Historia del Islam

La ascensión del Profeta del Islam a los cielos

(Según el Corán, la Tradición y la historia)

Un análisis de la vida del Profeta del Islam

Por: Aiatollah Yafar Sobhani

La oscuridad de la noche ya había abarcado los horizontes e imperaba por doquier indicando el momento en que la naturaleza y los seres vivos se retiran a descansar; renovando sus fuerzas para seguir el ciclo incesante de la vida a la mañana siguiente. El Profeta (B.P.) no esta exento de esta ley natural y quiso irse a dormir esa noche luego de sus oraciones. De pronto llegó a sus oídos una voz conocida, la voz de Gabriel (P.), el ángel de la Revelación, fiel transmisor del Mensaje divino. Le dijo: “Esta noche realizarás un viaje extraordinario y soy el encargado de acompañarte. Recorrerás los cielos en una montura extraordinaria llamada Buraq.”

El Profeta (B.P.) comenzó su viaje extraordinario en la casa de Umm Haní, hermana del Imam Alí. Arribó primero a Baitul Muqaddas (la Casa Sagrada, como se conoce a Jerusalem, en Palestina), a la que también se conoce en el Corán como Masyidul Aqsa (la mezquita lejana).

Descendió de su montura extraordinaria, recorrió la mezquita y visitó el lugar del nacimiento de Jesús (Baitul Lahm). Recorrió también las casas donde vivieron algunos Profetas, y en algunas de ellas rezó dos ciclos (raka‘h). Luego comenzó la segunda parte de su viaje...

Se elevó al cielo, observó las estrellas y el universo elevado, conversó con las almas de los Profetas (P.) y con los ángeles, conoció los lugares de la recompensa y el castigo (el Paraíso y el Infierno).

Pudo observar los distintos niveles paradisíacos e infernales. Tomó conciencia de la grandeza de la creación y conoció sus secretos, observando el Infinito Poder de Dios. Continuó su ascensión hasta llegar a Sidra tul Muntaha (el loto de la linde), al que encontró lleno de luz y majestad. Allí culminó el viaje. Regresó por el mismo camino: descendió en la Mezquita de Jerusalem, y desde allí fue transportado a La Meca En el camino de regreso se cruzó con una de las caravanas comerciales de Quraish. Cuando los caravaneros se ausentaron para ir en busca de un camello que habían extraviado Muhammad tomó un recipiente que contenía agua, bebió un tanto de ella y el resto lo arrojó al suelo (otra versión señala que tomó un poco y tapó el recipiente). Finalmente descendió al alba en casa de Umm Haní. Ella fue la primera persona que supo de su viaje. Ese mismo día el Profeta (B.P.) relató lo que le había ocurrido en una reunión organizada por Quraish. La historia del Mi‘ray (la ascensión a los cielos), que según los quraishitas era imposible que hubiera ocurrido, fue circulando de boca en boca. Creció la irritación de los líderes quraishita quienes no dudaron, fieles a su enemistad, en desmentirlo. “En la Meca viven personas que conocen Baitul Muqaddas, y si eres veraz debes describirnos su aspecto”, le dijeron al Profeta (B.P.). Este lo hizo con profusión de detalles, y además les contó lo acontecido durante su regreso: “En el camino de regreso divisé una caravana de Quraish que había extraviado un camello. Había allí un recipiente con agua; tomé un tanto y luego lo tapé. Más tarde me encontré con otro grupo que también había extraviado un camello que tenía rota una de sus patas.”

Los mequinenses le dijeron: “¡Háblanos de la caravana de Quraish!”

“Esta en Tan‘im, y delante suyo camina un camello de color marrón, seguramente ya están por entrar a la Meca”, respondió el Profeta. Ante esto los quraishitas dijeron: “Ahora sí quedará en claro la veracidad o falsedad de sus palabras.” No pasó mucho rato que los mequinenses pudieron divisar la caravana que ingresaba a la ciudad. Los caravaneros confirmaron todo lo relatado por el Profeta (B.P.).

Esta breve reseña sobre el Mi‘ray es ciertamente muy poco comparado con lo que puede encontrarse en las exégesis coránicas y en las tradiciones proféticas, y la razón por la cual no nos hemos excedido es porque el episodio está detalladamente expuesto en otras obras, como la monumental exposición de tradiciones proféticas llamada “Biharul Anuár” (los mares de las luces).

¿La ascensión del Profeta está referida en el Corán?

El episodio del viaje nocturno y la ascensión a los cielos del Profeta (B.P.) está referido explícitamente en dos suras del Sagrado Corán. Existen otros pasajes que se refieren a este hecho pero no lo hacen explícitamente. Expondremos a continuación los pasajes que hacen al respecto una alusión clara y directa:

Glorificado sea Dios, Quien durante la noche transportó a Su siervo el Mensajero desde la sagrada mezquita (de la Meca) hasta la mezquita lejana (de Jerusalem), cuyo ámbito bendijimos para mostrarle algunos de nuestros milagros; porque El es Omnioyente, Videntísimo.” (17:1)

De este pasaje podemos extraer las siguientes conclusiones:

1) Que el Profeta no realizó este viaje por el poder humano, sino que fue el Poder divino el que lo hizo posible en un tiempo tan escaso como el transcurso de una noche. Dios comienza este versículo diciendo: “Glorificado sea Dios, Quien...”, lo que significa que El está exento de cualquier defecto y debilidad, y que fue El mismo quien lo transportó. Lo expresa así para que la gente no imagine que el viaje pudo producirse por leyes o procesos naturales, sino que fue obra de la Voluntad divina.

2) Este viaje se realizó durante la noche. Esto se desprende tanto de la palabra “lail” (noche) como del verbo “asra” que significa transportar y se utiliza exclusivamente para los viajes o transportes nocturnos.

3) El Enviado de Dios (B.P.), viajó en cuerpo y alma, y no sólo en ésta última. La prueba está en la frase que dice: “Dios transportó a Su siervo...”. Si el Profeta hubiera viajado sólo en espíritu no debería decir “abdihi” (Su siervo) sino “ruhihi” (su espíritu).

4) El objetivo de Dios en este viaje extraordinario era mostrar al Profeta las maravillas del universo, y los diferentes estados de la existencia y los seres.

Otro de los pasajes coránicos que se refieren a este evento se encuentra en la sura AI-Naym (La estrella). Cuando Muhammad (B.P.) comunicó a los quraishitas que había visto al ángel mensajero con su aspecto real todos comenzaron a discutir con él y a desmentirlo. El Sagrado Corán responde entonces así a esta desmentida:

¿Le impugnareis acaso sobre lo que vio? Realmente lo vio, en otro descenso, junto al loto de la linde junto al cual está el jardín de la morada eterna. Cuando cubre al loto lo que lo cubre del misterio inexplicable. No se desvió su vista ni se extralimitó. Por cierto que presenció las maravillas de su Señor.” (53:12 a 18)

La fecha del acontecimiento.

Existen diferentes opiniones respecto de la fecha del suceso a que nos referimos. Dos grandes historiadores del Islam y la vida del Profeta (B.P.), Ibn Hisham e Ibn Is-haq, dicen: “El viaje nocturno y la ascensión tuvieron lugar en el décimo año de la misión.” Baihaqi, otro gran historiador, cree que se realizó en el décimo segundo año de la misión.

Otros, por último, sostienen que sucedió en los primeros años de la Revelación. Muchas veces, para no rechazar estas distintas opiniones (fundadas en tradiciones y relatos), suele decirse que la ascensión tuvo lugar en más de una oportunidad. Nosotros opinamos que este viaje nocturno y ascensión, en el cual Dios ordenó las cinco oraciones diarias obligatorias, fue posterior al fallecimiento de Abu Talib, lo que ocurrió en el año décimo de la misión. Esto puede comprobarse si revisamos los dichos y relatos históricos. En cierta forma se puede afirmar que previo a la muerte de Abu Talib no existía la obligación de la oración. Corrobora esto el episodio que narra que en los últimos momentos de la vida de Abu Talib los jefes quraishitas lo visitaron y le pidieron que solucionara el problema con su sobrino y le prometieron que le darían cuanto quisiese si accedía. En esa reunión el Enviado de Dios (B.P) Dijo: “No quiero de ustedes más que una cosa y consiste en que digáis: ‘No hay dios sino Dios’. Y que dejen de adorar, todo lo que no Sea El.” Como vemos el Profeta los insta al testimonio de fe monoteísta como única condición aparente del Islam y no les habla en ningún momento de la oración ni de otras prácticas islámicas. Ello parece indicar que hasta ese momento no se habían impuesto como tales. De haber sido obligatoria la oración en ese momento el Profeta (B.P.) no sólo les habría ordenado la fe en un Dios Único, sino que también les habría enseñado a orar. Aclaremos que en el testimonio que les pide no incluye su profecía porque al aceptar la Unidad divina están también aceptándola. Además, los historiadores han relatado la islamización de otras personas, como por ejemplo el caso de Tufail Ibn Amr, que tuvo lugar poco antes de la Hiyra (emigración), y en la cual se menciona solamente la confesión de la Unicidad divina y no se menciona para nada a la oración.

Estos relatos confirman que el Mi‘ray tuvo lugar poco antes de la emigración. Los que han sostenido que se produjo antes del décimo año de la misión están en un evidente error, porque basta citar que entre los años VIII a X de la misión el Profeta (B.P.) y sus seguidores estaban confinados en la quebrada de Abu Talib, viviendo una situación trágica y desgraciada que permite descartar que Dios les haya impuesto en ese momento una obligación mas como son las oraciones diarias. En cuanto a los años anteriores al bloqueo, digamos que la presión y persecución de Quraish y el escaso número de los musulmanes permiten descartar como inoportuno que se hubiera dispuesto en ese momento otro deber general como la oración.

El hecho de que muchas tradiciones y relatos transmitan que Alí oraba con el Profeta (B.P.) desde tres años antes de la misión y también en los años posteriores al inicio de la Revelación, no significa que esas oraciones fueran las obligatorias que se dispusieron como deber para todos los musulmanes, sino que se trataría de plegarias especiales, sin límites y preferibles.

EL MI‘RAY Y LA OPINION CIENTIFICA ACTUAL

Los modernos “cientificistas” que tratan de reducir todo a una explicación natural que encaje en sus esquemas de la realidad, han tratado también de desmentir este acontecimiento milagroso de la vida del Profeta, objetando que las leyes que la ciencia ha descubierto en la actualidad no lo hacen posible.

1) La ciencia actual sostiene que para alejarse de la tierra se debe vencer previamente su gravedad. Si tiramos una pelota hacia arriba esta llega a una cierta altura y luego vuelve a caer impulsada por la fuerza gravitatoria, no importa con la fuerza que la tiremos, salvo que lo hagamos a una velocidad de más de 25000 millas por hora. El episodio que comentamos requiere que el Profeta del Islam haya vencido la gravedad terrestre, pero surge la pregunta: ¿cómo hizo para traspasada en tan poco tiempo y careciendo de medios de transporte?

2) El aire que respiramos sólo se prolonga unos pocos kilómetros por sobre el nivel del mar. Más allá su enrarecimiento lo hace inapto para mantener la vida. ¿Cómo pudo vivir entonces el Profeta (B.P.) en las capas superiores de la atmósfera sin oxígeno?

 3) Si tenemos en cuenta que la atmósfera constituye además un escudo o barrera que filtra los rayos solares haciéndolos benignos a la par que destruye por fricción la mayor parte de los meteoritos que ingresan a ella, ¿qué protegió al Profeta de tales obstáculos fuera de la atmósfera?

4) Cuando la presión del aire aumenta o disminuye considerablemente el ser humano no puede vivir, como es el caso en las capas superiores de la atmósfera.

5) Es de suponer que el Profeta (B.P.) viajó a una velocidad extraordinaria, superior a la de la luz que es de 300.000 km/s., para poder llegar a los límites del universo en una sola noche y volver. La ciencia actual asegura que ningún vehículo u objeto puede trasladarse a una velocidad superior a esta, entonces, ¿cómo hizo el Mensajero de Dios para superarla y retornar a salvo?

Nuestra respuesta.

Si quisiéramos discutir este acontecimiento desde el punto de vista de las leyes naturales el número de objeciones superaría todos los límites. Pero en respuesta a quienes plantean estas objeciones escudándose en la ciencia preguntamos: ¿qué fin persiguen pretendiendo negar este viaje extraordinario? ¿Quieren decir que el mismo es imposible de realizar? Afortunadamente los logros de la técnica y ciencia espacial de nuestros días no los apoya: los principales países de occidente y oriente han convertido a los viajes espaciales en algo posible y hasta rutinario. Ya en 1957, cuando el primer cohete abandonó la órbita terrestre, quedó demostrado que es posible vencer la fuerza, de gravedad.

En suma el hecho es resoluble con los medios científicos disponibles hoy día. El ser humano también resolvió el problema de los letales rayos solares a esas alturas y también la dificultad del aire irrespirable.

La ciencia afirma que pronto será posible establecerse Y vivir en otros planetas y viajar a ellos con facilidad.

Todos estos testimonios de la ciencia descartan de plano la imposibilidad del viaje del Profeta (B.P.), ya que se ha demostrado posible en los hechos. La objeción que queda pendiente es que el Profeta (B.P.) haya podido hacerlo sin disponer de los medios técnicos con que se cuenta actualmente.

La respuesta que damos es la misma que ya mencionamos con respecto al milagro ocurrido en la defensa de la Ka‘aba, en los sucesos del año del elefante, en que el ejército de Abraha fue destruido por unas piedritas arrojadas sobre ellos por un ejército de aves. Resulta evidente que lo que el hombre puede realizar a través de sus técnicas y aparatos los profetas y mensajeros divinos también lo pueden realizar con el Poder de Dios, sin medios visibles.

El Profeta (B.P.) realizó ese viaje por el Poder y la Voluntad divinos. El Dios que creó al hombre, al universo y sus maravillas, Quien ha dotado a la tierra de su gravedad y al sol de su calor e irradiación, Quien ha creado las distintas capas de la atmósfera, El es capaz también en cualquier momento de anular el efecto de sus creaciones. Quien creó las leyes naturales puede, en Su omnipotente voluntad, anularlas. ¿Qué podemos objetar a esto? ¿No le es posible a Quien creó la gravedad y los rayos solares exceptuar y proteger a Su siervo de ellos, y proveerle del aire necesario para respirar, siendo que El creó la atmósfera?

Básicamente el problema radica en que el origen de los milagros y todo lo que a ellos se refiere no es comparable con la capacidad del ser humano y con las leyes naturales. No debemos comparar el Infinito Poder de Dios con nuestra limitada capacidad. El que no poseamos medios para efectuar ciertas cosas no significa que Dios sufra también tal incapacidad. Revivir a los muertos, convertir un bastón en una serpiente, dejar con vida a Jonás en el estómago de una ballena en el fondo del mar, etc., son todos hechos que los libros revelados afirman. ¿Merecen acaso menos objeciones que el Mi‘ray del Profeta del Islam?

El objetivo de este viaje por el universo.

Una persona le preguntó al Imam Zainul Abidín (P.) si acaso Dios está en un lugar determinado. El le respondió: “Dios no está en un lugar específico, pero elevó a Su Enviado para hacerle conocer la grandeza y extensión de la creación, y para mostrarle insólitos seres y cosas que ningún ojo ha podido ver ni oído escuchar.”

Naturalmente, el Sello de la Profecía debía poseer este conocimiento y esta distinción para, de esta forma, dejar un mensaje al hombre de nuestra época que ha salido al espacio y se dispone a visitar los otros planetas, como diciéndole: “Yo también he hecho eso, sin necesidad de medio alguno, por la gracia de Dios que me hizo conocer todo el proceso de la creación.”

Extraído del libro La Historia de Mahoma (PB); Vida del Profeta Muhammad (PB) e historia de los orígenes del Islam

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