Del matrimonio a la misión profética
Un análisis de la vida del Profeta del Islam; Mahoma (Muhammad) (PB)
Por: Aiatollah Yafar Sobhani
El período más difícil y delicado para su futuro espiritual por el que pasa todo ser humano es la juventud. En ella se intensifican y alcanzan su maduración los instintos sexuales y el tormento de la pasión oscurece la razón y el juicio. Todos los deseos se intensifican y la luz de la razón tiende a oscurecerse. Los palacios de la imaginación perturban el camino de los jóvenes. Si en estas circunstancias un joven posee fortuna su vida puede tomar un rumbo peligroso. Es como si sus instintos animales y sus recursos materiales se unificaran para indicarle una dirección a su existencia. Es decir, la satisfacción de las pasiones y los anhelos sin reparar en el futuro verdadero, el que trasciende el goce pasajero.
A este período de la vida se lo llama comúnmente “el límite entre la felicidad y la desgracia”. Existen pocos jóvenes que eligen el camino puro y correcto. Cuidarse y abstenerse durante la juventud es bastante difícil, por eso si un joven es rico y no tiene una base firme y una educación basada en principios éticos justos no podrá elegir el buen camino.
Es evidente que el joven quraishita era valiente, fuerte y sano, ya que se había criado en un ambiente puro. También sus antepasados eran recordados como símbolos de valentía, fortaleza y nobles virtudes.
Tuvo a su disposición la fortuna de Jadiya. Los medios para el placer que lo rodeaban eran cuantiosos, y por tal motivo resulta instructivo observar de qué modo Muhammad (B.P.) aprovechó semejantes recursos materiales. ¿Prefirió seguir el camino de la mayoría de los jóvenes de su época, el de satisfacer sus pasiones, o buscó otro camino?
Multitud de anécdotas de su vida nos indican que se alejaba de los placeres, las orgías y la inconciencia y desatención. Los efectos de esta conducta se reflejaban en la nobleza de su rostro.
Los sentimientos de su juventud.
Cierta vez, mientras pasaba por el mercado de
La casa de Jadiya siempre constituyó refugio de los pobres y cuando se casó con Muhammad (B.P.) nada cambió, por el contrario, la ayuda a los indigentes se incrementó.
Los hijos de la unión con Jadiya.
La existencia de un hijo consolida el vínculo matrimonial y alegra
El hijo adoptivo del Profeta (B.P).
El Profeta (B.P.) presentó a Zaid Ibn Harizah en
EL COMIENZO DE LAS DISCREPANCIAS ENTRE LOS IDOLATRAS
Con la misión profética de Muhammad aparecieron profundas discrepancias entre los quraishitas, aunque las raíces de las mismas provenían de antes de
En la época previa a
Otra fase de la debilidad de Quraish.
Cuando Muhammad aún no había cumplido los 35 años ya debía enfrentar los problemas que se planteaban entre los quraishitas.
En cierta oportunidad tuvo el honor de actuar como árbitro en una disputa, prueba ésta del respeto que gozaba entre sus conciudadanos. Pasamos a relatar el hecho: Había azotado a
Cuando llegó el momento de colocar en su lugar la piedra negra se presentó un problema: todos los principales líderes de Quraish querían tener el honor de hacerla. A raíz de esta disputa las reparaciones se interrumpieron durante cinco días. La situación era muy delicada y todos esperaban que se desencadenara un sangriento enfrentamiento. A todo esto, un anciano quraishita que gozaba del respeto de los demás, reunió a los jefes de Quraish y les propuso lo siguiente: que la primera persona que entrase por la puerta de Safá obrase de árbitro en esta disputa. La propuesta fue aceptada. Repentinamente hizo su entrada por la puerta de Safá Muhammad (B.P.) y todos exclamaron: “¡Es Muhammad, al Amín (confiable y digno de fe)! Aceptaremos su decisión”. Entonces el futuro Profeta se quitó el manto y colocó la piedra negra sobre él; luego indicó que cada jefe sostuviera una parte del mismo y entre todos la alzaran: como último paso tomó la piedra y la colocó en su sitio.
EL FIEL DE QURAISH LLEVA A ALI A SU CASA
En cierta oportunidad Muhammad pidió a su tío Abu Talib permiso para llevarse a vivir consigo a su primo Alí. Su principal objetivo era formarlo por sí mismo en sus elevados principios éticos. Dijo el Comandante de los creyentes Alí Ibn Abi Talib años después: “Todos conocen mi posición y cercanía al “Mensajero de Dios. El me crió, me tuvo entre sus brazos, solía abrazarme y colocar mi cabeza en su pecho. Yo olía su dulce perfume y aprendí de su conducta y moral (impecables)”.
Desde el día de su nacimiento hasta el día de su muerte Muhammad no adoró más que a un solo Dios. Sus tutores Abdul Muttalib y Abu Talib (abuelo y tío respectivamente), también fueron monoteístas. Testimonio de ello es el suceso que relatamos con motivo de los acontecimientos del Año del Elefante, cuando Abdul Muttalib antes de dejar
En cuanto a Abu Talib, en épocas de sequía llevaba a su sobrino Muhammad al templo de
Todos estos ejemplos son testimonios claros del monoteísmo del Mensajero de Dios (B.P.) y de su abuelo y tío.
Otro indicio de su pura adoración de Dios es su retiro periódico a la cueva de Hira. Los historiadores creen que el Enviado de Dios (B. P.) pasaba varios meses al año en esa cueva de las afueras de
Dijo Alí (P.): “A menudo (el Profeta) frecuentaba el monte Hira.Nadie más que yo lo acompañaba allí.”
Incluso el día en que recibió la primera revelación Muhammad estaba en esa cueva entregado a la adoración divina.
Dijo también Alí: “Desde el día en que el Profeta dejó de ser un lactante, Dios encargó su educación a uno de los grandes ángeles, quien le enseñaba noche y día las virtudes y la conducta perfecta. “
Todas estas tradiciones y hechos históricos nos permiten afirmar la pureza de su monoteísmo desde su más tierna infancia.
Desde la antigüedad, el tema de la fe e impecabilidad de Muhammad previa a su misión fue discutida entre los sabios islámicos. Existen dos modos de comprobar el hecho de que el Enviado de Dios era monoteísta, siervo justo e impecable (libre de faltas) desde antes de la revelación:
1) El análisis de los 40 años de su vida que precedieron a la revelación, a partir de las referencias históricas que poseemos.
2) Meditar en los dichos de los Imames (P.) respecto al tema.
1) La pureza, fidelidad, veracidad, bondad con los pobres y odio a la idolatría signan los 40 años de vida del Profeta que precedieron a
El Profeta adoraba continuamente al Dios Único, y realizó numerosas veces el rito de
2) Dice una tradición de Alí: “Desde el día en que el Profeta dejó de ser un lactante Dios encargó su educación a uno de los grandes ángeles, quien le enseñaba noche y día las virtudes y la conducta perfecta”.
Resulta útil también trazar una comparación con lo que conocemos de otros profetas anteriores. No cabe duda de que Muhammad, como Sello de
Cuando Jesús estaba en su cuna y los jefes de Bani Israil presionaban a su madre preguntándole quién era el padre del niño recién nacido, Mariam (P.) señaló a su hijo y éste con total elocuencia habló: “Les dijo: ‘Por cierto que soy el siervo de Dios, Quién me concederá el Libro y me designará Profeta. Me hará benefactor doquiera esté y me encomendará la oración y el zakat mientras viva’.” (19:30/31)
Jesús, el hijo de María, un bebé apenas, esclarece los principios de su religión. Reflexionemos en esto; si Juan y Jesús fueron creyentes, impecables y amonestadores divinos desde la más tierna infancia, ¿podemos decir que quien está por encima de ellos, el Sello de
Fuente: libro La Historia de Mahoma (PB); Vida del Profeta Muhammad (PB) e historia de los orígenes del Islam, Editorial Elhame Shargh
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