Preguntas de Teología Islámica

La existencia de espíritu en los animales y su diferencia con el espíritu de los seres humanos

Por: Ayatolá Mahdi Hadavi Tehrani

Pregunta: ¿Poseen alma los animales y si es así, en que difiere su alma de la de los seres humanos?

Respuesta Concisa

Antes de dar respuesta a esta pregunta, debe tenerse en cuenta que la respuesta a continuación se fundamenta en la Escuela de la Teosofía Trascendental, es decir, la filosofía Sadriana. A la luz de ésta expondremos la respuesta bajo dos títulos principales y algunos temas derivados.

Se analizaran los siguientes temas bajo el primer título, “La Existencia del Espíritu en los Animales.”

  1. En todas las discusiones filosóficas concernientes al espíritu, siempre se cuenta al espíritu animal como un ejemplo indubitable de su existencia. Sin embargo, obviamente, las diversas formas de espíritu poseen sus propias particularidades que los distinguen unos de otros.
  2. Lo que compone la esencia de una animal es su espíritu animal e imaginarlo sin ese espíritu sería degradarlo a un nivel más bajo en la existencia, como la existencia vegetal.
  3. En algunos animales como la abeja, la araña, etc., son notables las señales de un espíritu en ellos.
  4. Los eruditos proporcionan algunas evidencias de la existencia de un espíritu animal, entre ellos: El conocimiento presencial de los animales sobre su propia esencia, el rol que desempeña la voluntad en el comportamiento de un animal, la resurrección de los espíritus animales en la otra vida.
  5. El hecho que los animales puedan entender formas inmateriales e imaginarias, y el desempeño que tienen en diversas acciones.

Los temas tratados en el segundo título, “La diferencia entre el espíritu Animal y el Espíritu Humano” son los siguientes:

  1. La naturaleza humana es diferente de la animal. Los componentes materiales del cuerpo humano son relativamente más finos y más perfectos.
  2. El espíritu humano también difiere del espíritu animal en muchos aspectos; incluyendo la capacidad humana de comunicarse por medio de las letras, palabras, pensamientos, etc. y las variaciones de la sicología humana —tales como la risa, el llanto, entre otras— en respuesta a los diferentes fenómenos externos.
  3. La existencia del arte, la industria y la invención de los humanos exhibe claramente la superioridad del alma humana, lo que no tiene lugar en la dimensión animal.
  4. La diferencia fundamental del alma humana de la animal yace en que la primera es intelectual, en tanto que la del animal es imaginal.
  5. Además, la única búsqueda del alma animal es la gratificación de las necesidades corpóreas, en tanto que el rango del alma humana, en términos de sus aspectos conceptuales y prácticos, se extiende hasta los puntos más distantes de la existencia.

Respuesta Detallada

Esta pregunta se analizará bajo la luz de la filosofía Sadriana, es decir; la Teosofía Trascendental. En varias obras de Mul-la Sadrā y los filósofos posteriores que expusieron su filosofía, se hacen alusiones y en algunos casos exposiciones detalladas del tema en cuestión (el alma animal) en los capítulos que abordan las temáticas del alma, la resurrección, el conocimiento y la comprensión. El material preparado para esta pregunta se presentará bajo dos títulos principales y cinco subtítulos; finalizando así con el tema de la diferencia entre el alma humana y la animal.

La existencia del Espíritu en los Animales

El alma animal como Una de las manifestaciones del Espíritu en la Existencia

En los cuestionamientos filosóficos en el tema del alma, donde se da una definición conceptual de ésta, comúnmente es dividida en tres clases: Alma vegetal, alma animal y alma humana. A pesar que, cada una de esas clases posee sus propias particularidades, que la distinguen de sus contrapartes, todas comparten una realidad y esencia en común. El alma es un existente espiritual e inmaterial, que incorpora facultades espirituales, sea el alma intelectual, el alma imaginal[1]o el alma vegetal.

La Creación del Espíritu Animal como Una de las Fases del punto de partida del Reino de la Materialidad

Mul-la Sadrā es uno de aquellos pensadores que sostienen que el punto de partida de los existentes materiales tuvo lugar en etapas, comenzando desde lo más simple, progresando hasta el nivel de los elementos más perfectos. En algunos de estos estadios, no era suficiente la simple combinación de ingredientes materiales, y por lo tanto, se requirió de la adición de un elemento inmaterial a la composición, para de esta forma satisfacer las necesidades de aquel orden particular de creación. Uno de esos niveles fue la creación del animal. El espíritu que fue insuflado dentro de la composición para genera la existencia animal se denomina “espíritu animal”.

De ahí que, no tan solo posee un alma el animal, sino que le debe su esencia a esa alma. La adición del alma a los ingredientes materiales es una necesidad del orden del reino de la materialidad; y lo mismo se aplica al reino humano y vegetal. El espíritu inmaterial o alma es lo que distingue a algunas entidades materiales de otras. En lo inerte, la falta de un espíritu es lo que le da su naturaleza (esencia), en tanto en otros, la posesión de este les hace ser lo que son. Y entre los seres animados, existe la variación gradual del espíritu que los sitúa en diferentes niveles de la existencia. El alma vegetal yace en el fondo, en tanto que, el espíritu humano goza de estar en la cúspide y el espíritu humano en la mitad.

Las Manifestaciones externas del Alma Animal

La apariencia de algunos rasgos en varios animales —tales como la construcción hexagonal del panal de las abejas, el fijo tejido de la telaraña, los gestos del mono y el loro imitando al ser humano, la prudencia del caballo, la autoridad del león, la fidelidad del perro, la traición del cuervo, etc.— son, según el punto de vista de Mul-la Sadrā, la evidencia de la existencia de una inteligencia limitada, la cual indica la presencia de un alma en los animales. Los rasgos del carácter de algunos de éstos son tan complejos que podrían considerárseles muy cercanos al nivel del ser humano.

Señales científicas que corroboran la existencia de un Espíritu Animal

Todos los animales poseen un alma imaginal que es similar al alma imaginal del humano. El espíritu animal está al nivel de la inmaterialidad imaginal, lo cual es el nivel intermedio entre la dimensión de lo sensible y la de la intelección. La cúspide de la existencia animal es la existencia imaginal, de ahí que se adapta al alma imaginal. Es debido a este grado de inmaterialidad y potencia espiritual que posee auto-conocimiento presencial, porque ningún objeto inanimado puede alguna vez tener conocimiento de sí mismo (autoconocimiento).

Según Mul-la Sadrā, todas las acciones en el cosmos se derivan de la voluntad. Es así inclusive en el caso de los vegetales y seres inertes, con la diferencia que en éstos la voluntad en cuestión es la de los intelectos y espíritus más elevados. Es decir, los seres inertes y vegetales son involuntariamente los medios de la realización de las voluntades superiores. Pero en el caso de los seres humanos y animales, los prerrequisitos para la actualización de una acción que se ubica en el rango de la volición que poseen, debe ser entendida por ellos mismos, y es por este motivo que las acciones de los animales y humanos son impredecibles, en tanto que aquellas atribuidas a los inanimados y vegetales son monótonas. La fuente en donde se origina la acción animal es la facultad imaginal y conjetural, mientras que en el ser humano es el intelecto practico. La Imaginación, la especulación, intelección, la voluntad, etc., todas son manifestaciones de un alma, y como tal rasgos que distinguen a la criatura que las posee de un espíritu el cual carece de ellas.

Además de los efectos mundanales del alma, uno también puede señalar desde los temas de la escatología y Resurrección del alma y el cuerpo, que todas las criaturas animadas poseen un alma. Por esta razón, todos los filósofos que han estudiado el tema de la escatología han dedicado una parte al tema de la resurrección de las almas de los animales, sus condiciones y otros detalles de importancia.

Pruebas para demostrar la Existencia del Espíritu en los Animales.

El animal está dotado de espíritu indudablemente, es decir de un aspecto inmaterial, porque posee la facultad imaginal capaz de percibir a los espíritus (fantasmas) y a las formas imaginales. Estos no son tangibles sensorialmente, y por lo tanto, no habitan en el mundo material. Por consiguiente, la facultad imaginal, la cual es el receptáculo para la comprensión (captación, entendimiento, percepción) de los existentes materiales tampoco es tangible sensorialmente y como tal no es corpóreo; dado que, todo existente material ocupa un espacio material determinado, esto se aplica también para los dependientes del existente material. Es así, en tanto que las formas imaginales y los espíritus (fantasmas) percibidos por la facultad imaginal no ocupan un determinado espacio (locación) material, y entonces la facultad imaginal, que es el receptáculo de sus impresiones, también carece de ubicación material y corporeidad.

Además, la variedad de las acciones realizadas por los animales no solo corroboran la existencia de un alma en ellos, sino que también pueden figurar como argumentos convincentes para corroborar esta afirmación; ya que, los efectos derivados de los existentes materiales y los objetos inanimados son inmutablemente monótonos y repetitivos. Por consiguiente, cuando la condición de un existente es tan impredecible como para dificultar, inclusive la percepción de dos acciones idénticas del mismo agente, —debido a que altera sus reacciones basado en la variación de circunstancias externas e internas— en tal caso, la razón dictamina que debe haber algún otro factor inmaterial implicado.

La diferencia entre el Alma animal y el Alma humana

Dijimos que según la filosofía trascendental, lo existencial de la dimensión material era un proceso progresivo que se lleva a cabo en varios niveles, cada uno más complejo que el anterior. Según esto, aunque la constitución material del animal es una composición más fina en comparación con la del vegetal, lo que le hace apta para recibir el alma humana; aun así necesita perfeccionarse más para adaptarse (acomodarse) al espíritu humano, y así producirse un ser humano; ser que ha sido seleccionado como la criatura dominante, capaz de utilizar a todas las demás criaturas para su beneficio, puesto que es el objetivo y fin de la creación.

Aunque el ser humano dentro de una categorización estrictamente lógica se compone del mismo material del animal, lo que lo hace singular es tan profundo que si, por medio de una analogía, todos los demás animales fuesen ubicados a un lado de la balanza y el ser humano en el otro, definitivamente él pesaría más. El ser humano es capaz de hablar y como tal puede transmitir sus pensamientos e intenciones a su prójimo en forma de letras y palabras. Pero la capacidad de los animales, como el loro, de manipular palabras, es limitada y se circunscribe a una imitación, carente de cualquier pensamiento. De igual forma, la comunicación a manera de emisión de sonidos de algunos animales —como la abeja, la hormiga, el delfín, etc.— lo cual se ha demostrado científicamente, es un método fijo incapaz de cambiar durante el curso de sus vidas. Pero en el caso del ser humano, aunque inicialmente aprende muchas de sus habilidades de lenguaje por medio de la imitación, finalmente cada individuo llega a poseer un método propio de comunicación.

Las impresiones psicológicas que recibe el ser humano del medio, de los estados psicológicos y fisiológicos que resultan del mismo —como el asombro y la risa en respuesta a sucesos extraños pero placenteros, la tristeza y el llanto como respuesta a las circunstancias adversas, la vergüenza, la ansiedad y la esperanza—, la planificación y las decisiones que hace el ser humano basado en estas condiciones, son cualidades singulares. Y aunque el desempeño de la hormiga cuando almacena su alimento, puede verse como un tipo de pensamiento anticipado, es, sin embargo, un comportamiento instintivo e involuntario, porque siempre lo realiza de la misma manera y en el mismo marco de tiempo. Esto es contrario a lo que sucede con el ser humano, cuyos estados psicológicos pasivos en lo aparente —tales como la risa, el llanto, etc.— son absolutamente voluntarios, y por lo tanto, manejables en circunstancias particulares y por medio de la prudencia.

La artesanía, el arte, la industria, la invención, etc., en palabras de Mul-la Sadrā, “las sorprendentes innovaciones prácticas” que florecieron en el curso de la historia de la humanidad y el hecho que el hombre haya por sí solo cambiado la faz del mundo y a su vez manipulado todos los elementos que hay en él, o esté a punto de alcanzarlo, es prueba de la superioridad inimitable de ser humano, porque ni la más mínima fracción de este tipo de actividad se ha podido ver en el reino animal. Toda la vida de un animal se basa simplemente en la búsqueda de los dictámenes de sus facultades conjeturales e imaginales.

El imaginal del animal y la planificación conjetural gira en torno su beneficio personal específico, en mantenerse seguro frente a algunos peligros, asegurándose el agua y el alimento, así como saciar su apetito sexual. Es por una parte, la preservación de sus intereses individuales, y por otra parte, contribuir a la supervivencia de su especie. De ahí que, el alma animal sea denominada “alma imaginal”. La cúspide del alma animal es el punto de inicio del alma humana. El animal puede avanzar únicamente hasta el punto en donde comienza la dimensión humana, en otras palabras, el alcance final del reino del alma imaginal es solo el comienzo del reino del intelecto; es el umbral por medio del cual uno ingresa a la dimensión humana, para la cual no existe final imaginable, pues es el intelecto el que define al ser humano. Entonces, aquellos que no aprovechan sus intelectos permanecen estancados en el nivel de las bestias.

Por medio del intelecto teórico, el ser humano es capaz de entender los conceptos inmateriales y transformar su ignorancia en conocimiento. El ser humano extrae una imagen mental de todo lo que encuentran sus sentidos, luego utiliza estos conceptos para formar otro conjunto de conceptos que son más universales y abstractos, éstos realzan las capacidades innovadoras de la mente. La mente humana utiliza estos conceptos para llegar a ciertos tipos de juicios, reglas y argumentos, y al yuxtaponerlos en un modelo sistematizado produce un pensamiento sistematizado, la filosofía y las ciencias. Si el ser humano persiste en su dedicación, expandirá el horizonte de su cognición cada nuevo día hasta que pase desde el reino humano —el cual es una adición entre cuerpo y alma, de necesidades corporales y facultades intelectuales— al reino de la intelección pura, en donde se une con la Madonna Intelligenza, nivel en el cual encuentra todo el mundo desarrollado dentro del ámbito de su conocimiento.

El ser humano genuino hace de su intelecto práctico —el cual deriva sus directrices a partir del conocimiento adquirido por el intelecto teórico— la guía de su conducta. Ambos intelectos tienen poder ilimitado, tanto en la dirección espiritual como en la material. El ser humano ha logrado obtener un conocimiento inimaginable del pasado, dándole nueva forma al mundo que le rodea. La realidad más intrínseca del mundo está a su alcance, siendo esto demostrado por aquellos que han alcanzado la perfección humana. Por la luz de su conocimiento esotérico —a la cual podemos referirnos mejor como ‘Irfan— han recorrido el camino de la Proximidad Divina. Es decir, han conquistado la dimensión visible, el Reino de la Intelección, La Dimensión Suprema y la Dimensión de la Invencibilidad, de esta forma ascendiendo a la cúspide de la perfección humana.

El punto interesante es que estos dos caminos de posibilidades infinitas, los caminos del conocimiento exotérico y esotérico, no están en contradicción. Por el contrario, entre más uno estudia los fenómenos materiales, sin ningún prejuicio, mejor se reconoce la profundidad de este mundo y la grandeza de su creador. Similarmente, aquel que ha atravesado el camino del ‘Irfan entiende de la manera más exacta la necesidad de estudiar el fenómeno del mundo, para así admirar mejor la majestuosidad del Creador.

Fuente: Fe y Razón; Preguntas de Teología Islámica

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Fundación Cultural Oriente  www.islamoreinte.com


[1] Este término se explicará posteriormente en el texto.

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