Eurocentrismo y reivindicación de un pensamiento descolonizado
(Pensamiento islámico y pensamiento latinoamericano)
Dr. Abdulwali Amílcar Aldama
El mundo académico occidental, en específico el de las universidades y centros de altos estudios de Europa y Norteamérica, continúan en la actualidad validando un discurso eurocéntrico, corporeizado con las doctrinas de la ilustración de los siglos XVII y XVIII que entroniza todos los saberes científicos, filosóficos y estéticos en un marco netamente occidental, teniendo su génesis en la civilización griega. Los historiadores de la filosofía y la ciencia occidentales han enfatizado la exclusividad hereditaria de las ciencias y los conocimientos de esta civilización mediterránea al pensamiento occidental contemporáneo. Se pude ejemplificar lo anterior leyendo el comienzo del libro “Del mundo cerrado al universo infinito¨ del influyente filósofo e historiador de las ciencias Alexandre Koyré:
“Como todo lo demás, o casi todo lo demás, la concepción de la infinitud del universo se origina con los griegos”. [1]
Este ha sido el derrotero de los historiadores de la ciencia contemporáneos como A. R. Hall, M. Boas Hall, Edward Grant, Thomas S. Kuhn, Richard S. Westfall e I.B. Cohen ,que han sustentado este criterio que deja de lado a los verdaderos aportadores al pensamiento científico -filosófico de occidente.
Esta tendencia ya era de uso por los mismos historiadores griegos, los cuales como civilización imperante validó su discurso sin acreditar el legado obtenido. Un ejemplo lo es el historiador Diógenes Laercio quien no aceptaban que la filosofía manejada por sus coterráneos tuviera elementos heredados de otras culturas:
“Dicen algunos que la Filosofía, excepto el nombre, tuvo su origen entre los bárbaros; pues como dicen Aristóteles en su Mágico, y Soción, en el libro XXIII De las sucesiones, fueron los magos sus inventores entre los persas; los caldeos entre los asirios y babilonios; los gimnosofistas entre los indios; y entre los celtas y galos, los druidas, con los llamados semnoteos. Que Oco fue fenicio; Zamolxis, tracio; y Atlante, líbico. Los egipcios dicen que Vuleano, hijo del Nilo, fue quien dio principio a la Filosofía, y que sus profesores eran sacerdotes y profetas. Que desde Vuleano hasta Alejandro Macedón pasaron cuarenta y ocho mil ochocientos sesenta y tres años; en cuyo espacio hubo trescientos setenta y tres eclipses de sol, y ochocientos treinta y dos de luna. Desde los magos (el primero de los cuales fue Zoroastro, persa) hasta la destrucción de Troya pasaron cinco mil años, según Hermodoro Platónico en sus escritos de Matemáticas. Janto de Lidia pone seiscientos años desde Zoroastro hasta el pasaje de Jerjes, y dice que a Zoroastro sucedieron continuadamente otros muchos magos, a saber: Ostanas, Astrapsicos, Gobrias y Pazatas, hasta la destrucción de Persia por Alejandro. Los que esto dicen atribuyen ignorantemente a los bárbaros las ilustres acciones de los griegos, de quienes tomó principio no sólo la Filosofía, sino también el género humano”[2]
Este criterio que entroniza todo el comienzo del saber de Occidente y de la humanidad en Grecia es visto desde diferentes escuelas filosóficas. Podríamos recordar a Heidegger (considerado el filósofo más influyente del siglo XX y principios del XXI) en su discurso al ocupar el rectorado de la Universidad de Friburgo en 1933. En el realizó una remisión a los griegos desde el contexto nacional socialista del cual participaba. La frase en cuestión fue: “El inicio es aún” la cual se interpreta en el sentido de que todavía Grecia miraba a Alemania y que la Alemania nazi tenía el deber de encarnar el espíritu de Occidente empezado en el Mediterráneo, pues según Heidegger los grandes maestros griegos miraban el nacimiento de lo que creía ser la “última oportunidad de Occidente”.
Afortunadamente muchos pensadores de los contextos negados por este pensamiento eurocentrista (contexto latinoamericano, africano, islámico, chino, hindú…) han desarrollado una crítica contra este modelo y validan enfoques que demuestra los verdaderos puntos de influencia de la civilización occidental. Estos enfoques desarrollados, como el pensamiento descolonial, la filosofía de la liberación o los estudios de interculturalismo, comienzan su crítica en este punto del génesis del pensamiento universal en el fenómeno griego, asunto presente en toda literatura sobre la historia del saber .El filósofo ,teólogo e historiador argentino Enrique Dussel lo plantea en correspondencia con su contexto:
“La filosofía que estudiábamos partía de los griegos a quienes veíamos como nuestros orígenes más remotos. El mundo amerindio no tenía ninguna presencia en nuestros programas y ninguno de nuestros profesores hubiera podido articular el origen de la filosofía con ellos. Además el ideal del filósofo era el que conocía en detalles particulares y precisos las obras de los filósofos clásicos occidentales y sus desarrollos contemporáneos. Ninguna posibilidad siquiera de la pregunta de una filosofía específica desde América Latina. Es difícil hacer sentir en el presente la sujeción inamovible del modelo de filosofía europea”.[3]
El cuestionamiento de estos enfoques sobre un pensamiento occidental (europeo) sin influencias externas posee diversas aristas de análisis .El mismo Enrique Dussel en otro de sus textos nos ofrece una desconstrucción del eurocentrismo desde sus mismos cimientos develando la plena herencia del oriente en el contexto griego:
“En primer lugar, la mitológica Europa es hija de fenicios, de un semita entonces. Esta Europa venida del Oriente es algo cuyo contenido es completamente distinto a la Europa “definitiva” (la Europa moderna). A Grecia no hay que confundirla con la futura Europa. Esta Europa futura se situaba al norte de la Macedonia, y al norte de la Magna Grecia en Italia. El lugar de la Europa futura (la “moderna”) era ocupado por lo “bárbaro” por excelencia (de manera que posteriormente, en cierta forma, usurpará un nombre que no le es propio, porque el Asia (que será provincia con ese nombre en el Imperio romano: sólo la actual Turquía) o el África (el Egipto) son las culturas más desarrolladas, y los griegos clásicos tienen clara conciencia de ello. (...) Lo que será la Europa “moderna” (hacia el norte y el oeste de Grecia) no es la Grecia originaria, está fuera de su horizonte, y es simplemente lo incivilizado, lo no-político, lo no-humano. Con esto queremos dejar muy claro que la diacronía unilineal Grecia-Roma-Europa es un invento ideológico de fines del siglo XVIII romántico alemán; es entonces un manejo posterior conceptual del “modelo ario”, racista. ”[4]
Uno de los modelos opuestos al eurocentrismo fue el iniciado por el palestino Edward Said en su crítica al “ orientalismo” como defecto de la interpretación europea de todas las culturas al oriente de Europa y demuestra igualmente un defecto articulado y simultáneo al “occidentalismo” .Este análisis sin dudas marco un vector para este tipo de estudios de orden histórico, filosófico y cultural (fue el iniciador de los estudios poscoloniales e inspirador de pensadores como los indios Homi K. Bhabha , Gayatri Spivak y el martiniqueño Frantz Fanon).
Por esta línea se presentan un grupo estudios realizados fundamentalmente por investigadores, filósofos, sociólogos e historiadores de naciones islámicas, que brindan un profundo análisis de los grandes aportes del Islam en las diferentes disciplinas de la ciencia y la cultura,[5] que impregnó profundamente en el contexto occidental y traen a la contemporaneidad el desarrollo y la valides de un campo de ideas vivo que no duerme, como diría Hegel, el largo sueño de la historia. En este punto se puede mencionar a personalidades conocidas en nuestro contexto como Mohamed Abed Yabri (muy analizado por Enrique Dussel) , el gran filósofo iraní Seyyed Hossein Nasr[6] y el islamólogo Abdulhossein Zarrinkoub[7].
En el campo de las ideas, las artes, el idioma, la economía y las ciencias, la cultura hispanoamericana tiene un alto grado de elementos venidos de la civilización islámica. Pero esta herencia se ha mantenido por varios siglos sin ser legitimada por muchos espacios académicos hispanos. Afortunadamente son ahora muchas las universidades en este contexto que favorecen en sus espacios investigaciones y estudios sobre este legado en nuestra cultura[8].Diversos investigaciones de la historia de la filosofía se plantean cuál es la impronta dejada por la filosofía islámica en el pensamiento filosófico de occidente y hasta dónde éste posee una lectura genuina de la filosofía griega, sin el filtro que la modificó gracias a un grupo numerosos de contribuciones en el contexto islámico.[9]
(Continuará)
Bibliografía:
- Jorge Chirino: “Averroes”.Editorial Ciencias Sociales, Habana ,2013.
- Enrique Dussel: “Transmodernidad e interculturalidad .Interpretación desde la Filosofía de la Liberación” (Editorial UNAM, México, 2005).
- Enrique Dussel “Europa, modernidad y eurocentrismo” (Editorial UNAM .México)
- Diógenes Laercio: “Vida de los filósofos ilustres¨. Editorial Sopena, Argentina ,1986.
- Alexandre Koyré: “Del mundo cerrado al universo infinito” (Editorial Siglo Veintiuno, España ,1999)
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www.islamoriente.com , Fundación Cultural Oriente
[1] Alexandre Koyré: “Del mundo cerrado al universo infinito” (Editorial Siglo Veintiuno, España ,1999).
[2] Diógenes Laercio¨ Vida de los filósofos ilustres”. Editorial Sopena, Argentina ,1986.
[3] Enrique Dussel ¨ Transmodernidad e interculturalidad¨ .Interpretación desde la Filosofía de la Liberación (Editorial UNAM, México, 2005).
[4] Enrique Dussel “Europa, modernidad y eurocentrismo” (Editorial UNAM .México).
[5] “El mundo musulmán (desde Mindanao en Filipinas, Malaca, Delhi, el “corazón del mundo” musulmán, hasta el Magreb con Fes en Marruecos o la Andalucía de la Córdoba averroísta) era una cultura mercantilista mucho más desarrollada (científica, teórica, económica, culturalmente) que la Europa latino-germana después de la hecatombe de las invasiones germanas, y las mismas invasiones islámicas desde el siglo VII d.C. Contra Max Weber debe aceptarse una gran diferencia civilizatoria entre la futura cultura europea (todavía subdesarrollada) con respecto a la cultura islámica hasta el siglo XIII ”.
“ (..) Fue la región de la antigua Persia, helenizada primero (en torno a Seleukon, no lejos de las ruinas de Babilonia) y después islamizada (Samarkanda o Bagdad), la “placa giratoria” del mundo asiático-afro-mediterráneo. La Europa latino-germana fue siempre periférica (aunque en el Sur tenía un peso propio por la presencia del antiguo Imperio romano), pero nunca fue “centro” de esa inmensa masa continental”.
Enrique Dussel “Transmodernidad e interculturalidad“.Interpretación desde la Filosofía de la Liberación (Editorial UNAM , México, 2005).
[6] Han existido exenciones de orientalistas e islamólogos occidentales que han realizado un análisis justo de los aportes del Islam a occidente y una crítica a la postura eurocéntrica en la historia de las ideas .En este caso se pueden mencionar a Henry Corbin y Bernard Lewis( Aunque este último tiene varios elementos a cuestionar , véase “ Neo-orientalism? A critical appraisal of changing Western perspectives: Bernard Lewis, John Esposito and Gilles Kepel ” de Mohammad Samiei.
[7] Este autor escribió un importante libro de 1973“Los aportes del Islam” en el cual realiza una aproximación a los grandes aportes de la civilización islámica y su repercusión en la civilización occidental, fundamentalmente en la Europa medieval y renacentista. En sus páginas es visible una aguda crítica al eurocentrismo académico que Zarrinkoub conocía de su contacto con textos, intelectuales y universidades occidentales como la Universidad de Oxford, la Sorbona y la Universidad de Princeton. Mucha de la bibliografía empleada en este texto pertenecen a libros con esta tendencia y que Zarrinkoub no duda en poner en tela de juicio para validar la gran influencia de la civilización islámica a la humanidad.
El libro, sin ser un análisis comparativo de culturas, ahonda en la historia del Islam desde sus inicios y expone su desarrollo a nivel social, económico, científico, artístico y filosófico, contraponiéndolo con el estado de estas dimensiones en la Europa de ese entonces y la incorporación a su cultura de todo este legado del mundo islámico. Es interesante el estudio comparado sobre literatura, campo de mucho interés para el autor. En el mismo vemos obras significativas como “Las mil y una noche”, “Calila e Dimna” o “El filósofo autodidacta” y su influencia profunda en el imaginario cultural de occidente y en pilares de la literatura occidental como Dante y Shakespeare.
[8] Véase los trabajos de investigadores de lengua hispana como Luce López Baralt, Antonio Antón Pacheco, Ricardo H.S. Elías, Jesús Moreno Sanz, Carlos Segovia y Jorge Daniel Chirino.
[9] “Cuando, aun por cuestiones de limitación temporal, en los cursos de Historia de la Filosofía se pasa directamente de la filosofía griega a la europea, con lo cual la filosofía islámica (siempre mentada, nunca abordada) queda inevitablemente situada bajo la idea de “transmisora” (pues no basta calificarla de “original” si ello no se demuestra desplegándola), muchas cuestiones fundamentales quedan pendientes de explicación. Por enumerar unas pocas: ¿Dónde aprende Santo Tomás de Aquino el arte de comentar? ¿Son confiables las traducciones que de las obras de los filósofos árabes manejan los pensadores latinos? ¿Por qué la insistencia de los últimos “escolásticos”, Guillermo de Occan, Roger Bacon, en la “ciencia experimental” y en el valor de las matemáticas?, entre otras. Es decir, la omisión del tema de la filosofía musulmana introduce en el tema de la filosofía medieval latina una serie de lagunas y de “fracturas” que afectan la comprensión de su propia “continuidad” interna. Ello deriva en una especie de “atomismo” temático inmanente a la historia de la filosofía medieval europea, que solo se resuelve por “obra y gracia” del Dios-autor de la Historia de la Filosofía en cuestión. Pero aún en estas consideraciones tomamos como referente el medioveo latino. El pensamiento especulativo islámico, por lo menos el de la raíz griega, forma parte del desenvolvimiento histórico de la filosofía “logocentrista”, y por lo tanto ha de ser incluido en los cursos que explican el devenir de la filosofía, independientemente de su ser “occidentales”. Jorge Chirino: “Averroes”.Editorial Ciencias Sociales, Habana ,2013