El “Suma Qamaña” desde la cosmovisión islámica;
Diferencias y similitudes
Por Sdenka Saavedra Alfaro[1]
“Nuestra cosmovisión plantea que todos vayamos juntos, que nadie se quede atrás, que todos tengan todo y que a nadie le falte nada”.
Con estas breves palabras Fernando Huanacuni,[2] esboza la premisa que se tiene dentro de la cosmovisión andina; es decir desde la cosmovisión de los pueblos indígenas originarios de Abya Yala[3], lo que es hoy es América Latina, la percepción comunitaria de la vida; es decir que nadie puede ir fuera de, todos van juntos, argumentando que es un contexto en el que emerge el respeto profundo por la vida y eso devuelve la vitalidad de la naturaleza y la cultura de la vida.
Para él la cosmovisión andina se resume como la cultura de la vida, que cuida la vida, que la proyecta; por lo tanto emerge el respeto no como interés de una circunstancia; sino como una profunda convicción de que todo está unificado, por ejemplo si hacemos daño a alguien le estamos haciendo daño al conjunto. O en otras palabras cosmovisión andina es una llamado a poder ver nuestra naturaleza de vida en complementación con el conjunto.
Y manifiesta que occidente tiene una cosmovisión de percepción y expresión individual y de un proceso de insensibilidad homogeneizador, desplazador; por ejemplo los recursos naturales son manejados solamente en términos económicos; en cambio desde la perspectiva de los pueblos originarios, no son solamente recursos económicos; sino son parte del equilibrio de la vida.
“Occidente en el pensamiento capitalista solamente ve la ganancia, el dinero y no ve la importancia que representa el recurso como el agua, como los minerales, como la sal, de todos los otros recursos, tenemos que verlo desde el contexto del equilibrio. Los pueblos indígenas originarios plantean al mundo volver a nuestra naturaleza de complementariedad con el todo, llama a cambiar la forma de vida, para nosotros el horizonte es lo comunitario”.[4]
Por otro lado, este investigador dentro sus preceptos desarrolla y proyecta el “Buen Vivir /Vivir Bien” que en idioma aymara se denomina “Suma Qamaña”, y al respecto señala:
“Nosotros no queremos vivir mejor, no queremos competir con nadie. Para nosotros la premisa de Vivir Bien o Buen Vivir, significa vivir en armonía, en equilibrio, ese es el concepto básico de la vida. Para el capitalismo el capital es lo más importante, para el comunismo el hombre es lo más importante; pero para la comunidad, para el pueblo indígena originario la vida es lo más importante y en ese contexto se sitúa el Suma Qamaña. Vivir bien es equilibrio y armonía, y ese equilibrio y armonía tienen acciones específicas concretas en nuestra familia, en nuestra vida con la sociedad y en nuestra vida con el mundo.”[5]
También manifiesta que la modernidad, el desarrollo, el progreso occidental, motivan al vivir mejor, que tiene una connotación de tener más, de ahorrar más, de acaparar más bienes materiales, es una sistema de competencia entre seres, entre pueblos.
“En el léxico y en la gramática ancestral aymara y quechua, la primera palabra no es “Yo”, sino “Nosotros”. Un “Nosotros” no limitado al contexto social, como lo entiende occidente; para nosotros como comunidad lo comprende todo”.
Y es precisamente esto lo que el islam proyecta, esta forma de vida, plantea la necesidad de que el hombre debe vivir respetuosamente y que no debe ser dominado o humillado. El hombre no es solamente una combinación de sangre, huesos y carne con necesidades y deseos materiales, por lo tanto desde vivir bien y debe ser consciente, libre y creativo.
En ese sentido el Corán recalca, como un principio, que toda la pompa y la connotación de tener más, de ahorrar más, de acaparar más bienes materiales, no tienen sentido, si están desprovistas de fe , espiritualidad y equilibrio; y no son coherentes con los fines convenientes al ser humano. Un hombre enamorado de una vida así, es un perdedor y todos sus esfuerzos son en vano.[6]
“Sabed que esta vida mundanal, no es sino juego y distracción, encanto vano, invalidad en jactancia (deseo de), multiplicación de hacienda e hijos: es como una lluvia cuya vegetación resultante alegra a los cultivadores; pero luego se marchita y ves que amarillea, luego se convierte en paja seca” (Corán 57:20).
Por otro lado, con respecto al tema del equilibrio y la armonía, en el islam este se aplica a cada nivel de la realidad, desde el físico al químico, psicológico y espiritual. Existe un equilibrio de los elementos en los cuerpos sanos y nuestra psique, si es saludable, está equilibrada. Y para el musulmán espiritualmente realizado, hay un equilibrio entre el espíritu, el alma y el cuerpo y la satisfacción de sus respectivas exigencias. Por ejemplo: Dar a cada cosa lo que es debido, de acuerdo con su naturaleza, tal como es creada por Dios es vivir en equilibrio y realizar el equilibrio de las cosas, y, de este modo, vivir en justicia.
Para el islam el equilibrio implica también las acciones humanas, por ejemplo en el Corán leemos:
“Dad con equidad la medida y el peso exacto” Corán (6:152).
Esto se aplica también tanto a vender las cosas honradamente en el mercado, como actuar de forma justa en todo momento de la vida. Nuestras acciones son de hecho, “pesadas” por Dios en una “balanza” y seremos juzgados en consecuencia el día de la rendición de cuentas. Corán (21:47).
Vemos que el camino del islam se caracteriza por el equilibrio y la equidad en todos sus aspectos y dimensiones. Tanto en la creencia como en la conducta, en las transacciones y en las cualidades de carácter; es decir al hablar de equilibrio estamos hablando de moderación, llegar al término medio y no a los extremos, no siendo fundamentalistas, ni totalitarios con nada, ni con nadie.
Equilibrio eso es lo que propone el islam, que exista equilibrio en nuestras vidas, equilibrio entre las necesidades del cuerpo y del alma, el corazón y los sentidos, la alegría y la tristeza, equilibrio del hombre con la naturaleza; en otras palabras, observar la existencia de equilibrio en todas las cosas es también vivir en justicia.
El islam siempre fue y es equilibrio y armonía, pues el balance y el equilibrio aseguran la estabilidad, y son el resultado de la existencia como un centro constante. La concentración de energía y potencias dispersas en el centro del corazón provee armonía y equilibrio; de esta forma podemos acceder a nuestra dimensión espiritual perdida y redescubrir nuestra fuente de equilibrio y tranquilidad, en nuestra vida y así únicamente podremos vivir en constante equilibrio con nuestra comunidad y con nuestro habitad[7].
Y a este respecto, como lo señala Huanacuni[8], la percepción es comunitaria, no individualista únicamente; sino colectiva, así es como debe ser pensando siempre en el otro, en nuestros hermanos, pensando y viviendo en comunidad, la comunidad de la vida.
Y sobre esto, el islam da un concepto revolucionario de la unidad de la humanidad:
“La humanidad es una sola familia de Dios y no puede permitir barreras. Los hombres son una comunidad mundial, son uno – y no burgueses o proletarios, blancos o negros, arios y no arios, occidentales u orientales[9].
La unidad básica de la sociedad también está basada en esta predisposición; es por eso que el Corán habla de la unidad básica de la sociedad humana y señala que ya el hombre primitivo, tenía una unidad basada en la justicia y la equidad; ya que sin estas dos premisas, no podría hablarse de unidad en la sociedad humana; pues es la presencia de la injusticia lo que imposibilita esta unidad.
“La humanidad constituía una sola comunidad” Corán (2:213).
Para el islam todos los seres humanos somos iguales, dijo el Profeta:
“Todos los hombres son iguales como los dientes del peine del tejedor” y agregó “No hay diferencia del blanco con el negro y del árabe sobre el no árabe”.
Y esto no lo dijo en la era de la democracia, lo dijo mil cuatrocientos años antes, mientras fundaba un estado, en una época en que los reyes y emperadores se refugiaban en sus torres y palacios lejos de los pueblos. El Profeta siendo jefe venerado, comía con los esclavos, montaba en lomo de burro y ayunaba en demasía.[10]
Y siguiendo esta línea de percepción comunitaria, de ayuda mutua, dentro de la cosmovisión andina perviven en las prácticas comunitarias del pueblo aymara instituciones como por ejemplo: el “Tampu”, que es la generación de espacios comunes donde se pone a disposición productos o alimentos que van a favor de quienes los necesitan en la comunidad, para que a nadie le falte nada; es decir una ayuda, una contribución, un gesto de justicia social. Pero además de ello, se habla de la economía complementaria que es la ayuda permanente, que es un compromiso con la vida, que no sólo tiene que responder a principios o normas legales; sino a principios de vida.
“Los aymaras migrantes, desde la lógica comunitaria, permanentemente se ayudan entre sí. Por ejemplo, si alguien inicia un negocio pequeño, abre una tienda o un restaurante, todos se reúnen, y hacen un aporte, bajo el principio aymara: “Yanapasiña” (Ayudarnos, caminar juntos). Brindarnos toda la ayuda correspondiente para que a ese negocio le vaya bien y no tenga ese concepto individual. En la comunidad (Campo o ciudad) nos ayudamos siempre. Si alguien inicia un negocio por más pequeño que sea este, todos se reúnen y hacen un “Apthapi” (Reunión de alimentos que toda la comunidad trae con el concepto de compartir, de complementarse). Aportamos todos con algo, dependiendo de nuestras posibilidades. Brindamos toda la ayuda correspondiente para que ese negocio no tenga ese concepto individual.”.[11]
Es en este sentido que los pueblos indígenas del Abya Yala en su expresión diversa, desde Alaska hasta la Patagonia, tienen un paradigma único, como lo hemos señalado: la vida comunitaria. Una vida de relación con respeto además a todo lo que existe, porque se concibe que todo está conectado y el daño a una parte, a una especie, es el daño a la comunidad en su conjunto, que deteriora la vida. Por lo tanto, para vivir bien no hay que pensar sólo en lo humano; sino en la integridad de la comunidad. Y al respecto, en quechua y en aymara “Aylllu” y en guaraní “Tenta”, significan “Comunidad”; así como otros idiomas ancestrales conciben este término.
Ahora bien, dentro de los pilares del islam, está el “Zakat” (Contribución obligatoria), que se realiza como un gesto de justicia social y no solamente de solidaridad. El Zakat o el Jumus, son impuestos sobre la riqueza de las personas que se utilizan para el beneficio de la comunidad, para la caridad o la expansión de la verdad; según está prescrito por la Ley Islámica.
El Corán considera que aquellos que tienen más deben repartir sus bienes entre los más necesitados, para que a nadie le falte nada.
“Y parte de sus bienes correspondía de derecho al mendigo y al indigente” Corán (51:19).
Esta aleya no diferencia entre riqueza adquirida a través de la agricultura, industria o comercio, respecto a este derecho, y de ahí que se reconozca como obligatorio en grano, ganado, frutos, monedas y minerales. Por otro lado, todos los actos de devoción forman una unidad si se falta a uno de ellos, la unidad es incompleta y no sirve; si no se cumple con la caridad, con la ayuda obligatoria[12].
Dentro del islam, los verdaderos creyentes ofrecen su riqueza, su conocimiento, sus posiciones sociales y rangos para resolver los problemas de las personas de la comunidad. El Corán ordena a la gente a usar parte de su dinero en compartir con los más necesitados e insiste tan vehemente en este tema que considera al que no lo hace como alguien que se lanza por sí solo a la perdición. En ese sentido el Corán invita al hombre a ser generoso y de esta manera ser exitoso[13]:
“Quienes gastan su hacienda por Dios son semejantes a un grano que produce siete espigas, cada una de las cuales contiene cien granos; así dobla Dios a quien Él quiere, Dios es Inmenso, Omnisciente” Corán (2:261).
Estamos viendo que tanto en la corriente de cosmovisión andina, perspectiva de los pueblos originarios de Abya Ayala, como en el islam existen similitudes, en la visión multidisciplinaria de formas de vida, de entender y respetar la vida ; pero también existen diferencias muy tajantes, para ello se tendrán que realizar diferentes estudios manifiestos para tratar estos temas; sin embargo el objetivo que persigue este ensayo es mostrar y dar a conocer las semejanzas manifiestas en la forma de ver y comprender la vida que tiene cada una de ellas, porque en esta época de búsqueda de nuevos cambios para la humanidad, la idea del “Buen Vivir” tiene mucho que enseñarnos.
El planteamiento del respeto a la Madre Tierra “Pachamama” como es nombrada en idioma aymara, que esboza Huanacuni sobre y desde la cosmovisión andina, entendiéndola como la cosmovisión ancestral o visión cósmica, que es una forma de comprender, percibir el mundo y expresarse en las relacionas de la vida con un paradigma comunitario, basado en la vida en armonía y el equilibrio con el entorno, es loable y debemos respetarla y defenderla; ya que recordemos que la ONU declaró el día Internacional de la Madre Tierra el 22 de abril de 2009[14], donde el Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, hizo un llamado al mundo para reconocer que la tierra no nos pertenece; sino que más bien nosotros pertenecemos a la tierra, y que la misión de los seres humanos en el mundo es velar, no sólo por sus propios derechos; sino también que tenemos responsabilidad con la Madre Tierra y todos los seres del planeta[15].
Y como una medida para lograr ello propuso estos principios:
- El Derecho a la Vida: El derecho a que ningún ecosistema, ninguna especie animal o vegetal, ningún nevado, río o lago sea eliminado o exterminado por una actitud irresponsable de los seres humanos.
- El Derecho a la Regeneración de su Biocapacidad: La Madre Tierra tiene que poder regenerar su biocapacidad, el desarrollo no puede ser infinito, hay un límite, y ese límite es la capacidad de regeneración de las especies animales, vegetales, forestales, de las fuentes de agua y de la propia atmósfera.
- El Derecho a una vida limpia, que significa el derecho de la Madre Tierra a vivir sin contaminación.
- El Derecho a la Armonía y al Equilibrio con todos y entre todos y todo, es el derecho a convivir en equilibrio con los seres humanos[16].
Principios que deberíamos tomarlos muy en cuenta cada día de nuestra existencia, porque si realizamos un análisis manifiesto; ya que no se necesita ser un perito en el tema, nos damos cuenta que día a día el mundo se está contaminando más, el aire está más denso, más cargado, el agua también se está terminando, las áreas verdes ya no son como antes , y cada vez están desapareciendo, existen animales y especies vivas que se están extinguiendo; en fin problemas que junto al capitalismo, al desarrollo, la codicia del hombre, su egoísmo y su maldad, harán que este planeta; es decir la Madre Tierra ya no pueda seguir cuidando de nosotros, y nosotros tampoco de ella y definitivamente perezca.
En el planeta existen millones de especies vivas; pero sólo los seres humanos tenemos la conciencia y la capacidad de controlar nuestra propia evolución para proponer la armonía con la naturaleza.
“La cosmovisión andina considera que la naturaleza, el hombre y la Pachamama (Madre Tierra), son un todo que viven relacionados perfectamente. Esa totalidad vista en la naturaleza, es para la cultura andina un ser vivo. El hombre tiene un alma, una fuerza de viva, y también lo tienen las plantas, animales y montañas; etc…, y siendo que el hombre es la naturaleza misma, no domina, ni pretende dominar, convive y existe en la naturaleza, como un momento de ella”.[17]
Y dentro de la mitología andina y su cosmovisión, producto de la vivencia milenaria de un pasado remoto, del que se conserva su pensamiento mítico hasta hoy en las comunidades nativas aymaras y quechuas, en este caso particular, es decir el pueblo andino, el universo fue creado por Dios “Alaxpacha” “Achachila” “Wiracocha”, [18]“Él es el Supremo Señor y Creador de Todo. Y el universo para este mundo andino es percibido en 3 espacios o niveles llamados Pacha:
Alaxpacha (en idioma aymara) y Janajpacha (en idioma quechua), es el mundo de arriba, del más allá o el cielo, es el primer plano, donde se encuentra Dios. Y allí es el paraíso donde viven los hombres buenos, junto a los ángeles.
Akapacha (en idioma aymara) y Kaypacha (en idioma quecha), es el mundo real y visible en el que habitamos todos los seres humanos. Sin distinción alguna, con ciertos deberes telúricos, sociales y morales, sujetos a la prodigiosa acción e interacción con la Pachamama. Es el mundo donde los seres humanos debemos vivir en armonía y equilibrio entre sí y con la naturaleza, con el entorno., respetando y preservando cada ser viviente que habita en él.
Manqhapacha (en idioma aymara) Ukhupacha (en idioma quechua), es el mundo de abajo o subsuelo, donde se supone están los demonios llamados “Supaya” o “Ñanqha”, y también las almas de los hombres y mujeres que en vida cometieron desmanes inducidos por el diablo[19].
Y en ese sentido en el islam Dios “Allah”, el Misericordioso, el Clemente, es el creador de todo el universo, y esta filosofía de vida también aboga por la protección del medio ambiente, la protección del entorno natural; ya que es un acto bueno y hecho por amor a su creador, el punto de vista islámico aúna por un lado, la protección medio ambiental de la codicia del ser humano, y por otro lado, permite su desarrollo sostenible.
El medio ambiente en el islam es percibido como un lugar donde los signos (Es decir, ríos, plantas, pájaros, naturaleza; etc…), señalan la existencia de Dios.
“Ciertamente en los cielos y en la tierra, existen signos para los creyentes. En la creación de vosotros mismos y en los animales dispersos por la tierra, hay signos para aquellos que poseen Imán. En la alternancia de la noche y el día, en el sustento que Dios hace descender del cielo, en todo aquello que hay sobre la tierra, en el cambio de los vientos, hay signos para aquellos que son sabios” Corán (45: 3-5).
En consecuencia cualquier destrucción que se realiza sobre el medio ambiente, equivale a la destrucción de estos signos. Si una especie llega a extinguirse, puede considerarse como una pérdida de un signo que refleja la grandeza de su creador. Por tanto, la destrucción de cualquier especie viva significa la extinción de ese determinado signo, el cual ha sido creado por Dios.[20]
Por otro lado, la existencia del hombre en este mundo y la creación de todo el universo, no son meros accidentes o productos fortuitos de la naturaleza. Este universo, es decir cada uno de los átomos de él, se manifiesta y nos señala que es la realización de un creador que ama, es misericordioso y todo poderoso; sin un creador nada puede existir.
“Cada existencia fue creada por Dios con una armonía y un diseño perfecto. Quien use la razón y siga lo que dicta su conciencia, llegará a entender y honrar el poder y conocimiento eternos de Dios al examinar por ejemplo las plumas del Búho u observar su espléndido vuelo nocturno o contemplar los movimientos de los peces en el agua”.[21]
Y tomando las palabras de Harun Yahya[22], Dios creó el universo de la nada, por lo que nada pasó a existir como resultado de sucesos azarosos o por propia determinación. De esto se desprende que en el universo o la naturaleza no hay un caos de acontecimientos casuales; si no un orden perfecto por una determinación inteligente.
“Todo lo que existe ha tomado forma porque Dios lo ha creado, por consiguiente, las criaturas actúan por inspiración de Dios; como dice el Corán en el ejemplo de las abejas: Tu Señor ha inspirado a las abejas… (Corán 16:68)”.[23]
En el Corán existen afirmaciones que tratan sobre los seres vivientes, tanto del reino vegetal como animal y del cosmos, especialmente en lo que concierne a su existencia, su reproducción, su evolución y su cuidado.
Por ejemplo en la Sura Al Zumar, vemos que nos habla de la tierra como la protección de los seres vivos:
“¿No hemos hecho de la tierra lecho y de las montañas estacas?” Corán (39:21).
“¿No habéis visto que Dios bajó agua del cielo y la arrastró hacia fuentes dentro de la tierra; entonces dio lugar a sembradíos de diferentes colores al crecer?”.[24]
“Ha creado los cielos sin pilares visibles, ha fijado en la tierra las montañas para que ella y vosotros no vaciléis. Ha diseminado por ella toda clase de bestias. Hemos hecho bajar agua del cielo y crecer en ella toda especie generosa. Ésta es la creación de Dios…” Corán (31:10-11).
“Dios ha creado a todos los animales del agua: de ellos unos se arrastran, otros caminan a dos patas, otros a cuatro. Dios crea lo que quiere, Dios es Omnipotente (Corán 24:45).
“Entre sus signos figuran la creación de los cielos y de la tierra, los seres vivos que en ellos (es decir, en los cielos y en la tierra), ha diseminado y que, cuando quiere, puede reunir” Corán (42:29).
A la luz de la crisis medioambiental que sin precedentes estamos enfrentando actualmente, hemos visto que el islam; así como el planteamiento del “Buen Vivir o Vivir Bien” ofrecen al hombre muchas tentativas para ayudarlo a que el equilibrio, la armonía regrese a su vida y restablezca su íntima y eterna relación con la creación.
“Vivir Bien es la vida en plenitud, saber vivir en armonía y equilibrio, en armonía con los ciclos, con la Madre Tierra, con el cosmos de la vida y de la historia, y en equilibrio con toda forma de existencia en permanente respeto”.[25]
Porque el hombre es parte del medio ambiente, es parte de la creación; por lo tanto, debe ser justo en manejar su vida en este mundo y vivir en armonía con éste.
“El Sol la Luna discurren por órbitas establecidas, y las hierbas y los árboles se prosternan ante Él. Él elevó al cielo, y estableció la balanza de la justicia para que no cometáis injusticias. Pasad con equidad, sin mermar en la balanza” Corán (55:5-9).
El ser humano debe seguir un modelo de moderación y conservación, pues la mayoría de la gente no comprende que gran parte de la contaminación por no decir toda, proviene de una cultura del consumo, cuyo principal efecto son los desperdicios. Es lamentable que la gente en el mundo, incluidos los musulmanes, se volvieron consumistas y derrochadores, y en eso una búsqueda insaciable de incrementar los bienes materiales, combinada con el avance tecnológico, ha dado a algunas naciones un control sin precedente sobre el ser humano y su medio ambiente.
En aras de ello, y con el debido respeto, debemos asumir una política de percepción y expresión comunitaria y no individual; ya que el mundo es creación de Dios, no lo destruyamos.
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www.islamoriente.com, Fundación Cultural Oriente
[1] Escritora, Periodista, Profesora e Investigadora Boliviana, miembro de la Asociación de Investigadores en Comunicación y Educación para el Desarrollo (AICED) La Paz-Bolivia, Directora de la Asociación de Mujeres Musulmanas de Bolivia.
[2] Huanacuni Mamani Fernando, Director de Ceremonial del Estado en la Cancillería de la República de Bolivia, Investigador, Historiador, Escritor, Iripiri (Guía) de la Comunidad Sariri, de origen aymara, boliviano.
[3] Abya Yala que significa “Tierra en plena madurez”, la elección de este nombre fue sugerida por el líder aimara Takir Mamani, quien propone que todos los indígenas hombres y mujeres lo utilicen en sus documentos y declaraciones orales, porque desde la conquista, el término “indio/a” se usa indistintamente para todos y todas los nativos/as del continente, desde Alaska hasta la Tierra del Fuego y surge el problema de cómo distinguir las y los “indios/as” de Abya Yala de las y los habitantes de la India (¿”indios”, “hindúes”, “índicos”?). Y por otro lado, la expresión “indio de la puna” por ejemplo, es un insulto para una persona sucia, no civilizada y bruta, sin que realmente sea runa/jaqi o campesino andino.
[4] Ídem
[5] Huanacuni Mamani Fernando, “Buen Vivir/Vivir Bien” (Filosofía, Política, Estrategias y Experiencias Regionales Andinas), Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI). Ed. Oxfam América y Solidaridad Suecia América Latina (Sal), 2010; La Paz-Bolivia.
[6] Beheshti Muhammad Husain, Bahonar Muhammad Yauád; “Introducción a la Cosmovisión del Islam”. Ed. Elhame Shargh; Irán, 2007
[7] By Seyyed Hoseein Nasr, “The Heart of Islam”, (El Corazon Del Islam); Ed. Kairos S.A, Barcelona-España, 2007.
[8] Ídem (4).
[9] Khurshid Ahmad, “Islam: Su Significado y Mensaje”, Tercera Edición (Lecester, Uk: The Islamic Foundation), 2000; pág. 30.
[10] Ver: www.organizaciónislam.org.ar
[11] Huanacuni Mamani Fernando, “Buen Vivir/Vivir Bien” (Filosofía, Políticas, Estrategias y Experiencias Regionales Andinas). Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), Ed. OXFAM América y Solidaridad Suecia América Latina (SAL), La Paz-Bolivia; 2010.
[12] Ver: www.islamoriente.com
[13] “El Arrepentimiento, La Cuna de la Misericordia”, Ed. El Hame Shargh, Fundación Cultural Oriente.
[14] www.un.org “Declaración Mundial de la ONU del día de la Madre Tierra, 22 de Abril de 2009”.
[15] www.luchaindigena.com (22 de Abril de 2009).
[16] Ídem (14).
[17] Muñoz Mamani Félix, “Síntesis Histórica de la Cultura Aymara”, Cuaderno de Investigación No. 12, Centro de Ecología y Pueblos Andinos CEPA, Oruro – Bolivia; 2005.
[18] Choque Mariño Carlos, “Cosmovisión Aymara”, (2/01/2008).
[19] Ídem (16).
[20] www.musulmanesandaluces.com
[21] Harun Yahya, “El Corán indica el Camino a la Ciencia”, España; 2003.
[22] Harun Yahya, Escritor, investigador, ferviente defensor del creacionismo en la controversia entre creación – evolución. Creador de la Fundación de Investigación de Ciencias (SRF).
[23] Ídem
[24] Sura Al Zumar.
[25] Huanacuni Mamani Fernando, Director de Ceremonial del Estado en la Cancillería de la República de Bolivia, Investigador, Teórico aymara de la Cosmovisión Andina.