio reiterado y categórico del desafío representaba un papel importante en cuanto a originar auto- confianza en los musulmanes, y al mismo tiempo, discordia y vacilación en las filas de los incrédulos e inicuos.
  5. Es muy evidente la diferencia del tono de las aleyas de tahaddî en las suras mecanas, y el tono de la aleya medinesa. Esta diferencia consiste en el modo de anunciar a la gente la impotencia de traer algo parecido, que en la Sûra Al-Baqarah se expresa con una condición que no se observa en ninguna otra aleya (con el término wa lan taf‘alû - «y jamás podréis hacerlo»). La siguiente diferencia se advierte en la amenaza que exclusivamente existe en la Sura Al-Baqarah y no en otras.

Y por último, la amenaza final no se dirige a los negadores sino que tiene como objetivo a los que vacilan en el Corán, puesto que al principio de la aleya la frase: «Y si dudáis de lo que hemos revelado…» señala que no tiene que existir vacilación en cuanto a la veracidad del Corán. En otras palabras, esta aleya aparte de considerar incorrecta la negación y atribuciones falsas al Corán, considera ilógico incluso vacilar en cuanto a la veracidad del mismo.

  1. Es para reflexionar el hecho de que la primera aleya se distinga por la extensión del desafío, y la última por su intensidad.

La hipótesis de la “disuasión divina” (Sarfah).

En respuesta a la pregunta ¿por qué la humanidad no pudo presentar algo parecido al Corán? algunos de los sabios de ambas escuelas islámicas sostienen una hipótesis llamada Sarfah”[12] y la consideran como una de las dimensiones del milagro del Corán. Según esta hipótesis es Dios quien obstaculiza las decisiones de la gente de enfrentarse con el Corán.

La debilidad de esta hipótesis es evidente, ya que según esta opinión el aspecto milagroso del Corán no debe ser buscado en el propio Corán y su inigualable elocuencia, sino que ésta se concreta en sarf al himam o “la disuasión de las voluntades, es decir: “Dios obliga a renunciar a todo aquél que decida traer algo parecido al Corán”. La debilidad de esta hipótesis se debe a que no considera suficiente el valor esencial, literal, lingüístico, de contenido y estilo del Corán para su condición de milagroso.[13] De entre los sabios de la Shî‘ah, Seiîed Murtadâ y Shaîj Al-Mufîd sostienen esta hipótesis.

Intentos de antagonizar con las aleyas de tahaddî.

La idea de “disuasión” no solamente es criticable desde el aspecto teórico, sino que es nula también desde el aspecto práctico, ya que la historia registra que algunos intentaron antagonizar con el Corán, aunque al final no ha quedado para ellos nada más que vergüenza y descrédito. Aquí exponemos tres ejemplos:

Musaîlamah, apodado “El Mentiroso”, y que alegaba ser profeta, inventó estas frases en equivalencia a la Sûra Al-Fîl:

الفيل ما الفيل. وما ادراك ما الفيل. له ذنب وبيل وخرطوم طويل...

Al fîl mâ-l fîl. Wa mâ adrâka mâ-l fîl. Lahu dhanbun wabîl wa jurtûmun tawîl

“El elefante, y ¿qué es el elefante? ¿Y qué te hará entender qué es el elefante? Tiene una cola corta y una trompa larga...”[14]

Uno de los escritores cristianos que imaginaba poder desafiar al Corán frente a la Sûra Al-Hamd, copiando el mismo método de dicha sura presentó una sura inventada:

الحمد للرحمن. رب الأكوان. الملك الديان. لك العبادة وبك المستعان. اهدنا صراط الإيمان

Al-hamdu lir-rahmân. Rabbil akwân. Al-malikud daîîân. Lakal ‘ibâdati wa bikal musta‘ân. Ihdinâ sirâtal îmân

“La alabanza sea para el Misericordioso. Señor de los universos. El soberano poseedor de religión. Tuya es la adoración y a Ti es el pedido de ayuda. Guíanos en el sendero de la fe”.[15]

 Y en equivalencia a la Sûra Al-Kaûzar dijo:

إنا أعطيناك الجواهر، فصل لربك وجاهر، ولا تعتمد قول ساحر

Innâ a‘taînâkal ÿawâhir. Fassal·li li Rabbika wa ÿâhir wa lâ ta‘tamid qaûla sâhir

“Te hemos dado las joyas. Reza pues a tu Señor y exclama en voz alta.  Y no te apoyes en el dicho de un brujo”.

Este individuo, imitando perfectamente el orden y composición de las aleyas coránicas, cambiando algunos términos, alega poder desafiar al Corán. Parece que también se basó en algunos versículos inventados por Musaîlamah el Mentiroso, ya que él también frente a la Sûra Al-Kaûzar había dicho:

إنا أعطيناك الجماهر. فصل لربك وهاجر. وإن مبغضك رجل كافر

Innâ a‘taînâkal ÿamâhir. Fassal·li li Rabbika wa hâÿir. Wa inna mubguiduka raÿulun kâfir

“Te hemos dado las multitudes. Reza pues a tu Señor y exclama en voz alta. Por cierto que el que te odia es un hombre hereje”.[16]

Existen otros ejemplos de estos vanos e infundados intentos de antagonismo que han quedado para siempre archivados en los anales de la historia.[17]

Conclusión:

  1. Tahaddî significa “desafío”. Dios ha propuesto a quienes niegan la revelación Divina que si son veraces presenten algo parecido al Corán.
  2. Tahaddî en el Corán ha sido realizado en dos formas: a) general, b) específica.
  3. En cinco aleyas coránicas el desafío ha sido realizado en forma general. Estas aleyas según el orden de su revelación se hallan en los suras Al-Isrâ’, Îûnus, Hûd, At-Tûr y Al-Baqarah, de las cuales las tres primeras suras fueron reveladas una tras otra: cincuenta, cincuenta y uno, y cincuenta y dos.
  4. El tahaddî más extenso y general se halla en la primera aleya de la Sûra Al Isrâ’.
  5. Cuatro de las aleyas de desafío tienen lugar en las suras mecanas y la última aleya en una sura medinesa.
  6. El tono de las aleyas de desafío en las suras mecanas es diferente al tono de la aleya existente en la Sûra Al-Baqarah que es medinesa.
  7. Es para reflexionar el hecho de que la primera aleya se distinga por la extensión del desafío, y la última por su intensidad.
  8. Dice la hipótesis de Sarfah  (disuasión): “El milagro del Corán está en que Dios disuade y anula la voluntad de todo aquél que decida traer algo parecido al Corán”. Es clara la debilidad de esta hipótesis ya que la misma no considera suficiente el valor esencial, literal, lingüístico, de contenido y estilo del Corán para su condición de milagroso, sino que el aspecto milagroso se concreta en la disuasión y anulación de las voluntades.
  9. Algunos intentos de antagonizar con las aleyas de tahaddî han sido registrados en la historia, y su resultado para los oponentes no fue más que vergüenza y descrédito, y para el Corán grandeza y majestuosidad.

Fuente: “Lecciones sobre Las Ciencias Coránicas” Ediciones: Elhame Shargh, 2004

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

www.islamoriente.com , Fundación Cultural Oriente


[1] Maÿma‘ul Baîân, raíz ‘aÿaza.

[2] Al-Baîân, p.33.

[3] Tafsîr Al-Qur’ân Al-Karîm, Mustafâ Jumeînî, t.4, p.94.

[4] «Ya las hemos oído, y si quisiéramos podríamos repetir otras iguales, porque no son sino fábulas de los primitivos». (Sura Al-Anfâl; 8:31), o afirmaban: «¡Esto no es más que la palabra de un mortal!». (Sura Al-Muddazzir; 74:25), o decían: «Al·lah no ha hecho descender nada sobre ningún mortal». (Sura Al-An‘âm, 6:91).

[5] Sura Al-Isrâ’, 17:88.

[6] Naturalmente, debe tenerse en cuenta que las aleyas que mencionamos en la primera forma de desafío también se plantean dentro del desafío en el aspecto de la elocuencia (que es una forma específica).

[7] Ídem.

[8] Sura Îûnus, 10:38.

[9] Sura Hûd, 11:13.

[10] Sura At-Tûr, 52:33-34.

[11] Sura Al-Baqarah, 2:23-24.

[12] Recurrir a ‘Ulûmul Qur’ân ‘indal Mufassirîn, t.2, p.430, 441, 442, 445; respecto a las versiones tocantes a Sarfah, el Maestro Muhammad Hâdî Ma’rifat presenta un amplio desarrollo en su obra At-Tamhîd, t.4, p.137 a 190.

[13] Recurrir a la Traducción del Corán de Bahâ’ud Dîn Jurramshâhî, p.662.

[14] Al-Mizân, t.1, p.68.

[15] Al-Baîân, p.94.

[16] Para mayor desarrollo, ídem p.94 a 99.

[17] Tafsîr Nemuneh, t.1, p.134-135.

Article_image
Article_rate
No votes yet