Historia del Islam en el II año de la hégira - El casamiento de Fátima Zahra (P)

Un análisis de la vida del Profeta del Islam; Mahoma (Muhammad) (PB)

Por: Aiatollah Yafar Sobhani

EL II AÑO DE LA HEGIRA (CONTINUACION).

EL CASAMIENTO DE FATIMA

El mejor escudo para resguardar la decencia y la pureza del alma es el casamiento. El Islam, refrendando una exigencia de la naturaleza humana, ha incentivado la concreción del matrimonio. Dijo el Profeta (B.P.): “Quien quiera enfrentar a Dios con un alma pura, debe casarse”. Y dijo también: “Será un honor para mí en el Día del Juicio Final ver que mi comunidad es numerosa”.

Los obstáculos para el matrimonio en la sociedad.

En cada época existen siempre una serie de problemas sociales que conspiran contra la pureza del matrimonio. La época del Profeta no era una excepción. Los aristócratas árabes por entonces daban sus hijas en matrimonio sólo a aquellos que eran de su misma clase en todos los aspectos, por la tribu, el poder, el dinero, etc. En caso contrario los pretendientes eran rechazados.

Amparados en esta costumbre, muchos de los aristócratas y nobles árabes que habían aceptado el Islam aspiraban a casarse con la respetada hija del Profeta (B.P.). Creían que el Profeta no los rechazaría pues reunían todos los requisitos de privilegio que eran de estilo. Pero se equivocaban; no sabían que quien fuera el esposo de Fátima debía ser alguien que fuera como ella en cuanto a virtud, devoción, fe y sinceridad. Siendo Fátima de la gente de la Casa del Profeta, es considerada impecable por el Sagrado Corán, exenta de cualquier pecado o equivocación, y asimismo debía serlo su esposo.

“y permaneced tranquilas en vuestros hogares, y no os engalanéis como las de la época de la gentilidad; observad la oración, pagad el zakat, obedeced a Dios a Su Mensajero. Porque Dios sólo desea alejar de vosotras la abominación y purificaros íntegramente, OH descendientes de la estirpe de la casa profética.” (33:33)

Al Profeta (B.P.) le había sido ordenado de parte de Dios responder a los pretendientes que el casamiento de Fátima debería ser concretado por orden divina. Poco a poco los compañeros del Profeta se dieron cuenta de que el casamiento de su hija no era un asunto fácil, y que cualquier persona, aunque tuviera mucho prestigio y riquezas, no conseguiría su consentimiento. Quien desposara a Fátima debía ser por su veracidad, fe y virtudes espirituales y morales, alguien que se encontrara justo detrás del Profeta; y no había nadie más que Alí que cumpliera estos requisitos. Para probar, estimularon a Alí a pedir la mano de la hija del Profeta (B.P.). El estaba de acuerdo y sólo esperaba una oportunidad. Aceptó la sugerencia y visitó personalmente al Profeta. La timidez y la vergüenza no le permitían hablar. El Enviado de Dios entonces lo animó a hacerlo y, en pocas palabras, Alí le hizo saber de su pretensión.. El Profeta le dio su consentimiento y le pidió: “Espera un poco a que hable con mi hija”. Cuando luego lo comentó con ella el silencio la embargó. El Enviado de Dios entonces se levantó diciendo: “Allahu Akbar (Dios es el Más Grande), su silencio es su afirmación”.

Toda la riqueza que poseía Alí .eran una espada y una armadura. Para solventar los gastos de la boda vendió su armadura y entregó el dinero al Profeta. Este, sin contar, separó un puñado y lo dio a Bilal para que comprara un perfume para Fátima, Y el resto lo dio a Abu Bakr y a Ammar para que compraran lo necesario para el nuevo hogar. Con ese dinero compraron lo siguiente que entregaron al Profeta: Un vestido comprado por 7 dirhams, un pañuelo al precio de 1 dirham, una cama árabe hecha de madera, 2 colchones, cuatro almohadas, una cortina, un mortero de piedra, un recipiente para la leche, una bolsa de piel, algunas vasijas, dos pulseras- de plata, un recipiente de cobre, un recipiente de piel para guardar el agua, una alfombrilla, una bolsa hecha de piel y dos o tres cosas más. Cuando el Profeta vio lo comprado dijo: “¡Dios!, abarca con Tu Bendición la vida de aquellos cuyos recipientes son mayoritariamente de barro”.

LA CEREMONIA MATRIMONIAL

Fueron invitadas muchas personas por parte de los novios a la ceremonia matrimonial. Al culminar el acto el Enviado de Dios pidió que Fátima lo fuera a ver. Fátima, llena de timidez y pudor se presentó ante su padre. Este tomó su mano y la puso sobre la mano de Alí y le habló a su hija de las virtudes de su esposo; luego le habló a Alí de las virtudes de Fátima, y les recordó a ambos que si Alí no hubiese existido no habría nadie que se casara con Fátima, Y que si no hubiera existido Fátima, no habría nadie que mereciera a Alí. Las mujeres de los muhayirún y los ansar rodearon el camello de Fátima acompañándola a la casa de Alí. Y así, tan sencillamente, terminó el casamiento de la más virtuosa de las mujeres del universo.

Extraído del libro La Historia de Mahoma (PB); Vida del Profeta Muhammad (PB) e historia de los orígenes del Islam

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